
Los preferidos de Dios
El ángel la miró, ella estaba enlodada de los pies, con ese vestido blanco lleno de suciedad y algo de sangre.
La había salvado de ser apedreada hasta la muerte, pero ella lo miraba con odio y resentimiento, incluso intentó zafarse cuando apenas iban a llegar al suelo.
—Veo en tus ojos envidia.—Dijo él ser con las alas quemadas, aunque tan solo un poco, no tanto como las de Lucifer y sus demás hermanos rechazados por su padre.
—Te odio a ti, no creas que te agradeceré y adoraré por salvarme.—Ella contestó, aún podían verse lágrimas en sus mejillas sucias.
Lloraba porque temía a la muerte, y también porque despreciaba a ese ser hermoso que la salvó, tenía razón él, le tenía envidia.
Se pregunta porque.
—¿Porqué me odias?... Acaso te hice algo malo, se que tu ángel guardián te rechazo porque no creer en mi padre.—Comento con tristeza, le solía suceder eso a las jóvenes, aunque no las culpaba.
Después de todo a ellas les mostraron un dios misericordioso pero que castigó con severidad a Eva (dándole un recordatorio de sangre), y quien también proclamó que las mujeres debían ser sumisas a sus esposos.
Aunque su padre trató de tener la adoración de sus hijas de nuevo, haciendo a una virgen santa, no todas de nuevo volvieron a creer en él, sobre todo porque la caza de brujas volvió, y esta vez peor, aquella que pensará diferente o trata de defender sus intereses sería torturada para después morir.
—Sabes bien que no te odio por eso.—Le respondió, mientras ya se iba ir lejos de ese ángel, que al ver como se iba ella, se puso sobre la tierra para seguirla, sus alas se seguían consumiendo pero a él no le importaba.
—¿Entonces?... Puedo saber que hice mal.—Insiste, ella cierra sus ojos para después suspirar.
—Tu, y los demás son los preferidos de él.—No entendió a que se refirió con eso, la siguió mirando, notando como aprieta los puños, y lágrimas se desbordan de esos ojos oscuros. —De tu Dios, tu padre...—
—¿Preferidos?.—Jamas había pensado de esa manera, piensa que su padre es justo... O mas bien él se mantiene con una venda en esos ojos puros que tiene.
—Si. A ustedes no los expulso del paraíso, cielo... ¿No?, siempre me pregunto si es porque tienen alas.—
—Lucifer y otros hermanos también las tuvieron pero fueron expulsados al revelarse contra mi padre. —Y también porque desobedecieron, porque se enamoraron de las humanas, porque quisieron ser libres como ellos. —Por tratar de crear un nuevo mundo para los humanos.—
Ella lo miró, esta vez todo rastro de odio desapareció, solo una mirada suave y una expresión triste. —Entiendo, si es cierto entonces te tengo lastima.—
—¿A mi?.—Cuestiono, ladeó su cabeza cuán niño confundido, sin duda ese ángel era como uno.
Un niño que tiene un padre él cual le dice mentiras, y lo controla a base de estas, tan inocente pero ingenuo a la vez, los pocos ángeles que le quedan a Dios para que hagan frente a Lucifer si intenta de nuevo rebelarse o mas bien liberar a los humanos y sus demás hermanos que viven en la ignorancia.
Y es que él ya no podía crear mas, ya era viejo, se supone que Jesús sería su sucesor, pero temía a la muerte y se aferró para seguir siendo el todopoderoso y esta no lo alcanzara.
—Si. Solo son sus preferidos porque los trata como títeres, él solo quiere hijos obedientes y sin voluntad.—A pesar de lo que dijo, no se enojo, tan sólo siguió con esa expresión tranquila que lo hacía ver como el ser mas hermoso de la tierra. —Ya no tengo tantos celos...—Río amargamente, bajando la cabeza.
Siempre se había preguntando porque sólo los ángeles podían estar con Dios, porque él nunca los perdonó por el pecado de Eva, a veces pensaba que se arrepintió de crearlos y solo espero cualquier excusa para mandarlos lejos y dejar que hicieran casi lo que quieran mientras lo adoren.
—Estas diciendo que solo soy su preferido por ser ignorante.—Le ha dicho, ella bajo la mirada para después asentir.
Podía notar como él ángel se veía decepcionado, ahora se sentía mal por decir la verdad, pero no se arrepintió, pues así le quito la venda de los ojos, o eso piensa.
Mientras sus alas aún se seguían quemando, advirtiendo que si no regresa pronto estas se quemarán y serán negras como las de Lucifer. —Entonces... ¿Mi padre no me ama?.—Ella no supo que responder, pero él ángel se veía deseoso de una respuesta.
—No lo se. Él dice amarlos a todos ¿no?.—Mas bien ha leído eso.
Se quedo callado, pensando en eso, se dio cuenta de que jamás lo escuchó decir tal cosa... Porque hace tiempo que no lo ha visto, ningún ángel, sólo algunos arcángeles.
Dedujo con tristeza que los arcángeles debían ser los preferidos de Dios, pues ellos eran los únicos que lo podían ver. —Mi padre me abandonó. —Dijo con dolor, y esas alas blancas, tan solo eran ennegrecidas por un fuego que las manchó por siempre.
La mujer lo vio cayendo de rodillas, mientras miraba hacia el cielo, también se agachó poniéndose a su lado, viendo como el fuego se extinguió de sus alas. —Bienvenido al club de hijos abandonados.—Le sonrió con tristeza, titubeó para tocarlo, quien sabe pensó que desbordaría toda su ira hacia ella, pero seguía tranquilo.
Poso su mano sobre su hombro, la tela de la túnica es suave, como el terciopelo.
Él ángel la miro solo un momento, sin decir nada. —¿Porque me salvaste?.—No era su obligación hacerlo, ni siquiera era su ángel guardián, además por salvarla su mundo se desmoronó, aunque en el proceso lo liberó de su ignorancia.
—Porque estaba cansado de no hacer nada...—
Después de todo él era solo un adorno bello en el cielo que nadie podía habitar (al menos no los humanos), su padre siempre había dicho que ninguno era digno aún para pisarlo, si acaso los discípulos de Jesús y algunas vírgenes santas al igual que santos. —Viviendo en un paraíso vacío y oscuro...—
Él paraíso que mantenía con vida a Dios, que si era habitado por su creación tan sólo haría que su tiempo de vida se acorte, y así la muerte lo reclame al fin. —Porque quería salvarlas a ustedes, pero tenía miedo de ser odiado por mi padre... Ni yo mismo se como Descendí a la tierra...—Pauso por un momento, ella lo vio sonreír, y como esos ojos puros brillaron. —Pero me alegró de haberlo hecho, pues gracias a ti soy capaz de ver al mundo con mis propios ojos.—Y no imaginarlo como le ordenó su padre.
Entonces se acercó más a ella, quería estar en la tierra por siempre, en cualquier lugar menos el cielo.
Le dio un beso de gratitud, y así dejó de ser él títere de su padre.
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Esta idea surgió después de hacer un comentario estúpido en FB, al último me imagine esto, y este es el resultado.
Esperó les haya gustado ♥
Haría una portada mas bonita pero por ahora se quedará esa :(
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