Ronald observó el papel entre sus manos. No podía creer lo que veía. Tenía el mapa, si bien no del tesoro, de otra pista que lo acercaría aún más a su objetivo. Vio a su alrededor notando que las personas que estaban con él se acercaban para mirar más de cerca. Todas excepto una.

-¿ Qué es ?- preguntó Astrid antes de voltear a mirar, no muy interesada

-Un mapa- anunció Esmeralda

Ronald notó como los músculos de Astrid se tensaban, y vio que caminaba unos pasos hacia él

-De...¿ De qué ?- tartamudeó su pregunta

-Es un mapa para llegar a un astillo- dijo Ronald

-Es un palacio- comentó Alice

-¿ Cuál es la diferencia ?- preguntó Esmeralda 

-Alexander me estuvo explicando algo al respecto. Básicamente, un castillo es como algún tipo de fortaleza, mientras que un palacio es el lugar en donde se vive de lujo 

-Si tu novio el príncipe lo dice- dijo Ronald. Alice le dio un pequeño empujón 

-Entonces, niños, castillos o no, creo que deberíamos- comentó Jazmine, siendo la primera vez que hablaba. Ronald la observó y asintió

-Tienes razón. Deberíamos ir, y mientras más rápido mejor... 

-Pero...- Astrid lo interrumpió- ¿ No creen que es demasiado pronto ? Acabamos de encontrar el mapa y...- se detuvo al notar que todos la miraban 

-Has estado muy extraña hoy- dijo Alice- Más de lo normal. ¿ Qué estás ocultando ?

-¿ De qué hablas ?

-De que no has parado de poner excusas desde que vinimos para no hacer esto o lo otro...

-Aunque tiene razón en que ahora mismo no podemos ir- dijo Esmeralda- Puede que anochezca pronto, y no creo que quieran atravesar el bosque de noche, ¿ verdad ?

-Está decidido. Iremos mañana- concluyó Ronald

-¿ Iremos solo nosotros ?- preguntó Esmeralda

-¿ Por qué ? ¿ Quieres invitar a Gabriel ?- preguntó Alice frunciendo el ceño

-Pues... Quizás pueda ayudarnos- explicó

-¿ Y cómo le explicarías que vayamos a visitar una gran edificación familiar, sin decirle todo lo de la familia ?- repuso Astrid

-¿ Una excursión ?- dijo Esmeralda más en pregunta que en afirmación 

-Puede, pero, aún así, es muy arriesgado- dijo Alice

-Y supongo que tu si podrás invitar a Alexander, ¿ no ?- Esmeralda la observó atenta

-Ni siquiera sopesé la idea de hacerlo. Y, aunque lo hiciera, sería totalmente distinto. Él ya sabe el tema del tesoro y lo que buscamos, no tendría que inventarme una falsa excusa- Esmeralda le sacó la lengua de modo inmaduro 

-Bueno quizás si...- comenzó Jazmine

-Alto- ordenó Ronald interrumpiendo, y con una seña les explicó que hicieran silencio 

Ronald se acercó suave y silenciosamente al lugar por donde había entrado a la habitación. Abrió la puerta de repente a sus pies cayó alguien. Una chica. Esta levantó la mirada y lo observó unos segundos. Ronald la reconoció al instante.

-¿ Melannie ?- dijo sorprendido. La chica le ofreció una sonrisa y se levantó del piso- ¿ Qué haces...? ¿ Cómo llegaste...?

-Lo que Ronald quiere decir es- Alice apareció de detrás de él y se interpuso entre ellos dos- ¿ Qué haces aquí ? ¿ Cómo llegaste ? Y, ¿ no te han enseñado a no espiar a las personas ?- Ronald miró a su prima rápidamente 

-Lo siento, no quería...

-¿ No querías qué ?- las disculpas de Melannie fueron interrumpidos por la otra gemela- ¿ No querías interferir en nuestros asuntos ? ¿ Meterte donde nadie te había llamado y complicarnos más las cosas? Porque ya bastantes problemas teníamos antes de que parecieras tú...

-Chicas- Ronald interrumpió- Basta. Melannie no nos hará nada

-¿ Cómo lo sabes ?- Alice se cruzó de brazos 

-Ya hablé con ella. Antes de venir, de hecho. No nos va a delatar.

