CAPÍTULO 15
Eran las diez de la mañana, de un viernes de cielo nublado y aparentemente tranquilo. Roxane despertó sobre la cama en la cual había estado durmiendo desde hacía días, se levantó y caminó hacia la cocina, donde un agradable aroma la atrapó, se colocó en el marco de la puerta y con una sonrisa miró al frente.
Alex cocinaba el desayuno, no tenía puesto más que unos pantalones para dormir, miró su espalda, se notaba el trabajo en sus músculos notablemente visibles, al igual que una gran cantidad de cicatrices, se acercó un poco.
—Buenos días —saludó con voz suave y cordial, Alex se giró al instante, sonrió.
—Hola, ¿qué tal dormiste?
—Excelente —respondió y se sentó frente a la barra que antecedía a la estufa y el área de cocinar.
—Me da gusto —movió un poco lo que cocinaba. Ella rió, de igual forma miró el resto de su cuerpo, inclinó un poco la cabeza, tenía una complexión muy atlética y de igual forma llena de cicatrices, una en especial, un gran corte alojado en el centro de su pecho.
—Sabes, creo que te voy a dejar sin camisetas —ilustró con la que tenía puesta. Desde su llegada a su casa, Alex le había prestado algunas para que no pasara frío durante la noche.
—No hay ningún problema, te queda bien —bromeó y finalmente sirvió en un plato un omelette—. Aquí tienes.
—Gracias —tomó un tenedor y un cuchillo mientras él se servía el suyo—. Supongo que tampoco te molesta que me haya apoderado de tu cama.
—No te apoderaste de nada, eres mi invitada y no tengo problema en dormir en el sillón —partió un pedazo y se lo llevó a la boca.
—No es justo, debería ser yo quien duerma en el sillón y tú en la cama.
—Tú eres quien necesita reposo, además, dormir ahí no es ningún problema.
—Ya has hecho suficiente por mí, al menos compartamos la cama —propuso sonriente, él la miró detenidamente. Levantó una ceja y se rascó la nuca.
—Eso suena interesante —nuevamente comió sin apartar la mirada de sus ojos esmeralda.
—Digo, no sería la primera vez —bromeó y él casi se ahoga. Nuevamente rió.
Siguieron desayunando, realmente el ambiente se sentía mucho más agradable, al menos entre ellos dos, desde que la madre y hermana de Roxane lograron llegar a Washington, sus temores bajaron un poco y pareció quitarse un gran peso de encima, pero el problema mayor estaba lejos de resolverse.
Solo esperaban a Howard, quien sería el que les indicaría el momento de entrar en las instalaciones Neo-Gen, Alex estaba ansioso, pero se encontraba más temeroso de toparse con Zoey nuevamente más que otra cosa.
Luego de desayunar, recibieron una llamada por parte de Howard, los había citado a todos en el cuartel para discutir lo que harían para infiltrarse, Alex y Roxane fueron de los primeros en llegar, Kai y Rei ya estaban ahí desde mucho antes.
—Chicos, que bueno que los veo —saludó amablemente—. Rox, por lo visto te encuentras mejor —posó sus manos sobre sus caderas y sonrió mientras asentía para sí mismo.
—Sí, gracias, ya estoy mucho mejor.
—Bien, ahora —comenzó a caminar y ellos a seguirlo—. Debido a tu incidente, tu traje quedó severamente dañado —admitió tras mirarla por encima del hombro—, pero, me tomé la libertad de diseñarte uno nuevo.
Picó unos cuantos botones sobre un panel y de un muro emergió un guardarropa con bastantes atuendos.
—Demás está decir, que hice mejoras para mis Protectores honorarios y nuevos diseños para los nuevos elementos —sonrió, se acercó a un atuendo oscuro—. Este es el tuyo, me basé en el original, claro que le agregué algo de la magia.
Roxane se acercó al traje, ciertamente era similar a su antiguo uniforme de vigilante, pero éste lucía mucho más nuevo, de color oscuro que ante la luz resaltaba en un violeta a penas perceptible, entallado y con una ligera protección similar a la armadura de Alex y sus amigos.
Sonrió, acarició la tela, era suave y firme a la vez, tenía incluso un cinturón con el logotipo de un cisne de color negro.
—Es fantástico —admitió con una sonrisa, casi parecía como una niña en su fiesta de cumpleaños.
—Gracias, al igual que las demás, tu traje es flexible y a la vez resistente, podrás combatir sin ningún problema, tienes además una máscara inteligente como los otros y... un cinturón lleno de juguetes que espero te sean útiles —sonrió, tomó una taza de café que había en una mesa y bebió.
—Cielos Howard, te esmeraste esta vez —soltó Alex, miró todos los trajes y sonrió de oreja a oreja. Su traje seguía siendo el mismo, salvo por las mejorías en el blindaje y que ahora lucía mucho más limpio, el atuendo de Zoey no había cambiado mucho tampoco, el de Milton sí, ya no tenía colores tan brillantes, ahora los rojos y los tonos oscuros compartían asilo en la armadura ligera de Thunderbird, eso y que no tenía las alas visibles.
—¿Y eso?
—Las oculté en un compartimiento alojado en la espalda para más discreción, cuando las necesite solo debe accionar el mecanismo y listo, volará otra vez.
Siguió con los últimos, el atuendo de Rei era muy parecido al de Rox, pero en lugar de ser una pieza completa, parecía que su traje estaba seccionado, tenía protección en todas partes pero sus codos estaban al descubierto, al igual que parte de su abdomen. Tenía una funda atrás para llevar un arma y también un cinturón.
Finalmente, el traje de Kai era el más interesante, era negro de pies a la cebeza, pero la parte superior contenía una especie de corte que le hacía parecer que tenía integrada una gabardina igualmente negra, al igual que una capucha que solo dejaría al descubierto sus ojos, en la espalda tenía la funda para su espada y otras más para diversas armas.
—Él dijo que no quería cubrirse los ojos —se encogió en hombros y bebió nuevamente de su café.
Luego de unos minutos, Zoey y Milton también llegaron, la mirada indiferente de la chica rubia le hizo saber rápidamente a Alex la cosa no había terminado, el ambiente entre ellos dos se sentía tenso, pero todos trataron de disimular—. Bien, chicos, esto es lo que pasará, logré hackear el servidor de los laboratorios Neo-Gen y logré hacer pasar como repartidores a unos de ustedes —le entregó una identificación a Zoey, Milton y Kai.
—¿Un repartidor ciego? —preguntó él mismo una vez que le entregó su identificación.
—Puedes disimular usando anteojos negros. Bien, ahora, para el resto de ustedes, logré sacar unas tarjetas de acceso primario, solo podrán entrar a la superficie del lugar, a la hora de investigar, tendrán que inventarse algo e improvisar —le entregó una tarjeta a Rei, Alex y a Roxy—. Yo los llevaré en una camioneta de la compañía para no llamar la atención, entran, investigan, sacan toda la información necesaria, salen de ahí y nos vamos.
—Excelente —comentó Milton, dio un aplauso y todos comenzaron a separarse.
—Alto —dijo Zoey en tono autoritario—. No creo que Howard deba quedarse solo a esperarnos.
—¿Le harás compañía? —preguntó Milton algo confundido.
—No, creo que uno de los nuevos debería quedarse para vigilarlo y ver que nada malo pase —dirigió su vista hacia Roxane Taylor, ella sonrió con descaro. Inmediatamente Alex intentó protestar.
—Ella no...
—Alex, tranquilo —lo apaciguó colocando una mano sobre su pecho—. No tengo problema con quedarme y proteger a Howard, a fin de cuentas, es lo menos que puedo hacer en compensación por haber ayudado a mi familia —se giró y le sonrió—, creo que seremos compañeros.
—Bien, supongo. A prepararse chicos, es un largo camino hacia Neo-Gen —se levantó de su silla y se comenzó a dirigir al hangar.
No demoraron mucho, entraron a una camioneta y comenzaron con su viaje, fueron alrededor de dos horas de trayecto, las cuales pasaron confinados en el automóvil, pasaron por largas autopistas hasta que llegaron a una zona bastante alejada, rodeada con algunos bosques cercanos y mucho más camino por delante, pero el edificio de Neo-Gen estaba ahí.
Una gigantesca y moderna cede, completamente vacía.
—¿Qué te parece? —le preguntó Howard a Zoey. Ella alzó unos binoculares y miró hacia las instalaciones, por fuera, la ridícula malla de seguridad y una caseta con un guardia dormido era la única medida de prevención del lugar, el área de estacionamiento estaba vacía, cambió a visón térmica y encontró gente a dentro, pero nada fuera de lo común.
—Esto es extraño —bajó los binoculares—. Debemos mantener los ojos abiertos.
Volteó hacia atrás, ya todos estaban vestidos con sus atuendos para no llamar la atención. Howard acercó la camioneta hacia la gaceta.
—Buenos días, vine a entregar un paquete —le dijo amablemente al guardia, él se levantó de su silla y se acercó un tanto extrañado.
—No me notificaron que habría una entrega hoy —respondió dudoso. Howard tragó saliva y apretó el volante.
—Si es que... fue algo de imprevisto. Ni siquiera yo lo sabía, estaba por ir a casa y prácticamente me tuvieron que amenazar con despedirme si no lo entregaba —el guardia no pareció convencido—. Vamos amigo, solo déjame pasar para poder irme a casa, muero de hambre.
El guardia lo meditó unos segundos, se encogió en hombros y le permitió pasar. Howard sonrió.
—Gracias, hombre, eres el mejor.
—Si, si, lo que digas, solo no demores más. También muero de hambre.
Avanzó con la camioneta hasta llegar al estacionamiento.
—Es hora —dijo Alex. Abrieron las puertas traseras y comenzaron a bajar.
—Si algo malo pasa —comenzó a decirle a Rox.
—Me romperás las piernas, lo sé, anda —respondió con cierta molestia.
—Bien, si algo sucede les llamaré a sus comunicadores, estén alerta y no llamen la atención —le dijo Howard al equipo, apretó los labios—. Buena suerte.
Cerraron las puertas.
—Bien, yo y Rei iremos por la entrada principal, ustedes vayan a la zona de entrega —ordenó Alex, tras eso, se separaron.
Las nubes oscuras habían cubierto por completo el cielo, presagiando lo que seguramente sería una lluvia muy fuerte. Alex y Rei siguieron caminando con disimulo hasta la entrada principal.
—Hay cámaras de seguridad en todas partes —dijo ella.
—Lo sé, no las mires directamente —llegaron a la entrada principal. Alex pasó su tarjeta por el escáner y ésta ae abrió. Entraron.
Basta fue su sorpresa al solo encontrar una silenciosa recepción, la única mujer que estaba tras el mostrador ni siquiera hizo esfuerzo en ver quién había entrado. Así que siguieron sin llamar su atención.
—Estamos dentro, Howard, ahora, ¿qué se supone que buscamos? —habló Alex por el comunicador.
—Algo sospechoso, me imagino —miró el mapa de las instalaciones desde una computadora, a la par que monitoreba sus pasos—. Veamos, sigan por ese pasillo, después a la derecha, ahí encontrarán el área de investigación.
Siguieron sus indicaciones, avanzaron por los pasillos sin dejar de notar que todas y cada una de las cámaras de seguridad estaban encendidas y vigilando todo a su alrededor. Y no solo eso, en cada pasillo había por lo menos un guardia.
—¿Demasiada seguridad para estar tan vacío, no crees? —dudó ella, lo miró de reojo, Alex asintió levemente.
—Lo sé, algo anda mal. Debemos hablar con alguien —las puertas y ventanas de cristal en los salones proporcionaban una vista ligera del interior, en algunos había personas trabajando, mientras que en otros se notaba que no hacían mucho.
Giraron a la derecha rumbo al área de investigación, el lugar se encontraba más vacío que el anterior.
—Mira —Rei se detuvo frente a una puerta que decía Dr. Phillip—. Hay que ver si el doc nos puede decir algo.
Abrió la puerta, era una gran oficina, en la cual había un hombre adulto sentado tras un escritorio.
—¿Hola, Doctor Phillip?
—¿Hola? —respondió dudoso. Rei se acercó sonriente— ¿Quiénes son ustedes?
—Oh... pues, mi nombre es Yukio Hamada y él es... Ron, Ron Wilson —ambos saludaron con cortesía al hombre—. Somos accionistas de Tensu Tec.
—¿Tensu Tec? ¿La empresa de armamento?
—Sí, exactamente esa.
—Bueno —rió un poco y se rascó la cabeza—. No es por ofender ni nada pero, se ven muy jovenes para trabajar en una empresa tan importante como Tensu —Rei mantuvo su sonrisa.
—Es que conseguimos una beca para trabajar ahí, ya sabe, por la excelencia académica.
—Claro —aseguró mucho más tranquilo—. Bien, jóvenes, ¿en qué les puedo servir?
—Bueno, los directivos de Tensu nos enviaron acá para ver el nuevo... proyecto en el cual están trabajando —nuevamente el hombre pareció confundido.
—Bueno, no recuerdo la última vez que acordamos una reunión con Tensu Tec, pero de igual forma no estamos trabajando en nada nuevo, solo seguimos buscando nuevos fármacos.
—¿Está seguro? —intervino Alex— Teníamos entendido que aquí estaban trabajando en algo muy nuevo, algo poderoso.
—No que yo sepa —rió, salió de su escritorio—. Síganme por favor.
Salieron de la oficina, juntos siguieron recorriendo algunos pasillos. Entonces llegaron hasta un elevador, lo llamó y una vez adentró, bajaron.
La puerta se abrió para mostrar un área mucho más llena de gente, todos trabajando en distintas tareas que hubiera sido imposible para ellos saber si algo andaba mal.
—Como verán, aquí en Neo-Gen seguimos buscando nuevas alternativas médicas, no estamos trabajando en algo particularmente.
—¿Está seguro? Nuestro jefe nos habló de una droga que estaban haciendo, algo que era capaz de dar fuerza extrema a una persona —breve como un parpadeo, pero Alex notó que él hombre había cambiado su expresión al escuchar eso. Lo miró seriamente y le pareció ver que el doctor estaba nervioso.
—No-no realmente, señor.
—Alex, Alex, responde —oyó la voz de Howard en su comunicador.
—Disculpe —cambió su mirada seria por una tranquila y sonriente—. ¿Puedo usar su baño?
—Claro, está por allá —le indicó en u pasillo adjunto.
—Gracias, no tardo —caminó rápidamente hasta el baño, después entró en uno de los cubículos—. ¿Howard, qué pasa?
—Hay una zona subterránea, debajo de ustedes, hagan que ese sujeto los lleve ahí.
—Está bien —salió del cubículo. Y se topó de frente con un sujeto, un calvo que llevaba traje—. Buen día —lo saludó, caminó al lavamanos y lo miró nuevamente por el espejo, el hombre lo miraba detenidamente co un rostro frío. Sacudió sus manos y comenzó a caminar a la salida, cuando el hombre extendió un bastón retráctil. Lanzó un golpe que logró esquivar, lo golpeó en el rostro y después lo pateó justo en el pecho.
Casi se cae, pero regresó y lanzó más golpes, en su último intento, Alex atrapó el bastón y con su mano libre le recetó una seguidilla de golpes directo al rostro. El hombre se tambaleó, nuavamente lo golpeó y fue cuando éste cayó inconsciente al suelo.
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