CAPÍTULO 9
Al llegar a la escuela lo primero que notaron fue un ambiente lleno de tensión, el ataque al puente Libertad había dejado a todos con una especie de paranoia, cosa que se notaba al cruzar los pasillos, mirar en los salones y a las caras de los estudiantes.
—Se ven asustados —dijo Milton casi al llegar a su salón.
—Ahora imagina si lo hubiesen enfrentado —contestó Alex, Zoey y Kai se habían ido a diferentes aulas mientras que Alex y Milton se dirigieron al laboratorio de ciencias, entraron y todos estaban dispersos en pequeños grupos que conversaban sin parar.
—¿Qué está pasando? —se acercaron a un grupo de chicos que miraban una sus celulares impresionados.
—Darren, ¿qué sucede? —le preguntó Alex a un chico que conocía del equipo de fútbol.
—¿No lo han visto? Es increíble —les mostró el vídeo de la autopista, filmado desde un plano lejano pero lo suficiente como para ver el enfrentamiento—. Ya es viral, esa cosa es increíble ¿no creen?
—Yo más bien diría aterrador —soltó Milton.
—Desde que esa cosa apareció, los malos desaparecieron o terminaron muertos, está purgando la ciudad. No creo que nadie pueda hacerle frente, ni siquiera los Serpientes que tienen un pequeño ejército.
—¿A qué te refieres?
—Jake, el Serpiente que de vez en cuando viene a molestar y sus amigos estaban muertos de miedo, si esa cosa está acabando con los criminales más peligrosos de aquí es obvio que seguirá con ellos.
—Mierda —expulsó Alex.
—Sí, mal momento para no tener a los Defensores.
—Bien jóvenes, guarden sus teléfonos la clase ya va a empezar —el profesor Patrick entró al salón y todos se dirigieron a sus mesas de trabajo.
—¿Crees que lo que dice es verdad? —le preguntó Milton antes de sentarse junto a Emmet el raro.
—No lo sé, pero si es el caso, deberíamos hablar con ese tal Jake.
—Tome asiento señor Jefferson.
—Sí señor, lo siento —se acercó a su mesa de trabajo pero Roxane no estaba. Miró alrededor del salón pero no había rastro de ella.
—Muy bien jóvenes, sé que lo ocurrido ayer fue un evento por demás alarmante, pero ya pasó y gracias a Dios todos están bien, ahora debemos continuar con nuestras actividades cotidianas sin ningún inconveniente —habló el señor Patrick a todos sus alumnos, luego la clase siguió. Durante una hora todos estuvieron inmersos en sus actividades, hasta que la clase finalmente acabó, rápidamente Milton y Alex tomaron sus cosas y salieron de ahí.
Todos salían de sus salones y se acumulaban en los pasillos impidiendo ver mucho a los alrededores.
—Bien, hay que emcontrar a ese Serpiente —comenzaron a buscar entre la multitud, la mayoría de los Serpientes Rojas llevaban el logotipo bordado en chalecos o chaquetas de cuero negras, era como llevar un uniforme, nunca se lo quitaban, pero esos instantes era como buscar una aguja en un pajar.
Alex siguió caminando hasta llegar a la puerta que llevaba al campus, salió encontrando más gente, chicos que comían o descansaban en las bancas a la intemperie, las animadoras y todos los miembros del equipo de fútbol entrenando pero ningún rastro de algún Serpiente. Caminó a través de los jardines casi hasta llegar al estacionamiento, cuando finalmente encontró lo que buscaba, aquel Jake hablaba con otro Serpiente abajo de un árbol.
—Eh... ¿disculpen? —ambos reaccionaron de manera alarmada.
—¿Qué mierda quieres? —preguntó Jake, con el nerviosismo a flor de piel.
—Quería hablar con ustedes sobre algo importante.
—Oye, yo te conozco —comenzó, se acercó a él y lo miró con disgusto—. Eres el idiota del estacionamiento.
—Sí, bueno no, es decir, ¿podemos hablar?
—Seguro... —lanzó un puñetazo que a penas y pudo esquivar, Alex lo barrió de una patada haciéndolo caer de espaldas, luego lo sometió—. ¡Suéltame!
—Lo haré cuando respondan mis preguntas —el otro Serpiente se acercó, entonces alguien lo derribó también. Kai apareció tras él.
—Mejor hazle caso...
—¿Quién demonios son ustedes?
—Gente a la que no deberían hacer enojar.
—Escucha, no queremos problemas, lo único que queremos es que respondan unas cuantas preguntas, ¿pueden hacerlo? —Jake forcejeó un poco, pero al sentir que Alex apretaba aún más finalmente desistió.
—Está bien, está bien —lo soltó y además lo ayudó a levantarse—. Maldita sea, ¿qué es lo que quieren?
—Se dice... que desde la llegada de Raiden las Serpientes Rojas podrían estar en peligro mortal, ¿qué hay de cierto en eso?
—No sabía que esa cosa tenía nombre —soltó extrañado, miró a ambos—. ¿Cómo es que sabes eso?
—Entonces es verdad —afirmó Kai cruzando los brazos.
—¿Este tipo no era ciego?
—¿Es verdad o no? —Jake suspiró.
—No tengo esa información y aún si la tuviera por qué habría de dárselas.
—Para evitar que haya un derramamiento de sangre —las palabras que decían no cobraban sentido para aquellos dos motociclistas.
—Escuchen, no tengo la información al que ustedes buscan, solo hay una persona que puede ayudarlos.
—¿Y quién es?
—Carter Blake, el líder de las Serpientes...
—Claro, supongo que era de esperarse —tras haber escuchado eso, las posibilidades de lograr recolectar información se volvieron muy lejanas para Alex.
—¿Crees que nos ayude? —dudó Kai Hashimoto, Jake lo miró confundido nuevamente y levantó los hombros.
—No puedo prometerles nada, pero si planean hablar con él déjeme darles un consejo, no lo hagan enojar, las Serpientes atacan cuando se ven amenazadas —ambos motociclistas se fueron de ahí, dejándolos con más preguntas que aclaraciones.
Igualmente comenzaron a alejarse.
—¿Crees que ese Carter Blake nos ayude? —inquirió nuevamente Kai.
—No lo sé, primero hay que discutirlo con los demás, luego veremos qué hacer —luego de unos minutos Milton y Zoey llegaron con ellos, se sentaron en las gradas del campo de fútbol a discutir la situación.
—¿Entonces, su plan es interrogar al líder de la banda de motociclistas más peligrosa de la ciudad? —dudó Zoey.
—Interrogar no, hablar, de manera civilizada si es posible —le respondió Alex apoyado sus brazos sobre sus rodillas.
—Si vamos con los trajes será prácticamente una llamada a pelear, y nosotros solo somos cuatro —mencionó Milton, sacó una botella de agua y comenzó a beberla.
—Cinco —inmediatamente voltearon hacia la persona que había hablado a sus espaldas, descendiendo desde las gradas superiores estaba una chica, esbelta, de cabello negro y largo, fácilmente se notaba que era oriental por sus facciones.
—Rei —Kai se levantó—. Chicos ella es Rei Murakami, mi protectora personal y vieja amiga de Tokio.
—Hola, es un gusto —hizo una reverencia ante ellos, tal vez fue por la primera impresión o por las habilidades que Kai les había mostrado, pero aquella chica no los había impresionado en lo más mínimo.
—¿Entonces... tú eres quien nos ayudará? —preguntó Zoey analizando de pies a cabeza a aquella chica.
—Esa es la idea —se sentó junto a ellos en las gradas.
—Bien... —dijo Alex, levantó los hombros y miró a su equipo— ¿cuál es el plan ahora?
—Tenemos que buscar a ese tal Carter Blake y llegar a un acuerdo para acabar con Raiden —dijo Milton.
—Supongo que tenemos trabajo que hacer —acabó por decir Alex.
Miró hacia las gradas, había muchos más estudiantes conversando entre ellos, sonrió con cierta amargura y se imaginó durante unos segundos hablando con sus amigos sobre trivialidades o estupideces como cualquier otro adolescente normal...
Luego de unas horas Milton y Zoey tenían la oportunidad de retirarse temprano de la escuela, mientras que Alex, Kai y su nueva compañera debían quedarse por unas cuantas clases más.
Alex sacó un par de libros de su casillero mientras sus amigos conversaban, aprovechó y sacó su celular, buscó el contacto de Roxane y simplemente le mandó un Hola, no recibió respuesta. Frunció el ceño y lo volvió a guardar.
—Mira eso —Milton se recargó contra los casilleros y le hizo mirar en el marco del pasillo, un par de chicas colgaban un gran anuncio para que todos lo vieran.
—Y yo que pensaba que el ataque los tenía paranoicos.
—Lo hacen a propósito, para calmar las aguas —se cruzó de brazos sin dejar de mirar—. Además, estamos por salir, creo que es buen momento para comenzar a prepararnos.
—¿De qué hablan? —preguntó Kai.
—El baile de graduación... —respondió Alex no muy animado.
—No suenan muy alegres.
—No somos particularmente fanáticos del baile.
—Por lo regular Milton y yo evitabamos los eventos así, en especial los bailes, siempre nos quedábamos en su casa o en la mía viendo películas de terror hasta el amanecer —recordó con una sonrisa pequeña.
—¿Un baile? Suena divertido —comentó Rei Murakami captando nuevamente la atención de los demás, cada palabra que aquella chica decía los confundía y hacía preguntarse si realmente era capaz de matar una mosca siquiera.
—Hola chicos, ¿emocionados? —Alisson Baxter llegó con ellos con mucha energía, comenzó a repartirles algunos volantes. Milton tomó el suyo y lo leyó.
—No te imaginas cuanto —respondió desinteresado.
—Cielos, sigues siendo un apático Milton —dijo ella abrazando los volantes—. Deberías mostrar más iniciativa si es que no quieres estar solo esa noche.
—Gracias por el consejo —no cambió su tono, finalmente Alisson se fue—. Bien, hay que irnos.
—Creo que deberíamos esperar a estar todos juntos, así no habrá problemas —le sugirió Alex a su amigo.
—No creo que sea buena idea, mientras más cerca estemos de detener a Raiden, mejor —soltó Milton.
—Pueden buscar el punto de reunión de los Serpientes, y vigilar que Carter Blake esté ahí, en cuanto tengamos la oportunidad vamos con ustedes.
—Creo que está bien... —Milton no estaba completamente convencido de la decisión de Alex, pero aún así obedeció.
—Excelente —palmeó su hombro y sujetó sus libros—. En cuanto sepan dónde está nos avisan.
Antes de que Alex pudiera llegar más lejos Zoey lo alcanzó.
—Alex... —jaló ligeramente su playera y él se detuvo. Se giró a verla un tanto nervioso—¿crees que podríamos hablar? —mantuvo la cabeza un tanto baja al hablarle.
—Oh... sobre eso, tengo clase —ella bajó más la cabeza—. Pero en cuanto tenga la oportunidad hablamos, ¿te parece? —ella sonrió y asistió un par de veces.
—Sí, me parece bien.
—Excelente —se acercó a ella y le dio un beso fugaz en la mejilla. Nuevamente le dio la espalda y siguió su camino.
—¿En aprietos, Romeo? —Kai no había avanzado mucho, ambos siguieron caminando juntos.
—¿Por qué lo dices?
—Llámalo intuición —sonrió.
—Creo que estoy muy confundido. Kai... ¿puedo confiar en ti? —él exhaló entre risas.
—Creo que eso ha quedado más que en claro, ¿no?
—Bien, escucha, es lo mismo que te había dicho en el autobús.
—El dilema de las dos chicas, lo recuerdo. Creí que finalmente habías decidido quedarte con Zoey, es decir, los escuché muy románticos anoche —tras eso Alex se ruborizó.
—Pues... es mucho más complicado ahora.
Mientras se dirigían a sus salones Zoey y Milton salían de la escuela, juntos comenzaron a caminar por el estacionamiento.
—No... —expulsó Milton, Zoey se giró confundida para verlo, prácticamente no había podido articular su oración—. No creo que sea buena idea esperarlos, podríamos perder una gran oportunidad si es que ese Carter Blake aparece.
Ella apretó los labios, colocó sus manos en la cintura y miró al suelo.
—Si te soy sincera, yo tampoco creo que sea buena idea —se sorprendió, casi nunca llegaba a estar de acuerdo con Zoey en algo.
—Podemos interrogarlo nosotros —propuso cruzando los brazos.
—¿Bromeas? ¿Tú y yo? —sonrió burlonamente.
—¿Por qué siempre haces ese tipo de comentarios? —el tono con el que lo dijo hizo que la pequeña sonrisa que tenía desapareciera— Trato de ser parte importante del equipo, intento ayudar y más con un tema tan delicado como este, sé que soy tonto, pero no tan tonto como tú crees...
—Milton yo... yo no quise —no sabía qué responderle—. Lo siento, en verdad, han estado pasando tantas cosas que ni siquiera he podido asimilarlo del todo, pero esa no es razón para ser una perra contigo.
—Te perdono —mostró una pequeña sonrisa de hoyuelos marcados—. Pero me comprarás un helado por haber herido mis sentimientos.
—Ves como sí eres un tonto —rió un poco y él también, luego de pensarlo unos segundos suspiró y lo miró seriamente—. Milton, hay que hablar con ese Serpiente....
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