Capitulo 34; Segundo día
Ronald recibió el amanecer con los ojos abiertos, dado que no había podido dormir mucho. Se levantó y se cambió para ir a estudiar. Al bajar a la sala, notó que estaba solo; nadie más se había despertado, o al menos, eso creía. Se sentó en el sofá de la sala mientras se tomaba una taza de café y revisaba su celular. Buscó algunas ideas para intentar que Melannie le hablara. Un trabajo no muy fácil.
"Si quieres que tu pareja vuelva contigo, sigue estos consejos..." Decía un anuncio de internet.
"De esta forma, puedes hacer que alguien te vea distinto..." Rezaba otro.
"Como hacer que..." Ronald no terminó de leer ese anuncio, un siseo proveniente de la cocina atrajo su atención. Dejó la taza con café en el piso y metió el celular en el bolsillo de su pantalón, para luego dirigirse lentamente a la cocina. Distinguió la voz de un hombre y una mujer.
-¿ Entonces ?¿ Qué debemos hacer con el chico ?- oyó una voz que no reconoció- La otra vez no pudimos darle...
-¡No les pago para que lo maten!- gruñó alguien con voz estridente- Solo quiero que lo asusten. Con suerte no volverá por ahí
-Como usted pida, jefa
-Ahí tienen lo que necesitan- Ronald trató de ver de quién se trataba, pero solo logró divisar a unos pantalones por debajo de una mesa que se encontraba en el lugar- Tengan- escuchó que alguien arrastraba algo por encima de la mesa
Ronald sacó su celular para ver lo que una de las personas le pasaba a las otras. No sabía ni qué pensar. Tomó unas fotos y luego volvió a guardarlo.
-¿ Y esto cómo se usa ?- una voz, distinta a las anteriores, habló
-No creo que debas saberlo- volvió a decir la mujer a la que le habían dicho "jefa"
-La jefa tiene razón- dijo otro. Ya habían hablado las tres personas- Eres tan idiota, que si supieras, podrías incluso dispararte a ti mismo
Ronald volvió a echar una ojeada a las tres figuras, cuando una figura negra cayó al piso; una G18, ahora estaba en el piso de su cocina. Se escondió rápidamente tras la pared al ver que alguien, quien supuso la dejó caer, se agachaba para recoger la pistola.
-¿ Ves a lo que me refiero ?- dijo el de antes, riendo
-¡Ya cállate! El resto sigue despierto. Ahora lárguense de aquí antes de que alguien los vea
-Si, jefa
Ronald corrió hacia las escaleras, pero, en vez de subirla, las rodeó para dirigirse al sótano oculto de su casa. Una vez dentro, encendió las luces y comenzó a bajar las escaleras sin mucho afán, aunque tampoco tan calmado; solo alerta. Escuchó que alguien hablaba dentro de el espacio en donde él se adentraba, y pronto descubrió que era Astrid.
-¿ Astrid ?
-¿ Ronald ?
-¿ Qué haces aquí ?
-¿ Qué haces tú aquí ?
-Yo pregunté primero
-Pensé que seguías dormido- Astrid esquivó la pregunta, y Ronald comprendió que claramente no quería hablar de eso
-Lo mismo pensé de ti- admitió- Tenemos que hablar
-¿ De qué ?
-De Alice
-No quiero- objetó
-Astrid, tarde o temprano tendremos que hacerlo. ¿ No es mejor hacer las cosas de una vez ?
-No. Leí una vez que todo tiene su tiempo
-¿ Tú lees ?- se burló
-No es gracioso. No quiero hablar, ni de ella, ni con ella. Es una traidora
-Astrid, Alice no ha traicionado a nadie
-A mí sí- Ronald recordó lo que había dicho su prima el día anterior
-Muy bien, Astrid. No te puedo obligar a que hables con tu hermana, así que puedes seguir aquí, tu sola. Yo me voy a estudiar
-¿ Tan temprano ?
-Ya van a ser las seis, probablemente los demás estén por levantarse, y no quiero llegar tarde
-Alto- Astrid lo detuvo cuando Ronald se iba a levantar
-¿ Qué ocurre ?
-No me has contado
-¿ Contado qué ?
-Lo de Melannie, ¿ qué pasó con ella ?
-Bueno, si fueses estado ayer con nosotros, quizás hubieses oído
-Ronald- Protestó- No es justo
-Te propongo un trato
-Siento que me arrepentiré
-Hoy teneos una reunión por la noche. Si en la reunión te reconcilias con Alice en la reunión, y de verdad, te contaré lo que pasó con Melannie una hora después
-No me agrada esa idea
-Vamos, es tu hermana. No pueden estar peleadas por tanto tiempo
-No sabes cuánto tiempo podemos estar peleadas, ¿ verdad ?- Ronald sonrió. Astrid dio un suspiro resignado- Está bien. Acepto el trato
-¡Esa es la actitud!- animó Ronald- Hora de irnos- dijo al escuchar ruido en la parte de arriba
Los dos se fueron a sus cuartos sin decir otra palabra. Al entrar en el suyo, Ronald se tiró en la cama y sacó su celular, al recordar que había quedado en ver un anuncio.
"Cómo hacer que una chica te preste atención..." Leyó Ronald. Esto es lo que necesito, pensó mientras sonreía. Un ruido en la puerta llamó su atención.
-Ronald despierta...- entró Jazmine en su cuarto- Ya te despertaste- meditó- Eso es nuevo
-Buenos días, mamá- saludó Ronald
-Buenos días, Ronald. Ven, abajo vamos a desayunar
Ronald se levantó y se apresuró a bajar las escaleras. En el comedor encontró a Astrid, Esmeralda y Alice. No vio a Esther por ninguna parte, y el resto de la familia había salido.
-Hola, Ronald- saludó Alice- ¿ Esta vez te despertaste temprano ?
-¿ De qué hablas ? Casi ni pude dormir- dijo Ronald en tono de juego
-Entonces, ¿ estás listo para tu segundo día de clases ?
-¿ Estás lista tu para tu primer día ?- Esmeralda le dedicó una sonrisa
-Parece que alguien se puso de buen humor desde la última vez que hablé con él- insinuó Astrid - ¿ No ?
-Qué te puedo decir. Muchas cosas han pasado desde que hablamos
-¿ Tiene eso algo que ver con Melannie ?- preguntó Alice
-Digamos que el destino es bueno, a veces
Ronald estaba en clase de historia, con el profesor Shaw. Hablaban sobre las guerras franco-inglesas, y Ronald prestaba bastante atención.
-...Y fue así como se dieron las guerras franco-inglesas- culminó el profesor
-Disculpe, ¿ profesor ?- intervino Ronald
-Dime, Ronald
-La guerra de los cien años comenzó con el monarca Felipe VI de Francia, pero, ¿ cómo terminó ? ¿ Quién ganó la guerra ?
-Esa es una pregunta muy común, y me alegra que estés atento a la clase, Ronald. La disputa por el trono de Francia, que como ya dijimos duró ciento dieciséis, fue llevado por cuatro sucesores de ambos monarcas, Eduardo III y Felipe VI, y en mil cuatrocientos cincuenta y tres se dio lugar a la última batalla, la batalla de Castillon, donde los franceses salieron triunfadores- el sonido del timbre interrumpió al profesor- Les pediré que estudien todo lo que puedan sobre la guerra de los cien días. Mañana haremos una mesa redonda
Todos recogieron sus cosas y se marcharon. Ronald se dirigió hacia su casillero, donde se encontró a George.
-Hola, George- saludó Ronald- No te ves muy bien- dijo al ver su semblante
-La verdad es que no lo estoy. No logré dormir ni siquiera un poco
-Qué mal
-Dime, ¿ qué piensas hacer hoy ?
-¿ A qué te refieres ?
-A Melannie. No te vas a rendir tan fácil, ¿ verdad ?
-Por supuesto que no, pero tampoco puedo acosarla, ¿ sabes ?- George rió- Nos veremos después. No me gustaría llegar tarde a álgebra
-Hasta luego- dijo George al ver que Ronald se alejaba
Ronal entró al salón de álgebra y notó que ya habían algunas en el aula, pero faltaban otras para que comenzara la clase. Ronald se dirigió a su asiento y notó a Melannie sentada, leyendo un libro que no reconoció. Se acercó a ella.
-Hola
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