Hace seis años que Sandy había despertado en un país diferente, ella deseaba con todo su ser recordar o recuperar parte de su pasado, pero nadie sabía nada, no recordaba si tenía familia incluso si había vivido en algún orfanato y es que en el país nadie reportó a un familiar desaparecido.

Despertar en una ciudad desconocida, rodeada de personas que la hacían sentir nerviosa, más un fuerte dolor de cabeza y constantes visiones, hacían que cada día Sandy se resignara a no tener pasado, de no ser por el hombre que la había ayudado ese día ella no sería nadie, incluso estaría muerta.

Al otro lado del mundo una familia lloraba por una hija, hermana, una madre y esposa.

Víctor aún no aceptaba su destino y buscaba con ahínco alguna pista que les reavivara sus esperanzas. Aunque hayan pasado seis años, él no perdía la esperanza.

Él acude a donde cada pista lo guía, espera que por fin esta sea la última y que el testigo que hubo esa noche, acepte ayudarles, sería de mucha ayuda que el testigo recordara algo y los llevara a recuperar un poco de la tranquilidad que con la muerte de su esposa habían perdido. 

Nada los preparó para descubrir la verdad, y lo que tendrían que hacer para revelarla. Se enfrentarán nuevamente a sus miedos y a los que en un principio querían destruirlos.

¿Lograrán exponer a los malos y hacer justicia?

Acompañemos a esta pareja a buscar la justicia y lograr la tan anhelada felicidad.