Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 1: El collar

17 años en el pasado

—Número Cinco, ¿Estás ahí? —Exclamo mientras toco fuertemente su puerta a la espera de que este me habrá sin embargo lo único que recibo es el silencio absoluto.

"Donde se habrá metido ese mocoso" pienso para mis adentros mientras examino las demás puertas que llevan a las recamaras de mis hermanos a la espera de que mágicamente Número cinco aparezca por una de ellas, aunque es prácticamente imposible que este se metiera o siquiera pensara en pisar una habitación que no fuera la de él o la mía.

—¿Qué haces número ocho? —un alegre Número Cuatro salió de su habitación mirándome frente a la puerta de número cinco—Si esperas a cinco lamento informarte que salió.

—¿Cómo que salió? —exclame Alterada—¿A dónde?

—No lo sé, esta mañana me lo tope, pero parecía tener prisa así que ni siquiera lo salude.

—Maldita sea Número cinco.

Con suma molestia golpee la puerta de su habitación antes de dar media vuelta e ingresar nuevamente a la mía pegando un portazo por el enojo frustrado de no desquitarlo con la persona correcta.

"Ese imbécil, se piensa que tengo todo el tiempo del mundo para él, como quisiera tenerlo frente a mi para tomar su rostro entre mis manos y hacerlo pedazos" molesta por la situación decidí que lo mejor era distraer mi mente y dado que Padre siempre dice que la mejor manera de perder el tiempo es golpeando el saco. Cambie mi ropa por el uniforme de entrenamiento.

—Ocho, ¿iras a entrenar? —cuestiono numero dos sin embargo no tenia ganas de entrenar con el por lo que solo le evite sin responder a su pregunta.

Dadas las emociones que tenia era conveniente que ninguno de mis hermanos entrenara conmigo, sé que la mayoría tienen dones especiales, pero cuando se trata de una pelea cuerpo a cuerpo vaya que podían salir heridos. Al menos si no son Numero uno o número cinco.

Una vez en el gimnasio de la academia tome unos cuantos sacos de boxeo arrastrándolos por el piso hacia la base donde posteriormente los colgaría, y sin más, me puse en posición y empecé a golpearlos una y otra vez. Sentía tanta rabia por lo de hace rato que solo pensaba en explotar. Ustedes pensaran que estoy siendo dramática o que estoy exagerando pero no seria la primera vez que numero cinco hiciera algo así, Siempre hace lo mismo; cada que envía una nota o quiere mi tiempo solo lo roba ni siquiera se toma la molestia por preocuparse de saber si estoy ocupada o necesito ese tiempo. "Pero no fuera yo la que lo necesita porque siempre tiene una excusa perfecta para irse o incluso sin excusas solo se teletransporta y desaparece de mi vista, ya quisiera yo poder viajar en el tiempo"

—Vaya, parece que hoy estamos molestos—declaro numero cinco cuando di una patada lateral haciendo que sintiera algo de dolor en la Tibia y el saco se rompiera.

—Mierda—vociferé bajando a cuclillas para sostener con ambas manos justo donde recibí el golpe.

Claramente número cinco se preocupó y al instante se apresuró hacia mi bajando completamente la guardia. Justo cuando este se acuclillo frente a mi y llevo sus manos hacia mi pierna yo le salte encima sin previo aviso cual león que asecho a su presa.

—¿Qué carajo? —pregunto el sin entender nada intentando zafarse de mi agarre claro que no lo conseguiría.

Prácticamente el estaba tirado sobre el piso con mis piernas a cada lado de su cintura recargando todo mi peso sobre su pelvis y mis manos estaban sobre sus muñecas evitando que se moviera.

—¿Acaso pensabas que podrías hacer lo de siempre y no estaría molesta contigo? —enarque una ceja y este solo sonrió divertido soltando una pequeña risita.

