Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

├┬┴┬┴ 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈 ┬┴┬┴┤

No le quizo prestar atención, tenía más de que preocuparse. Al estar sola quería acomodar sus pensamientos y poder volver a su vida normal después e tanto tiempo.

Una vez terminó ese día se fue a la habitación y tomó el diario entre sus manos, la primera página no tenía más que el nombre del chico al que le pertenecía.

"Roman Cienfuegos"

Decía con una caligrafía perfecta, paso las páginas, no había muchas notas pero si eran largas las que había, a veces contaba cosas del día, del trabajo entre otras cosas. De pronto no hubo más, había una página con manchas de sangre y otra vez esa frase.

—Aquí yacemos los que estamos muertos— repitió rompiendo el silencio —¿Que clase de broma de mal gusto es esta? —

Dejó el diario en la mesita de noche y se fue a dormir, era una noche calurosa, pero a las 2 de la mañana el frío comenzo a calarle los huesos. Runa se movía de un lado al otro en busca de calor, sin saber lo que ocurría en la planta baja.
Las cosas en la Sala se movían solas, los muebles se movían a como estaban antes de que la joven llegara. Desde afuera se notaban siluetas moviéndose en la casa, pero una en especial estaba de pie, en la habitación de la chica; era esa la razón del intenso frío que hacia.

—Por Favor... Quiero paz, encuentrame— murmuro la voz de un joven en el oído de la chica.

Runa se levantó de golpe, sudando frío y con palpitaciones, estaba segura de que había escuchado algo. Miro la hora y no le sorprendió ver que eran las 3am. El frío bajo, y ella tomó su celular y a tientas busco el interruptor de la luz. La cabeza le daba vueltas y no entendía por qué pasaba esto; siempre lo mismo, a las 3am se despertaba sudando y con el corazón a mil por hora.

—Maldita sea, ahora ¿que pasó aquí? — hablaba sola ya que si no escuchaba ruido sabía que se volvería loca.

Los muebles se habían cambiado de lugar, había cristales estrellados en el suelo y el resto del papel tapiz estaba arrancado. Bien sabía que no era un intruso, ella tenía de todo para que se alejaran, Max y Rocky eran sus guardianes y estaban plácidamente dormidos.

Ya harta se paró en medio de la habitación.

—¡Seas quien seas, dejame en paz¡ Solo quiero tener una maldita noche de descanso y tu solo lo arruinas—

Una brisa helada le azotó el rostro mientras que escucho susurros a su alrededor. Desde el pasillo aquel joven la miraba, a la luz de la Luna que se colaba en las ventanas era muy bonita, tenía el cabello rubio oscuro y los ojos avellana; su piel pálida resaltaba en la oscuridad.

—En el bosque... — llegó a sus oídos el murmuro del joven —Búscame... —

Otro escalofrío le recorrió la espalda mientras escuchaba esas voces que le hacían dar vueltas en la cabeza. Con la respiración agitada se dio la vuelta y vio a alguien asomarse desde su habitación. Con arma en mano subió y abrió de un portazo; sabía bien que una bala no lastimaría a un espíritu pero la hacia sentir segura.

—Da la puta cara de una vez— dijo entre dientes.

Fué entonces cuando detrás de las cortinas se materializo un hombre, era alto de cabello negro y largo, tendría unos veintiocho o treinta años ahora que lo veía bien. Runa dejó caer la Glock que sostenía temblorosa y estuvo a punto de gritar.

—Ayudame, porfavor— la voz sonaba con eco, mientras que el espíritu caminaba hasta ella.

—¿Que eres? O más bien, ¿Quien eres? — trago saliva y lo estudio, tenía unos ojos negros profundos y su rostro pálido era enmarcado con una barba de candado oscura.

—No era mi intención asustarte, todo lo contrario— explicó con ese tono espectral —Estoy muerto, o eso creo—

El chico se levantó la camiseta la cual tenía alrededor de siete agujeros; debajo de esta habían siete puñaladas. No salía sangre, ni estaban enrojecidas, pero ahí estaban.

—¿Que te paso? — la rubia tomó su distancia.

—Me apuñalaron, a mi y a mi familia— respondió.

—¿Tu.. Tu eres R.C.? — señaló el diario.

—Sí, mi nombre era Roman, ¿y tú? — trataba de ignorar el hecho de que ella por fin lo podía ver.

—Runa... Runa Holt— ya estaba más tranquila.

—Un gusto, al fin alguien que puede verme— el alivio en su voz era notorio.

—¿De qué hablas? ¿Nadie puede verte? —

—No, nadie— la miro —Solo tu—

—Y ¿Que quieres de mi? — se relajo

—Ayudame a encontrarme, quiero descansar por fin—

Runa entendió todo, era un alma en pena que vagaba en la casa, y claro, al no haber cuerpo no hay descanso; tenía que encontrarlo para que el pudiera descansar por fin. Asimiló todo antes de emitir una respuesta, pero justo en eso escucho pasos en la casa.

—¿Mataron a alguien más? —

—Sí, pero a ellos si los encontraron, ellos no son almas en pena Runa— la forma en la que la miraba le daba a entender cosas.

Un pasado que no recordaba, un bucle...

—Hay espíritus en mi casa, joder y ¿que hago para ahuyentarlos? —

—Se irán solos— pensó un momento y luego la miro suplicante —Runa, solo tu puedes ayudarme—

—Esta bien, solo dejame dormir ¿Si? Mañana por la mañana te ayudaré todo lo que quieras—

El hombre asintió y se desvaneció entre las cortinas, la fémina por su parte se dejó caer en la cama y comenzó a pensar. Jamás había oído de un asesinato en ese lugar, y menos el de una familia, pero esperaba poder ayudarlo a descansar.
Sentada en la cama le dio vueltas al asunto, podía ver las primeras luces del alba alumbrar por detrás de los árboles y una tranquilidad la invadió. Pérdida en sus pensamientos su vista se posó en la pared, tenía viejos arañazos y raspones que había que reparar, hasta que viendo más a detalle lo noto; era muy pequeño y apenas perceptible pero al leerlo le causó un mareo.

"Aquí yacemos los que estamos muertos"

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro