Creo que después de haber conocido a Royal dejé de ser el típico chico amargado de las novelas y comencé a ser el chico... ¿cursi o cariñoso? Sí, por favor quitemos el "cursi" o me dará un ataque de cringe aquí mismo.

A propósito de ataques, una crisis de pánico es lo peor que puede pasarle a una persona, estoy 100% seguro gracias a esta horrible experiencia que tuve hace tiempo en la casa de Royal, el día posterior al que me dijo:

—Quiero presentarte a mis padres mañana en un almuerzo, si te acomoda, claro...

Contexto: llevábamos recién un mes de novios y creí que se estaba adelantando un poco, pero le pregunté a Félix y dijo que así funcionaba. Hablando de Félix, me sorprendía en esos momentos que no haya dejado a mamá después de seis meses de noviazgo...

—¿Q-qué?

—Sí, lo estuve pensando y además ellos quieren conocerte...

Conteniendo las ganas de morirme, como todos los días, me levanté de la cama, tomé una ducha y luego me vestí para bajar a la cocina por el desayuno.

—O oh, she knows what I think about and what I think about. One love, two mouths, one love, one house, no shirt, no blouse...—tarareé mientras me hacía una tostada con mermelada de fresa.

Después (todavía nervioso) me subí al auto de Félix, que amablemente me lo prestó por unos días, y al llegar a la casa de Royal toqué el timbre. Como nadie venía quise llamarla.

—Hola, Roro, ya llegué.

—Hola, bebé. Voy en seguida...

Después de colgar metí las manos en mis bolsillos mientras me balanceaba de un lado a otro.

Pude divisar que una figura pelirroja abría la puerta y me besaba. Sí, era ella y respondí al beso con un abrazo de oso.

—Pasa—me indicó.

La seguí por la entrada y un largo pasillo que llevaba directamente a lo que parecía el jardín trasero de la casa, en donde estaban muchas personas. Creí que estarían solo sus padres, pero estaban sus cuatro hermanos mayores (tres chicos y una chica) y sus tíos como con dos o tres hijos. No lo recuerdo muy bien.

Saludé algo mareado a todo el mundo y nos sentamos a almorzar mientras los niños chapoteaban a orillas de la gran piscina al fondo de la casa.

—Y bien, Andrew, háblanos un poco sobre ti...

—Bu-bueno, me gusta escuchar música. Creo que es algo que hago la mayoría del tiempo, junto con vigilar a mi hermanita.

—¿Y qué tipo de música te gusta?—me preguntó Giselle, su hermana mayor,

—La música en inglés, aunque puedo soportar escuchar cualquier cosa...—miré a Royal disimuladamente y se sonrojó.

De almuerzo había pollo, carne, arroz... en serio, había prácticamente de todo.

De repente, comencé a sentir una sensación extraña en el pecho que yo ya conocía bastante bien. Sentí que no podía respirar, comencé a marearme y creo que Royal lo notó porque tomó mi mano y me llevó a otro lugar mientras los otros se quedaron conversando sin notar que nos habíamos ido.

—¿Estás bien?—susurró con una voz preocupada.

No me sentí capaz de responder. Me sentía agitado, agobiado, preocupado y todas las emociones relacionadas con eso... Fueron unos minutos en silencio hasta que se me pasó y logré responderle con un "no". Le conté y me diagnosticó ansiedad (no sabía *sarcasmo activado*) y bueno, tuve que confesarle que me cortaba y ese rollo.

Aunque no me guste admitirlo, esa maldita aplicación me había servido bastante...