—¿Entonces es tu venganza por llegar tarde? —yo solo negué y este me miro confundido

—No, esto es para que no te muevas. Ahora esto—señale acercando mi rostro hacia el suyo dejando que mi cabello cayera como una cortina sobre el contorno de su rostro. Al instante este acelero su respiración, pero mantuvo su expresión con fingida seriedad, por mi parte abrí la boca para acercarme a su mejilla y saqué mi lengua para lamerle la mejilla

—¡Numero ocho! ¡Para! —grito sacudiéndose bajo mi cuerpo pataleando con ambas piernas para que me levantara de su cuerpo, claramente sin poder moverme un centímetro por el peso—¡Numero ocho que asco, quítate de encima! —repetía haciéndome reír por su reacción.

Me aleje de él reincorporándome derecha soltando sus muñecas para acomodar mi cabello detrás de las orejas, acomodándome un poco mejor sobre su cadera. Este por su parte lejos de reír tenia una mueca de asco apoyándose sobre sus codos mientras que elevaba una de sus manos para limpiar los restos de saliva sobre su mejilla.

—Eres un asco número ocho—Espetó para acomodarse mejor sobre sus codos, ahora sin tanto desagrado por mi saliva sobre su rostro.

—Eso te ganas por siempre llegar tarde—contradije burlona.

—Pero sino llegaba tarde jamás podría haberte traído esto—sin más metió su mano en el bolsillo para dejar colgando frente a mí un pequeño collar.

—Pero ... ¿cómo? —susurre tomándolo entre mis manos.

Este era un collar que había visto en la joyería cuando regresábamos de una misión, me gusto tanto pero no podía comprarlo porque padre no me daría dinero para comprarlo.

—¿Tu lo querías o no? —cuestiono numero cinco con una sonrisa orgullosa a la espera de mi agradecimiento.

—Si pero... ¿Cómo lo conseguiste? Papa jamás nos daría dinero para comprarlo, y además es de muy caro no podría aceptarlo—negué con tristeza devolviéndoselo

—¿Por qué no? Además ¿Quién te dijo que lo compre?

—¡¿Lo robaste?! —grite a lo que numero cinco se abalanzo sobre mi tapando mi boca con ambas manos.

—shhhh Que no te han enseñado que no debes gritar ese tipo de cosas aquí, y mas aun cuando las paredes tienen oídos. —yo solo saque sus manos de mi boca y sin soltarlas proseguí

—Número cinco, robar está mal—este solo rodo los ojos.

—Si, pero tú lo querías. Además, no es como que por esto alguien fuera a morir. Mejor aprovecha que ya está aquí y quédatelo—incentivaba tendiéndome el collar, pero yo solo negaba—vamos numero ocho, si te vieras como yo te estoy viendo te darías cuenta de lo mucho que lo quieres. Después de todo, no iras a rechazar un regalo que te di yo ¿o sí? Eres tan desalmada como para rechazarme.

—Bien—conteste muy a mi pesar para que parara de hacerme sentir culpable por no querer aceptarlo—Pero debes prometer que jamás volverás a hacer algo así —este solo asintió pero yo negué levantando mi mano para extenderle mi dedo pequeño—Júralo por la garrita.

—Numero ocho, no tenemos cinco años—protesto, pero yo mantuve mi mano arriba

—Promételo—repetí, pero este coloco su mano sobre la mía bajándola.

—Si te digo que no lo hare, es porque no lo hare. Confía en mí, yo jamás te he mentido ¿o sí? —declaro tomando mi rostro con sus manos—así que no necesitamos hacer una promesa como esa, solo necesito que confíes.

Yo solo suspiré sabiendo que esta batalla ya la había perdido porque ciertamente tenía razón, jamás tuve razones para desconfiar así que, si él dice que no lo hará, entonces no lo hará.

—Bien, pero ayúdame a ponerlo—pedí levantándome de su regazo para que ambos nos pusiéramos en pie y elevado mi cabello este rodeo mi cuello con sus brazos dejando que la cadena fría tocara la tela de mi traje.

—Espero que te gustara tu regalo—susurro en mi mejilla para desaparecer justo cuando nuestros hermanos ingresaron en el gimnasio.

Rápidamente oculte el collar y continué mi entrenamiento siendo acaparada ahora por todos mis hermanos.

----------------

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro