Todos se quedaron mirando a Alice, mientras que esta no levantaba la mirada de la carta. Habían presenciado la clase de "coqueteo" que había tenido lugar en el frente de la mansión, pero nunca se imaginaron que esto pudiera a llegar hasta ese punto.

-¿ Qué dice ?- preguntó Esmeralda 

-No lo puedo leer, no aquí- dijo Alice- Alguien podría estar escuchando

-Tiene razón. Vamos a mi cuarto- dijo Ronald 

Las otras tres siguieron a Ronald escaleras arriba sin poner objeción alguna. Astrid no podía parar de pensar en lo que había pasado horas atrás, el simple hecho de recordar la imagen del sujeto a punto de besar la mano de su hermana le revolvía el estómago. Al legar, Ronald fue el último en entrar y cerró la puerta detrás de él.

-Entonces, ¿ qué dice ?- insistió Esmeralda

-Querida Alice- comenzó a leer- Se que no me conoces en lo absoluto, y probablemente ya tenga mala fama en tu grupo dado los recientes acontecimientos. Aún así me gustaría que aceptaras mi invitación para ir de picnic al lago. Me gustaría que vinieras sola, aunque sé que lo más probable es que Ronald no te vaya a dejar. Te espero en el Lago de Carrow a las cinco...- Alice se detuvo y levantó la vista del papel- ¿ Cinco ? ¡Eso es dentro de unos minutos!

-¡Alice!- Astrid llamó su atención- No piensas ir, ¿ verdad ?

-Bueno yo...

-Déjala, Astrid- Esmeralda interrumpió con una sonrisa- ¿ No ves lo que pasa ? Puede que Alice se enamore

-¿ Estás loca ?- Alice frunció el ceño en un fallido intento de verse seria- A mí no me gusta ese sujeto

-Pero estás considerando ir a verlo, ¿ no ?- Alice dudó- Entonces al menos te llama la atención. Y no mientas, está muy guapo

-¡Esmeralda!- Astrid la interrumpió- ¿ Cómo puedes alegrarte por esto ? Lo acabamos de conocer.  Seguramente solo la quiere utilizar para quitarle el reloj a Ronald

-¿ Estás celosa ?

-No seas ridícula. ¿ De quién podría tener celos yo ? ¿ De Alice ?- Esmeralda asintió- ¿ Tú que piensas de esto, Ronald ?

-La verdad es que si puede ser una trampa, pero a la vez lo podemos usar a nuestro favor

-¿ Cómo ?- quiso saber Alice

-Vas a encontrarte con él y le haces preguntas, cómo se llama, de dónde viene, pero tiene ser con cuidado para que no te descubra. Después nos lo contarás- Alice asintió- En cuanto al tema del amor, no sé qué sientes tú, pero algo es seguro, ese tipo siente algo por ti- Alice asintió una vez más, con el ceño fruncido

-¿ Esmeralda ?- dijo Alice

-Dime

-Ahora recuerdo algo. ¿ Quién se quedará con el collar que prometiste hace un día ?

-Bueno, yo, creo, que las dos hicieron tan buen trabajo que no sé a quién decidir- dijo mientras sacaba el collar nombrado- ¡Ah! Mira qué tonta soy- Esmeralda sacó otro collar exactamente idéntico al otro- Tengo dos de estos. Entonces uno va para Alice y el otro para Astrid

-¡Esto no es justo! Nos engañaste- se quejó Astrid

-Allá tú si no quieres el tuyo, yo te tuve que soportar todo un día para obtenerlo, así que no me quedaré sin el mío- Alice tomó uno de los que Esmeralda extendía, se lo colocó y se marchó

Alice se bañó y cambió la ropa para ir al encuentro con el sujeto misterioso. Mientras iba camino al lago se imaginaba todo lo que podría pasar en ese encuentro, y pensaba que quizás era una estúpida por haber caído en su trampa. Aún así, cuando llegó al lago, al lugar de encuentro, se sorprendió al observar que no había nadie ni nada allí; el lago, congelado, no tenía nada sobre él; la cabaña estaba en paz; las aves cantaban. Pero aparte de esto, no había nada más. Alice se dio la media vuelta para marcharse a casa, pero cuando lo hizo una voz se escuchó atrás de ella.

-Si viniste- el tono de voz era entusiasta, por lo que Alice se volteó rápidamente- Lamento la demora, estaba arreglando unas cosas y se me hizo un poco tarde. ¿ Llevas mucho tiempo esperando ?

Alice negó con la cabeza mientras el que hablaba extendía una manta en el piso, para luego hacer una seña invitándola a sentar. Alice observó los ojos del rubio, que estaban casi ocultos por su espesa cabellera. Alice dudó un rato si sentarse o no, pero al final se acercó lentamente hacia a él.

-Lamento lo de esta mañana, creo que no le caigo muy bien a tu hermana

-Astrid es una imbécil- masculló Alice y el sujeto rio- Pero solo yo puedo reírme o burlarme de ella

-Lo lamento- sentados en la manta, el sujeto le extendió la mano a Alice- Me llamó Alexander. Creo que es mejor que te sepas mi nombre y no me andes llamando sujeto o misterioso

-¿ Qué se supone que debo hacer ? ¿ Besarla ?- Alexander rio

-Si quieres no me voy a negar

-Déjalo en un apretón de manos- Alice la tomó y lo saludó- Ya te sabes mi nombre

-Tienes razón- Le pasó un sándwich a Alice y comenzaron a comer

El silenció se apoderó del lugar unos minutos, hasta que Alice recordó cuál era su verdadero propósito ahí.

-Entonces, ¿ Alexander ?- este asintió- ¿ Eres de por aquí ?

-Si y no- Alice lo miró confundida- Yo nací aquí, pero de pequeño mis padres y yo viajamos a Irlanda, a buscar una mejor vida

-Y terminaste siendo el cartero del pueblo- ambos rieron a carcajadas por el chiste

¡Concéntrate! Pensó Alice

-¿ Cuántos años tienes ?

-Diecisiete 

-¿ Vives con tu familia ?

-No. Solo yo volví 

-¿ Qué hacías en mi casa la otra noche ?- preguntó

-Quería hablar con tu primo

-¿ Por qué ?- Alexander bajó la mirada y sonrió

 -Ronald te envió a hacerme estas preguntas, ¿ verdad ?

-Bueno, yo quise venir, él me dijo que tratara de sacarte información. Y algunas preguntas las he hecho por mi cuenta 

-No lo culpo. Realmente, si él llegara a mi casa reclamando como suyo algo que yo heredé, también sospecharía

-¿ Por qué quieres su reloj ? ¿ Y por qué dices que es tuyo ?

-Es algo... Complicado. Juro que te lo explicaré, algún día 

-Creo que ya me tengo que ir. Mañana hay clases- dijo Alice al ver que el sol se ocultaba antes 

-Si- ambos se levantaron y al hacerlo, Alexander tomó la mano de su acompañante- Supongo que esta vez no está Astrid para impedirme hacer lo que quiero- dijo mirando a todas partes 

Alexander no levantó su mano para besarla, por el contrario, se acercó a Alice lentamente y con los ojos fijos en los suyos. El espacio entre ellos se fue difuminando cada vez más, hasta que Alexander lo quitó por completo, besando a Alice. Esta cerró los ojos y vivió el momento, por primera vez en su vida no se preocupó por el después, el qué pasará, y solo se concentró en el presente. Alexander se alejó y la soltó, y poniendo el dedo en su boca, le indicó que guardara silencio, para luego acompañarla a la estación del bus. 

En el camino de regreso, la mente de Alice solo repetía el momento del beso, una y otra vez, y al entrar a casa, sus primos y su hermana la recibieron.

-¿ Cómo te fue ?- preguntó Esmeralda emocionada

-Bien- fue lo único que contestó

-¿ Descubriste algo ?- preguntó Ronald y  en su cabeza se repitió la escena del baso y cómo le había indicado no decir nada

-Algo... Un poco nada más- técnicamente, no era mentira

-¿ Qué ?

-Les digo mañana, estoy muy cansada

Alice subió a su habitación sin decir nada más, y apenas se acurrucó en su cama se dio cuenta de que probablemente si había pasado lo que había dicho Esmeralda; se había enamorado de Alexander.