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¿Quien quiere un helado?

Calor...

¡Maldito calor!

Al menos eso era lo que pensaba una castaña dentro de una piscina inflable, no era suficiente para bajar su calor. Justo ahora la piscina de la casa estaba vacia al haber sido limpiada, a veces la castaña se preguntaba si el universo la odiaba. Pues ahora solo podía darse un poco de frescura extra con un abanico y un helado de menta en su boca.

Al  menos no se moriria de sed.

---¿Aun no puedes bajar tu calor?

Cuando volteo su mirada, sus ojos se agrandaron y sintió que los grados de su cuerpo se elevaban aun más. Hasta el helado termino de derretirse.

Ahi había llegado su esposo, con solo unos pantalones verdes cortos, nada más, además de una bandeja con limonada y dos vasos. Con su cuerpo bien descubierto y musculoso, no de forma exagerada  como cierto simbolo de la paz en sus mejores años, pero tenia lo suyo y así lo preferia su esposa. Pues no queria tener a un tanque de esterorides como compañero de vida. Izuku estaba bien como estaba segun la opinión y gustos de la castaña.

Además esas cicatrices, le daba un aire más masculino. Vaya que le encantaba.

---E-Eh...yo...---uno de los lados de sus gafas se cayeron---bueno, no es facil hacerlo con la vista que tengo---admitía sonrojada, aun cuando fuera su esposo, le era dificil mantener la vista en su cuerpo sin alterarse. Era demasiado bueno para su corazón.

---¿La vista?---preguntaba curioso con una ceja alzada y dejando la charola en la mesita de a lado, para ver a donde veia su esposa en la acera. Sonriendo divertido---aaa querida, son dos perros cog...¿Ochako? ¿el agua esta hirviendo?

Observo con curiosidad e incredulidad, como el agua de la piscina burbujeba como agua en ebullición. Ochako estando roja como  olla a presión, hasta que si uno prestaba la debida atención, podía verse y escuchar vapor saliendo de sua oidos. Estaba bastante avergonzada.

A veces pensaba que su esposo era medio pendejo, pues no captaba las indirectas de forma rápida. Aunque así lo amaba.

Lo de ambos perros fue una coincidencia, una cruel y algo graciosa coincidencia. Ella lo decía por su esposo, no por ambos animales en pleno apareamiento. Bufaba abochornada por eso, su esposo de seguro iba a usar eso a su favor. El no desperdiciaba estos momentos para burlarse de ella.

---¿Como es posib...?.

---¡Ya se!---la castaña se levanto de sorpresa con esa exclamación, tratando de borrar aquel bochornoso momento. Cosa que funciono al haberle tirado por accidente, agua en la cara. Casi ahogandolo---¡vayamos por helados!

---¿Ah? Seguro, vamos si quieres---se limpiaba el rostro con una toalla cercana---el de la nevera se acabo hace unos dias despues de todo---luego observo a su esposa con una mirada divertida y acusatoria---¿me pregunto por que sera?.

La castaña desvio la mirada nerviosa y sonriente.

---Maldito maratón de peliculas romanticas---maldecia desde sus adentros, pues ella se acabo todos los botes de helado cuando se vio aquel maratón un noche solitaria. Su esposo estaba viajando por un asunto laboral---y-ya te dije el por que...

---Aja, bueno, esas monjas deben estar muy agradecidas contigo---mencionaba burlista al recordar la terrible excusa que le dio Ochaco en aquella ocasión---vamos de una vez---daba media vuelta y entraba a la casa.

---¡Es la verdad!.

Entraba siguiendo a su esposo, tratando de que su esposo le creyera aquella mentira tan tonta. Pero ni el era tan crédulo.

.........

Ambos la estaban en el supermercado, sintiendo el gran alivio que sintieron sus cuerpos, cuando el aire frió los golpeo. Era una sensación única.

¡Benditos sean los aires acondicionados!

Nadie los reconocia, puesto que no portaban sus trajes ni mascaras. Por lo tanto, no había peligro que sean reconocidos y sean acorralados por sus fans. No querian sonar desagradecidos ni groseros, pues los amaban. Pero hasta ellos amaban lo agradable del anonimato y la tranquilidad.

Ahora que estaban aqui, provecharian la ocasión para hacer algunas compras extras. Pues a la alacena le faltaban algunas cosas.

Además de aprovechar el aire acondicionado en esta ola de calor.

---El helado sera lo último---mencionaba Izuku sonriente mientras el empujaba el carrito---despues se derrite y no podremos comerlo.

---Eso es cierto---afirmaba la castaña, llegando con una cesta de huevos y una funda de pan en sus brazos. Los cuales dejo en el carrito---¿cuando volvia Eri-chan del campamento de las Pussycat?---preguntaba curiosa y dudosa por su hija.

---Aun falta mes y medio para que vuelva---le respondía a su esposa metiendo una botella de aceite en el carrito---pero no me preocupo, Eri es una buena niña. Debe estar comportandose bien---mencionaba confiado y con una sonrisa.

---Si, es verdad---secundaba Ochaco  en el mismo estado que su esposo---es una angelito bien educada.

[...♡...]

Campamento infantil de las Pussycats.

---¡CONTRA LOS REBELDES!.

La pequeña Eri, comandaba a un batallon de otros niños, que gritaban aceptando las ordenes de la niña. La pequeña de cabello angel y un cuernito, montaba un perro negro grande. Vestia su vestido rojo y mochilita, pero con un cinturon cruzado en su cuerpo, con varios globos de agua. Ademas de usar un cono de transito como casco.

Sus leales manos derechas eran Pixie Bob y Ragdoll, que vestían lo mismo que ella. Ademas de tener pintados una parte de la cara azul y la otra blanca.

---¡ABAJO LOS TIRANOS!.

Ahora Kota era quien gritaba siendo secundado por otro grupo de niños, vestía como siempre. Pero usando un casco de futboll americano, además de un cinturos con globos de agua. Además de un rollo de cartón como "espada" en su grupo tambien estaban Mandalay y Cachatora.

Usaba a este ultimo como caballo.

---¡A LA CARGA!.

Con las ordenes de ambos "líderes" se lanzaron a la batalla, con Cachatora relinchando como un furioso corcel de guerra. Globos de agua salieron volando, chicles y mas cosas salian contra los enemigos. Era una guerra civil sin cuartel.

Y todo por no saber si elegir de comer pastel de vainilla o dulces de crema.

[...☆...]

De vuelta en Musutafu.

---Si, de seguro estan bien y divirtiendose---mencionaba Izuku volviendo a caminar---las Pussycats son adultas muy responsables despues de todo.

Así, ambos adultos confiando plenamente en la madurez mental de las heroínas de rescate, siguieron tranquilamente sus compras. Hasta que terminaron y dejaron sus compras en el auto, para luego dirigirse a la heladeria. Pues aun estaba esta terrible ola de calor azotando la ciudad.

Ambos sonrieron cuando vieron el edificio, la frescura les volvió a llenar de alivio de golpe. Nuevamente estaban en un aire acondicionado.

Era un sitio muy agradable y placentero, pero al parecer no fueron los unicos con aquella idea. Pues sus ojos se abrieron en sorpresa cuando vieron una ola de gente frente a ellos, con largas filas de espera quienes pedirian su helado directamente. Al menos tenian aire acondicionado y una resistencia barbara, todo gracias a los impiadosos entrenamientos que Aisawa les sometio alguna vez.

Por suerte encontraron una mesa desocupada, suspirando de alivio y placer. Al fin podrían relajarse y refrescarse.

---Al fin...---mencionaba Ochako con su rostro pegado a la mesa y una sonrisa---dulce placer gélido.

---Eres una exagerada---mencionaba en el mismo estado su esposo---¿tardaran mucho en tomar nuestra orden?.

---Esta muy lleno el sitio---mencionaba la castaña girando un poco la cabeza y viendo el lugar, bufando al notar como seguia igual de lleno. Aunque al menos la fila avanzaba rápido---espero que tengan personal suficiente para atendernos.

En ese momento, cuando pedía al cielo un milagro, al parecer se le cumpliria de forma inmediata. Pero tal parece que no por parte del altisimo, sino todo lo contrario. El señor de las tinieblas debia estarse riendo de su jugarreta, ella se había dado cuenta, desde el momento que entro, que varias miradas femeninas se posaron en la anatomía de su esposo. El cual no se daba cuenta de nada.

Pudo ver que esas miradas, estaban llenas de lujuria y deseo. No era como las fans que eran verdaderas y normales.

Pues ella podía ver la diferencia, entre fans agradecidas por sus acciones y arpías que querian hacerle el kamasutra al derecho y al revez a su esposo. Malditas sucubos rompe-hogares¿que no veian que estaba casado? ¡tenía una ENORME argolla matrimonial en su anular izquierdo! Malditas perras en celo, el ya estaba apartado. No debían ver a su esposo de esa forma.

Y era que aquella mesera despampanante pelirroja bien atribuida (casi a la par de Yaomomo) se acercaba a su mesa, sus ojos verdes no se despegaban de su esposo. Cosa que la hizo fruncir el ceño.

---Buenas tardes, me llamo Hotaru. Sere su mesera en esta ocasión---su voz tambien sonaba angelical, cosa que Ochako no se tragó para nada. Pero si el pendejo de su esposo---¿que helado desean ordenar?

---Un napolitano con brownie---pidió Izuku sin notar la mirada de la mesera sobre el---solo eso por ahora.

---De acuerdo guapo---le anoto su orden y le guiño el ojo, generandole nervios al peliverde. Luego volteo a ver a la castaña---¿usted desea ordenar señorita?

---Un banana split---respondió de forma seca y le devolvió el menu.

---De acuerdo señorita---sin importarle su estado de animo, anoto su pedido---en un momento regreso con sus ordenes.

Se fue de ahi, volviendole a guiñar el ojo al peliverde y meneando sus caderas de forma sexy, haciendose notar no solo por Izuku. Sino tambien por varios otros hombres de por ahi.

Muchas esposas fruncieron el ceño por eso.

---Lindo trasero ¿no?---pregunto Ochako con una ceja alzada y cruzada de brazos.

---Si...---respondió en trance Izuku, viendo la retaguardia de la mesera, pero luego se puso pálido al notar lo que habia dicho y el ambiente que genero por error---¡pero ninguno es mejor que el de mi amada esposa!---exclamó sonriendo muy nervioso.

---Si claro, maldito monstruo sexual---pensaba inflando un poco sus mejillas en puchero, pero luego suspiro derrotada---me alegro que sepas diferenciar lo mejor y natural de lo superficial---mencionaba notando como ese cuerpo tan bien formado, no podía ser natural. Era imposible---¿Cuando iremos a visitar a Inko?---trataba de desviar el tema.

---Prometimos hacerlo este fin de semana, aprovechando que estaremos libres por tres meses---respondía Izuku---tambien lo de tus padres.

---Eso seria la otra semana---respondía la castaña con una gran sonrisa de alegría, pues le encantaba saber que a la empresa de sus padres les iba excelentemente bien. A Izuku tambien le alegraba aquello---debemos prepararnos bien, todos los abuelos quieren ver a Eri.

---Aunque para eso, primero debe volver del campamento---mencionaba Izuku lo obvio---oh mira, ahi vienen nuestroa helados. A eso le llamo profesionalidad.

---....Si.

La mesera llegaba con ambos pedidos, dejando los pedidos y luego alejandose nuevamente meneando sus caderas. Volviendo loco de nueva cuenta a la sección masculina y una que otra femenina, eso hizo a Ochako morder una cucharada de helado con odio hacia la mesera. Mientras que Izuku comia tranquilo.

No era la unica molesta, pues otras estaban en las mismas. Aunque Ochako sentía más hostilidad sobre ella, pues estaba más interesada en su esposo y nadie más. Maldita perra arrastrada.

Izuku no lo notaba, pero los celos y molestia de su esposa estaban que ardían. En especial cuando veia a esa camarera verlo de forma tan anhelante y lujuriosa, eso la estaba sacando de quicio. Esta mujer no respetaba para nada un matrimonio, era una rompe hogares sin duda algua. Pero que ni piense que podría romper esta.

---Maldito seas Deku---pensaba con resentimiento y mordiendo su cuchara, observando a su esposo---¿por que tienes que ser tan sexy? ¡debes serlo solo para mi! ¡no para las demás!