-¿ Es eso cierto ?- la dulce voz de Jazmine resonó en la habitación 

-Sí. De verdad, no quiero hacer nada que los perjudique- dijo Melannie

-Pero, ¿ cómo confiar en ti ?- dijo Esmeralda- Nos guardas mucho rencor a los Robinsonn después de lo que te hizo Esther. ¿ Cómo saber que no t vengarás ?

-Tienes razón al desconfiar de mi. Después de todo, la Melannie de antes si se hubiera vengado. Pero, tras conocer a Ronald me di cuenta de que no todos los Robinsonn son iguales, y debería darles una oportunidad

El cuarto se lleno de un silencio absoluto. No se oía ni el zumbar de una mosca, y durante esos minutos, Ronald pensaba en todo lo que había ocurrido. Escuchó a alguien suspirar.

-Está bien, Melannie- habló Alice- Vamos a confiar en ti. Pero llega a salir una sola palabra de tu boca, y te las verás con Astrid y conmigo

Los ojos de Melannie fueron de una gemela a otra. Ambas se veían terriblemente peligrosas, pero la posición en la que estaba Astrid, con los brazos cruzados sobre su pecho y medio volteada en su dirección, le confería un aire mucho más amenazador.

-Por supuesto- contestó Melannie al fin- Soy una tumba 

Al cabo de una hora, Ronald estaba sentado en su cama, rememorando todo lo ocurrido; Melannie descubre su secreto, encuentran un mapa secreto y, otra vez Melannie, lo sigue hasta aquel pasadizo. Era mucho para un solo día. Decidió leer un poco. Al menos así descubriría algo más. Tomó el libro que ocultaba de bajo de su cama, y buscó en donde había quedado. Entonces, comenzó a leer...

Las Reliquias

Una vez estaban en la mansión, y antes de que Elena entregara el legado, y aún más antes de que Elena mostrara los signos de su enfermedad, por l cual habría muerto después, la reina le entregó a sus cuatro hijos una reliquia, algo que había estado o estaría por siempre en su descendencia.

A Archibald, le confirió el anillo de su padre, el rey Ludwin; Un precioso anillo Dorado con un Zafiro incrustado, que recordaba a los ojos de su primogénito.

A Richard, le otorgó el reloj que fue de su esposo; Un reloj de cuero rojo con un dial dorado, que remarcaba el tono rojizo que se le podía ver en el cabello cuando entraba en contacto con el sol.

A Harland, fue el collar que algún día estuvo en el cuello de la reina Miranda; Este era u collar de cadena plateada, con una terminación de ámbar, la cual combinaba con los ojos de aquel rubio.

Y a Emmalys, la pequeña Emmalys, le dio un brazalete que quito de su propia muñeca; Un brazalete de plata con esmeraldas, que era una forma de transmitirle su belleza.

Se dice que cuando Richard escondió el tesoro, utilizó una clave con las cuatro reliquias para poder desbloquear el pasadizo. Estas reliquias fueron de generación en generación, de un portador a otro. Pero el preciado anillo de Archibald se perdió, y no se sabe quién lo pueda tener...

Esta última aclaración sorprendió a Ronald, y entonces recordó lo que decía el acertijo que leyó cuando conoció a Astrid:

"Cuatro hermanos somos, y cuatro reliquias también. Una se ha perdido, ¿ encontrarla yo podré ?, los que tengan las reliquias por aquí podrán pasar, resuelve los misterios, para a él poderlo encontrar"

Una reliquia perdida. Pensó. Y es un anillo 

A su mente vinieron recuerdos de lo que había hablado con Esmeralda hace tan poco tiempo:

-¿ Y ese anillo ?

-Me lo dio Gabriel. Hicimos un intercambio

-¿ Intercambio ?

-Si. Ahora yo llevaré este anillo, que se lo dio su padre, y él llevará el mío, regalo de mi madre

Los pensamientos de Ronald volaban por todas partes, relacionando situaciones y momentos; lugares y sucesos hasta que en un suspiro habló:

-Un... Intercambio... Tienen... ¿ La otra reliquia ?