CAPÍTULO 17
Al cortar comunicación con Alex, Milton sintió un escalofrío, tembló ligeramente y miró a sus amigos, parecía que tanto Zoey como Kai habían sido sorprendidos completamente.
Estaban fuera del área de paquetería, ni siquiera habían llamado la atención, a penas habían cruzado miradas con uno que otro guardia o personal del lugar, cuando las luces de todo el edificio se desvanecieron, para dejar paso a una parpadeante carmesí.
Un alarma comenzó a sonar, rápidamente el personal del lugar pareció asustarse de sobre manera, repentinamente aparecían científicos o demás personas huyendo despavoridos.
—¿Qué ocurre? —dudó Kai.
—No lo sé, pero no puede ser bueno —Zoey avanzó en línea recta sobre el pasillo. Cuando el cristal de uno de los cubículos se rompió y dos figuras salieron, vestían de negro y toques de rojo, a penas dejaban al descubierto sus ojos, aquel par levantó cada uno una katana, Zoey alzó sus puños.
—Mierda —exclamó Milton. Kai pasó fugazmente a un lado suyo, con rapidez llegó hasta los guerreros, saltó por una pared y pateó justo en el rostro al primero. Cayó y evitó los cortes del segundo, se agachó esquivando nuevamente, y lanzó contra su atacante una ráfaga de golpes que lo dejaron tendido sobre el suelo.
De los cubículos comenzaron a salir más y más de ellos, todos fuertemente armados.
—¡A la sala de de calefacción! —gritó Zoey, uno de ellos llegó con ella y arremetió con un par de afiladas wakisashis. Comenzó a pelear.
—Mierda, mierda, putos ninjas... estamos peleando con ninjas —avanzó por el pasillo y fue alcanzado por un golpe, cayó de espaldas mientras un hilillo de sangre le corría por encima del ojo derecho. Miró asustado, uno de ellos lo había atacado con unos nunchakos, el guerrero los manipuló con éxito, los hizo girar y amenazó con atacar. Entonces Milton se levantó de un salto, alzó sus puños y esperó, nuevamente el guerrero lanzó una serie de rápidos golpes, los recibió caso todos, hasta que logró aproximarse lo suficiente para patearlo con fuerza y derribarlo, se adelantó y lo noqueó con otra patada en la cara. Los ninjas se acumulaban en el pasillo y Los Protectores parecían cada vez más asfixiados. No fue hasta que Zoey, una vez que noqueó a uno de sus adversarios, alzó un explosivo, lo accionó, y lo arrojó con fuerza hasta el final del pasillo.
—¡Abajo! —se dejó caer, instantáneamente Kai le siguió y Milton igual. La pequeña granada explotó, sacudiendo el pasillo y llenando todo de polvo. La mayoría de los ninjas quedaron desperdigados por el suelo, aprovecharon el momento y siguieron a toda prisa con su búsqueda.
Atravesaron una serie de pasillos de oficina, en los cuales la mayoría de trabajadores estaban buscando salir de ahí. Mientras caminaban Zoey sacó de su abrigo un objeto que al presionar un botón, desplegó un delgado pero muy práctico arco, sacó unas varillas de no menos de diez centímetros, las agarró con firmeza y lanzó un golpe al aire con éstas, un juego de finas flechas negras apareció, Milton levantó ambas cejas con impresión.
—Nuevos juguetes —sonrió ligeramente, cargó una flecha.
—Uno por allá —avisó Kai, y de un pasillo emergió un guardia, Zoey disparó contra él.
—Parece que algunos están coluidos con Raiden —habló Milton, siguieron caminando—. ¿Qué se supone que buscamos?
—Esto —Zoey se detuvo frente a un mapa del comolejo—. La sala que buscamos está unos pisos abajo, vamos.
Llegaron a unas escaleras de servicio, comenzaron a bajar. Otro grupo apareció un par de plantas abajo, Zoey alzó su arco por encima del barandal de las escaleras y disparó, la flecha explotó y ellos terminaron en el suelo, una puerta más arriba se abrió y más salieron.
—Encuentren ese maldito cuarto —ordenó, apuntó hacia arriba y disparó contra tres de ellos, todos cayeron.
Kai se apresuró a bajar, entonces encontraron la puerta indicada, Milton intentó abrirla, pero Kai lo detuvo, pateó con fuerza la puerta, había un guardia esperando tras ésta, el invidente justiciero entró en la sala y noqueó al guardia con un puñetazo. El lugar era una gran sala llena de válvulas y medidores de temperatura.
—Ayúdame con esto —le dijo a Milton, se aproximó al panel de control y con solo sus puños comenzó a destruirla. Chispas volaron por doquier, Milton se agachó y tomó el bastón del guardia, comenzó a golpear y a romper todo lo que tenía a su paso.
Destrozó una válvula con un medidor enorme, una vez y el tubo se rompió, una gran cantidad de vapor salió, el medidor perdió el control e inmediatamente comenzó a hacer sonar una alarma que repetía Peligro a cada segundo.
—Creo que vamos bien —acabó por destrozar la computadora del lugar. La alarma incrementó. Peligro, peligro, el sistema de enfriamiento está a punto de colapsar, se oyó alrededor, más válvulas estallaron liberando enormes cantidades de vapor caliente.
—Bien, creo que funciona, hay que irnos de aquí antes de ser calcinados —limpió el sudor de su frente. En cuestión de segundos el lugar se había vuelto un sauna, que incrementaba su calor rápidamente.
Se dispusieron a salir, cuando Kai se detuvo, giró mecánica y lentamente hacia atrás y mantuvo su mirada muerta sobre el fondo de la habitación.
—Kai... viejo, ¿qué pasa? —no respondió más que pidiendo silencio.
—¿Escuchaste eso? —Milton miró en la misma dirección, lo único que lograba apreciar era el vapor siendo iluminado de rojo entre parpadeos.
En ese momento Raiden emergió, llegó hasta ellos a toda prisa, Kai desenfundó una especie de espada realmente corta, casi parecía un cuchillo, lo atacó, pero el cazador bloqueó sus ataques, le propinó un puñetazo que lo arrojó encima de Milton, ambos cayeron de espaldas por la fuerza del impacto.
Se acercó, aquella silueta casi demoníaca sujetó a Kai por el cuello y lo levantó. Entonces lo estrelló contra el techo y lo dejó caer con una fuerza descomunal. Milton observó aquella sombra de muerte, y como se acercaba a él, simplemente estaba paralizado.
—Parece que ahora no eres tan valiente —lo atrapó por el cuello también y lo alzó privando de aire sus pulmones. Lo sujetó con firmeza y lo hizo atravesar el muro de la habitación, Milton voló a través de la pared y cayó en otra, el escombro y el polvo lo cubrió todo.
Escupió sangre y tosió sin control mientras intentaba levantarse, Raiden pasó sin ningún problema por el muro, se acercó a él y lo pateó, la fuerza del impacto lo hizo terminar estrellándose contra un anaquel de cristal.
Levantó la vista y entre los cristales rotos encontró un pequeño cilindro de metal con las letras de Neo-Gen grabadas en el. Se arrastró regando su sangre por el suelo, lo alcanzó y presionó el único botón que tenía.
—Es porque la pelea no está pareja aún... —pronunció antes de que un estallido de gas rojo lo cubriera por completo.
Raiden inclinó la cabeza y miró la bruma, entonces escuchó el bramido entre dientes de un animal.
—Uh... interesante —se acercó al lugar. Milton logró sorprenderlo con un puñetazo directo al rostro, voló durante unos instantes y cayó como una pesada viga sobre el suelo. Salió de la nube con sus ojos en llamas y sus venas en rojo vivo.
Raiden rió, se levantó y encaró al Protector, salió corriendo hacia él, pero Milton dio un salto impresionante, pasó por encima de él y evitó el impacto, Raiden chocó contra la pared, destrozándola por completo.
Milton se adelantó, saltó por la apertura en la pared y recibió a Raiden con una seguidilla de patadas veloces, una tras otra, luego, cuando él intentaba atacarlo, esquivaba sin ningún problema. Se apoyó contra el suelo y arrojó una patada directo a su rostro, pero Raiden alcanzó su pierna, lo levantó y lo estrelló contra una mesa de metal.
Milton se quedó tendido sobre aquella mesa destrozada, hasta que abrió los ojos y lo encaró.
—¿Eso es todo? —volvió a patearlo, pero esta vez con ambas piernas, el cazador intentó no caer de espaldas, Milton se incorporó y corrió hacia él, se abalanzó con todas sus fuerzas, lo embistió y juntos perforaron otra pared.
Terminaron en el suelo de un pasillo, Milton apoyó sus puños e intentó levantarse, pero él se adelantó, logró ponerse en pie mucho antes, lo pateó en el rostro, casi logrando voltearlo boca arriba. Alzó sus gigantescas manos como un gorila, y justo cuando parecía que le aplastaría la cebeza con un golpe certero, una flecha se incrustó en su espalda.
—¡No te atrevas a ponerle ni un dedo encima! —Zoey accionó un botón en su arco y la flecha que tenía explotó, Raiden salió volando hasta estrellarse contra el final del pasillo— Milton...
Se agachó y lo observó, estaba deshecho, tenía tanta sangre encima que ya no podía ni verlo con claridad, no fue hasta que abrió los ojos que corroboró que seguía con vida.
—Zo... —el rojo intenso de sus iris desapareció dejando nuevamente el café claro de sus ojos.
—No digas nada —lo levantó con todas sus fuerzas. Atención, falla en el sistema, diez minutos para desintegración total.
—Debemos irnos —Kai apareció, estaba igualmente maniatado por la pelea. Caminó un poco y se apoyó contra la pared para no caer por lo debilitado que estaba—. ¿Dónde está Raiden?
Voltearon al instante, ya no había nada más que una pila de escombro.
—Ya luego nos encargaremos de él, ahora hay que salir de una maldita vez.
Todo el caos había logrado que Alex y Rei encontraran una salida más cercana, todo el personal había salido corriendo en cuanto las alarmas comenzaron a sonar.
Atravesaron la puerta, y a pesar de ser un día completamente nublado, fue como haber salido al sitio más brillante y fresco de todos. Arrastraron al doctor Phillip hasta la camioneta. Inmediatamente Howard y Rox salieron a ayudarlos.
—¿Y éste quién es? —preguntó Howard mientras abría las puertas traseras.
—Alguien que nos puede ayudar a detener este desastre —ambos lo metieron, Howard decidió no preguntar más, subió junto con él y buscó en su maletín su equipo médico.
—Este tipo se va a morir sino nos vamos lo antes posible —comenzó a colocar vendajes sobre su herida.
—Tenemos que ir por los demás —en ese momento una explosión ocurrió, el complejo estaba comenzando a destruirse—. Mierda... Milton.
Corrió hacia la entrada nuevamente, no se veía nada más que fuego y destrucción en los pasillos. Hasta que ellos aparecieron, Kai y Zoey ayudaban a Milton a caminar, Alex se apresuró a ayudarlos, juntos salieron nuevamente.
—¡Hora de irnos! —Howard se trepó en la camioneta y encendió el motor.
—¡¿Qué le pasó?! —inquirió aterrado al ver a Milton tan gravemente herido y a penas en pie— ¿Qué les pasó?
—Raiden —respondió Kai. Subieron a la camioneta justo a tiempo para ver como todo el edificio de Neo-Gen explotaba sin control. El fuego y el calor se elevaron por el cielo mientras todo se iluminaba durante unos instantes, Howard aceleró.
La solitaria autopista los recibió luego de unos minutos de haber salido de ahí, después de tantas emociones, todo volvió a estar en paz. Incluso la lluvia llegó, una calmada precipitación que lograba mantener en calma a todos.
—Te ves horrible —soltó Roxane Taylor al verlo. Alex sonrió sin abrir demasiado los ojos, incluso para eso estaba demasiado cansado.
—Creo que ahora será tu turno de cuidarme —rió un poco y después comenzó a toser.
Roxy tumbó la sangre seca alojada en su mejilla.
—Tranquilo, héroe —se acercó y le dejó un besó—. No forces tu suerte —se acomodó sobre él y cerró sus ojos.
Zoey miró aquello desde la esquina de la camioneta, en algún punto pudo sentir tristeza, pero en lugar de eso, sonrió ligeramente y suspiró, pues sabía exactamente que algo en su corazón había cambiado.
—Hey —Milton posó su mano encima de la suya, le sonrió débilmente y ella correspondió—. ¿Cómo estás? —sintió como acariciaba delicadamente su mano.
—Ahora estoy mucho mejor.
—Excelente —intentó acomodarse sobre su asiento, entonces ella lo recostó ligeramente sobre sí, Milton abrió ambos ojos y la miró confundido, ella sonrió, acarició su cabello y lo dejó descansar.
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