Seguía comiendo con hostilidad, mientras que Izuku estaba tranquilo, sintiendose refrescado con cada bocado. Mientras que Ochako sentía que su calor aumentaba por a ira.

Hasta que llego a un punto muerto.

Pues vio como aquella camarera coqueta y sexy, le sonreia de forma anhelante al peliverde. Pero cuando la veia a ella, lo hacía de forma burlista y divertida. Eso era lo poco que podía tolerar.

Sus ojos se achicaron a tal punto, que parecían un simple grano de arena. Ya estaba, haría que esa pelirroja calenturienta y robamaridos, supiera su lugar. Ella mismo se lo mostraria, no dejaria que esa lagarte trate de engatuzar a SU peliverde. Le demostraria a esa perra quien era la mujer del pecoso.

Una oportunidad que le llego pronto, cuando la vió retirarse al baño. Era su momento para imponerse a esa arpía (opinión de Ochako) cuerpo de plastico.

----¿Uh? ¿Ochako-chan?---preguntaba curioso el peliverde al ver a su esposa levantarse de su asiento---¿a donde vas?

---Disculpame un momento---respondía la castaña con una sonrisa---debo ir al tocador.

Se alejaba de ahi con una sonrisa calmada y tranquila, pero de un momento a otro, una sombra cubria sus ojos. Aunque Izuku no lo noto y por eso siguio comiendo.

Antes de entrar al baño, la castaña tomo un letrero de "fuera se servicio" que estaba por ahi. Dejandolo fuera de la puerta.

La mesera habia salido del cubículo que uso, para luego lavarse las manos y despues, comenzar a arreglarse con el set de maquillaje que tenía dentro de su bolso. Sonreia con soberbia al verse en el espejo, su cuerpo era bastante exhuberante y erótico. Trabajo bastante en el.

Seguiría vanagloriandose, pero escucho como la puerta se abría. Dejando ver como entraba aquella castaña de la mesa que atendió, eso la hizo sonreir un poco en arrogancia y soberbia. Ya se imaginaba a que venía, se notaba en sus ojos serios y molestos. Esta mujer estaba ardida al ver como le estaba coqueteando al lindo sujeto de pecas y cabello verde, desarreglado como arbusto. Esto seria divertido para ella.

Ochako de forma imperceptible, le coloco el seguro a la puerta. Talvez las cosas se iban a poner feas.

---¿Se le ofrece algo señorita?---preguntaba la pelirroja con una sonrisa inocente.

---La verdad si---mencionaba la castaña cruzandose de brazos y se notaba molesta---quisiera que dejaras de estar de maldita ofrecida con MI ESPOSO---recalcó eso último con mucha fuerza.

---¡Oh! ¿es su esposo? No lo sabía---mencionaba fingiendo ingnorancia de forma burlesca, cosa que irrito aun más a la castaña---pero es algo difícil de hacer, es un hombre hermoso. No podre cumplirle ese pedido.

A Ochako le salio una vena pulsante en su frente, pero sin dejar de sonreir.

---Pues ese "hombre hermoso" esta casado y es conmigo---recalcaba la castaña frubciendo aun mas su ceño---además tiene gustos refinados, unos muy buenos. No se fijaria en alguien con un cuerpo tan....superficial---mencionaba con burla y una sonrisa del mismo tipo.

Ahora a la pelirroja fue quien le salió aquella vena pulsante en su frente, tampoco dejando de sonreir.

---Puede ser---respondía la pelirroja con cierto aire de superioridad y confianza, aquello no le agradaba a la castaña---pero este cuerpo "superficial" ha hecho caer a varios hombres bajo sus pies---mencionaba contoneando su cuerpo y pasando sus manos por todo este---¿quien podria resistirse ante esta hermosura?

---Mi esposo lo haría---respondía Ochako seria, pero muy segura y confiada en su esposo.

---¿Esta segura?---preguntaba burlista la pelirroja---mi cuerpo es perfecto, a diferencia del tuyo. Uno pequeño.

---Sera pequeño, pero lo satisface como ninguna otra. Me lo confirma cada véz que me hace el amor---le respondía con seguridad y burla---el prefiere lo natural a lo superficial.

No habia duda, ambas se odiaban y no trataban de disimularlo. Unas auras ardientes rodeaban sus cuerpos, mientras de sus ojos salían rayos que chocaban entre si. Algo raro puesto que ninguna tenía esa clase de koseis.

Esto se pondría feo.

.......

Izuku habia terminado de comer su helado, bufando de satisfacción y frescura. Fue el helado más sabroso que había probado, talvez estaba exagerando por la ola de calor. Pero era lo que pensaba y opinaba ahora.

---Hmmm, Ochako se esta demorando demasiado en el baño ¿le habra caído mal el helado?---se preguntaba confuso al ver el plato de la castaña vacio, hasta que sintió como una mano se colocaba en su hombro. Sonrió al reconocer esa delicada mano---ya me estabas preocupando Ocha...¡AAAAAH!.

---¿Que sucede cariño?

Ochako habia vuelto, pero Izuku se llevo una gran sorpresa al voltear a verla. Se veía muy irregular.

Sonreía amigable como siempre, pero se veía muy desarreglada de su ropa y cabello. Además de tener uno que otro rasguño, además de esas lastimaduras, no parecía tener alguna lesión de gravedad. Pero si que era algo muy desconcertante para su esposo.

---¡Ochako!---la jalaba para sentarla y revisarla---pero ¿que te paso?

---Oh, no te preocupes---mencionaba la castaña, Izuku pudo notar un deje de sarisfacción en su tono de voz---solo que tuve un pequeño accidente en el baño y nada más.

---¿Segura?---preguntaba con una ceja alzada e incrédulo por su respuesta.

---Confia en mi cariño---tomaba una cucharada de helado de su esposo y chillaba por el buen sabor---ya todo esta bien.

.........

---¡Hmmm! ¡hmmm! ¡hmmm!

En el baño, la pelirroja estaba pegada al techo, enrrollada con papel higienico hasta por debajo de la nariz. Exclamába maldiciones a diestra y siniestra de forma innentendible, obviamente eran dirigidos hacia la castaña. Estaba muy furiosa por esta humillación hacia su persona, pero se vengaria algún día de ella por esto. Eso lo juraba por su honor manchado este día.

No se notaba por su envoltorio estilo momia, pero estaba en el mismo estado que Ochako. Incluso en el cabello, además de tener más hematomas y rasguños que ella. Obviamente no podría ganarle a una heroína muy bien entrenada.

Esperaba que alguien llegara y así poder bajarla, pero no seria algo pronto. Pues la castaña nunca quito el letrero de la puerta.

.......

La pareja ahora caminaba de regreso a su auto, pues ya era hora de regresar a su hogar. Algo que harian apenas llegaran, sería prender el aire acondicionado a su máximo nivel. Luego se preocuparian por el recibo de luz.

---Oye Izuku---llamaba la atención de su esposo---¿tu quisieras que me someta a alguna operación estética?

---¿Por que me preguntas eso?---preguntaba curioso y confundido por esa pregunta.

---No se ¿se veria bien en mi?---preguntaba curiosa mientras tanteaba un poco sus pechos, eran de un tamaño considerable y bien formados a decir verdad. Pero no se comparaban a los bien atribuidos de otras chicas como Momo o Nejire---talvez solo deba darme un retoque.

---A ver querida---el peliverde abrazó de sorpresa a su esposa---te veo bien tal y como estas ahora---le confirmaba viendola de pies a cabeza, un rostro inocente en un cuerpo bien atribuido. En serio se había sacado la loteria al casarce con ella---así que mejor deja de pensar en esas cosas sin sentido.

---Aaaw, eres una ternura. Por eso te amo---mencionaba alegre la castaña abrazando uno de sus brazos, le alegraba de saber que su esposo la amaba tal y como era---eso merece una recompensa---mencionaba de forma pícara y sugerente la castaña.

---Eso me gustaria---admitia el peliverde al sentir su brazo entre los pechos de su esposa.

Así aquel par de cachondos se fueron directamente a su hogar, aun cuando el aire acondicionado estaba al máximo, aun se pudo sentir un gran calor provenir de aquella casa. Y que ninguno de los dos fue visto hasta el dia siguiente.

¿Quien dijo que los dias soleados eran enteramente malos?.

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