Debido a la insistencia de Shizuo de ir caminando a casa de Shinra durante gran parte de su trayecto ahí,  fue fácil suponer que llegaron un poco tarde. Pero eso estaba muy bien para el rubio, sabiendo que no sería tan incómodo con todos ya estando ahí. Al menos Izaya no estaría atrapado en interacciones uno a uno, especialmente una que involucre a Shinra. Shizuo no puede evitar aún estar un poco nervioso sobre su pequeño secreto, sabiendo que el doctor era tan desconfiable como su amante lo era a veces. Si no fuera por Celty, Shinra no habría dudado sobre traicionar la confianza de uno por una buena carcajada. Pero Celty había ayudado a Shizuo a invitar a Izaya aquí, así que era improbable que el doctor hiciera algo que pudiera posiblemente molestar a su amada. Mirando al menudo hombre a su lado, el rubio frunció el ceño al ver su pálida mano temblando muy ligeramente. Sin embrago, al mismo tiempo, su característica sonrisa confiada no dejaba nunca sus labios.

Shizuo suspiró para sus adentros.

Esta noche ciertamente será interesante.

Antes de poder decir algo para intentar calmar los nervios de Izaya, la puerta se abrió por completo para revelar a un feliz doctor sin licencia. —¡Shizuo! ¡Que bueno que por fin llegas, mi amada Celty estaba empezando a preocuparse! —saludó animado y se hizo a un lado para dejarlos pasar.

El doctor le dio un vistazo a Izaya y le dio una amplia sonrisa, la cual el informante devolvió con orgullo. —¡Izaya, desearía poder decir que es bueno verte a ti también! —sonrió, su voz igual a como había sido con Shizuo.

—Ah, lo mismo digo yo. Estaba disfrutando de mi tiempo en Ikebukuro antes de que tu cara apareciera. —las palabras de Izaya goteaban amielado sarcasmo, ya habiendose instalado en su persona alrededor de otros.

Y eso por sí mismo hizo que el optimismo de Shizuo se desmoronara.

Izaya no era muy bueno hablando con otros siendo él mismo, sus cuidadosamente estructurados muros eran casi imposibles de derribar y eso le llevaba a ser frío con la mayoría de todos. Él era una persona desconfiable, y no tenía la fuerza para sacarse solo de ahí. Orihara Izaya era un cobarde, de principio a fin. Su miedo a ser herido emocionalmente pesaba más que cualquier herida física que pudiese recibir como resultado de su personalidad.

Shizuo sabía esto muy bien, habiendo sido el blanco de la ira de Izaya por casi toda su vida.

Pero a pesar de esto, Izaya le había dejado acercarse. Shizuo había sido capaz de atisbar al verdadero hombre que su amante era, y la persona por la que el rubio había caído una  y otra vez.

El verdadero Izaya era una gato asustadizo. Le temía a los perros y los truenos, se ponía nervioso al hablar con extraños y se negaba a ver los ojos de pescado. El verdadero Izaya era inteligente más allá de comparación, pero en un sentido peculiar. Tenía una maña por la mitología, y disfrutaba la poesía y los documentales sobre psicología. La humanidad aún le fascinaba, pero el verdadero Izaya mantenía su fascinación en una forma mucho más contenible que la que Izaya daba a demostrar. El verdadero Izaya era increíblemente solitario, y se preocupaba por los "jugadores" de su juego más de lo que podía poner en palabras. Shizuo se dio cuenta que mientras más Izaya lastimaba a alguien, más se suponía que lo disfruten. Porque si él los lastima, ellos lo despreciaran con todo su ser. Y de esa forma, no había ninguna posibilidad de que una amistad se formase entre quien sea el jugador por el que Izaya tomara interés e Izaya mismo. Izaya estaba a salvo de ser herido.

Era autodestructivo, y sólo lastimaría a Izaya al final.

Shizuo estaba determinado a sacar a Izaya de esos infernales muros.

Y para hacer eso, él tenía que hacer que su amante se abriera con otros.

¿Qué mejor forma de hacerlo que lograr a asista a una fiesta con todos los jugadores favoritos del pelinegro?

Tomando la mano de su pareja, Shizuo asintió hacia Shinra. —Gracias, buscaremos un lugar para sentarnos. —haló a Izaya dentro de la casa del doctor.

Shizuo aún puede sentir los dedos de Izaya temblando.

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Tan sólo había pasado media hora y esto ya había probado ser una idea desastrosa de parte de Shizuo.

Cuando entraron a la sala primero, la única cálida bienvenida que recibieron fue hubo sido de Celty. Las sonrisas de todos los demás murieron en cuanto vieron a la persona junto a Shizuo.

A partir de ese momento, las cosas sólo se habían puesto cada vez peor.

Primero, su tardanza había significado que la mayor parte del hotpot había desaparecido. Había suficiente para dos personas, pero Kida había tomado un segundo ayudando después de que Togusa le diera a Shizuo su tazón. El muchacho rubio había directo frente a Izaya, efectivamente tomando su oportunidad en probar un poco en un abrir y cerrar de ojos. Togusa no pareció notarlo.

Shizuo tuvo que mantener el temple, asegurandole a su aparentemente inafectado amante que podían compartir de su tazón juntos.

Izaya no respondió a eso.

Cuando fueron a buscar lugar donde sentarse, se volvió obvio que sólo quedaba un lugar abierto. El resto había ocupado por otras personas, mientras que Shinra se desparramaba en un sillón de dos plazas con Celty a su lado. El asiento estaba justo junto a Tom, y su jefe ansiosamente le hizo un gesto para que Shizuo se siente ahí. Shizuo aceptó, agarrando a Izaya en un intento de sentarlo en su regazo. Ellos solían hacer eso cuando comían en casa, ya que Izaya siempre disfrutaba de estar cerca del rubio.

Casi pareció como si Izaya estaba a punto de aceptar a la oferta de Shizuo a pesar de su desagrado al afecto público. Shizuo supuso que era debido a cuán fuera de lugar se estaba sintiendo el informante.

Pero entonces Shinra se tuvo que meter diciendo que no puede tener a ambos sentados ahí, así que uno tenía que estar de pie. Shizuo pudo sentir una de sus manos tener espasmos, pero aceptó y se dio la vuelta para darle a Izaya su lugar.

En ese momento, el informante ya se había buscado una esquina fuera del camino de todos los demás para establecer residencia. Su mano ya había sacado su teléfono, muy seguramente mandando mensajes a algunos de sus clientes.

Izaya siempre volvía a trabajar cuando estaba estresado.

Shizuo apretó sus dientes, a punto de ir y unirse a él cuando Tom le detuvo. Había pasado un tiempo desde que él y su jefe tuvieron una oportunidad de charlar libremente, ya que normalmente no tenía tiempo en el trabajo. Todo el tiempo libre de Shizuo iba a Izaya después de eso.

Él a regañadientes cedió, sentándose en su asiento y participando en conversación con aquellos a su alrededor. Shizuo sólo habló con ellos un poco, sólo para ver cómo estaban Vorona y Kadota antes de dirigirse de vuelta con su amante.

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Shizuo ahogó una risa cuando vio a Walker y Erika discutir si cierto personaje de anime era tsundere o himedere, tragando otro poco de su hotpot. Él sonrió cuando Anri charlaba tranquilamente con Mikado en la otra mesa. Había sido una gran fiesta, y tuvo la oportunidad de hablar con casi todos con los que había estado queriendo. El sol se había puesto un poco antes, y Shizuo estaba seguro de que han pasado dos horas desde su llegada.

Intentó sacar a Izaya de esa esquina múltiples veces, pero luego de tres veces del informante diciendo que estaba ocupado con el trabajo, Shizuo se rindió.

Shizuo supuso que tenía suerte de que esta noche no haya resultado en un festival de mierda entre sus amigos y su novio.

Claro, la vida siempre tiene que probarle a Shizuo su error.

—¡Neee Izaya! ¿Por qué estás aquí siquiera? ¡Las fiestas son para divertiiirse, tú sólo estás siendo un cretiiino escondiendote aquí! —el sonido de las risillas ebrias de Shinra hizo que todos voltearan a ver hacia la esquina del informante.

Shinra todavía tenía media copa de vino vacía en su mano, y Shizuo supuso que ya se tragado cuatro más antes. Los adultos habían traído alcohol antes considerando que era una noche de fin de semana, pero muchos olvidaron cuán baja era la tolerancia del doctor.

—No me molestes, Sr. Ebrio McBorracho. Sucede que yo soy una persona muy ocupada, eso pasa cuando eres buscado. —Izaya sonrió con dulzura al responder.

No había arrugas cerca de los ojos de Izaya mientras sonreía, notó Shizuo.

—¿Túuu, buscado? La única persona quien te quiere es Shiizuooo. —Shinra soltó una carcajada dando un golpe a Izaya en la espalda en tono de broma.

—Quiero deciiir... ¡Tooodo lo que haces es estar enojado y deprimido y arruinar la fiesta! ¡Puede que a mi esquina le estén creciendo hongos ahora por tu cuuulpa!

Izaya frunció en ceño a eso, guardando su teléfono en el bolsillo.

—Si no querido quizá no debiste haberme invitado entonces, ne? Deberías estar agradecido de que vine. —Izaya le sacó la lengua, sus palabras goteando veneno.

El corazón de Shizuo cayó.

—¿Invitarte? ¡Yo ni queríiia! Shizuooo dijo que no vendría si tú no venías también. Deberías estar agradecido que aaalguien ame tu lamentable trasero. —resopló Shinra poniendo sus manos sobre los labios.

La fiesta quedó en silencio excepto por la risa amortiguada de Kida.

Ojos rojizos se posaron sobre unos marrones, tomando nota de la culpa iluminandolos.

Y entonces, el informante se dirigió a la puerta.

—Si no soy querido, entonces sólo me iré. Debí haber dicho eso en primer lugar. —la voz de Izaya había perdido su letal dulzura, ahora simplemente sonaba vacía de todo.

Shizuo salió de su trance cuando la puerta del frente se cerró de nuevo, corriendo hacia ella desesperadamente.

—¡Izaya, espera! ¡Por favor!

Se detuvo en el porche, mirando la calle vacía frente a él.

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Izaya se había ido.

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N/T: Adivinen quien resucitó. Así es, la autora por fin nos dio una actualización después de su largo hiatus ¡Yay! ¡Esto es para celebrarlo!

De nuevo, no sé cuando sea la siguiente actualización pero en cuanto suceda yo aquí se los traduciré enseguida n_n

PD: Sabía que esto no iba a terminar bien, ¿todos estamos de acuerdo en que fue culpa de Shizuo por forzar las cosas y de Shinra por ser un mal amigo? Dejenme sus opiniones en los comentarios.

PD2: HaHaHa xD Perdón la cosa en inglés, no tenía internet así que lo copypasteé para poder editarlo en paz y se me fue borrar algunas partes cuando lo subí xD ¡Que pena!