Astrid, Esmeralda, Ronald y Alice se voltearon sobresaltados al escuchar aquella voz, y al hacerlo, se dieron cuenta de que algo no estaba bien, algo que Astrid debería haber sabido si fuese estado haciendo bien su trabajo, algo que quizás haría que todos sus planes se vinieran abajo, si la persona que tenían en frente así lo deseara, y ese algo, o ese alguien, era Lilith. Ronald observó a una de las chicas más pequeñas, de las chicas que se supone que no representaban amenaza alguna, con aspecto horrorizado; nunca se imaginó que aquella chica a quien solo había visto dos veces también estuviera involucrada en el asunto del tesoro. Lilith los miraba, aún aguardando una respuesta a su pregunta.

-¿ Lilith ? ¿ Qué haces aquí ?- preguntó Alice en un susurro y con los ojos de par en par 

-Bueno, yo...- Lilith suspiró- Creo que ya no vale la pena ocultarlo

-¿ Sabías de todo esto ?- adivinó Astrid aún susurrando. Lilith asintió

-De hecho, creo que no he sido muy buena con ustedes. Muchas veces he tratado de contarles que lo sé, y tratar de ayudarlos a encontrarlos antes de que ellas lo hagan- volvió a señalar a Lina y a Lola

-¿ Entonces no estás de su lado ?- dijo Esmeralda. Lilith negó con la cabeza

-¡Aaaaah!-un grito salió de la habitación- ¡¿ Cómo es tan difícil cruzar una simple habitación ?!

Roald se apresuró a empujar a las cuatro chicas hacia la puerta que conducía a la salida. Salieron al patio trasero y empezaron a caminar callados sobre el pasto, mientras cada uno pensaba en cómo retomar la conversación.

-¿ Entonces dices que quieres ayudarnos ?- comenzó Ronald

-Por supuesto, solo que sería muy malo que mi madre se enterara de que los ayudo

-Otra más que está ocultándose de sus padres- adivinó Astrid

-Entonces, ¿ puedo unirme a su equipo ?

-Yo o diría que es un "equipo" pero...- comenzó Esmeralda

-Por supuesto que estás dentro- anunció Ronald

-¿ Si ?- preguntó Lilith con emoción

-¿ Si ?- Alice preguntó lo mismo pero con algo de horror

-Si- afirmó Ronald, mientras sus primas, a excepción de Lilith, lo miraban extrañadas

Lilith los dejó solos, a petición de Astrid, y comenzaron a caminar hacia el bosque para tener mas privacidad donde hablar. Caminaron hasta llegar al mismo claro en donde Ronald había descubierto parte de la verdad de su padre, y en este comenzaron a hablar.

-¿ En serio lo hiciste ?- preguntó Astrid a Ronald 

-¿ Qué cosa ?

-Añadir a Lilith

-¿ Y por qué no ?

-¡Es solo una niña!

-Eso es cierto- coincidió Alice- Es una niña, no podemos involucrarla en este tema

-Pero, Alice, tenemos motivos para hacerlo- intervino Esmeralda- Nos puede servir de ayuda espiando a los demás, aparte confían demasiado en ella y no tienen ni idea de que quiere ayudarnos

-Y aún así, no podemos confiar mucho en ella- dijo Astrid- ¿ Quién nos asegura que no está siendo enviada por tía Lola ?

-¿ Sabes, Astrid ? Si hubieras estado un poco más atenta a tu tarea quizás pudiéramos saber si es o no confiable- dijo Ronald

-¿ Insinúas que fue mi culpa ?

-¿ Cómo había dicho Alice ?  Te queda como anillo al dedo

-Te vas a arrepentir- gruñó Astrid

-Mira que miedo tengo- Ronald fingió temblar

-¿ Qué ocurre aquí ?- un voz irrumpió desde el lado Este del claro

-¿ Mamá ?- Ronald abrió los ojos de par en par al ver la figura de su madre incorporarse con ellos- Ya en serio, ¿ nos has estado siguiendo ?

-No seas ridículo, Ronald, iba camino a la mansión y oí la discusión. ¿ Por qué pelean ?

-A Ronald se le ocurrió la brillante idea de añadir a Lilith al grupo...- comenzó Astrid

-Y a Astrid no le parece bien que lo haya hecho- dijo Ronald- Piensa que podría ser una trampa para espiarnos

-¿ Y por qué piensas eso ?- Jazmine giró la cabeza hacia Astrid, que se encontraba al lado de su hermana

-Seamos sinceros: tía Mariam, Lina, Emma, y el resto de las personas que están involucrados en este jueguito del tesoro, harán cualquier cosa para sacarnos información. ¿ No parece raro que nunca antes habíamos visto a Lilith y precisamente hoy, que estábamos en ese pasadizo, la viéramos ? ¿ Quién puede decirnos que tía Lola no la ha enviado para espiarnos ?

-En eso tienes razón- coincidió Jazmine- Deberían tener a alguien que la vigile de cerca, solo por seguridad

-Se supone que ese era el trabajo de Astrid- dijo Ronald- Quizás si lo hubiese hecho un poco mejor, no estaríamos tan desconcertados por la situación

Astrid volvió a emitir un leve gruñido, mientras miraba a Ronald con algo de rabia.

-Esto está mal- dijo Jazmine tras vacilar unos minutos- ¿ Saben ?, ya está tarde, hoy ha sido un día muy agotador para ustedes y creo que necesitan descansar. Este tema lo podemos discutir mañana cuando estemos un poco más relajados. Si a mí me preguntan, me parece que mientras más, mejor. Aunque aún así, siempre hay que tener sus precauciones

Sin decir mas, Jazmine empezó a caminar hacia el bosque, y el resto la siguió sin objeción alguna. Jazmine los guio por el espeso bosque hasta la mansión, y mientras caminaban, Ronald y Astrid procuraron no mirarse durante todo el trayecto. Los grupos seguían igual; Esmeralda iba detrás de Ronald, y Alice detrás de Astrid. Cuando iban llegando a la mansión, unos gritos los recibieron, acompañados de ollas y sartenes que caían al suelo sin mucha delicadeza. Al entrar descubrieron que la sala estaba completamente vacía, y los gritos que se escuchaban en un radio de diez metros, provenían de la cocina.

-¡Hoy te toca a ti hacerla!- se escuchó

-¡Por supuesto que no! Yo la hice ayer- dijo otra voz

-Y yo la hice por una semana entera

Ronald se dirigió rápidamente a la cocina para ver de qué se trataba tanto alboroto, y encontró a Mariam y a Emma, discutiendo por saber quién de ellas haría la cena.

-¡Eso es mentira!

-¡Por supuesto que no...!- Mariam se detuvo al ver a Ronald- ¡Ronald! Qué maravilla. Necesitamos tu ayuda

-¿ Con qué ?- quiso saber el acudido

-Es que tenemos un problema, no sabemos quién de nosotras debe hacer la cena

-¡Es en serio!- Ronald empezó a frotarse las sienes con los dedos- Tía Mariam, tía Emma, ¿ no creen que ya están lo suficiente grandes como para estas cosas ?

-Pero es que...- comenzó Emma

-Yo tengo dieciséis años, ¿ y tengo que solucionarles los problemas a ustedes, que son todas unas adultas ya ?- Ronald revisó su bolsillo trasero y sacó una moneda- Tía Mariam, ¿ cara o sello ?

-¿ En serio vas a solucionar así este problema ?- dudó Emma

-Oigan, estoy cansado, aburrido, ¡y tengo dieciséis!, ¿ de qué otra forma quieren que solucione cualquier problema ?- Ronald se dirigió de nuevo a Mariam- ¿ Cara o sello ?

-Sello- aseguró y Ronald volteó a ver a Emma

-Te queda cara- le confirmó

Ronald lanzó la moneda al aire y esta dio un giro y medio antes de aterrizar de nuevo en la palma de su mano. Cuando Ronald la vio, el problema estaba resuelto: había salido cara. A Emma le tocaba cocinar.

-Tía Emma- dijo Ronald- Has perdido. Ha salido cara- Emma gruñó ante el resultado, mientras que, por otro lado, Mariam saltaba de alegría

-¡Esto es muy injusto!- protestó Emma

-Tía, la vida no es justa. !¿ Podrías comportarte como la adulta que eres y afrontar tu derrota ?!

Emma calló, pero por dentro seguía exclamando ante lo desafortunada que había sido al perder tal tontería. Ronald salió de la cocina, esquivando a Astrid, Alice y Esmeralda, que habían entrado detrás de él. Ronald se dirigió a su habitación, estaba realmente exhausto y no quería hacer nada más que tirarse en su cama y dormir hasta el día siguiente, y así fue, más o menos. Cuando despertó, vio que todo estaba oscuro todavía, pero a pesar de que trató no pudo. Vio su reloj y eran las cinco y cuarenta de la mañana. El hambre lo había despertado; debió haber comido antes de dormir. Se levantó de la cama y camino hasta la cocina. Al llegar, encendió la luz y abrió el refrigerador buscando algo para comer.

-¿ También quieres un aperitivo nocturno ?- la voz detrás de él hizo que se volteara. Era Astrid- No creo que encuentres nada para comer allí

-Si quieres me puedes acompañar- la invitó Ronald- ¿ Podrías hacerme algo a mí también ?

-Mira y aprende

Astrid se acercó a Ronald y cerró el refrigerador mientras este se quitaba de en medio. Abrió la alacena y sacó el pan de sándwich que había, y, al igual que la otra vez, se preparó sándwich para ella y para Ronald.

-Rico- alagó Ronald al primer mordisco

-Y he hecho cosas mejores- ambos se rieron muy callados mientras seguían comiendo

-¿ Astrid ?- dijo Ronald

-Dime

-Lo siento. Lo de esta tarde. Quizás tu tienes razón y no debí haber incorporado a Lilith

-No, Ronald, yo lo siento. Puede que si tenga buenas intenciones. Y también tienes razón, si hubiera estado más atenta fuese podido averiguar esto antes- Astrid estiró una mano hacia Ronald- ¿ Amigos ?

-Amigos- Ronald estrechó la mano de su prima y luego se soltaron- Ahora iré a dormir. Dentro de unas horas tenemos que seguir con la remodelación

-Tienes razón. Volvamos a nuestras camas

Ronald y Astrid caminaron hasta el segundo piso, donde estaban sus cuartos, y cuando casi llegaban a sus habitaciones un ruido captó la atención de los dos. Buscaron el origen del sonido por todas partes y sus ojos se detuvieron en la parte que estaba delante de ellos, el resto del pasillo estaba completamente a oscuras, y no se podía ver nada más que oscuridad. Una voz provino de ese lugar.

-Hola, Ronald