Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 3: El entrenamiento

Narra Numero Ocho:

— Entonces Numero Cinco ¿Qué planes tenemos para hoy? — cuestione mientras rodeaba la mesa de madera que había en la cocina para sentarme a un costado de el.

Este se encontraba realizando el desayuno de hoy o al menos estaba haciendo el intento, ya que no podíamos decir que hacer un emparedado de Crema de cacahuate fuera un desayuno realmente, tal vez un postre o la merienda pero un desayuno no era.

—Pues yo saldré con los chicos a entrenar y tu, te quedaras en casa a descansar —respondió bastante serio haciendo que soltara una carcajada.

— Hablo enserio numero cinco, ¿Qué vamos a hacer hoy? — golpe suavemente su hombro mientras robaba el emparedado que tanto tiempo le había costado cortar a la perfección.

Por su parte solo le mire abrir la boca para quejarse sin embargo volvió a cerrarla, yo solo sonreí triunfante pues sabia que el no podía enojarse conmigo por hacer algo así.

— Si querías uno, pudiste decírmelo antes. ¿Sabes lo que tardo en hacer uno de estos? Y tu solo llegas con tu sonrisa perfecta a robarte mis emparedados — expuso para tomar el sándwich de mis manos y darle una mordida un tanto gruñón.

— Los dos sabemos que te encanta — pronuncie santurrona cerca de su cara, picando su costado.

— ¿El que? ¿Qué te robes mis emparedados? Claro que me encanta, es mas, me fascina que me los robes — soltó con gran sarcasmo y yo solo le sonreí igual de sarcástica.

— Gracias por ser tan honesto numero Cinco, a veces no se que haría sin tu nivel usual de irritación — pegue dos palmaditas leves a su mejilla antes de bajar de la barra impulsándome con mis piernas para dar un brinquito y sin mas salí de la cocina escuchando algunas maldiciones por tu parte.

Por mañanas como estas es que me gusta despertar, solo piénsenlo. tener a numero cinco solo para mi, poder pasar un rato agradable sin necesidad de estar persiguiendo o luchando contra tipos malos. Amaba mis días de paz y tranquilidad en la academia. pase los brazos por arriba de mi cabeza estirándolos todo lo que pude obligando a mi cuerpo a dejar la pereza que aun permanecía en mi

— Numero Ocho — llamo numero dos desde la planta alta interrumpiendo m estiramiento.

— ¿Necesitas algo? — cuestione mientras lo observaba bajar las escaleras tan rápido — No corras mientras bajas las escaleras Numero dos Podrías caerte — reprendí.

— La hipotenusa hablando, es lo mismo que haces tu cuando tenemos una emergencia numero Ocho — se pronuncio numero cinco inclinándose cerca de mi, pasando por nuestro costado cuando numero dos iba a protestar.

—Cállate Cinco — grite al verlo alejarse de nosotros para desaparecer como siempre lo hace.

— ¿Es mi imaginación o numero cinco parece muy alegre el día de hoy? —

Manifestó Dos a lo que yo me encogí de hombros para Mirarlo — Volviendo al tema Ocho crees que puedas ayudarme con mi entrenamiento cuerpo a cuerpo.

Yo solo asentí mirándole muy emocionado partiendo hacia el salón de entrenamiento, algunos de mis hermanos ya se encontraban aquí haciendo sus respectivos labores. Padre como siempre tomaba notas de todo y seguramente planeando nuestras nuevas sesiones de entrenamiento. Aun había muchos huecos que cubrir y aunque no quisiera admitirlo incluso yo que era una de las mas avanzadas tenia demasiadas fisuras, sabia lo que era pelea de ataque pero mi defensa estaba muy baja. Jamás pensé utilizarla porque normalmente solía acabar con los malos antes de que pudieran siquiera parpadear; pero lo que paso en aquella casa podría volver a repetirse. debo estar prevenida y entrenar aun mas mi defensa.

— ¡Numero Ocho concéntrate! — escuche gritar a Reginald justo cuando sentí una patada en mi tobillo que me tumbo haciéndome caer al piso.

— Mierda — susurre apoyando mi brazo en el suelo recibiendo el golpe en este para no golpear mi rostro

— Lo siento Numero ocho ¿estas bien? — se disculpo Numero Dos aproximándose hacia mi para extender su mano y ayudarme a parar.

Mis hermanos habían parado sus actividades para mirar nuestra pelea pero se llevaron una gran decepción cuando fui la primera en caer, haciendo que numero dos anotara un punto en la tabla. Para los que se lo preguntan si, tenemos una tabla de puntuaciones al final de la semana quien tenga mayor cantidad de puntos recibe un premio por parte de mama. según ella para fomentar una educación sana y pacifica.

— Numero Ocho ¿Qué clase de burla fue esa? — reprendió Reginald abriéndose paso entre mis hermanos mirándome con evidente desaprobación.

— Perdón, no estaba concentrada — excuse pero esto solo pareció molestarle mas.

— ¿Perdón? no quiero tu perdón numero ocho, en las misiones no podrás pedir perdón porque te lesiones. Los malos no esperaran a que te concentres para poder pelear Ocho — continuo su sermón mas que molesto — Ya cometiste un error en la misión anterior y ahora esto ¿Qué sigue? ¿Acaso tan poco te importa la vida de tus hermanos?

Al escucharle decir esto solo pude levantar la vista para mirarlo con cierta molestia.

— Esta bien, si. Me equivoque pero tampoco tienes que irte a algo tan extremista. Esto no va a atentar contra la vida de mis hermanos — respondí, pues me parecía que esta dramatizando en exceso.

Numero cinco por su parte se coloco a un costado de mi dándome un pequeño pellizco en el brazo, por inercia volteé a verlo y este negó diciéndome que no debía seguir discutiendo o podría pasar algo peor

— Un error como el que acabas de cometer Numero Ocho podría costarle la vida a cualquiera, solo mira tu mejilla, esta vez fue solo un raspón pero ¿la siguiente? — todos guardaron silencio pensando en lo que había dicho.

La tensión el ambiente fue aun mayor y la incomodidad por el silencio me hacían pensar como si realmente hubiera hecho algo malo, al ya no atreverme a decir nada Reginald solo suspiro

— Bien numero Uno entrenaras con numero ocho, Tu atacas y numero ocho se defiende. El que gane esta ronda obtiene el doble de puntos — proclamo haciendo que Tanto numero cinco, numero cuatro, numero dos y yo levantáramos la vista,

— Padre creo que eso es demasiado — intento interferir numero cinco pero Reginald solo le ignoro tomando su libreta para hacer apuntes. era obvio que esta orden no estaba a discusión.

— Suerte Ocho — numero cuatro palmeo mi hombro en señal de pena antes de irse junto a mis hermanos para ponerse en línea para ver lo que pasaría.

Yo solo pude rezar a los dioses porque esto fuera lo menos doloroso posible y es que bien es cierto que numero uno y yo no teníamos la mejor de las relaciones de hecho creo que era con el que peor me llevaba en toda la academia. No me pregunten porque pero Numero uno me odiaba lo suficiente como para querer matarme. Irónico ¿no? Sabiendo que es el que mas fuerza tiene en esta academia debí haber establecido una mejor relación con el y es que si quería podría estrechar mi mano y rompérmela fácilmente.

— Okey, numero Uno. se que no tenemos la mejor relación de todas pero te pediría amablemente que no fueras tan cruel — suplique mientras Pogo preparaba el "ring" para pelear.

— No pueden salir del área marcada en los primeros cinco minutos, tampoco pueden rendirse por lo que tendrán que dejar inconsciente o incapacitado a su contrincante — explico Regniald

— ¿Incapacitado? ¿inconsciente? ¿Qué es esto un mala escena de divergente? — exclame mientras ambos entrabamos en el circulo

— ¿Divergente? — cuestiono Numero seis sin entender a lo que me refería

— Nada numero seis, cosas que no entenderías — expresé restándole importancia.

Sin previo aviso Reginald hizo sonar la campana, por lo que tuve que colocarme en posición defensiva esperando el primer ataque de numero uno.

— ¿Asustada Ocho? — menciono con malicia numero uno, mirando como cada vez que el hacia un ademan de intentar atacar yo retrocedía rápidamente o pegaba un pequeño brinquito.

— Si vas a atacar hazlo de una vez uno, deja de asustarla — exclamo numero cinco con irritación.

— Numero cinco se que quieres ayudar pero prefiero los sustos antes que uno verdadero — confesé empezando a andar en círculos cuando uno comenzó a caminar procurando no darle la espalda.

— Espero que te guste la enfermería numero ocho porque vas a durar un buen rato ahí — y con esta ultima amenaza se lanzo sobre mi.

Este intento golpearme con el puño derecho sin embargo yo me agache prácticamente tirándome al piso aferrándome a su pierna derecha como un mono. Por su parte solo pude escuchar a numero cinco soltar el aire con los dientes apretados

— Numero ocho ¿Qué estas haciendo? — cuestiono Reginald haciendo que abriera los ojos , al menos primero uno y luego el otro

— Suéltame — pedía Uno arrastrándome con el para que soltara su pierna, sin embargo yo negué apretando aun mas golpeando las manos de uno cuando intentaban despegarme de su pierna — Ocho, suéltame.

