Capitulo 10; Guerra familiar
-¿ A quién llamaste ?- preguntó Astrid una vez que Ronald colgó
-A Esmeralda
-¡A esa!
-¿ Hay algún problema ?
-Simplemente no nos llevamos muy bien. Ven ayúdame a resolver este acertijo. Desde que llegué aquí siempre trato de resolverlo, y nunca puedo
-A ver
"Cuatro hermanos somos, y cuatro reliquias también. Una se ha perdido, ¿ encontrarla yo podré ?, los que tengan las reliquias por aquí podrán pasar, resuelve los misterios, para a él poderlo encontrar"
-¿ A quién crees que se refiera con él ?
-No lo se. Pero algo es seguro, si hay una reliquia perdida, dudo mucho que esas trampas nos dejen pasar
-Tienes razón
-Será mejor que volvamos a la mansión
-Sígueme, te mostraré la salida
Astrid guió a Ronald hasta una puerta, abrieron la puerta y se encontraron con unas escaleras. Tras subirlas vieron otra puerta, la cruzaron y habían llegado al patio trasero.
-¡Ronald!- gritó Esmeralda que se acercaba con Gabriel- ¿ estás bien ?, ¿ Por qué estás tan mojado ?, ¿ Astrid te hizo algo ?
-¿ Aparte de salvarle la vida ?- Dice Astrid con sarcasmo
-No te pregunté a ti Astrid
-Deberíamos calmarnos y entrar- Ronald hizo un gesta a Esmeralda explicándole que Gabriel debía irse y esta asintió
-Gabriel
-¿ Si ?
-¿ Crees que podamos vernos en otro momento ?, tengo que resolver un problema familiar
Gabriel lanzó una mirada fulminante a Ronald antes de responder.
-Por supuesto- Le besó la frente tiernamente- Nos vemos después ¿ vale ?
Esmeralda asintió para luego dirigirse a los demás, una vez que Gabriel se hubiera alejado.
-¿ Entonces ?, ¿ me van a contar qué pasó o no ?- dijo al tiempo que compartía una mirada de odio con Astrid
-Claro- asintió Astrid- pero dudo que tu pequeña cabecita logre comprenderlo- Esmeralda se abalanzó contra Astrid y Ronald la detuvo sosteniéndola por la cintura
-¡Basta!, dejen de pelear, entremos- se dirigió hacia Esmeralda- yo te contaré qué pasó- ella asintió, aún resentida de que la hubiera retenido- entonces, entremos ya
Ronald se dirigió a su cuarto para cambiarse la ropa mojada y secarse un poco, para luego aparecer con una toalla secándose el pelo y con el pecho descubierto.
-¡Uuff, Ronald!- exclamó Astrid- Si pudiera pecar con la mirada ya lo fuese hecho- dijo al contemplar el pecho de Ronald
-¡Contrólate Astrid!, es de la familia- le dice Esmeralda, aunque tampoco podía quitarle la mirada de encima a Ronald
-Desearía que no lo fuera
Ronald, quien pareció no haber notado el comentario de su descarada prima, habló por fin
-Me parece que estamos solos- sugirió Ronald
-¿ A dónde crees que pudieron haber ido todos ?- pregunta Esmeralda
-Se fueron de picnic- asegura Astrid
-¿ Y tú cómo lo sabes ?- dice Esmeralda mirándola con recelo
-Los escuché. Todo lo organizó tu madre, Ronald, creo que sigue en su intento de hacer que seamos una familia unida, no creo que lo logre, no sabe que tan separada está la familia después de que pasó eso
-¿ Qué es eso ?- preguntó Ronald tomando asiento
-Eso es el legado. ¿ No tenías el libro ?,deberías saberlo
-Se me mojó cuando estaba en la trampa de agua
-Es una verdadera lastima. Aunque es una dicha que gracias a esa pequeña bañada pudiera contemplar este espectáculo- dijo y no dejaba de ver a Ronald, era como que si Ronald fuera un imán, y sus ojos el metal
Ronald, por fin se percató de que su pecho descubierto empezaba a provocar extraños instintos en su prima y se sintió incómodo ante tal situación.
-¡Ya concéntrate Astrid!- le llama la atención Esmeralda
-Es que me resulta difícil con tanta hermosura frente a mis ojos- volvió a ver a Ronald mordiéndose el labio- Además no puedes negar de que Ronald está muy guapo, y mucho más sin esa camisa que oculta todo su pectoral tan deslumbrante
Esmeralda, volteó a ver a Ronald disimuladamente, al tiempo que este levantaba la mirada abruptamente, al sentirse un poco apenado por el comentario de Astrid.
-¿ Ves ?, ni si quiera tú puedes negarlo- le acusa Astrid a Esmeralda al notar su mirada
-Esperen acá un minuto, ya vuelvo- Ronald se levantó y salió de la cocina dejando a sus primas un poco confusas.
