CAPÍTULO 33
Roxane se adelantó a entrar a la pelea mucho antes que él, estaba realmente herido, a penas y podía caminar erguido por todo el dolor que sentía.
Respiró de forma entrecortada y finalmente se encaminó de nueva cuenta al combate.
La gente que había venido en su ayuda tampoco estaba en un lecho de rosas, las fuerzas de Raiden seguían combatiendo sin parar. Caminó entre los automóviles; derrotando a todo aquel que se le presentaba, mientras avanzaba por el puente podía contemplar de manera nítida la destrucción, el puente estaba cubierto de fuego y sangre por doquier.
Aceleró el paso, hasta que miró la ojiva a la distancia, custodiada personalmente por el Cazador, quien, incansable, no dejaba de pelear ni un segundo.
Comenzó a correr hacia la ovija, eludiendo lo mejor posible todos los obstáculos en su camino, al igual que tratando de evitar la confrontación.
Saltó por encima de un auto en llamas y se dispuso a avanzar hacia ojiva, cuando Shredder saltó frente a él, de no haberse movido a toda prisa, Troy lo hubiera partido a la mitad.
—Debiste terminar lo que empezaste en aquel cementerio —dijo y le mostró un par de afiladas espadas.
Alex miró su bastón, deseando completamente haber traído uno de repuesto.
No dijo nada más, en vez de eso, se encarreró y atacó sin piedad, lanzando mortíferas estocadas y cortes hacia todos lados. Alex bloqueó el último, alejó sus espadas y le lanzó una patada que lo distanció lo suficientemente como para tomar impulso a través de un auto y darle una patada justo a la cara.
Troy rodó, soltando una de sus espadas, pero en un segundo se puso de pie como si no le hubiera ocurrido absolutamente nada. Rápidamente trató de alcanzar su arma, pero Alex le arrojó su bastón, logró detenerlo nuevamente. Corrió hacia su adversario y lo derribó con una embestida.
Lanzó un par de puñetazos contra su rostro, hasta que Troy se movió y su puño impactó de lleno contra el duro asfalto. Sujetó su mano tras expulsar un fuerte grito, lo cuál él aprovechó para recuperar el terreno.
Troy se lo quitó de encima con un puñetazo, se puso de pie y tomó su espada, Alex se agachó para eludir su corte, pero no pudo prevenir el segundo ataque. Troy manipuló su espada y tras girarla un par de veces, lanzó un corte directo a sus costillas, Alex se agachó, cubriendo su herida, el sable había logrado penetrar el blindaje del traje y a la vez herir su carne.
Agitado y sin poder dejar de sangrar; decidió apuntar su brazalete hacia Troy, disparando un proyectil que arrojó una gran cantidad de humo. Shredder tomó su espada y corrió para atacarlo nuevamente, pero Alex ya se había esfumado.
—¿Así que así quieres jugar? Bien, juguemos —dejó la punta de su espada sobre el suelo, así, cada que daba un paso, el atemorizante sonido del sable rozando contra el suelo se escuchaba a su alrededor.
Alex corrió agazapado hasta colocarse tras una camioneta, su mano estaba realmente lastimada y su costado no dejaba de sangrar. Buscó entre las opciones de su brazalete y accionó un mecanismo que arrojó una compresa caliente sobre su herida, logrando cerrarla de forma momentánea.
—Cuervo... ¿dónde estás? —tembló en silencio, asomó un poco su rostro y alcanzó a divisar su figura entre el humo. Tragó saliva y buscó retirarse de ahí, cuando Troy lo encontró en la parte trasera, pateó con fuerza al joven héroe y éste fue lanzado de nueva cuenta hasta casi caer hacia el océano—. Te noto cansado, Cuervo, no te preocupes, yo mismo te pondré a dormir.
Giró su espada nuevamente y se encaminó hacia él, Alex se levantó y se barrió por el suelo para evitar su ataque, Troy saltó alzando la espada, pero solo logró clavarla sobre la defensa del puente, trató de retirarla, cuando Alex llegó hasta él.
A penas y su adversario se giró, recibió un puño en el rostro, luego otro impacto y uno más.
Shredder se echó a reír, eludió uno de los puñetazos de Alex y le propinó un cabezazo, él se apartó. Entonces Troy le lanzó una patada voladora justo al pecho, Alex cayó de espaldas al suelo tras eso.
Troy desenfundó una daga y nuevamente cargó hacia él, Alex lanzó un grito de combate y se enfiló hacia él de igual manera. Troy arremetió contra él lanzando mortíferos cortes a diestra y siniestra, incluso intercalando el cuchillo con ambas manos.
Pero Alex lograba eludir sus ataques y llegar a propinar los suyos, el psicópata del rostro sonriente sujetó el cuchillo con ambas manos y lo dirigió con fuerza hacia su pecho, afortunadamente logró retenerlo y hacerle frente.