— ¡Jamás! — afirme apretándolo con todas mis fuerzas.

— Por favor, ¿a esto le llamas ser madura? — yo solo asentí.

— Numero Ocho es suficiente — grito un furioso Reginald — quiero que sueltes esa pierna y pelees AHORA.

— Bien — exprese de mala gana para levantarme nuevamente dejando la pierna de uno.

Una vez que ambos volvimos a estar en posición Pogo sonó la campana y nuevamente uno no dudo en sacar la molestia que sentía por lo de la pierna. Con cada golpee mas difícil me era esquivarlos, era rápida pero no podía hacer nada mientras estuviera en defensiva.

— Vamos Ocho — escuchaba decir a un desesperado numero cinco quien desde el primer golpe dado por numero uno quiso intervenir.

después de los cinco minutos prácticamente me dedique a huir de numero uno, el campo ya no estaba limitado pero mis habilidades si que lo estaban, un golpe, dos golpes y coloque mis antebrazos en mi rostro como manera de defenderme, claro que de nada sirvió contra numero uno pues en el primer golpe que recibí en el antebrazo escuche el hueso crujir

— ¡AY! — grite agarrando con fuerza el área afectada, grave error. numero uno aprovecho mi debilidad para lanzar una patada voladora dando de lleno en mi cara tirándome al piso.

Todo se volvió borroso y un pequeño sonidito era lo único que escuchaba, estaba tan aturdida que apenas y conseguí tiempo para esquivar otro golpe de numero uno el cual hundió su puño creando un hueco en la madera.

— Tu desempeño como defensiva deja mucho que desear numero Ocho — se quejo Reginald suspirando por mi poca eficiencia.

Yo solo sacudí la cabeza levantándome del piso mientras numero uno destrababa su puño del suelo, mi cara ardía debido al golpe que me habían dado y la zona donde hubo mayor impacto palpitaba fuertemente. Jamás en mi vida me habían golpeado y no solo porque yo lo evitara sino porque antes de que alguien pudiera hacerlo numero cinco estaba para evitarlo.

Creo que jamás me había dado cuenta de que tanto dependía de numero cinco para protegerme hasta este día y eso no me gustaba en absoluto.

— Bien es suficiente, claramente uno gano la primera ronda así que ahora numero Ocho ofensiva, numero uno defensiva — nuevamente sonó la campana y esta vez seria mi turno de golpearlo.

— ¡ESO NUMERO OCHO! ¡DALE CON LA SILLA! — grito con porras numero cuatro, ganando malas miradas por parte de padre — Lo siento, me emocione.

yo solo reí por el comentario de numero cuatro para después proceder con mis ataques, era obvio que manejaba muy bien la ofensiva. Todos y cada uno de mis ataques fueron acertados a excepción de los que daba con las manos pues estaba realmente herida. Justo cuando estaba por acabar con Numero uno este se defendió olvidando completamente que solo debía utilizar ataques defensivos volviéndose a la ofensiva, Yo lance mi puño hacia delante y este me tomo por el antebrazo dándome la espalda para utilizar mi propio peso y tirar de mi cuerpo hacia delante.

yo solo pude mirar en carama lenta el como mis pies abandonaron el piso y dejando la vista del cabello de numero uno mi cuerpo fue estampado contra el suelo en un golpe tan estruendoso que resonó en todo el lugar, Este saco el aire de mis pulmones dejándome completamente tirada en el piso.

— Lo hiciste apropósito — grito furioso numero cinco empujando a numero uno lejos de mi

— Claro que no — respondió uno mientras que numero tres y numero cuatro se acercaban a mi ayudándome a poner de pie

— Claro que si, tu querías lastimarla. ¿me crees estúpido? — volvió a replicar numero cinco empujándolo esta vez

— Numero cinco basta — ordeno papa pero parecía que este se había vuelto mas loco que una cabra

— ¡No! ¡Este tonto pudo haberla lastimado de verdad, el lo hizo a propósito!.

Acuso sin embargo todos sabiamos que padre no haria nada contra numero uno.

— Numero Cinco, para — pedí sosteniendo mi costado derecho, seguramente tendría alguna contusión — Estoy bien.

Asegure cojeando hasta donde el estaba estirando la mano para tomarlo débilmente por el dedo pequeño, este solo me miro y claramente pude ver el enojo desprender de sus ojos. Podía ver lo molesto que estaba pero solo hizo falta decirle que estaba bien y un poco de contacto corporal para que se tranquilizara.

— Solo vamos a la enfermería ¿si? — este asintió regalándole una ultima mirada a numero uno antes de colocar mi brazo sobre sus hombros ayudándome a caminar fuera de aquel lugar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro