Capitulo 31; Choque de Mala Suerte
-¿ Ser una princesa ? ¿ Vivir en la mansión ?- Ronald frunció el ceño
-Lo sé. Todos se burlaron de ella
-Por eso no me quiso hablar hace rato- murmuró Ronald para sí
-Supongo que sí- dijo George al escuchar lo que había dicho- Creo que odia un poco a los Robinsonn- los dos tenían su bandeja con comida en la mano y se sentaban en una mesa- Después de la cafetería tenemos quince minutos de receso. Ese tiempo se la pasa en la biblioteca. Quizás quieras ir a verla
-Gracias- George asintió y se dispuso a comer
Ronald observó su plato de comida; lo que habían servido ese día se basaba en una porción de espagueti con queso parmesano, una caja de leche y una porción de pastel de chocolate. Ronald observó asombrado lo que estaba en frente de él, nunca pensó que una escuela de un pueblo pudiera servir algo tan apetitoso. Tomó el tenedor, lo enrolló en el espagueti y lo levantó para dirigirlo a su boca, pero antes de comerlo, una nueva persona se sentó con ellos.
-Hola, Ronald- era Astrid- ¿ Cómo te va en el primer día ?
-Nunca pensé que fuera tan difícil integrarse en una escuela
-Te quería contar algo
-¿ De qué se trata ?- Ronald se irguió y se puso serio
-Hace un rato vi al sujeto misterioso rondar la zona- Ronald notó a George antes de contestar
-Astrid, no sé de qué me hablas
-Ronald no seas ton...- Astrid calló al ver que la otra persona presente la miraba desconcertado- Tienes razón. Mejor hablamos más tarde- George los siguió mirando hasta que Ronald, después de dar un bocado, habló
-Qué maleducado soy. Astrid, el es George, George, ella es mi prima, Astrid
-Mucho gusto- dijo George muy educado
-Hola- contestó Astrid
Mientras comían, Ronald notó que Alice se había sentado en una mesa un poco alejada de los demás. Y su cabeza no paraba de preguntarse qué le había pasado, qué era tan grave como para no hablarle a nadie desde lo ocurrido el día anterior.
-Oye Astrid- dijo Ronald
-Dime
-¿ Alice no ha hablado contigo ?
-No
-¿ Ni siquiera han peleado ?
-Nada. Ni siquiera una pelea
-Eso ya es demasiado extraño
-Lo sé. Volvió muy reservada desde que fue a ya sabes dónde - el silencio se prolongó unos minutos mientras comían, hasta que George bromeó
-Siento que estoy aparte en esta mesa- dijo con una sonrisa
-Lo lamento, George. Son cosas... Familiares- se excusó Ronald
-No te preocupes. Con que dos Robinsonn se sienten conmigo ya me siento bien. No necesito participar de sus conversaciones
La hora del almuerzo terminó, y tal como George había dicho, tuvieron quince minutos para descansar. Ronald se despidió de su prima y de su nuevo amigo y se dirigió hacia la biblioteca. Astrid se había burlado de él por el hecho de que quisiera hablar con Melannie, aunque a él no le importó. Al entrar en la biblioteca observó grandes literas llenas de muchos libros. Una mujer se encontraba en la recepción, que se ubicaba en frente de la puerta. Esta lo recibió.
-Hola, hola, hola. Supongo que tú debes ser el chico nuevo. ¿ Ronald no ?
-Así es
-Mucho gusto. Soy la señorita Mason y soy la encargada de este lugar. Me parece raro que estés aquí, no muchas personas se interesan en venir en sus momentos libres
-¿ Sabe si alguien más vino ?- peguntó Ronald
-Sí, es una chica, muy estudiosa. Desde el año pasado viene. Creo que es su lugar favorito- la recepcionista rió levemente
-¿ Sabe dónde puedo encontrarla ?- la señorita Mason dudó
-Me parece que estaba en el área de fantasía, pasillo tres
-Gracias
Ronald la dejó y se dirigió hacia donde le habían indicado. La encontró sentada en una mesa, dándole la espalda. Se acercó disimuladamente mientras buscaba un libro para fingir estar de pasada. Tomó uno clásico; Harry Potter. Se acercó a la mesa y se sentó no muy lejos de ella. Cuando rodó la silla para sentarse, Melannie levantó la mirada y lo observó con el ceño fruncido, cuando se sentó, volvió su mirada al libro. Ronald no estaba fingiendo muy bien; no se concentró en lo absoluto en lo que leía, a pesar de que sus ojos se paseaban por las palabras, pasaba las páginas sin comprender nada. De vez en cuando sus ojos se dirigían a la chica que se encontraba con él, para quitarlos cuando esta se movía levemente. Después de momento, Melannie suspiró y cerró su libro para dirigirse hacia Ronald.
