Es una noche fría y la nieve cae sin parar mientras desde la calidad de mi apartamento revuelvo la sopa crema que cenaré esta noche con mi mejor amiga Lola.
Lola y yo nos conocimos hace varios años gracias a un amigó en común entre ambas. Ella es muy divertida y alegré, me hace sentir muy cómoda cuando estamos juntas y además es muy agradable por que podemos hablar de absolutamente todo juntas.
En el instante en que colocaba un poco de sal en la sopa escuché que sonó el timbre y una sonrisa se dibujó rápidamente en mis labios.
Dejé la sal sobre la barra de la cocina y camine apresurada hasta la puerta principal del apartamento para abrir la puerta a mi amiga.
— Al fin me abres, me estaba congelando allí fuera — se quejó graciosa Lola cuándo abrí la puerta y un instante después me dio un fuerte abrazo —. Te extrañe muchísimo —
confesó con una sonrisa plasmada en su rostro.
— Y yo a ti — dije feliz de verla —. Por cierto, buen look — alague refiriéndome a su cabello que ahora lucia un color rosa brillante a diferencia de la última vez que la vi cuando lo traía rubio.
— Gracias, tu también te ves bonita.
Me reí ante su comentario ya que yo no estoy para nada arreglada esta noche y de echo llevo puestos unos pantalones deportivos grises muy anchos y una sudadera vieja que no favorece en nada mi figura.
Lola entró en el apartamento y se desprendió de su chaqueta apenas cerré la puerta, luego caminamos hablando tonterías hasta la cocina y le mostré la sabrosa cena que tendríamos hoy.
— Esta sopa huele delicioso — soltó satisfecha Lola mientras percibía el olor a verdura que desprendía la sopa.
— Y como eres mi invitada de honor tu elegirás si cenar en la mesa o en el sofá — dije con un tinte de emoción.
— Es una difícil decisión — masculló Lola sopesando las opciones — pero me quedó sin dudas con el sofá.
Sonreí ante su elección y me apresuré a servir los platos de sopa humeante. Tanto mi amiga como yo caminamos lentamente al sofá con nuestros platos llenos de sopa y nos sentamos en el para disfrutar la cena.
— ¿Y como has estado en estos meses que no pudimos vernos? — pregunté curiosa antes de saborear una cucharada de sopa.
— Bien, demasíado bien diría yo — confesó mi amiga con un deje de picardía.
— ¿Y como es éso? — pregunté emocionada.
— Bueno pues, ¿recuerdas a Mike? — consulto en referencia a nuestro amigo en común.
— Claro que si.
— Bueno pues estoy teniendo un increíble sexo casual con el.
De repente casi escupó la sopa que acababa de tragar y una risa broto de mi boca llenando todo el ambiente.
— ¿Que te sucede? — preguntó mi amiga desconcertada.
— Yo también me eh acostado con Mike, pero hace uno o dos años — respondí quitándole importancia —. Al parecer es un galán — concluí y reí.
— Si, vaya galán — soltó mi amiga y río.
Ambas terminamos la cena entre charlas y nos dispusimos a tomar unas copitas de vino, que pronto se convirtieron en botellas y antes de que pudiéramos darnos cuenta estábamos riendo a carcajadas por cualquier tontería y hablando de cosas muy íntimas a los gritos.
— ¿Y que es lo que mas te gustaba de Mike en la cama? — pregunto Lola tomándome por sorpresa.
— Me encantaba su fogosidad, me encantaba que pueda estar horas y horas sin cansarse en absoluto, pero debe admitir que es muy malo en el sexo oral.
— Si, es cierto — asumió Lola — ¿No hace mucho calor aquí? — dijo de repente y se saco la chaqueta negra que la cubría para dejar al descubierto una blusa transparente que dejaba a la vista su sostén rojo.
— Si, hace calor — solté entre risas y me quité la sudadera desprendiendome por error de mi blusa también, por lo que quedé solo con mi sosten en la parte superior de mi cuerpo.
Debo admitir que cuánto mas me subía el alcohol a la cabeza mas sexy me parecía Lola a cada instante, es decir ella siempre me pareció muy atractiva pero nunca de la forma en que la veo ahora, sin poder contener mis impulsos me abalance delicadamente sobre mi amiga y plante un besó sobre sus labios.
Por un instante Lola se vio confundida, pero no tardo mucho en asimilar la situación y devolverme el besó, sus besos eran cálidos y suaves. Mientras nos besabamos mi mano se poso por detrás del cuello de Lola para profundizar el beso y las manos de ella fueron a parar a mi cintura.
Lentamente el ambiente fue subiendo de temperatura y no pude evitar gemir cuando Lola interrumpió nuestro beso para atacar mi cuello con su boca.
— Eres jodidamente sexy Nova.
Ella besaba mi cuello mientras que una de sus manos viajó hasta el centro de mi cuerpo y comenzó a dar caricias por sobre la tela de mis pantalones hasta que desistió de esos movimientos y adentro su mano dentro tocándome justo allí.
— No es necesario que hagamos esto Lola, no quiero que mañana te arrepientas y culpes al alcohol — la interrumpí dándome cuenta de lo confusa que es esta situación.
— Te deseo Nova — sus labios pronunciaron estas palabras con total sinceridad y lujuria —. Déjame llenarte de placer solo por esta vez.
Asentí y nos incorporamos para caminar entré besos hasta mi habitación y poder tumbarnos en la cama. Sin perder el tiempo comencé a dejar besos húmedos en el cuello de Lola, quién se estremeció del placer, pero no tardo mucho en tomar el control y ponerse sobre mí, colocando sus manos en mis senos.
Lentamente Lola comenzó a besar mi cuello y empezó a bajar hasta llegar a los senos donde se tomo un largo tiempo besandolos e incluso mordisqueando el pezon haciéndome estremecer de placer. A continuación bajo lentamente y me despojó de mis pantalones, para luego comenzar a depositar besos por encima de mis bragas, besos tiernos y a la vez muy calientes.
Antes de que me pudiera dar cuenta sentí como me arrebató la unica prenda que me quedaba y como la suave boca de Lola se posaba en mi centro haciendome gozar de el mejor sexo oral de toda mi vida, y por más que le suplicaba que parara ella no desistió hasta que me corrí en su boca.
Cuando Lola acabo con su tarea comenzó a subir lentamente por mi cuerpo y terminamos besándonos apasionadamente, pero cuándo intenté llevar el beso mas allá Lola me paro en seco.
— ¿Sucede algo? — tomé un mechón de cabello de Lola y lo coloqué detrás de su oreja para que no le tapara el rostro.
— No, tu eres genial Nova, simplemente no quiero eso, solo quiero que nos quedemos tumbadas y miremos una película o algo así.
Su voz era calmada y dulce así que no pude evitar dedicarle una pequeña sonrisa y cumplirle sus deseos de mirar una película abrazadas hasta que ambas nos quedamos dormidas.
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Hola pequeños, esperó que estén disfrutando de estos pequeños relatos y que me puedan ayudar, el próximo capítulo sera el último de este compilado de mini historias y quiero que ustedes decidan con quién quieren que Nova este por lo que en los comentarios pueden decirme si quieren que sea una mujer o un hombre nuevos, o alguno de los personajes que ya pasaron por esta historia ( Jerry, Lauren, Oliver o Lola).
Por favor comenten, los necesitó ♡
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