Mi nombre se Fumikage Tokoyami, yo solo quería asistir a una escuela lejos del sistema del Reino Vampirico, quería desligarme de mi familia...

Ellos son solo seres que les preocupa el dinero, esperan que a futuro me case con una vampira de clase social o con título de la realeza, después de todo un Duque no puede estar con cualquiera.

Decidí por mi mismo asistir al internado de Yuuei en el Reino Rubí, sabía que iban a asistir de seguro pocos Vampiros o tal vez iba a ser el único, pero me quería alejar de ese mundo tan lugubre y cuadrado.

En el verano de mis catorce años llegué a ese Reino, era el único alumno nuevo ese año, todos se conocían desde que iban en kinder... oh la maldita soledad.

Daba lo mismo estar solo, la compañía no me interesaba hasta que conocí al ser más puro y amable que se pueda imaginar, su manera de expresar y lo sincera que al momento de hablar, ella era perfecta.

Estaba aburrido y decidí dar una caminata, estaba concentrado pensando en como podría convensar con alguien...

Pero de un instante a otro mis pensamientos se disolvieron, esto es debido a que comenzó a llover torrencial, me agradaban las tormentas, pero cuando estaba en la comodidad de mi casa.

Seguí caminando de forma natural para irme a mi casa si corries igual iba a mojarme.

En esa caminata escuché su dulce voz -¿Quieres compartir mi paragua?-Kero -

Ese kero, solamente había una chica que finalizaba con esa palabra. Era Asui Tsuyu, mi compañera de clase, nunca me había fijado en ella, bueno nunca he hablado con alguien de mi clase así que me fue imposible.

-Si... me enca... ntaría- Dije como idiota, ¿por qué estaba tan nervioso frente a esa chica?

-No deberías ponerte nervioso, no te voy a morder- Kero- Dijo con una sonrisa burlesca.

-Sería gracioso, después de todo yo soy el vampiro- Dije con una sonrisa traviesa... es verdad, como se me olvidaba, yo soy un Vampiro y ella un hechicera.

Caminabamos sin producir sonido alguno, solo la lluvia y nuestras pisadas podíamos oír, no era incómodo, pero tampoco me agradaba, quería conocerla, hablar con ella.

-Sabes, estoy triste- Dijo con voz tiritona.

Yo solo la observé dandole a entender de que siguiera.

-Mi mejor amiga, la comprometieron con alguien a quien no ama... y lo peor es que él tampoco la quiere, nunca le agradó ella u otra chica- Dijo con los ojos llorosos.

-¿Comprometieron?- Prengunté o mejor dicho lo dije a la nada.

-Sí, se acaba de anunciar que el futuro Alfa Bakugou Katsuki tiene de prometida a Ochako-chan- Dijo con una lágrima rodando por su hermosa mejilla.

-¡Él tiene a su Alma Gemela frente a sus ojos! pero...- Dijo ahora con un tono culpable.

¿Por qué me está diciendo cosas como estas? No me conoce... y además soy de otro Reino, del Reino Vampirico.

-Les borré, mejor dicho quebré ese lazo que tenían, incluyendo los recuerdos felices y tristes que tenían, ahora piensan que son solo compañeros de clase- Ahora estaba llorando... me era incómodo tal confianza que me había dado.

-Antes de borrarle los recuerdos a ella, vi todos sus recuerdo de su relación... no había visto algo tan tierno y dulce, se notaba que eran Almas Gemelas- Dijo soltando un suspiro.

Me sentía triste por el imbécil de Bakugou, pero estaba impactado por lo que ella hiso.

-Lo peor es que ella es nuestra mejor amiga, pero por suerte Ochako-chan no sabe nada de ellos o se sentiría culpable- Confesó tranquila.

De repente escuchamos el sonido de algo caerse... nos dimos la vuelta lentamente, todavía no puedo olvidar esa expresión, esa voz quebrada, las lágrimas.

-Tsuyu te odio, ¡Yo amaba Katsuki! y lo sigo amando, y por tu culpa no se acuerda de mi persona y está ahora con Ochako...- El rostro de Asui estaba desencajado, no esperaba verla.

-¡Él a pesar de que yo fuese una omega se iba a quedar conmigo! Me dijo que estuviésemos juntos en secreto, para que así cuando Katsuki fuese más fuerte pudiese luchar contra su padre por mí- Mi compañera de clases lloraba no de tristeza sino de rabia.

-¡Me obligaron a hacerlo!- Respondió con voz tiritona.

-Si hubiera sido yo, jamás habría aceptado, en especial si fuese amiga, ¡te odio Tsuyu!- Finalizó para luego correr hacia otra dirección.

No sabía que sentir, me causaba lástima lo que le ocurría a ella... pero también rabia por hablarle así Usui, ¿es raro pensar de esa manera?

Escuché los sollozos de Asui y atiné a abrazarla, ¿Por qué? apenas le había dicho una palabra y ya me sentía sobre protector.

-Soy una Hechicera despreciable, separé a mi amiga de su Alma Gemela y até a mi otra amiga con éste- Dijo con voz amarga.

-¿Por qué lo hiciste?- Le pregunté, una parte de mi sabía que ella no lo había hecho porque quisiese.

Ella me observó y dijo -Bueno, ya que escuchaste mi pecado, debo relatarte lo sucedido.

Y así como comenzó todo, mientras ella me contaba, aprendía sobre su Clan y que ella era la fura líder, de que usaban mucha magia negra y que sus padres la obligaron o mejor dicho la torturaron, ella debía de mostrar de lo que era capaz como hechicera de magia oscura.

Sentí tanta rabia, como podían haberle hecho eso a su propia hija, torturarla para que haga un pecado, cruel, muy cruel.

Desde ese día me volví muy unido hacia su persona, no nos juntábamos en clases porque se podía mal pensar sobre nuestra amistad, un mes después conocí a Tenya Iida, otro Vampiro que vino de intercambio a mitad de año raro ¿no lo creen?, al menos ahora tenía alguien con quien hablar en la hora de almuerzo o pasar el rato.

Pero en secreto en el bosque nos juntábamos con Tsuyu y conversábamos por horas y horas, algo en mi se sentía atraído hacia ella, mi corazón siempre palpitaba con rapidez cuando estaba a mi lado... Hasta que un día abrí al fin los ojos y comprendí que era ella para mí.

Mi Alma Gemela, ella era mi destinada, mi otra mitad era una hechicera, ¿Por qué el destino es tan cruel?

¿Debo renunciar a ella? somos de otra raza, está prohibido lo nuestro, si tenemos hijos lo matarían, nos matarían, ¿Vale la pena estar juntos?

Claro que vale la pena.

Cuando estábamos en el bosque decidí confesarmele, era ahora o nunca, era el momento en aceptar su rechazo o recibir su aceptación.

-Tsuyu, desde que nos conocimos bajo la frondosa lluvia, tuve sentimientos hacia tu persona, me atraías, y no tenía idea del por qué, hasta ahora...- Dije dándole una sonrisa, solo con ella podía sonreír de esa forma. Tsuyu solamente me observaba, tal vez ella sabía lo que iba a decir solamente estaba esperando a que lo dijese en voz alta.

-Acabo de entender o mejor dicho aceptar que eres mi Alma Gemela, porque mi corazón sabía que si lo aceptaba te iba a perder, por lo tanto, ahora que me sinceré te preguntaré con las que he retenido todo este tiempo... ¿Tsuyu quieres ser mi novia?- Dije intentando no sonar nervioso.

Tsuyu no me respondió solo saltó en mis brazos y me besó.

Paso el tiempo y con mi linda Tsuyu teníamos una relación secreta, después de todo lo nuestro era prohibido, pero eterno... Desearía gritarlo a los cuatro vientos, pero la sociedad me lo hace imposible.

Decidí con Tsuyu que una vez que terminásemos nuestros estudios nos iríamos a vivir juntos en en la más profunda parte del bosque, donde ni la manada de Luna de Rubí viaja, allí tendremos nuestro hogar y una familia.

Pero no todo es perfecto, no con la llegada de los nuevos alumnos, en especial con el futuro Rey de los Vampiros.

No solamente mis planes a futuro cambiarán, sino que todos los alumnos de Yuuei, o mejor dicho, todas las criaturas del Reino Rubí.

Nota

1- Quise hacer al menos a una pareja en Yuuei que no le importase los esquemas que implanta la sociedad mágica, y que mejor que esta pareja.

2- Diganme por favor es ¿"Ochaco" u "Ochako"?