La pastelería nunca fue mi fuerte toda mi vida preferí cocinar comida salada, pero mañana es el cumpleaños de mi hermana y olvide por completo comprarle una tarta asi que aqui estoy, a las dos de la mañana preparando un pastel de chocolate y todo marchaba de mil maravillas hasta que quise encender el horno y me doy cuenta de que mi encendedor no esta en ningun lado.

- Maldita sea no puede pasar esto justo ahora.

La preparación del pastel huele muy bien pero sin cocción al cumpleaños no puedo llevarlo, se me tiene que ocurrir una solución y rápido.

¿Ir a la tienda a por un encendedor? Si es cuestión de confesar me da miedo salir del edificio a estas horas.

Y de repente un nombre llegó a mi mente. Oliver. El seguro me prestara un encendedor.

Sin dudarlo salí apresurada al corredor de mi piso y toque a la puerta de Oliver. El chico tardó algunos minutos en abrir su puerta pero finalmente lo hizo probablemente gracias a mi insistencia.

- Nova ¿que rayos quieres son las dos de la mañana? - el cabello de Oliver se encuentra algo más largo que la última vez que nos encontramos en el ascensor y se encuentra bastante desordenado y su voz es algo ronca.

- Perdon por la hora, necesito un encendedor para poder prender mi horno, me prestas uno por favor.

El chico apretó los labios conteniendo la risa y me lanzó una mirada como si estuviera loquisima.

- Nova si quieres sexo solo pidemelo pero no me vengas a buscar diciendo que necesitas un encendedor cuando todos los electrodomésticos de este edificio son eléctricos.

No puede ser. Soy una imbecil.

- Oh vaya tienes razón - solté prácticamente en un susurro al notar mi descuido -. Lo siento mucho Oliver, que tengas buenas noches.

Me voltee para volver a mi apartamento lo más rápido posible pero una mano tomo mi brazo frenando mi andar.

- Estaba pensando en ti y te apareciste en mi puerta, quiero creer que este encuentro es una señal.

Los ojos de Oliver son preciosos y misteriosos, tienen un encanto único y el aroma que desprende su cuerpo es embriagador. Lo lamento mucho hermana pero tu pastel puede esperar un poco más.

Rodee con mis brazos el cuello del muchacho y en un rápido movimiento capte sus labios con los míos y saboree su sabor percibiendo tabaco. El por su parte correspondió mi beso y coloco sus manos en mi trasero acercándonos aun más y dejándome notar su erección entre las piernas.

Lentamente y entre besos nos adentramos en el apartamento de mi vecino quien cerro la puerta sin dejar de tocarme o besarme ni un instante.

- Eres extremadamente sexy mujer, me gustas demasiado.

Sus palabras se grabaron a fuego en mi mente y su lengua no tardó en explorar mi boca luego de pronunciarlas.

Mi mano se aventuró a su entrepierna y sin dudarlo baje sus pantalones para dejar a la vista el glorioso miembro que tanto ansió que me reclame como propia, por su parte Oliver suavemente despego sus labio de los míos y comenzó a besar mi cuello de una manera demasiado excitante a la vez que desprendía los botones de mi camisa y se hacía paso a mis senos.

Su boca regala dulces besos a mis senos cuando mi mano sube y baja por su miembro, rodeándolo, apretandolo y provocándole placer que se refleja en los suaves gemidos que irrumpen en la boca de el hombre que muerde mis pezones con delicadeza y pasa su lengua por cada centímetro de mi abdomen.

Oliver tomó mis caderas y me alzó por los aires besándome apasionadamente mientras caminaba hasta lo que luego confirmé que era su cuarto donde me volcó sobre la cama y libero a mis piernas del short que las aprisionaba para a continuación desprenderse de su propia remera y quedar completamente desnudo.

Tome su mano y la coloque sobre mi sexo indicándole que deseaba que me tocara allí sin decirselo a lo que el correspondio pero de una forma diferente a la que esperaba. En un rápido movimiento coloco su boca sobres mis bragas y comenzó a besarlas pero deseosa de mas aparte la tela y su lengua me pudo explorar como deseaba. La lengua de Oliver se mueve suave sobre mi vulva, la recorre, la saborea y la disfruta. Al igual que yo disfruto que este allí.

Lenta y firmemente introduce uno de sus dedos en mi pero sin que su boca me abandone. Y donde antes entro un dedo ahora hay dos, se mueven rápido y no puedo dejar de gemir ante el extremo placer que experimento. La combinación de su lengua y sus dedos me embriaga y no puedo evitar pedirle más, necesito más .

- Hazme tuya Oliver - le suplico.

Sin dudarlo toma su miembro y me da lo que deseo, primero en un lento vaivén pero poco a poco la velocidad aumenta y junto con sus dedos en mi punto g logra que llegue a un orgasmo absoluto y me siento flotar durante unos gloriosos instantes. Es increíble lo que se puede sentir en la cama cuando las dos personas que están en ella se complacen.

Muy humeda y deseosa de más logro colocarme arriba de Oliver que me mira rogando por mi.

Sin dudarlo pero con delicadeza colocó su miembro en mi y me muevo de delante hacia atrás con mis piernas envolviendo mi cintura logrando que gemidos escapen de su boca.

Luego de unos minutos en este precioso frenesí Oliver me toma del cabello y logra que lo bese mientras comienza a embestirme rápida y firmemente logrando que ambos toquemos el cielo juntos otra vez.