-¿ Entonces ?, ¿ vas a admitir que Ronald está guapísimo ?
-Bueno... Ya olvídalo, somos familia, eso está mal
-Créeme que difícilmente me resistí a la tentación de recostarme sobre él. Lo había visto de lejos, y la vez en el armario, pero nunca sin camisa, ¿ tú ?
-Tampoco
-Desearía poder cambiarme el apellido- dijo al tiempo que Ronald entraba en la habitación, esta vez con camisa, y muy ancha, para que ocultara todo signo de su pecho
-Listo, ¿ será que ahora si nos podemos concentrar ?
-Empezaba a gustarme, ¿ sabes ?- dijo Astrid con picardía
-Bueno, tenemos muchas preguntas y creo que poco tiempo para resolverlas así que, ¿ por dónde empezamos ?
-Podríamos empezar preguntándonos, ¿ Qué ocurrió después de el legado ?- incitó Esmeralda viendo a Astrid
-Bueno les contaré básicamente lo que pasó, cuando la tatarabuela Elena dejó el legado o la herencia, todos querían la mansión, se dice que aquí se encuentra la clave para encontrar el gran tesoro de la familia. La única persona que no se preocupaba por el tesoro o por la mansión era su bisabuelo, Richard, y fue precisamente a él a quien se la dio, todos quedaron resentidos ante aquella decisión
-¿ Entonces ?- preguntó Esmeralda
-Entonces cada quién se fue por su camino, sabían que Richard era el favorito de Elena y no querían discutir con ella por esa decisión, por lo que cada quien se marcho, prometiendo algún día volver. Los pasadizos ya estaban en la mansión, y lo único que hizo Richard, gracias a su ingenio, fue mejorarlos agregándole trampas, por si alguien alguna vez se atrevía a buscar el tesoro.
-¿ Por qué todos aparecieron cuando yo lo hice ?- preguntó Ronald
-Por tu reloj. El reloj que cargas en tu muñeca era de tu padre, ¿ cierto ?- Ronald asintió- a tu padre, Rey, se lo dio su padre, Christian, y a Christian se le dio su padre, Richard, y a Richard se lo dio su padre, Edward; en pocas palabras, tienes el reloj del rey, y con las modificaciones que le hizo Richard a la casa, tu reloj es la única llave que puede abrir varias de las puertas ocultas que hay en la mansión, incluida la del tesoro, por eso lograste abrir la puerta de la mansión, Richard sabía que el reloj iría de generación en generación hasta llegar a ti, y sabía que eras el único que podría entrar a la mansión desde afuera la primera vez
-¿ Cómo sabes que entré a la mansión con mi reloj ese día ?
-Porque te vi- dejo salir una pequeña sonrisa traviesa- cuando te perdiste en el bosque yo estaba ahí, y te seguí hasta que abriste la puerta
-Entonces tú le dijiste a los demás que yo había llegado al pueblo- era más una afirmación que una pregunta
-Si. Mi madre me mandaba todas las tardes, sin sentido alguno, a merodear por la mansión, y nunca descubrí por qué o para qué, hasta que tú llegaste
De un momento a otro todos se vieron sumidos en un gran silencio, provocado por el intento de comprender qué pasaba, pero de repente Astrid notó un leve sonido que la hizo descubrir con exactitud que quizás no estaban totalmente solos
-Alguien nos escucha...- afirmó en un susurro
-¿ Qué has dicho ?- preguntó Ronald
Astrid se levantó y se dirigió hacia la entrada del comedor, sutilmente asomó la cabeza por el marco de la puerta, y se molestó cuando del otro lado de ella encontró a una de sus peores enemigas; su hermana gemela.
-¡Alice ¿ qué crees que estás haciendo ?!- grita y llama la atención de de Ronald y Esmeralda
-¿ Alice ?- pregunta Esmeralda
-¿ Quién es Alice ?- le sigue Ronald
-Es la hermana gemela de Astrid-le contesta Esmeralda- No se llevan muy bien, creo que se lleva mejor conmigo, y eso es bastante decir
-¡¿ A dónde crees que vas ?!- Astrid seguía luchando por atrapar a aquella persona que ni Ronald ni Esmeralda podían ver- ¡Vente para acá!, querías escuchar ¿ o no ?, ahora nos vas a ayudar
-¡Suéltame!- una voz desconocida para Ronald entró en la habitación- ¡Te digo que me sueltes!
-No se queden ahí parados, ¡busquen algo con qué atarla!- ordena Astrid y rápidamente los otros dos obedecen
-Ten, quizás este suéter funcione- dice Ronald tras regresar
-Toma otro- se apresura Esmeralda
Todos juntos ataron a Alice de pies y de manos a una silla impidiéndole la movilidad. Se sentaron justo al frente de ella y empezaron a hacerle preguntas.
