Royal estaba sin contestar los mensajes por al menos una sema y yo estaba muy preocupado con eso. No quise preocupar a mamá, Félix o a Didi (que a propósito, parece que son "mejores amigas") y por eso no dije nada y me desquitaba con la almohada, evitando cortarme con todo mi ser.

—El último intento, aquí voy...—pensé antes de llamarla por enésima vez en una semana.

—¿Hola?—contestó alguien desde el otro lado, pero supe que no era ella.

—Hola, soy Andrew. ¿Royal... Royal está bien?

—Oh, Andrew, eres tú. Sí, cariño, solo que pasa estudiando para su examen final... ¿Quieres que le pase un recado o algo?

Supe que era su madre y solo le pedí que le dijera que la amo y ojalá le fuera bien en todo.

Diablos, odio tener que recordar todo esto. Es jodidamente doloroso y aunque no quiera admitirlo, ahora me brotan un par de lágrimas... Mejor sigo con lo que contaba...

Pasé un par de semanas esperando a que terminara de estudiar, o hacer cualquier cosa, para volver a llamarla y desafortunadamente no obtuve una respuesta. Su celular estaba apagado y la última vez que se había conectado a WhatsApp había sido hace un mes, más o menos.

—Ya no puedo más, esto me está matando—pensé y salí de mi casa a toda velocidad en dirección a la calle y pedí un taxi hacia su casa. Quedaba algo lejos y no alcancé a pagar con unos diez dólares que tenía en el bolsillo, por lo que tuve que correr la mitad del trayecto.

Cuando llegué toqué el timbre y rápidamente abrió su madre.

—Andrew, ¿está todo bien?—vio que yo estaba sudando y me hizo pasar.

—Lo siento, Gwen, necesito ver a Royal. No me contesta los mensajes ni mis llamadas y la última vez que nos vimos se fue llorando por mi culpa...—eso era verdad, admito que estaba enojado y me desquité con ella. Ella era muy sensible y a menudo se me olvidaba ese pequeño gran detalle de Royal.

Comencé a llorar ahí mismo y ella me abrazó, tratando de consolarme.

Esta mierda llevaba muchísimos día dentro de mí y ya era hora de deshacerme de ella. Cuando me calmé, ella me dijo con toda la calma del mundo:

—Andrew, ella no está aquí...

Me costó procesar todo.

—¿Qué..?

—Está en el hospital desde hace tres semanas y media...—le salieron unas lágrimas y yo no supe cómo reaccionar. No sabía si llorar, consolarla o simplemente ir corriendo hacia donde la vida me llevara—. Ven adentro, Andrew, así te puedo explicar la situación...

Le hice caso y ambos nos sentamos en el sillón de su sala, el mismo sillón donde habíamos discutido con Royal, el mismo sillón donde me dieron varias crisis de pánico, el mismo sillón en donde yo le había dicho cosas que la hirieron por mi culpa...