Fue turno de Alex para responder aquel cabezazo de igual forma, Troy, atarantado se apartó, entonces Alex le propinó una ráfaga sin igual de golpes, directos hacia el pecho y rostro, ni siquiera lograba responderlos cuando el vigilante le daba otro, gritó descargando aquella furia contenida sobre él, hasta que Troy cayó al suelo luego de que Alex diera un salto y cayera justo sobre su cabeza utilizando el codo.
Su adversario cayó inerte al suelo, Alex cayó de rodillas también, estaba agotado como nunca antes, entonces lo escuchó reír de nueva cuenta.
—Tú... tú jamás me matarás —articuló el homicida sobre el suelo. Alex se acercó para verlo, estaba hecho un desastre—. Me dejarás con vida para luego regresar.
—Te dejaré con vida para que así te pudras el resto de tus días en una sucia y fría celda —admitió mientras sostenía su mano adolorida.
—Siempre encontraré una forma de escapar... y te encontraré, seremos los únicos hombres en la tierra y aún así no tendrás las pelotas para matarme —rió, mientras un ataque de tos le llegaba.
—Tu vida no es la que quiero —alzó su brazalete y le disparó un dardo eléctrico, al instante todo su cuerpo fue azotado por una descarga que lo dejó completamente inconsciente.
Una gran y poderosa explosión sacudió todo el puente, Alex miró hacia atrás, el lugar ardía sin control. Rápido corrió en dirección al mismo, las llamas lo cubrían todo, soldados de Raiden y gente común salían gritando o simplemente se arrojaban hacia el océano.
Siguió avanzando sin dejar de toser, hasta que se encontró de nueva cuenta a Diablo, quien estaba ayudando a un hombre a salir de un derrumbe. Alex lo ayudó hasta que liberaron los dos a aquel sujeto.
—¡¿Qué sucedió?! —le preguntó al enmascarado.
—¡No lo sé! ¡Pero sea lo que sea, va a mandar el puente a la mierda!
—¡Entonces saca a toda la gente de aquí! —otra explosión aconteció, y todo volvió a temblar.
—¡¿Qué hay de ustedes?!
—¡Solo ve! —el enmascarado salió corriendo de aquel lugar. Por su parte, Alex se adentró en el corazón del caos, las explosiones habían cubierto los autos de fuego y estos a su vez estallaban repentinamente, el lugar era una bomba de tiempo.
Rápido avanzó por todo el lugar, mirando a su alrededor como los sobrevivientes salían de ahí.
—¡Zoey! —gritó con toda la fuerza de sus pulmones—. ¡Zoey!
En eso, vislumbró entre las llamas a sus tres compañeras peleando contra el Cazador, todos montados en aquel tráiler, buscado desesperadamente colocar el Neutralizador sobre la ojiva.
No perdió tiempo, se abrió pasó por el lugar sumido en caos, saltó sobre un automóvil y comenzó a utilizarlos para llegar hasta el lugar. Raiden había mandado a volar a Rei Murakami fuera de la cima tráiler de una patada, lo cual lo hizo enojar todavía más. Saltó hasta llegar al tráiler, el Cazador se percató de ello y rápidamente se giró para atacarlo; lanzando contundentes golpes hacia él, que de no haberse movilizado a tiempo, hubiera terminado arrojado fuera del puente y cayendo sin vida hacia el océano.
Alex lanzó en respuesta dos puñetazos y una patada, lo cual desestabilizó a su némesis, dándole la oportunidad a Roxane Taylor de atacar de igual manera, dos golpes seguidos al rostro y un remate justo en el mentón.
—¡Alex! —oyó la voz de Zoey en la lejanía, y la encontró llevando a toda prisa el Neutralizador.
—¡Pásalo! —gritó alzando sus manos. Pero el Cazador lo embistió con todas sus fuerzas, cayendo incluso junto con la gran ojiva.
El dispositivo lleno de la Neblina sufrió rupturas en su cristal, amenazando con soltar la maligna sustancia sobre todo el lugar. El pesado Cazador cayó encima suyo, logrando hacerlo soltar un alarido sin igual, añadido al impacto que sufrieron con el asfalto.
Roxane saltó sobre su enemigo y se aferró a él con fuerza, logrando apartarlo de Alex. Raiden se sacudió con fuerza, tratando de quitársela de encima. Entonces avanzó hacia atrás y la impactó de espaldas contra un autobús, Roxane cayó.
El Cazador vislumbró a Zoey Derrickson corriendo a toda velocidad a través del campo de obstáculos, con el Neutralizador en mano, lista para llegar a la ojiva.
Rugió cual bestia y se encarreró a evitarlo, sus pasos sonaron como si un imponente elefante corriera en su dirección, llegó hasta el lugar y pateó un automóvil.
El vehículo se movió lo suficiente como para golpear a la heroína y hacerla caer al suelo, soltando el Neutralizador. Rápido se arrastró para alcanzarlo, pero Raiden dio un salto por encima del auto, atrapó su pierna, la levantó sin problemas y la estrelló contra un taxi. Pudo haberla acabado en ese momento, pero se dirigió hacia la ojiva, o al menos eso planeó, hasta que se topó con Rei Murakami, quien, cubierta de heridas y casi sin poder mantenerse de pie alzaba el Neutralizador a pocos metros de la ojiva.
—El Dragón te manda saludos —dijo, y enfiló el cilindro hasta la ojiva.
—¡No! —gritó, y en un segundo ella enterró el cilindro sobre la ojiva, la Neblina cambió de color y después estalló en una nube azulada que lo cubrió todo.
La humareda celeste permaneció en el puente durante mucho tiempo, haciendo que todo quedara en silencio por efímeros instantes. Alex levantó la cabeza y miró a su alrededor, sus ojos se abrieron de par en par al ver como la gente que pertenecía a las fuerzas de Raiden y que fueron derrotadas, lanzaban alaridos de dolor y se mostraban con sus ojos regresando la normalidad.
Incluso un sujeto cayó cerca de él, se levantó para presenciarlo a una distancia considerable, uno de los locos del Asilo Blackwood se retorcía sin control, abrió los ojos y éstos abandonaron el color rojo sangre y se regresaron a su café natural.
Alex sonrió. Escuchó entonces una tos, rápido llegó para encontrar a Zoey bajando de aquel automóvil.
La ayudó para que no cayera, ella miró a su alrededor, los contaminados con la Neblina de Sangre rápidamente volvían a la normalidad.
—¿Lo logramos? —preguntó, luego de mirar a Alex con una gran sonrisa.
—Creo que sí —respondió igualmente eufórico. Ambos se juntaron en un abrazo.
Roxane Taylor y Rei Murakami observaban todo a la distancia, y mientras la honorable guerrera nipona finalmente sentía que un gran peso se le era removido de la espalda, Roxane solo miró a aquel par con tristeza. Rei quiso decirle algo, cuando un bestial rugido sacudió sus oídos, el equipo miró confundido en todas direcciones hasta que Raiden apareció de un salto a donde ellos estaban.
Pateó a Zoey con todas sus fuerzas y después levantó a Alex por el cuello.
—¡Ustedes! —rugió nuevamente, Alex buscó zafarse de su agarre, contemplando así sus ojos, los cuales seguían rojos.
En eso llegó Roxane, dio una patada a su espalda pero el Cazador a penas y se movió, ira, era lo único que habitaba en todo su ser, ahora era como una monstruosidad imparable.
Zoey buscó por el suelo hasta que encontró su arco, rápido tomó unas flechas de su carcaj y las disparó contra él, una de esas logró hacerlo soltar a Alex.
En el momento en que el héroe cayó, Rei se apresuró a atacar, saltó con la ayuda de un auto y le depositó un puñetazo al Cazador, después llegó Roxane, lanzando un par de golpes y una patada.
El Cazador respondió, con una bofetada que tumbó a Swan, entonces otra flecha se clavó sobre su pecho. Gritó cual bestia y cargó hacia Zoey, en eso; Alex disparó el gancho de su brazalete y lo alcanzó, le dio un tirón con todas sus fuerzas, logrando derribarlo.
Aunque de poco le sirvió, al instante se puso de pie, sostuvo el cable e hizo girar a Alex hasta arrojarlo contra Roxane.
Rei desenfundó un par de afiladas dagas y corrió para atacarlo, pero la bestialidad con la que el Cazador atacaba era imparable, cada golpe que ellos daban era contestado con el triple de fuerza.
Zoey tomó su carcaj y se encontró con las tres flechas que le había dado Howard, miró una última vez a Raiden, y como el resto de sus amigos intentaban derrotarlo, suspiró y rápidamente tomó una, la colocó y tensó la cuerda. Disparó, pero la flecha pasó volando a escasos céntimos de su rostro, asustada tomó otra.
—¡Sosténganlo! —gritó apuntando directamente hacia su pecho.
Alex arremetió contra él repetidas veces, sacudió su cabeza con una ráfaga de puñetazos y después se tiró al suelo, Zoey disparó, entonces la flecha voló por el aire hasta que se incrustó sobre su pecho.
Raiden se quedó mirando aquella flecha, inclusive parecía que todo se había congelado en aquellos instantes, todos miraron anonadados lo que pasaría. Hasta que simplemente rompió la flecha, la punta solo había logrando incrustarse en su armadura.
Al percatarse de ello, caminó en dirección a la arquera carmesí, Zoey buscó desesperadamente preparar su su última flecha, la colocó en su arco, cuando el Cazador apareció justo frente a ella, la derribó de un golpe y pateó su arco fuera de su alcance, se agachó hasta sujetarla del traje y la levantó para verla directamente al rostro.
—¡Ustedes lo arruinaron todo! —rugió frente a su rostro—. ¡Ahora lo pagarán con sus vidas!
Apresó su cuello, listo para hacerlo trizas, cuando Roxane Taylor apareció tras él, empuñando la flecha restante. Y con ella apuñaló fuertemente su cuello, logrando perforar el blindaje de su armadura. Raiden soltó a la heroína, a la par que la sustancia se adentraba en su sistema.
El gran e imponente Cazador arrancó y observó impotente aquella flecha, ya vacía, entonces comenzó a retroceder, dirigiéndose lentamente hasta el borde del puente.
—¿Cómo... cómo es posible? Yo soy el Cazador... —dijo, a la par que los jóvenes héroes se colocaban frente a él.
Alex caminó y colocó su pie justo en la punta de la flecha que aún permanecía incrustada en su pecho miró los temerosos ojos color verde de aquel hombre, sabiendo perfectamente que lo habían conseguido.
—Y nosotros Los Protectores —pateó con fuerza su pecho, logrando que aquella punta finalmente chocara con su corazón, Raiden se sacudió violentamente y sin más, cayó hacia el océano—. Eso es por mi amigo, y por mi hermano, hijo de perra.
Se mantuvieron mirando el océano y la lejana ciudad durante unos momentos, finalmente, luego de tanto suplicio, lo habían conseguido.
—Lo hicimos —pronunció Roxane Taylor sin poder creerlo del todo.
—Así parece —concedió Alex quitándose la máscara y arrojándola hacia el mar.
En ese momento decenas de helicópteros pasaron por encima del puente, llendo directamente a la ciudad.
—El ejército —comentó Zoey—. Ya se habían tardado.
—Debemos irnos ahora, antes que... —la oración de Rei Murakami se vio frenada cuando una poderosa luz les llegó desde las alturas, un helicóptero militar estaba justo encima de ellos.
—¡No se muevan! —ordenó una voz desde un alto parlante.
—Pero... salvamos la ciudad —refutó Roxane.
—Pero aún somos criminales, necesitan alguien a quien culpar —mencionó Rei—. Hay que irnos ya.
Comenzaron a correr rumbo a la Bestia, cuando Zoey se percató que Alex no los estaba siguiendo. Regresó su vista hacia él.
—Alex, ¿qué haces? Vámonos de aquí.
—Ya oíste a Rei, Zoey, necesitan alguien a quien culpar, y a menos que lo haga, ellos jamás las dejaran tranquilas.
—¿De qué estás hablando?
—Me voy a entregar, les daré algo de tiempo, pero deben darse prisa.
—Alex, Alex no lo hagas, aún hay tiempo, hay que irnos, por favor —le imploró desesperadamente, los militares comenzaban a descender del helicóptero.
—Váyanse, estaré bien —le sonrió una última vez.
—Juro que arreglaré esto —dijo, y una lágrima cayó por su mejilla.
—¡Rouge! —le llamó Rei. Lo miró y con todo el dolor de su corazón salió huyendo de ahí.
Alex suspiró, alzó las manos y las colocó tras su cabeza, en eso los militares llegaron, apuntaron sus armas contra él y lo hicieron arrodillarse.
—¡En nombre del ejército de los Estados Unidos, bajo la norma 6-227, queda bajo arresto por crímenes de terrorismo de alto nivel! —expulsó uno de los militares mientras le colocaba las esposas.
Lo levantaron y comenzaron a acercar al helicóptero, lo hicieron entrar, sin ninguna oposición de su parte. Alex contempló el horizonte una vez que el helicóptero se alzó por los aires, el sol naciente se vislumbraba en la lejanía, sonrió ligeramente, pues a pesar del enorme sacrificio que habían tendido que hacer, lo habían logrado, luego de mucho tiempo, la oscuridad finalmente se había marchado.
LOS PROTECTORES: Los Marcados.
Finalmente llegó el día de decir adiós a una de las historias que más me ha gustado escribir, sin problemas puedo decir que ha sido un viaje difícil, tanto para ustedes como para mí, pero este solo es un hasta pronto, aún quedan un par de cosas por contar.
TERCERA PARTE CONFIRMADA.
Espero poder seguir contando con su apoyo durante mucho más tiempo, es un verdadero placer escribir y ver que les agrade lo que hago, sin más, un abrazo a todos, nos leemos luego.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro