
XXI
—Habrá una embarcación irlandesa que zarpará mañana. —le informo Choi changjo al emperador Gawon—. Es una embarcación simple y solicita un pequeño resguardo majestad. Podríamos enviar al corsario Byunhyng.
El emperador Gawon bebió de su vino y cuando pensaba responder toco la puerta el eunuco real.
—Majestad... el corsario JunMyeon ya se encuentra presente.
—AA JunMyeon, vamos déjalo pasar. —anunció Gawon y cuando JunMyeon ingreso a la habitación, Gawon se levanto para poder apreciarlo de cerca—. JunMyeon, JunMyeon, no se porque sigues luchando en el mar cuando podrías estar en una posición más cómoda.
JunMyeon sonrió con desprecio ante tal comentario y decidió ignorarlo.
—Majestad, durante nuestra ultima salida capturamos al pirata Bao zhai. Esta de acuerdo en entregar su riqueza a cambio del perdón. En mi opinión es un trato justo ya que de esta forma podremos motivar a que más piratas se cambien a nuestro bando.
—Me gusta más verlos en la ahorca. —rio Gawon—. Pero me gusta tus ideas... lo acepto.
—Pero majestad, no me parece una decisión adecuada. —interrumpió changjo odiando internamente el poder que tenía JunMyeon sobre el emperador.
—¿Estas cuestionando mis decisiones? —cuestiono Gawon enfadado y changjo atino a negar haciéndole una reverencia—. Eso pensé... no te olvides que yo soy tu rey.
—Confió en su sabiduría majestad. —susurro changjo entre dientes—. Que alegría.
—Bien. Me retiro majestad. —reverencio JunMyeon—. Seguiremos planteando estrategias para capturar al pirata SeHun y al pirata Zheng Yi.
—No, No, después de capturar a Bao zhai necesitas un descanso. —respondió Gawon—. No puedes ir como si al mar. No deseo que el emperador Zetian me acuse de abusar de su corsario.
—No creo que eso suceda. Además, es mi trabajo majestad.
—Tonterías. —bufo Gawon—. Pero... en vez de ir contra SeHun acompañaras una embarcación irlandesa. Según changjo no llevan nada así que será tu viaje de vacaciones. No tienes que agradecérmelo, aunque si deseas no me opongo.
—Pero...—interrumpió changjo, pero no pudo acabar su frase.
—Ahora que changjo. —gruño Gawon—. Ya te dije que mis decisiones no son cuestionadas.
—No lo hago majestad, pero creo que si el corsario Kim viaja con el SONGOLMAE. —changjo tomo unos segundos en unir los cabos y sonrió. Había pensado en acabar con Byunhyng, pero si moría JunMyeon seria mucho mejor, ya buscaría la forma de matar al idiota de Byunhyng—. Si se viaja con ese barco llamara más la atención. Creo que se podría usar un bergantín.
—El SONGOLMAE es mi barco majestad y con todo respeto. Yo no he viajado sin mi barco. —replico JunMyeon.
—mm No, Changjo tiene razón. —concedió Gawon—. No te preocupes JunMyeon ve con el bergantín y yo mismo me encargare de que cuiden tu barco como a un tesoro.
—También creo que el corsario JunMyeon debería viajar con menos tripulación. Todo por seguridad.
—Me parece genial. Changjo estas regresando a ser inteligente. —alago Gawon.
JunMyeon sabía que no podía negarse así que solo asintió y salió del palacio real para contarle sobre la mudanza al bergantín a sus hermanos y a los siente hombres que lo siguieron desde china.
Le pareció algo extraño a JunMyeon que se le acercaran catorce soldados recomendados por Changjo, pero JunMyeon decidió no pensar tanto en ello. Así que con catorce soldados solo llevo a cuatro de sus hombres más sus dos hermanos. Dejo a los otros tres para que cuidasen del SONGOLMAE.
A la mañana siguiente partieron a alta mar y durante el día pareció ir todo tranquilo. Hasta que al amanecer se vieron interceptados por el pirata ZhengYi y sus hombres. JunMyeon reacciono rápido, pero los hombres de Zhengyi se adueñaron del barco irlandés. Los solados que changjo le había recomendado se demoraron en responder a los cañonazos y fueron cayendo al agua.
