Los problemas de amar
Los problemas de amar.
AkuHigu.
OoC.
Capítulo único.
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La Port mafia ha realizado una fiesta. Una fiesta para celebrar el buen rendimiento de sus integrantes en los últimos meses ¡sí, por eso era! y no tenía nada que ver con que el líder de dichosa mafia estuviera en su hype extremo gracias a que por fin, su adorada Elise se probó un vestido a la primera que se lo pidió, no claro que no.
—¡Mori-san, está todo listo! —uno de muchos subordinados afirmó que todo estaba en total orden.
—Excelente —sonrió orgulloso de, no sólo saber dirigir la mafia sin problemas, si no que incluso organizar fiestas se le daba bien. Mori le indicó a su subordinado que siguiera con la seguridad de la fiesta mientras así, pudiese estar sólo para ver qué vestido le quedaría espectacular a su adorada Elise.
En la dichosa fiesta, todo el mundo (bueno, casi todo el mundo, muchos por no decir la mayoría debían encargarse de la seguridad y aunque la fiesta fuese para todos los integrantes de la mafia ciertamente estaba dirigido a los jefes y otros de cargos importantes) la estaba pasando bien.
Akutagawa Ryunnosuke obviamente no estaba entre ellos.
Apenas habían pasado dos horas de la dichosa fiesta y Chuuya ya estaba haciendo de sus shows producto de la falta de conciencia por tanto beber. Y Akutagawa sólo veía como el ebrio le indicaba que bebiera también a Higuchi –quien se veía muy bien para su gusto esa noche, y no, no son celos decía el que le daba miradas asesinas a cualquiera que quisiera sacarla a bailar–.
Va a salir mal, lo sabe.
Intenta decirle a Ichiyo que no beba, sabe que ella no puede tomar alcohol sin estar ebria a la media hora, pero cada vez que intenta acercarse algo o alguien interrumpe en su camino y la rubia se pierde de su vista.
Después de tanto buscarla, la encuentra alejada de la fiesta con lo que parecía ser un ataque de hipo.
—hip. —apenas escucha cuando está a un metro de ella su estado de ebriedad no le hace ver de su presencia, ella trata de calmarse pero no puede, quisiese tomar agua pero caminar como Bambi recién nacido no es una opción. Sus piernas tiemblan y está cubriendo su boca mientras el golpeteo en su pecho sigue— hip.
—Sabes que no deberías tomar Higuchi —le dice el chico mientras cierra sus ojos. La rubia se alerta cuando lo escucha y al verlo, no ve el demonio que todos aseguran que es.
—A-Akutagawa-senpai~ —Ichiyo balbucea, casi suplicando mientras se acerca a él y lo abraza. En un estado de conciencia normal jamás haría dicho acto, pero no está conciente en ese instante y es una de las razones por las que Akutagawa no le ha gritado ni la ha apartado. Eso y porque se había prometido así mismo dejar de ser una basura con Higuchi, cosa que le ha costado mucho cumplir y que rara vez lo demostraba— Tengo, hip, mucho sueño.
El anteriormente nombrado no abre los ojos, en realidad trata de encontrar alguna conexión divina, si la hay, que le diera paciencia, mucha paciencia. El contacto físico no es lo suyo.
—Te llevaré a tu casa —habla después de un rato sintiendo el calor que emana el delgado cuerpo de Higuchi. Pero está niega aferrándose a su pecho.
—Quiero quedarme, la fies-fiesta está muy bueeena~ —y sonríe tras decir eso dándole a entender a Akutagawa que ya entró en el viaje astral.
—¿No dijiste que querías dormir? —pregunta molesto. Y la única respuesta que obtiene es un ronquido.
Toma el cuerpo de Higuchi y se retira de la fiesta sin que nadie los vea, volviendo a aclarar en su mente el porqué no le gusta las fiestas y es claro: porque era en ese tipo de eventos donde se daba cuenta cada vez más sobre los problemas de amar.
Y uno de los problemas de amar era que, sin importar qué idioteces hiciera su novia él debía ingeniárselas para tratar con ella. Aunque sí lo pensaba bien, el día siguiente podría recordarle lo que hizo para ver su expresión cambiar patéticamente mientras sus mejillas cambian de color y le pide a súplicas no volver hablar del tema.
Ryunnosuke esboza una mueca similar a una leve sonrisa de sólo imaginar la maldad que significaría para Higuchi recordarle que la vio en Estado de ebriedad.
Sí, tal vez podía sacar ventajas de los problemas de amar.
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