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Capítulo 18: Rabia.

(Advertencia: El siguiente capítulo contiene una violencia de índole sexual y abuso, corrupción que no deseo sea tomada como algo natural ni bueno, asesinatos, gore, escenas de sexo explícito, violencia, consumo de drogas y estupefacientes que nunca buscan indicarle al lector que dicho comportamiento este bien, además de dibujos violentos acorde con la situación como habrán visto antes que retrato, también recomiendo al lector que si siente que estas escenas son mucho, pueden hacer la vista gorda a esas partes y continuar leyendo la trama, ante todo quiero que el lector esté atento a lo que leerá y de sentirse incomodo no lo lea, espero disfrute la lectura con consumo crítico, recuerden dejar su estrellita, coméntenme que les pareció el capítulo, porque no hay comentarios tras el final del capítulo esta vez, nos leemos en la próxima actualización cieles owo).

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Las manos de Trevor estaban cubiertas por los guantes negros, pero llenos de sangre, a su alrededor todo era ruido absoluto, sirenas de policía, sollozos y lamentos, flashes de cámaras que lo dejan casi ciego, autos pasando a velocidades absurdas, luces fosfóricas que se tuercen y lo hacen flaquear, los sonidos de embates salvajes resuenan en sus orejas, recuerda sus jadeos y los gritos de alguien, recuerda una explosión, gemidos y suspiros. Una mujer gritando que se arrodillara al suelo, un hombre muerto sus pies, un agudo zumbido que conforme pasaban los segundos aumentaba de frecuencia, Nan estaba desfallecido en el comienzo de las escaleras, con vulgaridad golpeado y con el brazo derecho hecho puré, con patadas en las costillas, heridas y cortadas en la cara, la muñeca doblada a tal punto en el que se la habían roto. Cientos de casquillos caídos que pateaba para ir corriendo a donde estaba el pelirrojo inerte, salta los escalones de la escalera, en el rostro de Trevor descansaban golpes y moretones, la cara le arde y siente el frío nocturno contra su cara a medida que corre. Sus ropas antes lujosas y bien ordenadas estaban hechas jirones, su cabello poseía tierra del pavimento por las arrastradas en el suelo que recibió, un restaurante donde ni una sola persona quedó viva, un despilfarre de cadáveres y las paredes salpicadas de carmín, un cúmulo de disparos en la lejanía mientras hombres huyen como almas que lleva el diablo de la masacre.

—¡Manos arriba y de rodillas! —Gritaba la mujer policía, mientras Trevor se arroja al suelo para llegar con la figura de Whalker en el pavimento, veía que Nan no se estaba moviendo, no parecía respirar.

—Hey... Whalker...—Ignoró la orden de la mujer, arrodillándose en el suelo y sujetando a Nan intentando moverlo, no reaccionaba por mucho que lo movía. —Despierta... ¡Hey! ¡NAN HÁBLAME! —Lo llamaba ahora zarandeándolo y asustado porque no reaccionaba, parecía un muñeco de trapo sin vida. —¡DESPIERTA! —Pegó un grito de desesperación absoluta antes de volver a estar consciente. —¡DESPIERTAA! —Otra vez oscuridad.

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Sábado 30 de septiembre del 2018. 11:00 am.

Nan fue abordado en plena calle, de un simple empujón al auto fue arrastrado a otro lugar. Le cubrieron la cabeza con una tela negra, guiado en un auto por numerosos lugares, cuando se la quitaron se topó con dos hombres altos y ataviados en sacos negros. Whalker alzó su mirada para contemplar mejor a sus captores, ambos hombres comenzaron a parlotear entre ellos, pero en otra lengua.

È il giudice, giusto? —Eran italianos, pero notaba vestigios del inglés, con seguridad italoamericanos. Una voz era más joven que otra, el mayor tenía canas y el joven tenía alrededor de unos treinta o por cumplirlos. Al notar que eran observados por Nan este agacho la cabeza al suelo, estaba temblando y quería llorar.

El juez fijaba su vista en sus pies, estaba amarrado sobre una silla en un piso lujoso, lustrado y con reflejo que parecía espejo, el aroma de la comida fina le indicaba que estaban en algún restaurante de lujo.

Fue invadido por otra ronda de palabras por los italianos. Y el mayor de los presentes se retiró, dejando al más joven con Nan para vigilarlo.

Whalker intento mantenerse sereno, pero fue atacado por una mano que le obligo a levantar su cabeza. La mano que le sujetaba era fuerte y musculosa, que dejaba ver por debajo de su camiseta blanca un amplio tatuaje en su antebrazo, le sujetaba de las mejillas con una firmeza y fuerza abismales. Nan contemplo los ojos de uno de sus captores, era un hombre joven, de cabellos castaños y un voluptuoso labio inferior con una nariz de corte amplia como la argentina, todo en aquel hombre denotaba imponencia revestida con lo robusto. Con notoria curiosidad la figura de negro frente suyo le comenzó a palpar las mejillas y pasó sus gruesos dedos por los labios del pelirrojo, como si estuviera investigando algo o satisfaciendo su morbo. Nan sólo podía emitir un quejido de confusión.

Hai le labbra rosse...—Comentó el hombre frente suyo. Le trataba con una dominancia impertinente y descarada, sabía que Whalker no podía hacerle nada en contra, sabía que tenía control sobre él.

—No te entiendo...—Balbuceo el pelirrojo, temblando y buscando huir de la mirada de su verdugo.

—Nan, ¿no? Eres juez. —Tras comentar eso su captor comenzó a echarle un examen minucioso con su mirada. —Si te portas bien nada malo te pasa, se bueno y obediente —Y luego se acercó tanto al rostro de Nan que este pudo respirar la colonia que se había puesto en el cuello su victimario.

—Por favor, estas muy cerca, obedeceré...—Nan se sentía invadido y acosado por tremendo hombre, este le vio la ropa y prosiguió a quitarle la bufanda. —¡No! Espera, devuélvemela...

Con indiferencia el hombre vio la bufanda de arriba abajo, notando el broche que tenía forma de lobo. —Non è vero... —Le quitó la bufanda al broche y sacó una lupa de una cajonera que tenía a la mano, analizando su acabado. —No está bañado, es oro puro. ¿Cuántos quilates tiene? —Preguntó a Whalker con una confianza como ninguna, pero solo obtuvo una mirada preocupada. —¿12? ¿13? ¿Llega a los 14? Es pesado... —Con sus manos se notaba que acostumbraba calcular valores de distintas cantidades, estaba midiendo el valor real de la joya que acaba de encontrar.

—Por favor... por lo menos devuélvame la bufanda —Ya se hacía con su preciado broche perdido, tenía un valor inmenso solo por su peso, era notorio que no lo recuperaría.

Su captor le enfrento con su mirada, agachándose hasta su altura para intimidarlo de nueva orden con su presencia, era claro que funcionaba, por cualquier medio buscaba hacerle ver a su víctima que no estaba en posición de siquiera poder espetar, mucho menos ponerse quejica y entendió muy bien el mensaje, se quedó callado.

—Veamos...—Con sus dedos jugando con su ropa el italiano jalo la camiseta de Nan hasta que la rasgo con una fuerza bruta, fue tal la fuerza que le reventó dos botones de un simple jalón. —Nada de micrófono. — Con el simple hecho de tener a ese hombre hurgándole la ropa, chequeándolo y desnudándolo, viendo si tenía algo que pudiera delatar su paradero, se terminó topando con su teléfono. Lo sacó de su bolsillo y notó que necesitaba la huella de Whalker, se fue tras su espalda y tomando las manos de Nan comenzó por el dedo índice de ambas manos para desbloquearlo, lo logró en cuestión de segundos, le desactivo la posibilidad de rastrearlo, para luego quitarle la funda y apagarlo. Se lo hecho en su bolsillo propio. —Muy bien, estas limpio, nos tomaremos un rato largo aquí solos, mmm... —Prosiguió a ponerle un tipo de mirada diferente a Whalker, una mirada más lujuriosa y pervertida. —Uh, mi piacciono i tuoi capelli...

—Perdona no te comprendo...—Se intentó defender Nan del agarre descarado que le estaba dando, de buenas a primeras el hombre se fue de su vista, yendo tras su espalda, quitándole su camiseta y abrigo, dejándolo con una camisa de tirantes que traía, sus hombros quedaron al descubierto, fue cuando sintió un bulto siendo restregado en su espalda que Whalker pegó un brinco y se asustó. —¡Eh! ¡Déjame, por favor!

—Tranquilo, es mi arma, la otra "arma" te la podría mostrar luego. —Después el italiano soltó una carcajada lenta y sombría, sabía que estaba llevando al límite al pobre pelirrojo quien comenzó a temblar, le había dejado muy en claro que podía hacerle lo que quisieran. —No te dejaré pasar sin revisarte. —Luego sujeto la silla donde Nan se posicionaba, arrastrándolo a otra habitación, lo metió en un cuarto más oscuro, encendiendo una miserable luz como única fuente de iluminación. Fue dejado bien puesto frente una mesa, donde notó había un escritorio y un gran librero. —Tú y yo tenemos que esperar, así que... Mierda, sí que estas muy golpeado...—El captor tomó muy a la ligera los hematomas de su víctima, pero con tan poca ropa se vio más visible. —¿Te lo hizo Trevor no? Es un imbécil con todas sus parejas...—Comento mientras alzaba con descaro sus piernas sobre el escritorio, Nan negó con la cabeza.

—No... esto no...—Intentaba explicarse, pero el italoamericano lo interrumpió.

—No, no, espera, hablaras más por la tarde noche, yo que tú me estoy calladito y sentado ahí, no hagas ruido...—Comentó, pero Nan quería preguntarle porque estaba ahí, y viéndolo balbucear, al instante el hombre puso una cara seria y tan severa que le helo la sangre al pelirrojo en un instante. —Uy señor juez...no debió desobedecerme...—Apenas dijo eso, se acercó hasta Nan y le dio un fuerte puñetazo en la barbilla que hizo a la silla flaquear por la fuerza del impacto, el cuerpo entero de Whalker se desplomo con todo y mueble contra el suelo, con fastidio el italiano se limpiaba la sangre de los nudillos por el golpe, sondeándolo mientras ve cómo se retuerce en el piso noqueado por el dolor, siendo capaz de oír sus amenazas. —Pondremos límites, señor juez... para que se vaya ambientando a este lugar, aquí en estos momentos YO soy quien manda, tú te referirás a mí como Sr. Luca Genovese... para irnos conociendo. No hablas si yo no te doy permiso, no me interrumpes, no dices mentiras, me dirás todos y cada uno de tus secretos si me place... y tengo métodos muy sucios y ruines para sacártelos, cantaras tan alto como Celine Dion si yo así lo quiero... ¿Entendido? —Pregunto a Nan y este seguía tosiendo, sin más Luca alzó su pierna y le dio una fuerte patada en las costillas que le volvió a sacar el aire y lo hizo jadear. —DIJE... ¿entendido? —Bramó demandante.

—Si... Sr. Luca...—Balbuceó Nan en el piso mientras saliva cae de su boca por las ganas que tuvo de vomitar por ese puñetazo. Pero fue recibido por otro golpe, esta vez en el estómago por ese pie fortachón que parecía romperle más que solo su cuerpo, también su alma.

—¡SEÑOR LUCA GENOVESE, DILO OTRA VEZ! —Replica y le dio otra patada que hizo llorar al pelirrojo, mientras pedía ayuda. —¡Cállate imbécil! —Y con el último puntapié en la cara desmayo a Nan.

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20:00 pm.

Trevor recibió la llamada del director de escenas porno, acusando a Adam no sólo de que se había reusado a grabar su escena, sino que señaló como culpable también de haberle robado su teléfono para chantajearlo, furioso fue hasta el departamento de Mac Pitbull, pero no lo encontró cuando llegó. El lugar estaba vació, pero al cabo de unos minutos había regresado, esta vez con Camila a su lado quien lo despedía en el ascensor, nuestro magnate y mafioso se escondió en el pasillo cual depredador entre las sombras analizando a su futura víctima. Rafael no sólo no estaba en su estado más cuerdo, simultáneamente temblaba, un tic en su parpado sería visible en las sombras; pero sus ojos no pierden de vista a su objetivo.

Cuando Adam abrió la puerta de su departamento Rafael se abrió camino dándole un empujón al rubio y entrando con él de una, a sus espaldas cerró con seguro el departamento. Mathews tembloroso se encontró con la figura iracunda del otro sobre su cabeza, quien se veía había estado fumando marihuana e inyectándose algo más, el aroma a hierba y sus pupilas dilatadas lo delataban.

—¡Eres un pendejo Adam! —Encolerizado, Mac Bulterry detesta que no se obedezcan sus órdenes y dicho mencionado entre insultos se alejaba a pasos agitados, sabía que haber huido de la escena le traería problemas, pero no sabía cuáles serían ni lo rápido que llegarían. —¡Me arriesgo como un imbécil a darte todo lo que quieras, este departamento es por mí, te pudres en dinero por mí, esa ropa y trajes de puta que llevas son gracias a mí! —Cuando le gritaba así sabía que sucederían dos cosas, o le pegaba o se debía dar a la fuga antes de que eso pasará, pero Adam, hartó de oír las quejas día con día, semana por semana, mes con mes y año con año de este hombre lo tenía harto, le encaro

—¡Te debo una mierda Rafael! Eres un maldito borracho, ¡mírate! ¡No sabes ni en donde diablos estas! Largo de mi casa, largo...—Demanda, pero Trevor suelta una carcajada sombría, Adam quería llorar, con el caso de Richard resuelto pensaba que viviría un rato de paz al fin en su vida, nada más lejos de la realidad; no hay paz mientras este al lado de Trevor, era obvio que ese magnate no se lo iba a permitir.

—Tu padrote soy yo, imbécil, si yo quiero que grabes una escena mientras te azotan como animal, LO HACES... ¿Entendido? he sido muy amable contigo, putita... muy amable y paciente, estas abusando de mi confianza, no olvides que tu culo me pertenece... y lo uso como me plazca. —Le retaba con la mirada, examino con furia al rubio, viéndole la cintura, la cadera y sonriéndole lujurioso, relamiéndose los labios en un coqueto saborear que hizo tragar saliva al otro. Adam se sonrojo al entender que clase de mirada le estaba dando Trevor, nunca lo había visto así antes y tiene la certeza de lo que iba a pasar. —¿Sabes? Ahora que lo pienso... nunca he probado un poco de ti... ¿Por qué no vienes y me das un poco de azúcar? —Preguntó, Mathews se avergonzaba más y más ante la idea de tener sexo con Trevor, sabía que algún día pasaría, pero... no así, tan de golpe y después de todo el caos que había estado sucediendo en su mente ese día...

—Trevor...no...—Intentó explicar Adam mientras contempla como Rafael se desvestía sin tapujos, sonriendo cual gato del país de las maravillas. Mathews veía esos músculos de platón, abdomen de acero, brazos de leñador, cuando se bajó los pantalones notó la verga de mulo. —Trevor... no creo que debamos... —Debía admitir que Rafael a veces era así, una bestia que desea follar cuando le plazca. Para su fortuna o desgracia lo había seleccionado a él para satisfacerse, sin más Trevor lo atrapo entre sus brazos antes de que pudiera escapar y le planto un beso mordaz y rudo, comiéndole los labios, y Mathews al instante se vio embriagado de la boca suave que le besaba, se movían con una experiencia que ni él mismo podría igualar, devoraba sus labios rojos, saboreándolo sin decoro ni vergüenza. Adam suelta un quejido alto cuando los dientes de Trevor atraparon sus labios, para luego recompensarlo con la entrada de la lengua de Trevor en el interior de su boca. En un vaivén de lenguas que comenzó a excitar ambos magnates a partes iguales, las manos de cada uno se la vivían en sentir el cuerpo del otro, empezó por el rostro y se extendió a sentir su nuca, cuellos, abdomen y terminar en la pelvis.

Trevor lo empuja contra el piso y la abrasadora mole de músculos del perro MacBulterry lo inmovilizo, sujetando esos delgados brazos y comiéndole el cuello, Adam era tan pequeño en estatura contra el pelinegro que en parte tuvo que moverlo un poco arriba para llegar a su altura para disfrutar de su cuerpo, Mathews emitía jadeos al sentir la pelvis maciza del semental contra su delgado vientre plano, dejándose llevar envolvió sus brazos alrededor del cuello del mafioso, sus besos eran agasajados con plenitud y esa bestia le arrancaba la ropa sin tapujos. —Espera... tengo el cinturón...—Alcanzó a murmurar Adam.

Apenas le quería explicar que lo soltará unos momentos para quitárselo, cuando vio como de un fuerte tirón Trevor sujeto ambas partes del cinturón y arranco el duro cuero con sus manos, rompió la hebilla, emitiendo un gruñido como una fiera hambrienta, degenerada, carnívora de lujuria, y le bajo los pantalones de otro fuerte tirón que le quito los zapatos y los mando a volar, tenía a Adam a su merced y no lo iba a desaprovechar un solo minuto. Mathews en menos de unos míseros segundos quedo casi desnudo, casi porque Rafael seguía rasgando sus ropas, tomando su camisa blanca y haciendo saltar los botones y dejando a Adam jadeando entre sus brazos. El rubio podía notar como su miembro apretaba su bóxer, Trevor gateaba como un felino para sujetar esas finas, delgadas y perfectas piernas, las abre sin delicadeza alguna, necesitaba tener vía directa a la entrepierna de su amante. Queda hasta la altura del miembro erecto de Adam cubierto por la fina tela en su boca, dándole besos al principio suaves y gentiles; para pasar a ser mordidos rasgando la tela y lamiendo sin descaro la piel suave, blanca y fina que disfrutaba entre sus labios.

El rubio emitió un gemido echando su cabeza para tras sonrojado e intentando contener sus jadeos, se cubrió la boca con sus manos, no se creía lo que estaba pasando. "¿Estoy loco? ¡¿Qué estoy haciendo?! ¡Me estoy revolcando con Trevor!" Pensaba intentando razonar la situación, su cabeza era un mar de temores, tenía miedo, mucho miedo de decir que no, Trevor era un asesino. ¿Si lo desobedecía lo mataría? Adam no sabía que sentir o como sentirlo, en parte las caricias de Rafael le gustaban, pero no se sentía para nada seguro en sus brazos, volvió a la realidad cuando sintió la lengua de Trevor acariciando su entrada, haciéndolo jadear excitado.

—¿Te gusta? —Cuestiona Trevor deteniéndose unos momentos a mirarlo a los ojos, con esos eléctricos, desbordantes y matadores orbes de tigre albino, Adam temblaba y lo notó, le tocaba el rostro y lo obligo a mirarlo a la cara, sosteniendo el mentón del menor con firmeza, fiereza y dominancia, quería que le contestara.

—Em...yo...—Murmuro Adam apartando su mirada, pero Trevor le insistía en mirarlo, con su fortachona mano Rafael lo hizo girar a verlo a los ojos otra vez, agitando su rostro.

—Hey...te estoy hablando... —Refunfuña molesto, con esa voz ronca y profunda, como un niño mimado quería y anhelaba la atención del otro, se acercó a su cuello dejándole otro chupetón, mientras soltaba un suspiro ronco en la oreja de Adam, haciéndolo estremecer. —Adam...—Ronronea su nombre con picardía, sigue depositando besos al menor, aspirando su perfume, a lavanda y vainilla, tocando esos hilos dorados que tenía por cabello.

Con un poco de temor, Mac Pitbull se gira a mirarlo y decide besar a Rafael de nueva cuenta, un poco más confiado sus labios recorren la boca maestra del otro, tiene la cabeza hecha un lío, pero cada vez las señales de alarma de su mente se apagan, su mente lo ha dejado sólo a merced de sus instintos, lo dejan sudoroso. Trevor lo besa y lo acaricia, volvió a descender entre los muslos del rubio para terminar de quitarle los hilos que quedaron de su ropa interior, dejando ver un miembro rosado, muchas veces lo ha visto desnudo, pero esa vez no puede evitar sentir que tal vez no debería seguir tocando a Adam, lamio su miembro de todos modos, intentando apartar de su cabeza la idea de ser un puto caballero y que vea el animal que era. Se llevó el pene de Adam a la boca, su lengua lame con maestría la punta, junto con el falo, con su mano lo masturba, en un muñequeo digno de un actor porno, oye los jadeos de su compañero, sabe que está haciendo un buen trabajo.

—Okey...solo quiero que sepas que te odio...—Comentó Adam sonrojado, se cubre con sus manos avergonzado de tener que ver al otro, saber que es Rafael quien lo toca le estaba poniendo nervioso, había deseado algunas veces a ese magnate, pero nunca pensó que en verdad llegaría el día en que tendrían algo así. Su cuerpo entero vibra excitado, suelta gemidos cuando siente como la lengua de Trevor juega con sus testículos y sin más siente como de repente Trevor como el bruto vulgar que es; le escupe en la entrada de su ano y lo hace brincar de sorpresa. —¡No! ¡No me escupas imbécil! —Grita sonrojado, mientras oye al otro carcajear, Adam se ríe de vuelta, dejaron de estar tensos por fin, y Mathews veía como Trevor sacaba un condón de su bolsillo, lo ve abrirlo sin miramientos, estaba decidido a hacerlo suyo en ese preciso instante. Y Adam esperaba meciendo sus delgadas piernas por encima de su cadera con una sonrisa. —¿Emm...te falta mucho? —Preguntó el rubio, porque dejo de sentir las manos del otro, se quitó las manos de sus ojos, contemplo como Trevor temblaba mientras intentaba ponerse el preservativo, por alguna razón comenzó a notar que tal vez Trevor no había ido con él solo para follarlo. —Oye... ¿estás bien? —Vuelve a cuestionar, se enderezo y cuando coloco su mano en el hombro de Trevor este se asustó y se giró a mirarlo aterrado. —Escucha no te enojes, pero...estas temblando mucho, ¿estás seguro de que puedes continuar? —Adam se colocó su ropa interior y noto que la erección de Rafael comenzó a bajar y Adam hizo un chiflido como el sonido de un globo desinflándose, Trevor lo miro molesto, dándole un empujón. —¡Ja, ja, ja! No te enojes, dime... ¿Qué te traes? ¿Viniste aquí solo por lo del pendejo de mi director? —

Trevor titubeo unos momentos, pero luego aparto su mirada, no podía decirle porque estaba tan nervioso. —Hice...algo malo Adam, algo muy malo...peor que lo que le hice a Richard. —Dijo aquello, se pasaba la mano con mortificación sobre su rostro, como si hubiera matado a alguien que quería mucho. Se veía nervioso ahora que le fue sincero, pero Adam se percató de un aroma extraño.

—Oye...no hueles a hierba, ¿a qué hueles? —Se acercó a Trevor, le parecía un aroma a piedras y vela derretida.

—Incienso...es incienso... —Balbucea para ver al piso y colocarse su ropa interior, quedando a la vista de en quien más confía en esos momentos, en Adam. —No tienes idea de lo que hice hoy...y lo que haré en unas horas...—Sin más se acercó hasta el rubio y lo abrazó, lo cual dejo desconcertado por completo a Mathews.

—Eh...okey, tranquilo...—Dijo y en parte no supo porque, pero se sentía más calmado. Por alguna razón cuando el pelinegro entro en la habitación sintió como si estuviera en una especia de embrujo que lo hizo desear con locura a este magnate, pero ahora que Trevor se mostró tan humano ante él, se desvaneció por completo quedando la cordura. En eso el teléfono de Rafael sonó, todo quedo en el silencio del llamado, sonó una vez, sonó dos veces y a la tercera, notando los ojos nerviosos del otro insistió. —¿No vas a contestar?

Rafael, aspiro un largo rato, soltó profundo suspiro, volvió el Trevor de siempre, con una mirada tan tenebrosa y profunda que pareciera a punto de querer asesinarlo, como si una persona diferente le estuviera viendo en esos momentos. —Sí, deja que suene otro más...—Luego sujeto la barbilla del rubio y le planto un beso profundo, metiendo su lengua en el interior, haciendo sonrojar y jadear a Adam, Mathews se dejó enervar en ese beso, una caricia que lo hizo derretirse, Trevor le sujetaba por la nuca para luego en ese estado eufórico de placer, lo soltó. —Me voy...—Comentó mientras a la mente del magnate y asesino volvían los animales bailando en el fuego, su abuelo joven, erguido sobre la fogata, su rostro como un infante a la luz de la noche, oye los susurros, un millar de susurros, llenándole el oído de los más grandes pecados del hombre. Contestó la llamada. —Sí, voy para allá...—Dijo eso y colgó la llamada para irse poniendo su ropa, una vez vestido se retiró, dejando a un Adam entre alborotado, confundido y preocupado.

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22:00 PM.

Sandro Genovese apagó el teléfono de Nan, mientras el pelirrojo se encontraba sentado en la sala del restaurante, agachado y con un sueño pesado atacando sus pestañas. El mafioso tomó lugar frente al juez. Whalker permanecía en silencio, alzó su mirada dejando ver que le habían quitado su bufanda y abrigo, sus moretones eran presentes y las bolsas bajo sus ojos eran notorias.

Nan estaba templando, bajo su labio inferior descansaba un puñetazo visible.

Momentos después un mesero llegó para entregarle la cena a los dos. Nan acepto comer con prisas la pasta Alfredo y la lasaña de res, desde que lo recogieron en la mañana no había desayunado, ni comido, estaba tan hambriento que quería babear. Sandro analizaba a su invitado con una sonrisa llena de cizaña, tenía entre sus manos un seguro de vida, no podía descuidar los movimientos del juez que tiene frente suyo, Whalker comía con un hambre bestial, los nervios le habían jugado malas pasadas, ni siquiera considero que estuviera envenenada esa comida, pero no le importaba.

—Le diré al chef que te encantaron sus platillos —Platicó el gánster, Nan siguió comiendo y calmando su hambre, necesitaba pensar con la cabeza fría y su estómago lleno. Dos matones cuidaban las espaldas del pelirrojo, en caso de que se intentara escapar ambos irían corriendo a detenerlo para someterlo. Tras terminar su cena soltó un suspiro, estaba satisfecho. Sandro le espero a que terminara de comer, Whalker no tenía idea sobre qué hacer, que decir, lo habían secuestrado. —Bien, creo que ya podemos empezar Sr. Whalker —Genovese era un capo viejo, entrado en los sesentas, canoso, arisco, pero con esa aura de peligro e intimidación andante. —Creo que no tiene una idea muy clara de porque lo cite aquí hoy, créame, no tengo planeado hacerle nada malo, ni similar, si ese hubiera sido mi propósito usted no estaría aquí hablándome. —Nan acepto la amenaza, intentando comprender porque diablos estaba ahí. —Usted tuvo un problema hace tiempo con Richard Park, un viejo colaborador nuestro, hoy fallecido para mi fortuna, pero... tengo entendido que usted señor juez, llevó durante muchos años los expedientes de este hombre que trabajo para mí. ¿Estoy en lo correcto?

—Si señor...—Contestó Nan, era la primera palabra que decía tras horas y horas de silencio, temiendo más represalias que le valieran más golpes en su cuerpo.

—Bien, me entere que, con la muerte de Richard, este expediente sigue archivado bajo su jurisdicción ¿no es así?

Whalker en ese momento negó con la cabeza. —No señor, al ascenderme como juez me han quitado la jurisdicción de dicho archivo y se extinguen mis obligaciones como lo fue al ser secretario, de hecho, dejé de llevar dicho expediente a raíz de la amenaza que me dio Richard y la orden restricción que le puse...—Nan hablo con la verdad y Sandro buscaba la mentira en su mirada.

—Pero leyó dicho archivo ¿verdad? —Volvió a preguntar Genovese, iba picando, tanteando a Whalker como un pescador en alta mar, preguntas cada vez más específicas que lleven al juez a un callejón sin salida.

Nan quería gritar, estaba sintiéndose sofocado, el capo no buscaba otra cosa más que saber que tanto se adentró Whalker a saber de su mundo, derrotado y con miedo, Nan asintió en silencio. —Si...

—Señor Whalker, tengo entendido que usted sólo ascender ha puesto; ha mudado personalmente los expedientes de un viejo conocido, Trevor Rafael y su compañero Adam Mathews, deseo saber... —Hacía constantes pausas, entrecortado que desesperaban a Nan, puesto que el pelirrojo quería contestar rápido e irse, Sandro hablaba lento con su pesado acento italiano para exasperar a su víctima, colmando su paciencia, escarbando hasta poder obligarlo a cantar sus más profundos secretos. —¿Puede usted a voluntad pedir trasferencias de casos tan importantes que involucren al FBI y juzgar o sentenciar tan importantes referentes a las mafias entonces? —Sandro era un desvergonzado que sabía que preguntas hacer, y eso le dio miedo, porque en ese mundo criminal, saber mucho era pagar un precio muy alto.

—Emm depende...—Nan debía concentrar su mente en este momento, puesto que temblaba demasiado, suspira para luego hablar, en verdad podía hacer lo que sugería el capo, pero no quería decir que tan poderoso era. —Esos casos me los pasaron como un favor...

—Ahh, ¿entonces usted desea llevar al pie de la letra los casos de mis rivales? Que dedicación... —Otra maldita pausa que hace este capo, Nan estaba harto, esta atmosfera de desasosiego y llena de terror en la que lo han sumergido lo estaba matando. —Llegados a este punto creo que me puedo dar el lujo de preguntar, ¿hay la probabilidad de acusarlo a usted como el asesino intelectual de Richard?

Se quedó frío con lo que le preguntó, fue algo que no pudo asimilar y que para nada se esperó oír, a Whalker se le cierra la garganta. —Eh... yo no he matado a nadie...

—Pero tu pareja sí que lo hizo por ti ¿No? —Genovese estaba acorralándolo donde quería, poniendo puntos acá y allá metiendo su dedo en la llaga de la verdad.

—No... él no es mi... —Nan soltó un suspiro, debe pensar bien lo que diría, soltó un suspiro, aún con miedo. —Richard trato de castrarme la noche que murió... —Dicho tremenda bomba desconcertó a Sandro, no parecía esperar una respuesta similar, pero no lo interrumpió lo dejo continuar hablando. —Richard me odiaba, por haber ayudado a casi encerrarlo, salió bajo libertad y juró que se vengaría de mí. Esa noche Rafael me invito a su fiesta, me drogaron y por intervalos me desmayaba, lo único que si recuerdo es el momento donde Trevor mato a puñetazos a Richard, y recuerdo cuando lo quemaron, eso fue posterior al mismo día...

—Había oído que Mathews estuvo involucrado—Canturreo Sandro, porque para ese momento solo habían hablado de la teoría de quien estuvo presente en ese momento fueron Trevor y Nan, pero Adam era un tercero desconocido.

—Adam no tiene nada que ver en esto, estaba peleando con él al momento que Park me atacó, termino envuelto en la pelea y me salvo la vida... para ese momento Richard me tenía cubierto a golpes...—Se sinceró Nan, Genovese se sorprendió de la inmediata respuesta para defender al rubio, como si sintiera un especial apego por el perro Mac Pitbull.

—Por ello los moretones...—Desvió el tema Genovese, indagara luego porque defendió con esa intensidad a Mathews. —¿Entonces usted también termino envuelto en aquel incidente por error? ¿Producto de la venganza de Richard?

Nan asintió, esperaba irse lo más rápido de ahí haciendo lo que le pidan, Sandro parecía comenzar a ver a Nan más como una víctima producto de una venganza que como autor intelectual de un maquiavélico plan que fue ideado para asesinar a Richard Park.

—Miente...—Acusó Luca, quien estaba de pie tras la espalda de Nan, se acercó hasta llegar a las espaldas del pelirrojo, Whalker se le borro el alivio que sintió de momento en su cabeza dando paso a temer la figura del maldito abusador que tenía tras las espaldas, juzgándolo y retándolo con su mera presencia. —Supongamos que quedo envuelto nuestro juez aquí presente por error... Por qué se tomaría la molestia de justo; ¿llevar los expedientes acusatorios tanto de Trevor como de Adam, y poniendo bajo su ala protectora sus negocios? —Cuestionó Luca, terminaba de fumar un cigarro que termino por destruir en un cenicero. Y prosiguió a exhalar el humo en la nuca de Nan y este emitió una tos por ello, puesto que era asmático, el humo le hacía un daño terrible al pelirrojo, un daño nocivo, se la pasó tosiendo unos minutos lleno de incomodidad hasta recuperarse con lágrimas en sus ojos irritados.

—Es cierto Señor juez. —Volvió a las pausas el gánster. —¿por error pidió como favor llevar la administrativa a los casos de los hombres que en teoría le salvaron la vida? —El patriarca Genovese y su hijo sonrieron con cinismo, tenían donde querían desde un principio al juez.

—Me han salvado la vida...de algún modo debía retornar el favor...—Explicó Whalker, sabía que Luca lo condenaría, se notaba en aquella mirada que repartía el sicario, en efecto, fue su perdición.

—Ahí lo tienes, este juez es un colaborador de los nuestros... —Luca sujeto por el cuello al pelirrojo, acercando sus labios, respirándole con pesadez tras las orejas, Nan se sentía sucio y asqueado. —Creo que usted no sabe cómo funciona el mundo señor juez. Usted no puede andar ayudando a nuestros enemigos sin permiso... ¿Quién te crees que eres? —Susurró lo último en amenaza, jalando de los cabellos, este jadea asustado. Luca le acaricia el rostro con sumo morbo, como si le estuviera excitando lo aterrorizado que tenía a Nan.

—Eh, Luca, luego te lo coges...—Comentó con burla Sandro, Luca soltó del cabello al pelirrojo de un zangoloteo, y Nan estaba temblando, saber lo que le podían hacer le hacía erizar la piel, un escalofrió recorrió su espina con las amenazas que daba Mac Mastín. —Pero, Luca tiene razón señor juez, son negocios ¿entiende? Los jueces son un pez gordo que siempre nos repartimos las mafias, usted no puede solo ayudar a Trevor y a Adam, la ayuda se reparte parejo, eso nos incluye a nosotros...—Hizo un ademán apuntando al joven italiano y así mismo. —Dado que su participación en nuestra red no se nos informó, me he tomado la libertad de tomar cartas en este asunto, señor juez, usted no solo dejará de darle apoyo especial a sus amigos, voy a tener que pedirle también que deje Nueva York ¿no quiere que su familia salga mal librada verdad? —Con esas simples palabras, el gánster se llenó la boca con toda la familia de Whalker, este alzo su mirada aterrado, negando con la cabeza, ahora Lázaro y Miranda estaban en peligro. —Creo que usted es lo suficiente inteligente para saber porque rumbo voy y a que quiero llegar...—

Nan lo tuvo que razonar solo, por visto había un invisible código en esa red de crimen organizado donde esta Trevor, en la cual había violado una ley de ellos, Rafael no puede ser respaldado por un juez sin permiso de las otras mafias, y Whalker ha insultado este código invisible y la pena, era su posible muerte para él y para sus seres queridos. El juez asintió en silencio.

—Bueno dulzura...creo que es tiempo de irnos...—Canturreó Luca acariciando con perversión el torso de Nan, apretando uno de sus pezones con sus uñas y enterrándolas para luego jalar dicho pezón, Whalker emitió un chillido aterrado que fue callado por una bofetada de Mac Mastín. —Eh, sin chillidos o te voy a dar una muy buena razón para llorar... —Volvió a jalar de la silla a Whalker, con seguridad para hacerle algo peor que pegarle y noquearlo, con sólo haber sentido las uñas de Luca en su cuerpo, comenzó a llorar en pequeños gimoteos.

"Por dios...no... Trevor..." Fue lo último que pensó llorando. Pero antes de salir de aquellas paredes, unos fuertes alegatos de oían en el exterior de la oficina de Sandro.

—¡QUE SE QUITEN DIJE! —Rafael le pegó un empujón a la puerta, pasando como rey por su casa. Alertó a todos los presentes en esa habitación, entro por el umbral y al instante dos sicarios que custodiaban las espaldas de Genovese pusieron su mano en su cinto para disparar contra Trevor, pero este chasqueo los dedos y tras suyo Brutus y su otro guardaespaldas ya tenían fuera dos AK-47, Sandro trago saliva, levantándose aterrado de su silla con su corpulento cuerpo. Mac Bulterry tenía en alto su mirada contra Luca más que contra Sandro, como si a quien debiera responder es Luca a Trevor. —¿Tienen idea de lo que están haciendo? ¿Tener a mi socio, amante y amigo amarrado en este lugar como si fuera algo de ustedes? ¿Acaso saben lo que dedushka pensaría de esto? —Cuando mencionó a su abuelo Sandro frunció el ceño.

—¡Tú y tu amante violaron el código, NEGOCIOS Y PLACER NO SE MEZCLAN! ¡Y, sobre todo, la cercana amistad que tienes con este juez es asunto de TODOS los carteles y mafias en toda la manzana, tú mejor que nadie lo sabes Rafael! Si no se comparten los servicios del señor juez aquí presente; ¡entonces se debe de eliminar de raíz antes de que nos comprometa a nosotros, tú sabes que o se tiene un nuevo compañero en la corte que nos respalde a todos por igual, o se tiene un nuevo cadáver en el río! —Genovese aplicaba esto al código del silencio, Trevor había revelado información privada de sus negocios a Nan y por tanto los negocios ahora los conocía un agente externo, esto fue sin la aprobación de todos los grupos criminales de la metrópolis, que por visto era un bautizo necesario y estricto a seguir.

—¡Estos ya no son los setentas don pito Corleone...usted gobierna a las sombras de él! —y apunto a Luca. Este juzgaba en silencio a Trevor con una enorme sonrisa burlona en sus labios y escuchando los lloros de Nan, ambos perros estaban peleando territorio, Trevor no le debe respeto a Sandro, puesto que Sandro fue quien cometió la falta. —¡Me has insultado Mac Mastín, tu respondes por los actos de tu padre, me faltaste al respeto en mi autoridad, has amenazado a mi compañero, has penetrado mi territorio tomado lo que me pertenece yéndote con las manos llenas! ¡¿y crees que no pagaras consecuencias de lo que has hecho?! —Todos en la sala estaban alerta, hasta Nan amarrado sin ver el rostro de Trevor, sollozando y ansiando ver la cara de Trevor, tenía miedo, podías cortar la tensión con un cuchillo, iba a llover sangre si alguien no hacía algo para apaciguar esa situación.

—Bueno, calma...—Se burló Mac Mastín, Luca desde que adquirió título como parte de los perros de Nueva York responde por los actos que cualquier miembro de su mafia haga contra cualquiera de sus colaboradores, pero seguía sin soltar a Whalker, este temblaba mirando ansiando, suplicándole con sus lloros a Rafael auxilio, sin más Luca sacó de su bolsillo un paño blanco, se lo coloco en la boca a Nan y este forcejeo unos momentos antes de desmayarse, el cloroformo había hecho su efecto en un minuto. Con el pelirrojo desmayado, ahora podía hablar con normalidad. —Creo que ya podemos dejar de fingir...—Luego de decir aquellas palabras Rafael sonrió, soltando una carcajada que descolocó a Sandro. —Cabrón me cague al ver que sacaste eso... —señaló las armas que cargaban los guardaespaldas de Trevor.

—Bueno, fue más sencillo entrar de lo que esperaba, ahora entiendo porque lo quieres muerto...—Mac Bulterry miró con soberbia al italiano mayor, quien se veía consternado, los sicarios del viejo Genovese se apartaron de su lado para salir del cuarto, dejando completamente sólo al gánster a merced de Trevor. —¡Ja! ¿Estas templando puta? —Se dirigió Trevor burlón a Sandro, este bufaba furioso encarando a su hijo, Luca sonreía por igual.

—¡ME HAS TRAICIONADO BASTARDO DE MIERDA! —Gritó Sandro a Luca, este ahora se veía amistoso con Trevor, como si ambos hubieran tenido conocimiento pleno de todas y cada una de las cosas que pasaron en ese lugar. —¡Tú sabías donde encontrar a este juez! ¡Tú fuiste quien me dijo de la existencia de Whalker! ¡Me tendiste una trampa para hacer enojar a Trevor y con ello eliminarme! —El patriarca Genovese cayó en la cuenta de todo lo que había pasado en esa habitación, Luca y Trevor habían planeado la entrada de Rafael al lugar, planearon el secuestro de Whalker; y con el secuestro de Nan, Trevor tenía entrada libre para reclamar venganza en nombre de su organización y afiliado con Mac Mastín se pusieron ambos de acuerdo a darle cuello a Sandro para apaciguar una tregua entre ambos bandos, pero el único que iba a salir perdiendo de esta traición, esta telaraña de Charlotte, era Sandro y Sandro; como un imbécil se enredó a la perfección en los deseos de su hijo y los deseos de Mac Bulterry.

—Pues claro papi...—Comenta Mac Mastín. —Ya estabas viejo, has sido un lastre para mí estos años, los tiempos cambian y el mundo ya no necesita hombres como tú. ¡Pero voy a hacerlo formal! —Se aclaró la garganta carraspeando. —Sandro Genovese, puesto que has cometido la falta de secuestrar al aliado de nuestro colaborador y socios Trevor Rafael, nosotros hemos decidido que para que la mafia no inicie una guerra que dañe a ambos bandos, acordamos que solo uno debe pagar por todos. Te sentenciamos a muerte en nombre de nosotros la familia Genovese y la Bratva de los Vólkov... ¡Arrivederci! —Canturreó, arrojándole un besito de despedida a su padre, despidiéndose elevando sus dedos y moviéndolos en un meneo de adiós y jala con él la silla de Whalker durmiente, toda esa pelea, había sido una cruel y basta mentira.

Genovese hijo sale de la habitación junto con los guardaespaldas de Trevor, a últimas Rafael saca de su bolsillo una granada, le quita el gancho de seguridad y la arroja contra Sandro. Mac Bulterry cierra la puerta entre risas para apresurar sus pasos e irse corriendo junto con sus lacayos en este complot.

—¡Hijos de su puta madre! —Fueron las últimas palabras de Sandro, Trevor y Luca corrieron por el pasillo alejándose y unos segundos después exploto una buena parte de la que fue alguna vez la oficina del capo, el lugar retumbo, había comensales abajo y estos causaron un alboroto en el interior del edificio.

Restos de papeles quemados, cubiertas de libro y más objetos de oficina desperdigados por alrededor del pasillo cubren el piso, la puerta salió volando y esta se rompió en pedazos contra el lado opuesto de la pared donde estaba. Trevor se tambaleo mientras corría, junto con Mac Mastín, quien se reía en voz alta, dejando caer a Nan de la silla, se azotó el rostro lastimado de Whalker contra el suelo, eso si no le gusto a Rafael quien miraba con el ceño fruncido a su colaborador.

—¡Ay, por favor! ¿Es en serio que te estas enojando de que le pegue a tu nuevo juguetito? —Luca no dejo de ser un descarado bravucón, sujeto la silla otra vez y la alzo, el cuerpo de Nan estaba cubierto de golpes, Mac Bulterry acentuó su ceño retando a Genovese. —¿Qué? Tú fuiste quien me dijo que lo golpeara para tenerlo meado de miedo. Hago lo que siempre haces para enamorar a tus niños bonitos cabrón. —Mac Mastín siempre le hacía trabajos sucios a Trevor para hacerlo quedar como un héroe con las citas que le gustan mucho a Mac Bulterry, Trevor se mostraba como todo un macho defendiendo a su damisela en apuros y se ganaba en recompensa unas mamadas en agradecimiento, se hace pasar como un buen hombre a los ojos de sus antiguos amantes. Luca no había cambiado su fórmula de trabajo para Rafael, había hecho con exactitud todo lo que hace de manera usual por Trevor, pero esta vez había algo diferente en la mirada de Mac Bulterry, el magnate se veía furioso con él, una gota de sudor frio bajo por la frente de Genovese hijo, su padre no le mentía cuando decía que los rusos daban miedo, no tardo mucho en arrepentirse de haber confiado en Trevor.

—Yo nunca te dije que le pegaras en la cara, grandísimo pendejo... —Rafael se acercó como una serpiente que había devorado hace unos momentos una presa y no quedo satisfecho con matar a la madre, mataría a la cría. —¿Yo te dije que le pegaras y le dejarás moretones? ¡NO! —Cuando comenzó a gritar todos los sicarios vieron con otros ojos a Rafael, seguía teniendo más poder que Mac Mastín como perro de la élite, eso no había cambiado, mientras unos sirvientes sacaban los restos del cadáver de Sandro, el aroma de la carne chamuscada inundo sus narices, un fuerte aroma de la grasa de la carne humana al dente, Luca veía la figura de Trevor y tras las espaldas de este perro a su padre hecho pedazos siendo cargado a una trituradora por seguro, las partes del cuerpo se desprendían y se caían por el piso, dejando un nauseabundo aroma de sangre en la nariz de todos los presentes, pero mientras todos se veían asqueados ante el olor del cadáver fresco con una cantidad de sangre apestando el ambiente y obligando a los sicarios a escupir en el piso con desagrado, incluido Luca. Trevor estaba inmutable, retando con sus eléctricos ojos azules a su camarada, juzgándolo por las acciones que hizo sin su permiso, lo había hecho enojar al pegarle a Nan. Los gritos de Trevor imponían miedo, y Luca hizo algo estúpido.

—¿Qué te estás enamorado de este hombre? —Preguntó con soberbia, comenzando sin saberlo, a cavar su propia tumba. —¡Nunca te he visto enojado por pegarle a otra maldita puta que te vas a coger! ¿Qué tiene de especial tu puto novio? ¿Qué? ¿tiene un buen culo? ¿Te brinca muy bien la verga maldito perro? —Luca chasqueo sus dedos y Trevor le señalo a sus guardaespaldas ponerse alerta, si esa pelea verbal escalaba rápido iba a llover sangre en ese lugar.

—¿Quieres morir maldito inmigrante come mierda? —Contestó Trevor, mientras veía a Nan en las manos de Genovese, debía matarlo, esa pelea no se suponía que debía terminar así, no se suponía que sucedería esta pelea, pero así era ese cruento mundo oculto, violento y lleno de injusticias, donde un simple insulto podría terminar en la muerte. "¡¿Qué carajos estoy haciendo?! ¡Me estoy peleando con Mac Mastín y arriesgándome a una guerra por Nan!" Incluso Rafael en su mente se decía "¡Alto idiota! ¡Comenzaras una guerra de mafias y de perros por continuar enojándote por estupideces! ¡Luca no hizo nada malo, hizo todo lo que le pedí! ¡Yo le dije que secuestrara a Nan! ¡Yo le dije que lo intimidara! ¡¿Entonces porque no pude predecir que me iba a doler verlo herido?!" Trevor se odio por sentirse débil, nunca pudo predecir que le dolería ver a Nan herido para ese punto, porque nunca le había pasado con antiguos amantes, una punzada se colaba en su corazón, instintivamente se toca el pecho donde en su sueño recibió un flechazo, volviendo a su mente "¡Tienes que pedirle perdón a Luca! ¡Hazlo cabrón, tienes que!" Rafael suspiro, iba a pedirle disculpas a Luca, intentaría relajar su temperamento, entablar un perdón mutuo y dejar el asunto arreglado, hasta que Nan cabeceo un poco y Luca, aún furioso y sin saber que iba a hacer Rafael, sujeto a Nan por el cuello y le planto un beso morboso, para luego con total desagrado y en venganza, le mordió el labio a Nan, tanto así que le arranco un pedazo con los dientes de una parte del labio inferior a Whalker, su boca estaba llena de sangre y este seguía inconsciente, prosiguió a darle un escupitajo en la cara a Nan. La mente de Trevor dejo de funcionar cuando vio eso, en cuestión de segundos su instinto se despertó.

—Por menos me lo cogeré antes que tu...—Amenazo Luca, lamiéndose los labios llenos de sangre y acto seguido alzó por los aires la silla de Whalker con todo y este en ella y lo arrojo a unas escaleras cercanas que tenía para la parte inferior del restaurante, fue tal la fuerza que la silla se partió en pedazos y el cuerpo de Nan rodó por las escaleras, dejándole golpes y moretones, con una segura fractura en alguna muñeca o pie, acto seguido Genovese se fue corriendo escaleras abajo, sujetando al inerte Nan y arrastrándolo de los hombros y jalando sus cabellos para huir.

Trevor ya sabía que quería hacerle a Nan, Rafael le señalo a sus guardaespaldas abrir fuego contra los sicarios, en cuestión de minutos cuatro hombres muertos estaban en el pasillo sin contar al Sandro cortado a las rajas. Trevor bajo corriendo las escaleras junto con sus jornaleros, buscando la ruta por el edificio de restaurantes por donde mierda se fue Mac Mastín, pero ahora había más hombres armados por los pasillos, tanto así que en una esquina mientras bajaba la escalera Brutus se vio obligado a empujar a Trevor contra un rincón de pared, puesto que estaban disparando, era obvio que Luca les informo que asesinen a los tres, armando una batalla campal entre los dos bandos.

—¡Voy a llamar refuerzos! —Gritó el otro guardaespaldas de Trevor, puesto que ahora estaban en guerra contra los italianos en su territorio. Ya no había vuelta atrás, si Mac Bulterry quería salvar a Nan de ser abusado y asesinado por Luca tenía que volar. Brutus le dio un arma y cartuchos a Rafael con el modelo de una pistola desert eagle, los juguetitos israelís son buenos en peleas urbanas, Trevor metió cartucho, lo cortó y se colocó detrás del muro que los cubría mientras una ola de balas, tomando pose defensiva, les llovía el ataque desde el pasillo izquierdo, tenían el flanco derecho disponible junto con los pasillos de arriba, la escalera era un punto ciego que Trevor podía aprovechar, pero se arriesgaba a salir herido. —¡Habla Valiant! ¡Si, necesito gente en Manhattan en el restaurante de Sandro! ¡Si, estamos abriendo fuego, avísale a dedushka! —Colgó la llamada y quedaron por ahora los tres contra los sicarios de Luca.

—¡Prikroy moyu spinu! Mne nuzhno znat', kuda poshel Luka! —Gritó en ruso Trevor, puesto que no se podían dar el lujo de ser escuchados en la estrategia que vayan a tomar para atacar, ahora los guardaespaldas de Trevor tenían la tarea de sacar vivo a Mac Bulterry de ahí junto con Whalker. El magnate se quitó un zapato y lo arrojo contra el pasillo, de dos balazos le atravesaron la suela de dicho zapato, había dos pistoleros en el flanco izquierdo, porque el zapato sufrió un disparo desde dos direcciones, los agujeros de bala que quedaron en el zapato le habían dado uno desde el talón con dirección desde un elevador, y el otro agujero de bala que tenía dicho zapato marcaba que disparo desde el inicio de una ventana, Trevor sacó un espejo de bolsillo para verificar su teoría ¿desde dónde dispararon sus atacantes? y de reojo veía que Luca discutía en italiano con otro sicario, mientras intentaba bajar con Nan sobre su espalda en otra dirección que no lo haga bajar al restaurante donde hay comensales, pero Trevor no le iba a dar la opción de correr lejos a Luca. Tomó su teléfono y le marco a Devon. —O'Neill, llámale a Dima, dile que necesito que corte la luz en el restaurante de Sandro durante dos minutos ¡YA! —Colgó la llamada y dos minutos después se iría la luz del restaurante, era tarde por la noche, Trevor y sus lacayos tenían una ventaja y desventaja.

Ventaja de minutos para matar a tiros a los sicarios a ojo ciego contra la oscuridad, desventaja, ellos estarían tan ciegos como sus víctimas, solo pueden memorizar la dirección donde estaban los sicarios.

—Boss, my mozhem sluchayno udarit' sud'yu ...—Comentó Valiant. — Pomnite, v nogu Luki, ostal'nym pryamo v golovu ... —Explicó este a Trevor y a Brutus, ambos asienten para esperar. Lo dicho y hecho la luz se fue, causando un jadeo de asombro alto en los comensales en la parte inferior del restaurante, a Luca gritando de desespero, Trevor, Brutus y Valiant comenzaron a tirar donde estuvieron sus objetivos.

Gritos de pánico reinaron en el pasillo, solo chispazos de luz por el percutor del cañón y de las balas de las AK-47, las luces volvieron y Luca chillaba contra el suelo de otro pasillo, arrastrando a Nan con su mano, no le habían dado en la pierna como esperaban, Genovese recibió el tiro en el hombro. Trevor aclaro sus ojos rápido para contemplar a los dos pistoleros que mató, sus guardaespaldas habían matado al resto de los otros cinco que había muertos por el piso, iban siete muertos y Trevor coloco su arma contra su hombro, sosteniéndola para retomar la posición defensiva, camino rápidamente para seguir el rastro de sangre por los pasillos que iba dejando Mac Mastín.

—Me cago en la puta, ¿Cuánto más van a tardar en venir nuestros refuerzos? Si llegan a sacar algo de alto calibre por igual esto se volverá una carnicería...—Comentó Trevor a sus compañeros, Brutus escucha que se acercan más pasos.

—¡Vienen desde las escaleras del primer piso junto a las del tercero, los cubro, sigan adelante! —Brutus dejo a Trevor y a Valiant, sacó más cartuchos y se atrinchero en la esquina del elevador y de las escaleras. Trevor asintió para dejar a Brutus y Valiant le secundo.

Luca arrastraba a Nan mientras el pánico comenzaba a oírse tras los gritos y disparos, no era extraño que los comensales vivieran en la paranoica de formar parte de un tiroteo. "Oh, el sueño americano" pensaba Genovese mientras arrastraba a Nan, este respiraba con pesadez, Luca encontró a otro grupo de sus hombres y les señalo sus espaldas. Genovese quería cogerse a ese pelirrojo ahora como una venganza directa contra Trevor, es cuestión de negocios. Pero debía darle tiempo, vio la parte trasera del restaurante, donde ahora había el inicio de una parte solitaria de aquellos callejones, botes de basura y un amplio muro —Perfecto, nene ya tenemos motel... —Balbuceo tambaleándose a un inconsciente Nan, esto no era por placer, esto, era una lección contra Rafael, contra su organización, aprovechando la cercanía que siente el perro Bulterry por Nan, aquel que quiere o que llegue a querer. Mac Mastín baja por las escaleras y debe apurarse a llegar a ese callejón.

Valiant empujo a Trevor al interior de una habitación, con la AK-47 disparaba contra el grupo de hombres que los querían retener contra ese punto del pasillo, Valiant le grita a Trevor. —¡Jefe! ¡Gas, tengo gas en mis bóxeres, úsalo! —Le señalo Valiant, sin importarle Trevor desabrocha rápido donde Valiant tiene guardado el gas lacrimógeno, lo saco y le volvió a abotonar los pantalones a su guardaespaldas. Rafael quita el seguro, sale de la habitación, Valiant abre fuego contra sus atacantes dándole la ventaja a Rafael de dos segundos para lanzar el envase, en el aire empieza a reinar el aroma a quemado que deja el disparar, casquillos en el suelo es lo que queda, el gas abruma la vista de los sicarios que trabajan para Luca.

Pero una bala le pega en el hombro a Trevor, esta suelta un bramido—¡BLYAT! —Estaba intentado no gritar mucho, se levanta del suelo, su brazo gotea sangre, pero tiene la adrenalina tan elevada que su dolor, aunque es agudo no deja de ser soportable. Aprovecha la confusión y la muerte de los sicarios en ese pasillo y vuelve a tomar su arma, se gira a gritarle a Valiant. —¡Voy por Nan! ¡No dejes que traspasen estas escaleras, dan al callejón, me lo voy a cargar y diles a nuestros hombres cuando lleguen que se carguen a todos en este restaurante, alguien nos abra visto! —Mac Bulterry bajo las escaleras, un poco mareado, mira un hacha que se encuentra en una vidriera contra incendios, rompe el cristal de un puñetazo y se lleva el hacha, sigue resintiendo el disparo que atravesó su piel, su cuerpo quiere desfallecer, pero no se doblega, a este paso se va a desmayar. Sale del restaurante para adentrarse a la oscuridad, sigue el rastro de sangre, Rafael siente su visión nublada, se detiene para sacar del bolsillo interior de su traje cocaína, la necesita para despertarse y elevar su sangre. Saca el polvo para luego colocarse un poco en la muñeca que tenga menos sangre, inhala la línea de cocaína y pega un gemido. Espabilado y lleno de energía decide continuar, puesto que se estaba desmayando, había aspirado parte del gas lacrimógeno que lanzo, no podía atontarse ahora... preparo su mente para lo que podría ver una vez se girara al callejón.

Luca le quitó los pantalones a Nan, Genovese había dedicado mucha parte de su tiempo a pegarle patadas y puñetazos a un molido y acabado Whalker, debes en cuando el mencionado escupía sangre de su boca, Nan seguía inconsciente pero su cuerpo estaba tan maltratado que era un milagro que siguiera vivo, pero si Trevor se tardara más lo hubiera terminado de linchar, le rompió la muñeca de tres pisotones, su cuello estaba lleno de arañazos, sus mejillas hinchadas por los golpes, el abdomen alguna vez blanco que tuvo Nan estaba tan lleno de golpes y patadas que tenía signos de que le rompió una costilla, las piernas llenas de más moretones, la boca de Whalker tira una mezcla de saliva, sangre y un diente a medio partir.

El italiano se agacho para desabrocharse los pantalones, haber golpeado de una manera tan brutal al pelirrojo le abrió mucho el apetito, tomo la ropa interior de Nan y la rompió directamente, viendo el vello pelirrojo en el cuerpo de su víctima, momentos después le metió un escupitajo en el inicio de la entrepierna a Whalker. —Vamos maldita puta... —Jala de los cabellos a Nan, tomando su rostro maltratado, arañándole la cara en el proceso, ya le había roto la nariz al pelirrojo, saliva seguía cayendo de la boca de Nan y este no podía volver así, Whalker estaba tan mareado que apenas y respiraba, en un estado de duermevela por el cloroformo, su mente no podía hacerlo volver por completo por la cantidad de golpes que tenía, esta paliza era mucho más severa y mortal que la que le brindo Richard, podría tener una contusión cerebral de dos golpes más en la cabeza.

Un disparo detiene lo que está haciendo Luca, grita de dolor, mientras se gira a ver a Trevor corriendo hacía el, para luego ser recibido por un puñetazo en la boca, Rafael lo aparto de Whalker. Mac Bulterry al ver en el asqueroso, brutal, mortífero y vulgar estado en que dejo a Nan se giró a ver a Luca, las venas del cuello le saltan de ira, su mirada le dio un escalofrío a Genovese, el italiano intento levantarse para huir, pero es recibido con una fuerte patada que le da Trevor contra la boca de su estómago. Le saco el aire del cuerpo a Luca de tremenda patada, haciéndolo rodar contra el suelo, aspirando y tosiendo en busca de aire. Genovese se topa con la imagen de Trevor con un hacha en la mano, dos momentos después el perro alzó el hacha y la dejo ir con escandalo contra el tobillo de Genovese, pega la cuchilla del hacha contra el pavimento, con aquel sonido que raspo la calle Trevor pudo comprobar que separo esta extremidad del cuerpo en un solo hachazo, Genovese hijo suelta un enorme alarido cuando pierde su pie.

Trevor le da una patada en la boca al italiano, callando sus gritos, un grito gutural que se ahoga entre sus gargajos. Rafael vuelve a airar el hacha para dejarla ir contra una de las manos de Luca, otra vez Luca grita al perder otra extremidad, su mano derecha salió tajada y ensangrentada contra un bote de basura por la fuerza con la que Trevor volvió a propinarle el ataque, esta vez la dejo ir contra el abdomen de Luca. La algarabía que salía de los labios del sicario no tenía nombre, la propia garganta le comenzó a escozar entre tanto grito, en un intento inútil por defenderse Luca manotea con su brazo amputado contra la pierna de Trevor, este apretaba los dientes iracundo. El estómago hecho trizas de Genovese se desprende de su cuerpo cuando Trevor eleva de nueva cuenta el hacha y la deja ir de otro certero golpe contra los intestinos, más gritos ahogados por saliva y sangre, la sangre mancha los pies de Trevor, orines salen disparados del pene al aire de Genovese por los esfínteres destrozados combinados con sangría.

Asqueado, excitado y deseoso de venganza el magnate suelta el hacha, tenía a su disipación a Luca moribundo, tal y como le intento hacer a Nan le jala la ropa interior destrozada y empapada por la sangre, orines, saliva, dejando desnudo el cuerpo partido en varios trozos de Mac Mastín, Rafael saca un largo falo erguido sobre este hombre asqueroso, nauseabundo, pútrido y despreciable buitre, su cuerpo le exige que tome venganza, la sangre del ruso clama sangre, sus instintos más salvajes son lo que domina su mente, con una depravación total le suelta un escupitajo en la cara a Luca tal cual le había hecho a Whalker. —¿Qué se siente? ¿Eh? Asqueroso, miserable, asesino...—Toma el cuello del italiano y lo comienza a ahorcar, a la vez que pega la primera embestida.

Entre jadeos y bramidos Trevor arremete el cuerpo del sicario, sus jadeos son callados al detenerse para darle otro escupitajo contra la cara de Luca, quien lloraba, tantos eran sus gemidos y lloros que termina vomitando contra el suelo, Rafael siente la mente en otro lado, mirando a Nan en el piso mientras sigue moviendo sus caderas en fuertes y ásperos embates, estaba triste, mirando a Nan en el suelo, momentos después Rafael comienza a llorar al recordar unos labios rojos sobre su piel, el aroma de las heces invade su nariz, agradece usar condón, su mente comienza a desperdigarse en una bruma oscura de recuerdos tortuosos en su tiempo en Rusia. "No, por favor, no quiero recordar ahora, mierda... ahora no, tengo que llevarme a Nan... no te pierdas ahora, no te pierdas ahora, vuelve en ti, vuelve en ti". Para su fortuna, un matón de los sicarios italianos sale corriendo a la parte trasera, estaba cubierto de sangre, mientras busca a Luca entre gritos.

—¡Señor Genovese! ¡Debemos huir, olvídese de vengarse de Rafael! ¡La Bratva está masacrando el restaurante con todo y personas! ¡¿Dónde está...?! —La frase se le quedó a medio cortar viendo a Trevor embistiendo al que fue alguna vez su jefe, eran los ojos de ese demonio alguna vez una persona, aquellos que veían la mirada de pupilas dilatas en ese delirio de éxtasis, asco, ira y regocijo que estaba viviendo Rafael supieran ver al diablo en ellos. Tembloroso se calló, observando al juez en el piso, el sicario se acercó hasta el Nan en el suelo para comenzar a subirle los pantalones y llevárselo para entregarlo a dedushka, como ofrenda de paz para salvar a sus compañeros, pero mientras vestía a Nan para cargarlo un grito le helo la sangre.

—¡HEY! —Trevor volvió a la realidad, furioso mientras apura los embates y llega al orgasmo de un empuje final, jadea con la sangre sobre su cuerpo, mirando con furia al sicario que se está llevando a Nan, el sicario carga a Nan rodeando el restaurante, en ese momento este sicario estaba viviendo una encrucijada, puesto que por un lado tenía a Trevor casi al borde de la maldita locura que le cubre la salida del callejón, la entrada al restaurante donde hay un puto tiroteo que se está llevando la vida de cientos de personas y por último, la vía más arriesgada de todas para ellos, ir al otro lado del callejón a la salida principal de la calle, donde hay transeúntes y vuelves al mundo ordinario para escapar del infierno organizado, se arriesgó y fue corriendo directo a la calle principal frente al restaurante, el sicario pensaba que Trevor no sería tan bestia, tan animal como para matarlo en frente de la calle... ¿Verdad?

Trevor se levanta del piso, abrochándose el pantalón y colocando el condón sucio en la boca del cadáver de Luca, sus sicarios llegan a la parte trasera, Rafael les señala el cuerpo destazado, el hacha y los dientes que le tiro a Genovese. —¡Llévense su cuerpo y el de su padre! ¡Yo voy por Nan! —. Tenía la adrenalina en las nubes, después del orgasmo su mente ya no razonaba las consecuencias de lo que estaba haciendo, de los actos degenerados que había cometido y que quiere seguir teniendo, corre contra el sicario que se lleva a Nan, se siente ligero y liviano, flotando en el cielo para luego, meterle un empujón al sicario en frente del restaurante, para su desgracia el restaurante está en una subida, por tanto el sicario deja caer a Nan contra la subida de escaleras y Whalker cae rodando contra dichos escalones, los transeúntes huían despavoridos al oír los tiros y gritos de las personas.

Genial otra parte del cuerpo rota que debía Trevor repararle a Nan, Mac Bulterry se agarra a puños contra este sicario, quien le pega un golpe contra la cara, Trevor saca de su pierna una cuchilla y se la entierra en el hombro al sicario, pero los fuertes puños del matón arrojan la cabeza de Rafael contra el pavimento, tomándolo de los cabellos y estrellando más de siete veces la cabeza de Trevor contra el pedrusco piso donde estaba, arrastrando su rostro contra la piedra y la tierra, Trevor saborea el sabor metálico de su sangre en sus labios y encías, le entran piedras contra la boca, pero se recupera para asestarle una acuchillada en la garganta al sicario, raja el cuello por completo. Sus ropas hechas un desastre, sudando y temblando, escucha las sirenas de la policía llegando.

El auto de uno de sus hombres sale disparado para irse con el cadáver de los Genovese, las partes de Sandro y lo que quedo de Luca. Brutus y Valiant se van de la escena, debían irse para pasar desapercibidos, iban a ir por Trevor de no ser por Emma.

La policía salió del auto apuntando con una linterna y su arma contra en Trevor ido, los de la Bratva tenían la instrucción de que en el caso que agarren a Trevor, irse y dejar que lo capturen para luego ser sacado de la cárcel absuelto de crimen, eso significaba que no podían más que esperar a que Rafael sea detenido, abatirse contra la policía después de una pelea contra otro bando está fuera de discusión por orden de dedushka.

A la escena ya había reporteros tomando nota, avisando del tiroteo que había suscitado en la madrugada.

Las manos de Trevor estaban cubiertas por los guantes negros, pero llenos de sangre, a su alrededor todo era ruido absoluto, sirenas de policía, sollozos y lamentos, flashes de cámaras que lo dejan casi ciego, autos pasando a velocidades absurdas, luces fosfóricas que se tuercen y lo hacen flaquear, los sonidos de embates salvajes resuenan en sus orejas, recuerda sus jadeos y los gritos de alguien, recuerda una explosión, gemidos y suspiros. Una mujer gritando que se arrodillara al suelo, un hombre muerto a sus pies, un agudo zumbido que conforme pasaban los segundos aumentaba de frecuencia, Nan estaba desfallecido en el comienzo de las escaleras, con vulgaridad golpeado y con el brazo derecho hecho puré, con patadas en las costillas, heridas y cortadas en la cara, la muñeca doblada a tal punto en el que se la habían roto. Cientos de casquillos caídos que pateaba para ir corriendo a donde estaba el pelirrojo inerte, salta los escalones de la escalera, en el rostro de Trevor descansaban golpes y moretones, la cara le arde y siente el frío nocturno contra su cara a medida que corre. Sus ropas antes lujosas y bien ordenadas estaban hechas jirones, su cabello poseía tierra del pavimento por las arrastradas en el suelo que recibió, un restaurante donde ni una sola persona quedó viva, un despilfarre de cadáveres y las paredes salpicadas de carmín, un cúmulo de disparos en la lejanía mientras hombres huyen como almas que lleva el diablo de la masacre.

—¡Manos arriba y de rodillas! —Gritaba Emma, mientras Trevor se arroja al suelo para llegar con la figura de Whalker en el pavimento, veía que Nan no se estaba moviendo, no parecía respirar.

—Hey... Whalker...—Ignoró la orden de la mujer, arrodillándose en el suelo y sujetando a Nan intentando moverlo, no reaccionaba por mucho que lo movía. —Despierta... ¡Hey! ¡NAN HÁBLAME! —Lo llamaba ahora zarandeándolo y asustado porque no reaccionaba, parecía un muñeco de trapo sin vida. —¡DESPIERTA! —Pegó un grito de desesperación absoluta antes de volver a estar consciente. —¡DESPIERTAA! —

—¡Suéltelo! ¡Dije manos arriba! ¡Abriré fuego! —Brama Emma en advertencia, pero no espera mucho, dispara contra Trevor una bala de goma, y este cae al suelo adolorido, le disparo justo en su abdomen.

Jordan estrella su auto contra un hidrante, pero sale corriendo para llegar con su hermano inconsciente en el suelo, Emma le había notificado que identifico a su hermano en el suelo ensangrentado, avisando por radio a Whalker hermano, Liam lo acompañaba en el copiloto para entrar junto con sus compañeros al interior del restaurante buscando indicios de vida en alguien, pero los refuerzos pertenecientes a la Bratva de Trevor se fueron como fantasmas del lugar, habían logrado escapar por las alcantarillas muchos de ellos. —¡NAN! ¡NAN! —El detective se arrojó al suelo para ver a su hermano, llorando para esperar a la ambulancia. —¡Hermanito...! —Lo llama una última vez antes de que una lágrima le escurra del rostro, enfrentando con furia los ojos de Trevor antes de que este se desmayara.

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2:00 AM.

Miranda llegó corriendo al hospital, cargando en un brazo a Lázaro, mientras pregunta a la recepcionista.

—¡Nan Whalker! ¡¿Dónde lo tienen internado?! —Preguntó Miranda mientras lloraba, pero momentos después Jordan se acerca hasta ella para indicarle a la recepcionista que él se iba a encargar de guiarla, apunto su nombre en visitas para luego guiarla. Lázaro estaba alterado mientras veía a su madre estresada. —¡Jordan por favor dime que está bien! ¡¿Necesita donadores?! ¡Dime para irme quitando el suéter! —Le explica Miranda hecha un mar de lágrimas, estaba asustada, estaba temblando mientras Jordan la conducía a la habitación de Nan, habían puesto al pelirrojo en un hospital privado por pedido de la madre.

—¿Papá está enfermo? —Lázaro preguntaba por su padre.

—No te preocupes Miranda, él está bien, pero se encuentra muy sedado ahora...—Explica el detective, momentos después llegó corriendo por los pasillos Adam.

Mathews fue avisado por Miranda del incidente, intentando encontrar gente que supiera con el paradero de Nan, puesto que se enteró de su desaparición, y esta le aviso momentos después el hospital donde tenían a Nan. Jordan intentaba calmar a Miranda, pero no sabía quién era el rubio.

—¡Espera! ¡Tú no tienes nada que hacer aquí! —Acusó al rubio, pero Mathews no era nada idiota, estaba seguro que esto tuvo que ver con Trevor y con su situación quería llorar de impotencia.

Adam sabía que si le decía que solo era su amigo lo echarían, tuvo que mentir. —¡Soy la pareja actual de Nan! ¡Por favor déjame verlo! —Suplicó y Jordan lo miro con los ojos bien abiertos, su hermano no le había dicho que ahora tenía pareja, pero le dijo que se había interesado en el rubio, Jordan estaba muy estresado conteniendo a la prensa, lidiando con la policía intentando calmar a Miranda, le dio el beneficio de la duda a Mathews.

—¡Mierda! ¡Está bien, te creeré, pero si noto algo extraño te las verás conmigo! —Lo amenazo Jordan, para luego guiar tanto a Miranda como al rubio en el lugar donde estaba hospitalizado Nan.

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El cazador soltó una sonrisa viendo la masacre que dejo aquella reunión entre perros y cachorros descarriados, no se creía que hubiera alguien que fuera en contra del lobo. —Colombina, ¿viste eso? Perritos ladrando como si fueran lobos, ESO, es digno de un payaso ¿y bien? ¿Le doy cuello a Bulterry ahora o tienes ganas de jugar? Habló desde un micrófono en su abrigo, la otra voz estaba silenciosa, distorsionada, la voz de un gruñido, la voz de un monstruo, la voz...de un lobo.

—No...— Contestó la voz tras el micrófono, sombría y seca.

—¿Te intereso verdad? ¿Al fin bajaras del Empire State a jugar con tu manada? —Preguntó el cazador, el lobo tras su micrófono no parecía estar ni contento ni enojado con las cagadas escandalosas que ha hecho Trevor, más bien, interesado más allá de lo que el mundo le pueda ofrecer, pero a la vez, como si su voz estuviera ronca, herida y carrasposa.

—Tal vez...—Murmuró. —Esto requiere medidas más específicas...hay que llamar a Sasha Petrova...—Informo esta voz ante aquel nombre conocido y desconocido, el cazador emite una carcajada.

—¿Quieres traer al lobo ruso? ¿No cree que exagera mi alfa? —Otra vez, fastidia a la figura que tiene tras el teléfono, como si todo lo que había sucedido fuera parte de un rompecabezas, un puzzle divertido para este hombre que juega con las almas y las vidas de los otros encuentra entretenido, al otro lado de la línea, se escucha un suspiro, tal vez muestra de que le agrada la osadía del cazador.

—Mac Bulterry debe comprender la gravedad de lo que hace...y para ello, lidiara con lobos y perros. Aquello de lo que nosotros huimos y reinamos sobre esta jungla de concreto. Agg...—Suelta un quejido, y eso preocupa a su habla escucha. —No haré tu preciado tiempo corto...llamaré a Petrova, y le diré que Nathaniel lo estará esperando en el Empire State...—El cazador apunto lo dicho en clave por su superior, sin descuidar como se llevan de la escena a Trevor, esposado y para luego ser colocado dentro de una ambulancia, puesto que estaba herido. —Nos vemos...—Y sin más le cortó la llamada.

El cazador tacha las figuras de los perros de la gran manzana, en total había diez perros de la élite. Y había ya dos muertos, ese número es muy específico, debían tener cuidado con Trevor y ahora también con Sasha Petrova.

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3:00 AM

Sasha Petrova abría sus ojos, había logrado robar un cigarro a un compañero carcelero de origen ruso como el suyo, aspirando el dulce aroma de su asqueroso vicio. —Ahh...siento como si hubiera tardado un tiempo vulgar y exorbitante en tener uno de estos...—Disfruta su momento para luego oír a un lacayo suyo en cubierto tocarle el hombro. —¿Qué verga quieres? —Demanda saber el joven y desaliñado Petrova.

—Tiene una llamada de espera con Nathaniel señor...—Comunica en silencio el ladrón de poca monta, señalando un celular robado que iba a recibir la llamada y la iba a tener supervisada para Petrova, no pueden escatimar cuando se trata del lobo.

Sorprendido, curioso y sonriente Sasha se termina el cigarro. —Pásamelo...—Le hace marcar un número y toma la llamada, se aclara la voz esperando la voz del hombre que más ha amado en toda su vida.

—Mi amor...—Llama con dulzura el lobo, y Sasha se sonroja, sonriendo y rascándose la nuca avergonzado. —Ha pasado un tiempo largo entre nosotros... ¿Cómo te ha ido?

—Oh, basta, me harás sonrojar hijo de perra, sabes que soy cursi...—Contestó Sasha bajo la luz de una sombra, los ladrones tienen que cubrir con sus cuerpos la llamada que está teniendo Sasha. —Bien cariño, en una eterna oscuridad de la que nunca había podido despertar, hasta esta noche que me necesitas. Eres cruel, me usas a tu antojo...cariño...—Susurra con voz melosa. —Me ha ido de puta madre, cuéntame mi amor ¿Qué necesitas que haga?

—Es Mac Bulterry... ¿has hecho todo lo que te he pedido que hagas? —Sasha contesta afirmativamente. —Entonces sabrás que necesito equilibrar esta balanza del caos que ha formado la llegada de caperucita roja, como lo teníamos planeado, pero... si nos descuidamos será nuestra condena, y necesito que...agg...—Suelta un quejido que pone en alerta a Petrova.

—¿Estas bien? —

—Mejor que nunca... te reunirás conmigo en un tiempo futuro mi amor...ansió verte... —Y volvió a colgar, mientras Sasha se iba de esas celdas, devolviéndole el teléfono al ladrón y este lo rompía en pedazos.

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Continuara... 
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Si quieren ver memes de este capítulo para bajarse el sabor agridulce vayan a la sección de mi nuevo libro llamado "Garabatos" encontrarán memes de diversas historias mías y entre ellas, memes del capítulo de hoy, nos leemos.
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