capítulo 2
Kobeni estaba abriendo sus ojos, y como era de esperar, se levantó con un ánimo bajo.
Era normal para ella, puesto que no le hayaba sentido a la vida, o mejor dicho, no le hayaba sentido a su vida.
No sabía a que vino al mundo, y tampoco tenía las fuerzas para tratar de buscar una respuesta.
Así que, como siempre, ignoro eso ya que lo único que conseguiría sería llorar.
Ella volteó a ver a un lado de su cama y se encontró a Denji durmiendo plácidamente, como si la cama fuera de el.
Ella bajo su mirada para ver su cuerpo y suspiró de alivio ya que traía su ropa puesta.
Así que todo seguía bien, dentro de lo que cabe.
Hace un día atrás, podía decir que fue uno de sus mejores días del mes, o de ser posible, del año ya que se la paso bien.
Comió helado, aunque lo término por tirar al suelo, pero logró probar nuevamente esa exquisitez de uno de sus postres favoritos.
Y curiosamente fue gracias al chico al cual juzga en todo momento.
De pensar en eso, provocaba en ella un sentimiento de alivio, aunque no es que fuera la gran cosa ya que sus ánimos estaban por los suelos, pero al menos servía para distraerse un poco y no pensar en su vida miserable.
Así que en esta ocasión, ella no se levantó con brusquedad de la cama.
Todo lo contrario, se quedó ahí acostada mientras pellizcaba la mejilla de Denji para tratar de despertarlo.
Aunque en lugar de conseguirlo, solo provocó que el rubio empezara a votar baba, como si fuera un vil perro.
Esto le causó algo de gracia a kobeni ya que Denji estaba mostrando una expresión bastante patética, pero obviamente no se lo diría.
- d-denji...ya es hora de despertar. - dijo kobeni mientras pellizcaba a Denji con más fuerza, provocando que este poco a poco empezara a reaccionar, hasta que finalmente logró despertarse. -
- hmm, buenos días kobeni-chan... Como amaneciste? -
- b-bien... Amaneci bien... Y tú? -
- muy bien, feliz de verte al despertar. - dijo el rubio el cual consiguió lo que quería, el cual era avergonzar a la peli-cafe la cual no sabía que contestar.-
No era un secreto para nadie que el estaba enamorado de la peli-cafe.
Desde el primer contacto que tuvieron y la forma tímida en la que ella lo trató, fue suficiente para capturar el corazón del motosierra.
Apenas llevaban tres días de conocerse pero en ese tiempo, Denji ha sido bastante feliz, más de lo que ha sido en sus últimos años de vida, exceptuando a su fiel amigo, pochita que ahora vive en su corazón.
Literalmente.
Es por eso que le parecía agradable molestar a kobeni ya que ella era una máquina de nervios.
Bastante peculiar a su opinión pero no la iba a juzgar ya que el era igual, por no decir que es peor a ella.
- m-mejor v-vayamos a comer. -
- oh, el desayuno, vayamos entonces. - dijo el rubio el cual se levantó de un salto y como era de esperar, tomó de la muñeca a kobeni para poder salir juntos del cuarto el cual seguía sin puerta. -
Estando en la cocina, Denji en esta ocasión le pidió a kobeni que se sentara a esperar ya que el prepararía el desayuno.
- sabes cocinar? -
- no... Pero hechando a perder se aprende, así que no te preocupes ya que estoy seguro que te va a gustar. -
- d-de acuerdo. - dijo kobeni algo temerosa por las palabras del rubio. -
Solo fue cuestión de minutos hasta que el rubio término el desayuno de ambos y luego lo sirvió en la mesa.
Kobeni esperaba una aberración gastronómica pero paso todo lo contrario.
En su lugar solo había un plato el cual contenía huevos revueltos, acompañados por pan integral.
- jaja, verdad que te engañe?, si se cocinar, bueno, solo se a hacer huevos, pero son los mejores del mundo, te lo juro por kami-sama, así que pruébalo. - dijo el rubio el cual empezó a devorar su desayuno y todo el pan integral para no dejarle nada a kobeni. -
La peli-cafe por su parte agradeció por la comida y luego empezó a comer.
Eran unos simples huevos revueltos, nada del otro mundo a decir verdad.
Aunque debía de admitir que el detalle fue lindo, ya que no cualquiera hace el desayuno por uno.
La última vez que alguien le hizo el desayuno fue hace algunos años, cuando aún vivía con sus padres.
En ese caso era su mamá la que le hacía el desayuno a ella y a sus hermanos.
Desde entonces, ella hace su propia comida, o bien, lo pide a domicilio, aunque son raras las ocasiones en las que ella pide comida de esa forma.
Así que estaba agradecida con su amigo? Por este pequeño gesto, que aunque no fuera la gran cosa, se agradece de igual forma.
- verdad que están muy buenos? -
- si... Gracias. -
- cuando quieras, aunque eso no es parte del trato, se supone que tu eres la que me debes de dar de comer. -
- l-lo siento, la próxima vez haré yo la comida. -
- jaja, descuida, solo te estoy molestando. -
- e-es así? No lo noté, lo siento. -
- oye, esta bien, no tienes porque disculparte por todo. Somos amigos y los amigos molestan entre sí. -
- ya veo...-
- por cierto, has hablado con tus papás en estos días? -
- si, un día antes de conocernos hable con ellos. -
- ya veo, y de que platicaron? -
- de lo mismo. Les preguntó cómo están y ellos me dicen que si ya les voy a enviar el dinero del mes, luego de eso termina la llamada. - respondió la chica mientras seguís comiendo, aunque lo hacía sin muchos ánimos. -
- eso suena mal. Acaso no te llevas bien con tus papás? -
- s-si me llevo bien con ellos, es solo que no nos vemos desde a hace mucho, por lo que no he podio pasar tiempo con ellos, así que la mejor forma de ayudarlos es mandándoles dinero. -
- ellos no trabajan? -
- mi mamá no lo hace, y mi papá solo trabaja los fines de semana, o eso es lo que yo se. Como te dije, hace mucho que no los veo, por lo que no estoy enterada de lo que sucede por allá. -
Denji guardo silencio por un momento tras lo dicho por kobeni.
El no era tan insensible como lo aparentaba.
Sabía muy bien cuando la gente se aprovechaba de el, aunque en parte tenía la culpa ya que el lo permitía.
Siempre con el fin de obtener algo de dinero para pagar la deuda que se le había dejado, es por eso que era objeto de humillaciones constantes.
Así que el, mejor que nadie sabía cuando alguien más abusaba de una persona.
No tenía que ser meramente físico, sino que también habían otros factores, ya sea psicológico y emocionalmente.
Es por eso que denji ahora podía darse una pequeña idea del porque kobeni parecía ser tan pesimista.
Obviamente no profundizó en eso ya que no era tan inteligente, pero tampoco era un idiota completo.
Incluso ahora podía ver cómo el semblante de su amiga paso de uno sereno a uno melancólico.
Aunque ese no fue un limitante para seguir indagando más en la vida de su compañera la cual, parecía dispuesta a seguir abriéndose emocionalmente a el.
- hmm, oye, a ti te gusta tu trabajo? -
- eh? -
- digo, yo decidí trabajar de esto ya que iba a poder comer bien y porque te iba a cuidar a ti, pero, tú porque estas trabajando de esto? -
- bueno... Era esto o prostituirme, mis padres no me dieron más opciones. -
Eso sin duda alguna desconcertó al rubio el cual dejó de comer el pan integral que quedaba.
Ahora entendió perfectamente que los padres de kobeni eran unos monstruos.
Como podían poner a su hija en una situación así?
Se parecían a su padre el cual al morir, le dejó una deuda terriblemente grande.
Tal vez eran situaciónes distintas pero había un solo objetivo en ello, y eso era arruinarle la vida a ambos.
Es por eso que denji no podía permitir que esto siguiera pasándole a kobeni.
Debía de buscar una forma para ayudarla, o por lo menos a hacerla sentir bien para que su vida no sea tan miserable.
- kobeni-chan, hay algo que quieras a hacer en el futuro? -
- algo como que? -
- no lo se, trabajar otra cosa o viajar tal vez... -
- bueno, me gustaría ir a la Universidad. Es algo que siempre he querido pero para entrar hay que pagar, y yo no me puedo permitir eso, y mis padres tampoco están dispuestos a pagarlo. -
- ya veo... Entoces ya lo decidí, ¡voy a trabajar bastante para llevarte a la Universidad! -
- eh? Pero que dices? -
- digo que dentro de muy poco, tu vas a dejar este trabajo e irás a la Universidad a... A.... Ehm, que se hace en la Universidad? -
- n-no sabes que es la Universidad? Acaso no te lo enseñaron en la escuela? -
- escuela? Ese lugar en donde vas a sentarte todo el día a leer? Pues jamás asistí a una. - dijoe la rubio mientras sonreía de manera estúpida. -
Kobeni ahora entendía porque denji era un completo tonto.
- pero eso no importa, ¡lo que sí es importante es que yo te voy a pagar la Universidad!, ¡te voy a comprar helado todo los días y te voy a proteger para simpre!, ¡así que grabatelo en la cabeza! - declaró el rubio mientras señalaba groseramente a kobeni la cual se ruborizo por lo dicho por el rubio. -
Ahí estaba el, otra vez haciendo promesas tontas.
Apenas llevaban tres días de conocerse y ya estaba comportándose como alguien cercano a ella, prometiéndole cosas sin sentido.
Entonces, si eso era así, porque su corazón empezó a latir un poco más rápido?
Porque de repente le dio vergüenza verlo a los ojos?
Porque sus tontas promesas la hicieron sentir una pequeña pizca de felicidad?
Sabía que denji podía ser bastante rudo con sus palabras u acciones, pero hasta ahora, ha sido la unica persona que se ha preocupado por ella en realidad.
La única persona que ha preguntado por sus gustos personales sin sentirse obligado.
Todo lo que hacía parecía genuino de su parte, y eso le agradaba a ella.
Es por eso que si podía verlo como amigo, aunque el estuviera muy loco.
- d-de acuerdo, espero lo cumplas, pero por favor, no lo grites. -
- lo siento, jeje. -
Dicho eso, ambos siguieron con el desayuno, aunque ahora mantenian su cabeza ocupada con sus pensamientos.
Denji con un nuevo objetivo por cumplir, y kobeni con sentimientos encontrados.
Pero lo importante aquí era que ella ya no se sentía triste, sino que ahora estaba avergonzada.
Que era mejor que estar en aquel estado deplorable que.
...
- bueno, en esta ocasión van a ir un poco más lejos de la ciudad. Hay reportes de que algunos demonios están viajando a las áreas rurales, cosa que debemos de evitar. -
- ya veo... Entoces dejamelo a mi makima, te prometo que acabaré con cualquier demonio que se me cruce y de paso protegere a kobeni-chan. -
- hmm, espero que así sea, ahora tomen lo necesario y salgan. Entre más rápido terminen, mejor. -
- bien, vamanos. - dijo el rubio mientras tomaba la mano de kobeni nuevamente y se iba de la Oficina de makima, sin darle la posibilidad a kobeni de despedirse. -
Ya estando fuera del edificio, denji vio a un taxi afuera del lugar y rápidamente se dirigió a el junto con su amiga la cual no podía decir nada al respecto debido a los arrebatos del rubio.
- señor, necesito que nos lleves afuera de la ciudad de inmediato. -
- joven, mi ruta no es para... -
- ¡maldita sea mierda!, es una misión de vida o muerte, somos caza-demonios, si seguimos esperando, más personas morirme, quieres cargar con eso en tu conciencia? - exclamó el rubio el cual estaba a nada de pegarle al chofer del taxi, el cual, asustado por el joven violento que se subió a su auto, arrancó su coche y se fue de ahí. -
Durante el trayecto, ninguno de los tres decía nada.
El chofer por miedo, denji por enojo y kobeni por vergüenza.
Vergüenza porque no pudo decirle a denji que el sector público daba transporte para sus trabajadores, pero como era de esperar, denji y sus impulsos estúpidos provocaron que tomaran un taxi, y ella no fue capaz de decir nada al respecto.
Tras un largo trayecto, ambos al fin habían llegado a las afueras de la ciudad, así que se bajaron cerca de una estación de comida.
- bien, gracias por el viaje. -
- espere, y el dinero? -
- oh... Este...Cree en Dios? -
- eh? Pues yo digo que si. -
- Entoces que el se lo pague, nos vemos. - dijo el rubio mientras salía corriendo de ahí junto con kobeni. -
- ¡hijo de puta!- dijo el chofer del taxi pero de nada sirvió ya que denji y kobeni se habían alejado lo suficiente. -
Ya estando lejos, ambos podían respirar de manera más calmada, aunque kobeni sentía que su corazón se salía de su cuerpo.
- eso fue... Intenso, pero al menos ya estamos bien.-
- Dios mío... Otra vez cometimos un delito.-
- descuida, tenemos la excusa de que nuestro trabajo es más importante que la paga de un simple taxi. Así que no te preocupes. -
- p-pero, y si makima se entera y nos despide? ¡No quiero trabajar de prostituta! -
- ¡eso no pasará! Primero muerto antes de que vendas tu cuerpo, así que hagamos esto rápido y volvamos a casa antes que ese maldito taxista. - dijo el Rubió el cual empezó a empujar a kobeni en busca de los demonios del área. -
Seguramente así serían los días de este par, los cuales cada vez más se iban complementando de maneras distintas.
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Nos vemos en la próxima. ^^
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