-¿ Qué es lo que quieres ?- dijo bruscamente
-Bueno, yo, solo quería hablarte
-Te escucho- Ronald titubeó
-Quería decirte que yo no soy como mi prima- dijo mirando hacia abajo- Y no soy de la clase de persona que revela los secretos de sus amigos y...
-¡¿ Quién te lo dijo ?!- su voz se había elevado un poco
-Es que me pareció extraño como te fuiste en clase de arte, y pensé que te había molestado, entonces pregunté y...
-Olvídalo- dijo atropelladamente- No sé que es lo que quieres pero no te molestes en explicarme
-Solo me perdono por mi prima
-Bien, están perdonados, ¿ feliz ?
-No mucho, no creo que hables en serio. Además, también quería saber si...- se detuvo
-Pierdes tu tiempo si crees que podrás ser mi amigo
-¿ Podrías siquiera darme una oportunidad ?- dijo unos segundos después y muy despacio
-Olvídalo. Eres un Robinsonn, y como dijo tu prima una vez: la nobleza no debería juntarse con la plebe- sin decir más Melannie se levantó y se marchó
Una vez más, Ronald se sintió rechazado. Sabía cómo era su prima, pero nunca pensó que fuera tan cruel como para aprovecharse de la verdad para menospreciar tanto a alguien. Su cabeza revivía este momento una y otra vez, en todas partes; clase de literatura, ciencia, y aún en educación física, siendo la última. Se había cambiado su ropa por una moda que estaba en su casillero. Esa clase la compartía con Alice, pero cuando se acercaba a hablarle, esta se iba en cualquier otra dirección. En una ocasión, Ronald le preguntó qué le ocurría, y esta simplemente le dijo que nada.
-Clase, hoy tendremos un juego de voleibol- el profesor había colocado una malla en el centro de la cancha- Formen equipos de seis, y escojan su lado
El grupo en que quedó Ronald estaba conformado por cuatro personas de los cuales descubrió que se llamaban Eric, Charlie, Darcy y Sophia, y Alice. Alice, Charlie y Darcy se encontraban en la línea de defensa, mientras que Ronald, Eric y Sophia se encontraban en la línea de ataque. El partido estaba muy reñido; ambos equipos habían jugado muy bien y se encontraban veinticuatro a veinticuatro. Dado esto, el juego continuó y el equipo contrario marcó otro punto, uno más y ganarían.
-Equipo reúnanse- pidió Ronald después del punto- Estamos a punto de acabar el juego, necesitamos marcar puntos para poder ganar
-Aconsejo que- Comenzó Eric- Podríamos hacer un pase colectivo y que Ronald remate
-Me parece bien- dijo Sophia- Después de todo, es el que mejor juega
Todos coincidieron en que era la mejor opción para no ir atrás en el tablero. El pase sería efectuado de manera que Eric, en la esquina izquierda, se lo daría a Sophia, en el centro de la línea de ataque, esta se lo darí a Alice, en la otra esquina de atrás, y esta se lo daría a Ronald para que rematase. Hicieron un saludo de equipo y volvieron a sus lugares. El pase comenzó bien, tal y como habían planeado; Eric a Sophia y Sophia a Alice. Ronald se había volteado a esperar el pase de su prima, pero cuando la pelota iba hacia ella, Alice volteó en dirección a una banca al lado de la cafetería y la pelota embistió su cara.
-¡Alice!- gritó Ronald mientras corría hacia ella- ¿ Estás bien ? ¿ Qué te ocurrió ?
-Estaba viendo a otro lado y...- Alice se detuvo
La prima de Ronald volteó de nuevo hacia la banca y Ronald siguió su mirada, para encontrarlo ahí, el sujeto misterioso.
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