El bergantín empezó a recibir cañones sobre la capa baja del barco. Sunghoon tomo el mando del timón y empezó a huir. JongDae se acerco a la orilla del barco para buscar a los soldados en el mar, pero no vio a nadie flotando, pensó que tal vez era el humo causado por los cañones. Lastimosmante no pudo quedarse ver. Sunghoon maniobro el barco para huir y solo JunMyeon, Niel, Ricky, Chunji y Minsoo, eran los que respondían a los ataques. Ya que, zhengyi no estaba solo, tenia unos cuncos más bajo su mando los cuales siguieron el paso a JunMyeon sin dejar de bombardearlo. Hasta que luego de observar el daño que le hicieron los dejaron.
El bergantín había sufrido daños y era una bomba de tiempo que no faltaría en hundirse. JunMyeon creyó que llegaba su final y mientras buscaban como reparar los daños y repeler la entrada del agua del barco. El bergantín empezó a navegar sin rumbo. Hasta que quedaron perdidos.
Se quedaron vagando por el mar mientras el barco seguía llenándose de agua. JongDae quien tenia el catalejo en la mano se subió encima de Sunghoon para observar si pasaba un barco por ahí. Se estaban quedando sin suministros y si anochecía morirán de hipotermia.
—Veo un barco. —grito JongDae—. Mierda, es del pirata SeHun. no creo que desee salvarnos y llevarnos hasta el puerto del imperio.
—Pues no va a tener que saberlo. —aseguro Sunghoon.
—Viene para acá, ya nos habrá visto no podemos ignorarlo. —comento Niel—. Estamos perdidos.
—¿Pero no dicen que el pirata SeHun es bueno con los desvalidos? —pregunto Minsoo—. Estamos desvalidos, no creo que se niegue a ayudarnos, solo debe llevarnos a un puerto.
—¿Eres idiota o te perfeccionas con el tiempo? —regaño Chunji golpeándolo—. Somo corsarios, corsarios, le faltaran manos para matarnos. Serian diferente si fuéramos simples marinos, pero el pirata va a reconocer a JunMyeon.
JunMyeon suspiro y recordó las palabras de SeHun. cuando le había insinuado que ambos eran piratas solo que en diferentes mandos. SeHun se había burlado de él en muchas ocasiones. Y por si fuera poco lo manoseaba y besaba siempre que podía. Tal vez era hora de darle un toque de su propia medicina.
—No lo hará. —respondió JunMyeon—. Vamos a robar su barco de una forma única. De una forma que hacen los piratas.
—¿seremos piratas? —cuestiono Ricky.
—Si, después de todo dicen que los corsarios somos piratas solo que al mando del rey. —aseguro JunMyeon—. Pero solo robaremos su barco hasta llegar a un puerto. De ahí los dejaremos y lo capturaremos de forma limpia.
—Eres igual a tus padres. —comento Minsoo—. Pues bien, que comience la farsa pirata para cazar al pirata.
Adoptar el papel de pirata era bastante desagradable, pensaba JunMyeon después de
explicarles su plan a los miembros restantes de su tripulación. Tres años atrás, la idea de robar algo jamás se le habría pasado por la cabeza, mucho menos si se trataba de un barco. Pero en esos momentos no podía sentarse a esperar ayuda si deseaba salvar a los suyos. Todavía le resultaba imposible creer que hubieran sido atacados por una flota de piratas. Se suponía que solo era un viaje de rutina guiando a un barco irlandés hacia las costas indicas. Cuando fueron interceptados por aquel barco. Por más que intentaron buscar a los sobrevivientes del barco Irlandés no vieron a ninguno y toco huir. Sin embargo, uno de los barcos piratas los siguió haciendo que desvíen su ruta mar a dentro y luego dejo de seguirlos. Probablemente sabía que los acaba de condenar a una muerte inminente. El bergantín estaba destrozado, no tardarían mucho en hundirse y en caso el barco siguiera flotando, durante la noche toda su embarcación moriría de hipotermia.
Los barcos que surcaban los mares de corea eran piratas así que no podían suplicar ayuda, ellos jamás lo harían, tenían que idear un plan.
—Tenemos que crear un sebo. —señaló JongDae.
—Déjame eso a mí. —dijo JunMyeon.
—¿Qué piensas hacer? —cuestiono Sunghoon.
JunMyeon se echó a reír.
—Esta época tiene una predilección por salvar damiselas en peligro. ¿JongDae sigues trayendo el Hanbok que le compraste a Wendy? —pregunto JunMyeon.
—Si, sí. De hecho, fue lo primero que salve. —señalo JongDae—¿Por qué?
—Porque pienso usarlo. —aseguro JunMyeon soltándose el cabello. Desde su llegada de china el cabello le había crecido un poco y casi le llegaba al hombro, pero no serviría para engañar a nadie–. Necesito un Gache. JongDae...
–Por dios, eso iba ser un regalo a Wendy. –jadeo JongDae buscando el Gache entre sus baúles.
—¿puedo saber porque traes eso? —cuestiono Niel—. ¿sabes que dicen que llevar ropa de mujer da mala señal?
—Tonterías de la gente caucásica. —replico JongDae.
—Aja, pero en estamos entre una mala suerte. Así que no me parece una tontería. —agrego Ricky.
—AWEE...—grito JongDae—. Lo llevo porque Wendy tiene acceso a mi casa en corea y esas prendas iban a ser una sorpresa. Cumplimos un mes de estar juntos.
—¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —le preguntó Sunghoon captando sus planes.
—Sí. —contestó JunMyeon con una sonrisa—. No todos los días se convierte una en pirata...
Sus hermanos y los 4 sobrevivientes de su tripulación (Niel, Chunji, Ricky y Minsoo) soltaron una carcajada. No era de extrañar que lo encontrara gracioso, puesto que JunMyeon, por más que sea un doncel, vestirse de mujer no era tan agradable.
El viento que soplaba no era particularmente fuerte, pero anunciaba tormenta mientras el EXODUS navegaba como debía navegar, cortando las aguas con las tranquilas subidas y bajadas de su proa.
SeHun, que estaba atento a las voces de su tripulación, cerró los ojos durante unos segundos y se concentró en el agua que le salpicaba la cara. Solo era feliz en días como ese, estando en alta mar. Aún estaba pensando en JunMyeon cuando oyó un estruendo parecido al de un trueno, que reconoció al instante.
—¡Un destello por estribor, capitán! —exclamó Baekyun que estaba en el mástil.
SeHun se giró hacia estribor y entrecerró los ojos.
—Parece fuego...
Makyi, asintió.
—Lo es capitán. —dijo Chanyeol, mirando por su catalejo.
—Pues pueden tener problemas. —intervino Kyungsoo, que se acercó a echar un vistazo—. El viento es cada vez más fuerte y, si empeora, no lo podrán apagar.
—Parece que intentan llegar a la costa. —comentó Chanyeol.
SeHun volvió a mirar hacia el mar donde a lo lejos se veía flotar a un barco.
—¿Crees que lo conseguirá? —se interesó Xiumin.
—Si su capitán tiene sangre fría, quizá. —respondió SeHun—. ¿Lleva bandera?
—Sí, es un barco coreano, pero demasiado pequeño para ser un Corsario real. —Respondió Chanyeol.
SeHun le pidió el catalejo y se encaramó al obenque del mástil con la seguridad de quien llevaba toda una vida en el mar. Por lo que pudo ver, la cubierta de la embarcación en llamas era un caos.
La mitad de los pocos tripulantes intentaba apagar el fuego y la otra, cuidar de las velas para aumentar la velocidad. Pero eso no explicaba el suceso. ¿Habrían sufrido algún tipo de accidente? ¿Les habría caído un rayo? Nada parecía indicarlo, así que oteó el horizonte en busca de otra explicación, y la encontró al cabo de unos segundos.
—Ah, sí, ahí está. —dijo Makyi en voz alta—. Es un barco más pequeño. Parece que han perdido la mitad del mástil.
SeHun saltó del obenque y devolvió el catalejo a Chanyeol, que afirmó:
—Es una goleta. —confirmo SeHun.
—¿Una goleta? —declaró Kai, sorprendido—. No debería estar en alta mar.
—No estamos lejos de la costa. –dijo Gomchi—. Puede que esté a la deriva.
SeHun miró a su tripulación, que se había acercado a ver lo que pasaba.
—¿Echamos un vistazo?
El EXODUS no estaba en el negocio de salvar barcos. Además, cualquier pirata sabía que acercarse a otra embarcación imperial implicaba arriesgarse a una salva de cañonazos; pero su curiosidad pudo más, así que cambiaron de rumbo y, por si acaso, se prepararon para abrir fuego.
—¡Eso no es una goleta! —exclamó Chanyeol mientras se acercaban—. ¡Es un bergantín!
—¿Un bergantín? ¡Qué tontería! —dijo Makyi—. ¿Llevan bandera?
—No. —respondió SeHun, que se había quedado el catalejo. ¡Qué desastre de gente! No saben ni arriar la vela. ¡Hasta unos niños lo harían mejor! Manejar un bergantín no era difícil. Era un barco grande que facilitaba las cosas.
El resto de los piratas se acercaron a SeHun y le pidieron que les dejara el catalejo, que fue pasando de mano en mano. Efectivamente, los tripulantes del bergantín no parecían saber nada de navegación. Forcejeaban con la vela de forma ridícula, y tropezaban los unos con los otros todo el tiempo.
—Diah, de an diabhal! —gritó uno de los hombres de SeHun.
—¿Qué pasa? —preguntó SeHun.
—¡Hay una mujer a bordo! —respondió Sungul.
SeHun frunció el ceño. A veces, las mujeres de los capitanes viajaban con ellos, pero era poco habitual. Y tampoco podía ser una dama importante, porque jamás habría viajado en un barco como ese. La gente aristócrata viajaba en otra clase de barcos.
—Sí, y con vestido y todo. —dijo Chanyeol sonriendo y Kyungsoo le lanzo un golpe.
SeHun se preguntó qué habría querido decir Chanyeol con eso del vestido. ¿Qué iba a llevar si no? Pero, fuera lo que fuera, les quitó el catalejo y miró a la mujer en cuestión, quien sacudía una tela blanca que casi iba a juego con el color de su cabello. Había unos cuantos hombres a su lado, y todos se aferraban a la barandilla con desesperación, como deseando que el EXODUS los alcanzara de una vez.
Se acercaron por estribor y, cuando ya estaban una docena de metros, los tripulantes del bergantín bajaron un bote al que se subieron dos hombres, que empezaron a remar. La mujer se quedó con el resto, junto a un individuo tan grande que parecía una montaña.
Momentos después, el bote llegó al costado del EXODUS y se detuvo. Uno de los hombres se puso en pie y, tras hacer una reverencia con la que estuvo a punto de perder el equilibrio, dijo:
—Señores.
—Vaya, son coreanos. Algo es algo. —comentó Makyi.
—¡Necesitamos ayuda! —continuó el hombre—. Nos han atacado unos piratas.
SeHun miró a los dos desconocidos, que no parecían llevar armas de ninguna clase.
—Bueno nosotros también somos piratas. —dijo SeHun sonriendo.
—¡Lo sabemos señor! —comento Niel—. Pero conocemos que usted es de los piratas más nobles y compasivos que existe en los mares, suplicamos su ayuda.
—Menudo cuento —murmuró kai.
—¿Por qué tengo la sensación de que nos están tomando el pelo? —dijo SeHun, girándose hacia su tripulación—. ¿Qué opinan ustedes?
–No sé qué decir. Podría ser un corsario al servicio del emperador. — respondió Kyungsoo—. Eso explicaría porque los atacaron los piratas.
SeHun se apoyó en la barandilla.
—¿Llevan algún tipo de mercancía que les haya abierto el apetito? —cuestiono SeHun—. y ¿Qué pirata los ataco?
—Solo llevamos a una dama, capitán. —respondió Ricky—. El pirata que nos ataco fue el temido Zhen Yi.
–¿Y quién es esa dama? —cuestiono nuevamente SeHun, comprendiendo la situación Zhen Yi era un maniático atacaba barcos por puro entrenamiento y saqueaba puertos.
En lugar de responder, los dos hombres se pusieron a discutir entre ellos.
—¿Qué pasa? ¿No saben cómo se llama? —preguntó SeHun con sorna.
El hombre que estaba de pie carraspeó y dijo:
—¡Es lady Sunshina, señor! La llevamos a su casa para que pueda ver a su abuela, que está muy enferma. Por lo visto, no le queda mucho tiempo. —mintió Niel.
—¿Una abuela enferma? Venga ya. —susurró Kyungsoo—. Debe haber un mejor cuento.
SeHun compartía las sospechas con Kyungsoo. Para empezar, aquellos hombres no parecían saber nada de navegación; para continuar, habían dudado sobre la identidad de la mujer que, teóricamente, iba a visitar a su abuela y, para terminar, hablaban de forma extraña, como declamando. Cualquier habría dicho que, en lugar de marinos, eran actores de una compañía dramática.
—¿Adónde se dirigen? —les preguntó SeHun.
—Al puerto de Liato. La abuela de la señorita Sunshina, vive ahí. —contestó Ricky.
—Mmm me resulta poco creíble. —dijo SeHun.
—Puede que su historia tenga parte de verdad. –intervino Chanyeol, que seguía mirando por el catalejo–. La joven tiene aspecto de dama.
–¿Llevan mucho en el mar? —preguntó entonces SeHun.
–Un día, señor. —mintió Niel.
—No me ha entendido bien. Me refiero a ustedes, porque no tienen pinta de marineros. —regaño SeHun perdiendo la paciencia.
—Es que no lo somos. El único marino que hay a bordo es el capitán. –les informó Niel–. Nosotros somos simples sirvientes que acompañamos a nuestra señora. Hacemos lo que podemos, ciertamente, pero no somos diestros en las cosas de la mar.
–Qué curioso. —dijo Makyi entrecerrando los ojos.
—Y tanto. —replicó SeHun.
Baekyun se sentó en la barandilla para echar un vistazo por el catalejo, como habían hecho los demás. Era un doncel tan delgado que SeHun siempre tenía miedo de que el viento lo tirara y, al verlo así, se temió lo peor.
—Sí, es una dama de verdad. —dijo Baekyun.
SeHun le pasó una mano por el hombro, le quitó el catalejo y miró a la mujer, que aferraba la tela blanca como si la vida le fuera en ello. Luego, se inclinó hacia los hombres del bote y les preguntó:
—¿Qué quieren de nosotros? No podemos llevarlos con su abuela enferma. Como sabrán por más compasivo que sea no puedo arriesgarme a llegar como así a las costas del imperio de Joseon sin que eso signifique la ahorca. —explico SeHun.
La tripulación del EXODUS rompió a reír.
—El barco está haciendo agua, señor. Se hundirá antes del amanecer. —jadeo Ricky dramatizando.
—¿Cómo han salido a navegar en un bergantín? No son embarcaciones de alta mar. —le recordó SeHun inmune a su supuesto drama.
—Sí, ya lo sabemos, pero nuestra situación es desesperada. El padre de la señorita ha resultado herido en la refriega, y no hay nadie que la pueda cuidar. —mintió Niel.
—¿Espera acaso que cuide yo de ella? —preguntó SeHun, arrancando más carcajadas a sus hombres.
—Solo necesitamos llegar a algún puerto de Joseon señor. —respondió Ricky—. Solo debemos tocar tierra firme y sabremos como irnos.
SeHun no se podía permitir el lujo de llegar tarde a Ulleungdo con la nueva carga que acababan de conseguir. Necesitaban desembarcar el tesoro comestible cuanto antes.
—Llegarán a la costa antes de que se haga de noche. Solo tienen ir al sur. —le dijo SeHun—. La vela de su bergantín es buena, y no tendrán problemas si la manejan como se debe.
Al oír que les deseaba suerte, los hombres del bote se pusieron histéricos.
—¡Capitán! ¡Señor! ¿Es que no lo ve? ¡Entra demasiada agua! ¡Es un milagro que sigamos a flote! ¡La situación es tan insostenible que ya hemos decidido quién acompañará a la dama y a su padre en el bote y quién se quedará a bordo hasta el final! ¡No nos puede dejar en la estacada! ¡Se lo ruego! —suplico Niel.
–Es cierto. —dijo Makyi—. Se está hundiendo.
—¿Qué le pasa a ese hombre? —preguntó Kai—. Habla de forma muy extraña.
SeHun pensó que Kai tenía razón. Hablaba de forma verdaderamente extraña. De hecho, todo era de lo más extraño. Pero, en ese momento, se oyó un grito procedente del bergantín y, cuando volvió a mirar por el catalejo, vio que la mujer se aferraba al gigante con temor. Al parecer, estaban diciendo la verdad. El bergantín se hundía.
—¿Cuántas personas son? —cuestiono SeHun entonces.
—Diez. —respondió Ricky.
—¡No, solo somos siete! —respondió Niel sacudiendo la cabeza.
—¿Ahora resulta que ni siquiera saben cuántos son? —gruño SeHun.
—Vaya cretinos. —susurró Makyi.
SeHun no sabía qué hacer. Era un hombre de mar, y sabía que el mar era un lugar peligroso. Todos sus hombres lo sabían, y eran conscientes del riesgo que corrían cada vez que zarpaban. Pero, con riesgo o sin él, no le agradaba la idea de abandonar a un joven en esas circunstancias. Podría haber sido JunMyeon, por ejemplo. Podría haber estado en esa misma situación. Si zheng Yi lo hubiera atacado.
—Está bien, los llevaremos. Y traigan las provisiones que tengan, porque no tengo intención de alimentarles a todos. —accedió SeHun.
—Por supuesto, capitán. Gracias, muchas gracias. —comentaron Ricky y Niel en coro.
Los dos hombres se pusieron a remar inmediatamente, y Kyungsoo soltó un suspiro mientras miraba de soslayo a SeHun.
—¿Qué querías que hiciera? ¿Dejar que se ahogara esa mujer? —replico SeHun ante la mirada de Kyungsoo.
—Claro que no. —respondió Kyungsoo—, pero ¿dónde van a dormir? Ni siquiera tenemos agua suficiente para todos. Y, por si eso fuera poco, te recuerdo que la mayoría de nuestros hombres no ha visto a una dama en toda su vida. Podrían darnos problemas.
—Eso es cierto. Tendremos que ponerle guardia. —comento SeHun.
—Hablando de guardias, deberíamos ir armados. —sugirió Makyi.
—No es necesario. Parecen inofensivos. —alego SeHun restándole relevancia.
Los tripulantes del bergantín tuvieron que hacer varios viajes para llevarlos a todos; pero, curiosamente, la mujer no llegó en el primero de los botes, lo cual reavivó la desconfianza de Kyungsoo.
—¿Por qué no han traído a la dama de inmediato, si tanto temían que se ahogara? —preguntó SeHun, irritado.
—Porque no quiere venir sin su padre, que vendrá al final. —respondió Chunji.
Ninguna de las personas que estaban llegando al EXODUS tenía aspecto de marinero. La mayoría tropezaban y se resbalaban como si no hubieran estado nunca en un barco, para extrañeza de SeHun, quien se empezaba a impacientar con la lentitud del proceso. Además, tenían de cambiar de virada constantemente porque, de lo contrario, se habrían alejado demasiado.
La mujer y su padre esperaron al último bote, tal como había anunciado su compañero de tripulación. El gigante, que se había quedado con ellos, ató al primero con una cuerda y lo bajó con cuidado. Luego, ella (JunMyeon) se agarró a esa misma cuerda y descendió con una agilidad que SeHun lo encontró sorprendente.
El bote era tan pequeño que sus ocupantes tuvieron que apretarse contra el casco para hacer sitio al gigante, cuyo peso hundió un poco la embarcación. Pero eso no impidió que se pusieran en marcha y, cuando llegaron al barco, los hombres de SeHun se agolparon y compitieron entre sí por ayudar a subir a la dama. Estaban tan interesados en ella que no habrían ayudado a su padre. Sin embargo, SeHun no sentía menos curiosidad que su tripulación. Se había esforzado por verle la cara mientras remaban hacia ellos, pero no lo había conseguido.
—Muchas gracias por ayudarnos señor. —la recién llegada les deseó los buenos días, con una elegancia más propia de una fiesta que de esa situación.
Los piratas se agolparon a su alrededor, e Baekhyun intentó poner orden.
—Déjenla respirar. –les ordenó Kyungsoo–. Chanyeol apártate de la señorita.
—¿Se encuentra bien? —preguntó JungHyun, otro de los tripulantes de SeHun.
—Muy bien, gracias. —respondió JunMyeon—. Pero les agradecería que me dejaran un poco de espacio. No me puedo ni mover.
—¡Atrás! ¡Atrás! —insistió Baekyun, fracasando otra vez en el intento.
—¿Está herida? —se interesó Kangseop.
—No, no he sufrido ningún daño. Solo ha sido el susto. —respondió JunMyeon fingiendo la voz.
–Pues tiene sangre en el vestido. —exclamo Kai asustado.
–¿En serio? –fingió desconcierto JunMyeon.
SeHun que aún no había podido abrirse paso, arqueó una ceja al notar su acento. Era una mezcla de coreano y chino.
–Ah, es verdad. —continuó JunMyeon, aparentemente sorprendido—. Pero eso no importa. Me preocupa más mi padre.
El gigante se giró entonces hacia la joven y dijo, como si no estuviera en sus cabales:
—¿Qué tengo que hacer, Sunshina? No recuerdo lo que tengo que hacer. —comento Sunghoon.
—Quédate cerca de mí. –respondió JunMyeon con dulzura—. Caballeros, han sido muy amables con nosotros. Pero ¿quién es su capitán? Me gustaría darle las gracias.
Los hombres intentaron responder al unísono, utilizando palabras tan educadas que SeHun se quedó perplejo, porque no se podía decir que fueran precisamente elegantes. ¿Qué había pasado para que fueran tan finos de repente?
El enigma se resolvió cuando apartó a los marinos que tenía por delante y la vio de cerca por primera vez. Sus ojos eran de un color que le resultaba familiar; sus labios, de un rojo intenso que habría vuelto loco a cualquier hombre; su cara, de una belleza tan absoluta que cortaba la respiración y su cabello, de un castaño tan claro y brillante que parecía una cascada de perlas.
Era sencillamente preciosa. SeHun se sintió como si estuviera en la cumbre de la montaña más alta del mundo, haciendo equilibrios para no caerse. Y reconoció la sensación al instante, porque solo la había tenido dos veces: la primera vez que vio a JunMyeon y cuando lo abordo en su camarote.
Los cálidos ojos de la joven se clavaron en él, afianzando su hechizo. El sol había dado un tono rojizo a sus mejillas, y el pelo le caía en mechones de aspecto tan etéreo como sensual. Llevaba un vestido de color plateado sobre unas enaguas azules, con el petillo del corpiño tan ajustado que apenas contenía sus senos.
Makyi señaló a SeHun, quien hasta entonces no se había sentido incómodo ante ninguna mujer. A fin de cuentas, se había acostado con tantas y en tantos puertos distintos que estaba acostumbrado a ellas.
—Gracias, capitán. —dijo JunMyeon, haciéndole una reverencia.
A pesar de ser un hombre experto, SeHun se quedó repentinamente sin habla.
—Le estaré eternamente agradecida. —continuó JunMyeon con una sonrisa—. No sé lo que habríamos hecho si no hubiera acudido en nuestro rescate.
SeHun se mantuvo en silencio. Los sentimientos que lo embargaban en estos momentos no eran generados por el doncel JunMyeon, pero aun así estaba ante una de las criaturas más bellas que había visto nunca.
—No puede ni imaginar el día que llevamos. —prosiguió JunMyeon, llevando una elegante mano a su pecho—. Le doy mi palabra de que pensé que no viviríamos para contarlo. ¡Nos ha salvado la vida, señor! ¡Nos la ha salvado a todos!
—¿Con quién tengo el placer de hablar? —preguntó SeHun, recuperando su aplomo.
—Ah, discúlpeme. —dijo JunMyeon—. Nuestro pequeño drama me ha hecho olvidar mis modales. Me llamo Shunshina.
—Madame... —SeHun inclinó la cabeza—. El EXODUS está a su servicio.
—¡El EXODUS, claro! —exclamó JunMyeon, encantada—. No será usted un ángel, pero todos los cortesanos coreanos los aprecian como uno. Dicen que usted es un pirata que solo roba a los ricos y ayuda a los pobres.
A SeHun le pareció desconcertante que los tomara por ángeles, cuando eran uno de los piratas más temidos de los mares.
—Sé que usted es muy diferente al pirata Zheng Yi. —preguntó JunMyeon—. Ese pirata nos atacó sin motivo alguno. Navegábamos tranquilamente cuando apareció un barco de la nada y puso rumbo hacia nosotros.
—¿Hablaron con ustedes? —cuestiono SeHun.
—¡Sí, a cañonazos! ¡Y sin que hiciéramos nada por merecerlo! Acabábamos de reparar en su presencia cuando abrieron fuego y... ¡Bum! —dijo JunMyeon, abriendo los brazos—. Mi pobre padre resultó herido en el torso. —mintió señalando a JongDae que interpreto el papel de padre moribundo.
—Y usted, también. —intervino Mangcho, señalando la sangre el vestido.
—Ah, sí. Casi lo había olvidado. —fingió JunMyeon.
—Tendríamos que verle la herida, señorita. —dijo Kai, que se había situado tras los hombres de SeHun—. Por la gangrena y esas cosas.
—¡Gangrena! —gritó JunMyeon, alarmada.
—No creo que tenga que preocuparse por eso. —dijo Mangcho, mirando con sorna a quien había hablado.
Súbitamente, JunMyeon se inclinó y se levantó las faldas del vestido, enseñando las botas y las medias que llevaba.
—No veo nada. —dijo JunMyeon—. La herida debe de estar más arriba.
JunMyeon se subió el vestido un poco más, conquistando la atención absoluta de todos los miembros de la tripulación, que solo tenían ojos para los blancos muslos que se veían por encima de las medias.
—Vaya, tengo un rasguño... ¿Qué les parece a ustedes? ¿Puede ser grave? —preguntó JunMyeon con voz dulce—. ¿Lo ven bien? ¿O quieren acercarse más?
SeHun estaba a punto de responder cuando sonó una explosión que los sobresaltó a todos. En ese momento, supo que les habían tenido una trampa; pero no tuvo ocasión de reaccionar, porque alguien le pegó un golpe tan fuerte que cayó a la cubierta, casi sin sentido.
—Ay, lo siento mucho. —continuó JunMyeon, pegándole una patada al tiempo en que quitaba el Gache** dejando por fin la farsa de fingir ser una mujer y revelando su identidad como el corsario JunMyeon.
SeHun se agarró a la barandilla con intención de incorporarse y, justo entonces, Sunghoon se acercó y le dio otro golpe en la cabeza.
Lo último que pensó SeHun antes de perder el conocimiento fue que, después de tantos años y tantas aventuras, lo habían derrotado en el mar. Y no había sido una tormenta o un buque de corsarios imperiales, sino por un doncel vestido de mujer.
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Nota: hay escenas donde hablo de jun en femenino y no es un error. sino que en esas partes es como la percepcion de sehun. y sehun en esta parte cree que junmyeon es mujer. y en otras donde pongo junmyeon en vez de ella, esto es porque ya es desde la perspectiva de junmyeon. No se si lleguen a entender 7n7. Pero ojalá que si. soy nueva en esto pido perdón no se como hacer la tematica de piratas tenia pensando en hacer algo epico y creo que solo hago algo epicamente ridiculo.
OTRA COSA: EL GACHE es una peluca, de trenzas que en drmas lo habran visto, lo usan las mujeres de alta clase y es lo que usa jun para fingir ser mujer.
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