-Pueden comenzar ustedes- permite Astrid
-¿ Qué tanto escuchaste ?- dice Esmeralda
-¿ Escuchar sobre qué ?, ustedes no tienen un buen tema de conversación- contestó Alice meneando la cabeza
-No juegues y contesta- impone Astrid
-Está bien, está bien- se rinde- digamos... que comencé desde lo del reloj- Astrid la miró con sus hermosos ojos miel que la hicieron confesar- bueno quizás desde los pasadizos y todo eso... Bueno si, desde el legado. Los escuché cuando llegaron
-No te vi cuando salí a buscar una camisa
-Por fortuna yo si te vi a ti- añadió un poco susurrado- y quisiera decirte que estoy libre
-¡Alice, compórtate!- gruñe Astrid- ¡yo lo vi primero!
-La que ve de último ve mejor¿
-Eso es falso- protesta Astrid
-Ya cálmense las dos- dice Ronald- Alice, ¿ dónde estabas ?
-Escondida, por supuesto, no creas que soy tan idiota como para dejar que me vean
-¿ Nos vas a ayudar ?- pregunta Esmeralda
-¿ A qué exactamente ?
-Escuchaste lo del legado, ¿ no ?- Alice asiente- entonces podrás ayudarnos a descubrir qué pasa
-No lo sé. No me gusta llevarle la contraria a mis padres, ellos también quieren descubrir dónde está el tesoro
-¿ Tus padres dice ?- Ronald se acerca un poco
-Si, desde que llegaste me... bueno nos dicen- voltea a ver a Astrid- que si vemos algún signo extraño en ti, o descubrimos algo, por más mínimo que sea, se lo contemos de inmediato. Aunque claro que Astrid no les presta atención
-Pero al ayudarnos, no estás llevándole la contraria a tus padres, solo no le estás contando lo que estás haciendo
-Es lo mismo- agacha la cabeza- No quisiera ocultarles que estoy descubriendo dónde está el tesoro, se enfadarían muchísimo conmigo
Ronald suspira y Astrid mueve los ojos en forma de fastidio.
-Mira Alice es fácil- comienza su gemela- no vas a ayudar o no
-Es fácil para ti, no tienes que molestarte por obedecer a nuestros padres
-Alice...- Esmeralda la mira fijamente-¿ Puedes ayudarnos, o no ?
Alice vaciló un momento, antes de asentir.
-Ahora, tienes que prometernos que todo lo que has oído y que hemos dicho no saldrá de esta habitación- pasó unos minutos en el que hubo total silencio-¿ Lo prometes ?
-Está bien, lo prometo
-Ahora te voy a soltar- Esmeralda se acercó hacia ella- y espero que cumplas tu promesa, Alice, de lo contrario puede que tengamos algunos problemas
-No la romperé. Pero no te tengo miedo, Esmeralda- Alice la mira con una sonrisa desafiante
-No me refería a mí- Esmeralda volteó y vio a Astrid, quien miraba su hermana con recelo
-¿ Crees que Astrid es mejor que tú ?
-No- Astrid contesta por Esmeralda- Pero sé más cosas de ti, y podría contarle a papá que su hija perfecta se le insinuó a su primo...
-¡Cállate!- le interrumpe- ¡eres una...!
-No, no, no. Creo que no me has entendido, si de tu preciosa boca sale un simple pío, papá y mamá podrían enterarse que a su diecisiete años su hija ya... Sabes
-¿ Me estás amenazando ?
-Por supuesto que no, cariño, solo te digo cómo serán las cosas si no haces lo que te pedimos
-Una pregunta más, Alice- pidió Ronald
- Y tú, ¿ qué quieres ?
-¿ Alguien más sabe del tesoro?, me refiero si alguien más lo está buscando
-No estoy muy segura. Se que tía Emma y su familia están interesados, de ahí el comportamiento de Esther
Sonó la puerta y rápidamente asimilaron que su familia había llegado. Se apresuraron a desatar a Alice, y la voz suave de Jazmine invadió el comedor al entrar.
-Y ustedes, ¿ Qué hacen aquí ?- preguntó
-Charlábamos un poco- contesta Ronald
-¿ Y por qué tienen los suéteres ?
-Teníamos frío- Se apresura Esmeralda
-Pero...- Jazmine vio el calefactor- si están a veinte grados Celsius
-¿ Aquí había calefactor ?- evade Astrid- nunca antes lo había visto
-Me parece que ya nos tenemos que ir- sugiere Alice- ¿ o no chicos ?
Todos asienten.
-Mamá, hablamos después- dice Ronald antes de irse con los demás
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