Capítulo 15: ¿Quién es Sasha Petrova?
—Negativo...—Menciono Emma, mientras le mostraba las pruebas de ADN a Whalker, Jordan suspiro de alivio, las muestras de sangre que se encontraban en la réplica falsa del broche idéntico al que tenía su hermano mostraron un resultado incompatible y le alegraba que estuviera descartado como sospecho. —Pero... emm, sigue habiendo dudas de esto... —Explica Emma y saca de su gabardina el broche, lo traía para analizarlo. —Hicieron una réplica de este broche... y me parece una rareza que lograrán hacer tan "perfecta" replica bañada en oro falso...—La detective sacó más papeles. —A menos claro, que no sea del todo perfecta. Investigue sobre donde pudieron realizar esta replica, y cada que la comparo con la de tu hermano, noto que no es totalmente precisa... tiene muchos fallos. Las mancuernillas parecen hechas a la carrera...—Ella había quitado el oro falso dejando una plasta de plástico color menta que hacía la función de molde falso. —Este material transparente es acrílico, es el que se usa para hacer las uñas postizas, el color interior menta es el molde, descubrí que el molde de aquí tiene la marca de que fue hecho por una joyería de fantasía e imitaciones hechas con bisutería en Fantasy Accessories, ubicado en Steve Madden, paso cerca de ahí para comprarme cosas en Zara, se dónde es. —Explicó ella, mientras Jordan asentía.
—Fue hecho a pedido... —Era lo más probable, ese broche estaba para sacudir su mente y vaya que lo logró. —Y por visto no tenía las medidas exactas de él... —Jordan se levantó del escritorio, donde tenía desglosado la etimología del mensaje que les dejaron. —He estado leyendo este trozo de papel unas doscientas veces "Mac Bulldog fue mordido hasta la muerte, los sabuesos buscan el rastro de muchos perros, el cazador quiere atacar a la madre de un ruiseñor enjaulado dentro de su mente, caperucita roja está en peligro. ¿Aullaran los perros a la luna antes de que me muerdan a mí?" —Jordan recitó nuevamente el mensaje, intentando ver si había otra pista en él. —Tenemos varios sujetos, hasta donde he averiguado tengo mi hipótesis. —Carraspeo y habló. —... Mac Bulldog, la víctima, fue a quien mordieron hasta la muerte. Los sabuesos, probablemente la policía. El cazador... la posible mente maestra detrás del asesinato. La madre del ruiseñor... emm no estoy seguro, pero por el momento interpretare que se trata de otro individuo, posiblemente femenina que sea posible cómplice o víctima. Los perros como las manos en la operación del asesinato, quienes mataron a Richard netamente guiados por el "cazador" y "caperucita roja..."—Jordan apretó los labios no muy contento de la interpretación. —Creo... que se refiere a Nan... por la bufanda, Nan siempre sin falta usa la bufanda roja...—No le estaba gustando por donde tiraban los hilos, mencionar que su hermano estaba en peligro solo le erizaba la piel de miedo. Es una teoría, pero no la puede descartar, Richard y su hermano estaban entrelazados a un pasado tormentoso.
—Muy bien, entonces, preguntaremos por la bisutería y... tendremos que interrogar a Nan de todas maneras... no podemos descartar que intenten lastimarlo... —Cuando ella dijo eso Jordan la miró con el ceño fruncido, era obvio que la idea no le gustaba para nada. Pero no tenían de otra. —Le diré a Liam que lo traiga, esto no puede tardar más, hasta ahora solo tenemos a Nan como guía...—Emma llamó a Liam, quien apenas venía al departamento, hablar de un asesinato es la forma perfecta de empezar ese jueves. Tras llamar al novato e indicarle que pasara por el hermano de Jordan volvió a ocuparse con su compañero.
—Muy bien... ahora... lo que más nos importa. ¿De quién es el ADN? —Jordan hizo la pregunta y ella titubeo, su rostro no auguraba nada bueno.
—Mira, juntando la sangre y las muestras que encontré en el cadáver... si logré encontrar un nombre en nuestro sistema, de un tal Sasha Petrova, pero... —Ella sacó la ID del mencionado. —Es un niño de quince años, familia inmigrante de origen ruso que buscaba la buena vida en América...—El sospechoso era caucásico, ojos sin vida, pelo enmarañado.
—Bueno... tal vez quieran inculpar al niño...—Refuto Jordan, no era raro ver que utilizaran a niños como chivos expiatorios.
—Ese es el problema...—Luego, Emma puso un acta de defunción sobre sus narices. —Sasha lleva muerto trece años... —Ante esa noticia Jordan se quedó mudo, preguntándose qué diablos pasó.
—En el sistema te aparece muerto... ¿No te aparece si se cambió de nombre? —Jordan buscaba algún indicio entre los papeles que les diera una pista sobre ese chico.
—No... nada, Sasha está muerto...—Emma al igual que Jordan lucía confundida, era absurdo.
—Pero su ADN está en el broche, esa sangre es fresca...—Intentaba explicar el detective. Era imposible mantener en tan buen estado una muestra de sangre y que perdure durante años. —No, ese tal Sasha está vivo y si hace falta iremos a buscar su tumba.—
—¿Intentan arrastrarnos a un callejón sin salida con Sasha? —Emma guarda los papeles para tenerlos presentes. —El cadáver de Richard esta JODIDO lo que sigue, solo sabemos que un clavo fue lo que lo mató, pero solo conseguimos donde arrojaron el cadáver, es obvio que lo quemaron en otro lugar, tiene tantas porquerías encima que me da pavor, han tratado a Richard como algo de que deshacerse. ¿Por qué el cadáver esta tan limpio? ¿Quién le enseño a este asesino/a que puede limpiar un cadáver quemándolo? ¿Es un pirómano acaso? El pene cercenado hecho chicharrón tal vez nos diga algo...—Emma se sirvió otra taza de café, llevaban unas buenas horas sin conseguir más información, carecen de todo.
—Mierda Emma... quien sea que hizo esto, me da a entender que no es la primera vez que mata a alguien...—En parte Jordan tenía razón. —Esto, es obra de alguien cínico, sin escrúpulos y cuya moral esta extinta, este asesinato fue premeditado... es como si ya supieran exactamente qué hacer para no dejar huellas, ni muestras de nada y mandarnos directo con un asesino que ¡Oh, sorpresa! Ya está muerto, aunque si lo vemos de otra forma, parecía presumir su logro... —Tendrían que esperar a que Liam fuera por Nan, tal vez haya un patrón de conducta. —Piénsalo... dejaron una nota, todavía no sabemos si es ajena o no al homicidio, pero si se trata de un narcisista presumido...—
—Tenemos a un asesino que presume de matar a quien quiera... eso no deja bien parado a tu hermano. Una de dos, o es Nan el asesino o quieren matar a Nan... —Sentencio Emma arrugando su rostro en miedo, si acertaban en su teoría, Whalker podía ser la siguiente víctima o darse a la fuga en cualquier momento.
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Cuando abrió sus ojos, solo sintió estragos del curioso sueño iluminado por el amanecer y el frío del aire acondicionado, Nan abrazo la tela de la sabana, aquella tela era más suave de lo que recordaba, un dulce aroma a lavanda inundaba su nariz, contempla a su alrededor, la repisa llena de trofeos como el campeón invicto en torneos de ajedrez; medallas de esquí, varios trofeos en concursos de oratoria y más. Un estilo en grises cubría aquel lugar. —A su lado, Rómulo había encendido una pequeña lámpara proveniente de una mesa de noche, cubierto parcialmente por la sombra de la habitación—. Traía puesto unos lentes, tomando un café y leyendo unos papeles que desconoce que digan, quizá algo sobre su campaña o tal vez alguna idea para el senado; planes de seguridad o estudios, quien sabe. Nan se enderezo en silencio de su lugar, amaba ver la concentración con la que Rómulo leía, lucía guapo, el senador deja la taza de café que bebía para saludarlo, ignorarlo habiendo dormido en la misma cama sería muy grosero de su parte ¿No?
—¿Te desperté? —Preguntó mientras dejaba los papeles en aquella mesa. Quitándose los lentes se vuelve a verlo, Nan recuerda vagamente que Smith ya tenía astigmatismo desde que estaban en la universidad. Ve al lado de la mesa un pequeño recipiente donde parece guardar sus lentes de contacto. Whalker niega con la cabeza.
—No te preocupes... ya decía yo que era raro verte sin lentes. ¿Cuándo empezaste a usar los de contacto? —Pregunto a la par que se enderezaba, traía puesta una pijama que le prestó Smith, los tonos de Rómulo en muebles y prendas se parecen, les gustan colores sólidos, una pijama azul oscuro y ya, por visto ambos siguen compartiendo pequeñas cosas en común, Whalker se estira unos momentos. Observando que su antiguo departamento; donde vivieron juntos los últimos días de su relación había cambiado mucho.
—Desde que aparezco en televisión o alguna red social, como Youtube, Facebook o... ¿Twitter se llama? Bueno, el caso es que me recomendaron usar lentes de contacto para leer mis reportes en vivo, en un mes tendré vacaciones, aprovechare a hacerme una cirugía para mi problema. Ya que como verás, me desgasto mucho la visión... —Luego colocó los lentes en la mesita, mirando a Nan, si bien ambos no pasaron de uno que otro beso en la noche... igual era un ambiente íntimo y precioso estar juntos sin más. Era lindo, les traía buenos recuerdos. —Espero mi pijama no te quedará muy grande... —Se burló Smith, mientras Nan negaba con la cabeza.
—No creas, me quedo bien, solo más suelta de las piernas, ¿acaso creciste? —Ambos compartían un sonrojo en las mejillas.
—Gracias por traerme anoche a mi casa, le ahorraste una vuelta a mi chofer. —Su chofer se fue antes de lo planeado y no tenía quien lo dejara en su casa, ambos se miraban de reojo, como si desearan decir más cosas que solo trivialidades. —Por cierto, le pedí a mi cocinera que nos trajera el desayuno hasta que despertaras, aunque ya me tome un café. ¿Quieres uno o jugo? —Pregunto mientras se ponía de pie, a diferencia de Nan, Smith solo traía puesta una camiseta de tirantes y pijama holgada, se acerca a un cesto colocado cerca de su armario, saca la ropa de Nan. —También lavandería ya trajo tu ropa, te la dejo en la cama o puedes seguir en pijama si quieres, sé que te gusta estar cómodo —Rómulo conocía muy bien las preferencias de Nan, después de todo, estuvieron juntos casi ocho años.
—Emmm, un jugo me agradaría... gracias por la ropa. —Menciono el pelirrojo, tomando sus prendas, admirando que su bufanda estaba bien doblada y su broche por encima, debía ponerlo él mismo de nuevo. —Je, espero no hayas metido a lavar el broche. —Nan tomó dicho adorno, mientras Smith no sabía cómo decir lo siguiente, se armó de valor.
—No esperaba que... siguieras usando el broche... pensaba que te parecía muy vistoso. —Ese broche tenía un valor muy especial para Rómulo, se lo había dado su abuela y en un aniversario se lo regalo a Nan, como uno de los tesoros más preciados que tenía.
—¿Cómo podría no usarlo? Me confiaste un objeto muy valioso, claro que lo usaré y lo cuidare. Ha sido mi adorno durante años. —Se sinceró Nan, mientras jugaba con sus manos nervioso. En efecto, Whalker lo usaba porque Rómulo confiaba en él, sabía que lo cuidaría bien y que le daría un buen uso. —Incluso cuando cambio de bufanda sigo usando el broche, ¿sabías que hay un extraño rumor en el que piensan que este broche vale millones? La prensa ya no sabe que tonterías inventar...—reía para variar, dejando que Smith solo lo mirase divertido.
—En realidad sí lo vale, es una reliquia familiar. Fue dado como pago por un miembro de la realeza real Británica a un tátara abuelo mío, sino mal recuerdo tengo un certificado de autenticidad que menciona que lo uso el rey Guillermo III de escocia, quien se alío a la corona británica después. —Sin más dejo mudo a Nan, mientras este lo observa estupefacto. Smith ríe y se acerca a un escritorio que tiene no muy lejos, de un cajón saca una pequeña caja y de dicha unos pequeños papeles. —Sip, aquí están, certificado de autenticidad y su valor estimado en el mercado equivaldría tal vez... a unos... ¿Cuánto, 1.4 millones de dólares? Si lo subastas tal vez intenten pagarte más. —Sin pestañear, dejo la caja en manos de Whalker, quien estaba impactado con semejante regalo entre sus dedos. Rómulo tuvo esa caja a la mano durante años, esperando que este día pasara.
—¡Oh por dios Rómulo! ¡He usado por años este broche sin saber que valía una fortuna! —Al instante Nan tomo el broche, con sumo cuidado de rayarlo, ya no vería ese regalo como antes.
—¡Jaja! Es divertido ver tus reacciones. Planeaba decírtelo hace mucho... estaba estimado en mi herencia cuando mi abuela falleció, por aquel entonces mis padres me habían echado a la calle cuando... les dije que eras mi pareja... —Rómulo vivió muchas cosas con Nan, eran la primer relación del otro y sabían que tomaron una sabia decisión al estar juntos. —Empeñe ese broche muchas veces, me salvó en momentos que de verdad no teníamos para comer, ¿recuerdas? Apenas y podíamos pagar el alquiler de un pequeño departamento que no tenía más que un colchón húmedo y sucio para nosotros... —Diablos, a su edad, era sencillo ponerse sentimentales como en ese momento, recordando cuando quedaron en la calle porque sus padres no aceptaron su relación, excepto la madre de Nan, quien siempre les mando dinero a escondidas de su padre; y les otorgo tiempo después un departamento que ella misma pagaba mes a mes para que pudieran vivir, se salvaron de la ruina.
—Cuando me decías que cobraste dinero o que te dieron un bono... ¿habías empeñado este broche? —Whalker ya estaba llorando, para que mentir. Aún se estimaban mucho. La prensa había ennegrecido la realidad que rodeaba a Rómulo, acusaciones falsas sobre acoso sexual, tráfico o lavado de dinero sin trasfondo. Eran solo mentiras dichas para arruinar su campaña que quedaron marcadas para toda su carrera. Y Nan... se engañaba así mismo con aquellas pesadillas, en su punto donde sus peleas eran diarias, su memoria quedó turbia de tantos malos ratos... pero, siempre se recordó los buenos momentos. Olvida lo malo, piensa en lo bueno.
—Te mentía, apenas y me pagaban cincuenta y seis dólares por día, literal, el salario mínimo por jornadas de ocho horas ayudando en financiar mi carrera política, ¿qué podía comprar con solo mil setecientos dólares al mes si solo la renta nos costaba mil? no tenía un maldito centavo para traerte pan a la mesa... Tuvimos auténticos días de perros, apenas comíamos —Rómulo sabía cómo ganarse su corazón otra vez, era el tipo de personas que amaba Nan, sentimental y romántico, Whalker recuerda muy bien esos días, mientras dormían pegados al piso... y no lo dejo solo nunca. —Recuerdo perfectamente el día en que me viste llorar por lo desesperado que estaba, no podía lidiar con todo, dios... vaya que quise suplicarle a mi papá que me perdonara por nacer así, recordando cómo me llamaban fracasado y que no lograría jamás nada de lo que tengo hoy día... incluso pensé en dejarte... pero tú no. —Y lo miro directo a los ojos, con una sonrisa cálida en sus labios. —Tú te quedaste... tú creíste en mi... —Sin más, se sentó a su lado, en el borde de la cama. —Ahora míranos... yo al fin senador y tú... un secretario de juzgado, próximamente juez y padre de un niño muy adorable. —Smith mira al pasado, jactándose de que habían logrado todo lo que les dijeron que nunca podrían lograr, con horas, años de trabajo y esfuerzo, labrándose un camino a la cima.
—Cuando me diste el broche... fue un año antes de que... —Deseaba mencionarlo, pero Rómulo alzo la mano en gesto sumiso, pidiéndole amablemente que no lo hiciera.
—Es un tema delicado todavía para mí, espero comprendas... —Pidió Rómulo, mientras Nan asentía.
—Entonces el broche... ¿era más que un regalo? —Pregunto Nan. Y se miraban como si las vidas se le fueran en ello, queriéndose tal y como recordaban.
—Nunca pensé que el broche funcionaría como anillo de bodas, porque vamos es un broche, pero... saber que lo has usado todo este tiempo... me hace feliz... —Tomó la mano de Nan, sujetándolo firmemente con una sonrisa. —Gracias por creer en mí cuando nadie más lo hizo...
Sin más Nan lo abrazo de vuelta, como nunca antes, sentía que había escogido al novio perfecto en su momento, al fin había hecho las paces con Rómulo.
—Ahora que se todo eso... no sé si podría aceptar algo tan valioso... —Nan ahora comprendía lo valioso y lo mucho que significaba para Rómulo. Este inclina su nariz sobre los labios de Whalker.
—Bueno, seguirá siendo tuyo, puedes seguirlo usando o venderlo si quieres. —
—¡Nunca podría venderlo! —Le regaño Nan.
Cuando se separaron y fueron a desayunar Whalker arrugo la cara al ver el brócoli en su ensalada.
—Diablos. ¿Sigues poniendo brócoli en mi comida? —Le reprendió.
—La condición de tu madre para que estuviéramos juntos es que durante cada día de cada desayuno que tuvieras conmigo era que por lo menos hubiera un vegetal en tu plato. —Recordó Rómulo, mierda, él era el mejor de los dos en recordar detalles tan pequeños como ese. Sin más siguieron bromeando. Nan no atendió por primera vez en años su teléfono, no importaba nada más ese día que ellos dos. Era el inicio de un jueves perfecto.
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Los árboles negros se ciernen sobre su cabeza, mientras las hojas vuelan en un viento olvidado de dios, cubierto bajo el manto del diablo y el valle de los muertos. No era la primera vez que Trevor se sumergía en ese oscuro lugar, podía decirse que su mente tiene infinitos pasajes, todos con puertas y cerrojo, con clave para tener derecho a entrar, esos eran sus sueños, lugares que podía controlar a voluntad, desde hace mucho se atrevió a tener sueños lúcidos, controlarlos, ser dueño de sus propias acciones y emociones.
Todo en ese lugar era de lo más normal para Rafael, cuerpos desnudos mientras se besan y se acarician, dolor en el placer al notar la carne despellejándose y ardiendo en llamaradas, sonríe, todo tan cotidiano como siempre, entrar a su mente, era entrar al infierno. Hasta que, entre las penumbras, vislumbro esa maldita bufanda roja. Y todo se tiño de luces cálidas, desde olivo a dorado, rosado y púrpura.
Por primera vez en años, alguien burló su mente, ni siquiera cuando gustaba de follarse a Adam logró pasar. ¿Qué mierda hacía aquel abogado, caminando tan a sus anchas por los caminos de su mente, como si fuera el dueño de una casa, algo que le pertenezca por derecho de nacimiento?
—¿Qué haces aquí? —Preguntó Trevor, desnudo a merced de Nan, quien lo debilitaba con su hermosa sonrisa, perlas alineadas, hoyuelos pequeños, belfos rojos, mirada marina, que lo observa desde dentro, conociendo todos sus secretos y pecados, y a la vez... tenía tanto miedo cuanto más tiempo pasaba, nunca se había sentido tan al descubierto, por primera vez en su mente se cubrió la desnudes.
—Me invitaste... —Explico Whalker, con esa suave voz, sus ojos lo enervaban, eran tan dulces, lo seducían con solo su mera presencia, su sonrisa tierna, sus mejillas regordetas, su timidez al jugar con sus manos al hablarle, es como si de verdad fuera él.
—No, yo jamás te invitaría, ni a ti ni a nadie, largo de mi sueño... —Reclamo apenado, queriendo llorar y gritar a partes iguales, pero algo se lo impedía.
—Pero tú no quieres que me vaya, además, me diste un regalo... —Cuando dijo aquello, de los pliegues de su bufanda, sacó un pequeño corazón de papel, arrugado y maltrecho, pisado y humillado como si fuera una vil cucaracha que hubiera de matar, eso era su corazón, un maltrecho y arrugado órgano que no valía la pena cuidar, estaba destrozado, cachos disparejos caían al suelo, quemados por la avaricia y pecado. —Me lo regalaste hace unos momentos... oh, esta tan maltratado, solo necesita un poco de cuidado... tal vez haya salvación... —
Cuando reconoció aquello, gritó, asustando al Nan de sus sueños.
—¡NO! ¡DAME ESA PORQUERÍA! —Le arrebato su corazón maltrecho, volviendo a ocultarlo entre sus manos, que se queman de dolor, arden como las brasas del infierno. Le daba la espalda sin importarle la situación.
—Tú me lo diste... ¿Cuál es el problema? No te haré daño...—Sincero el pelirrojo, cuyos ojos eran la inocencia misma, era demasiada responsabilidad hacer eso.
—¡Todos dicen que no te harán daño! ¡TODOS! ¡Yo ya sufrí demasiado esperando al indicado, ese tiempo se acabó! —Tomó el papel entre sus manos y lo partió en pedazos, lo despedazo, luego arrojo los restos al piso, deseando se calcinaran en las llamas del olvido, escupiendo con asco, asco a sí mismo, pero Nan se agacho y tomó los restos del corazón, que ahora eran una masa chamuscada de papel quemado.
—Ahora es mío... —Dijo con una sonrisa, como quien aceptara un pedazo de basura de regalo a los ojos de Rafael.
—¿Sabes lo que he hecho? ¡Es absurdo! ¡¿Cómo podría quererte si ni siquiera he tenido sexo contigo?! —Reclamó saber Rafael, buscando y rebuscando en el interior de su mente una respuesta.
—Hay muchas formas de demostrar amor...—Se explicó el pelirrojo. —El amor está en... una caricia, un cumplido... un beso, un momento, una canción.... un pensamiento o en un sueño...—Cuando dijo aquello, el corazón brutalizado entre sus manos, tomó color, un color rojo, vivo y palpitante, aún contrahecho pero... mejorando.
—¿Después de lo que has visto de mi mente? ¿Las personas que he destruido? ¿Las que he masacrado? ¡¿Crees que siquiera me lo merezco?! —Trevor reclamaba todo lo que pudiera, pero las respuestas de aquel Nan lo hacían llorar en rabia y amargura, porque sabía que no era así.
—No estoy hablando de que lo merezcas... pero sé que... todos en el fondo queremos amar y ser amados... independientemente de los crímenes que has cometido... sigues siendo humano... todos necesitamos esto, queramos o no, lo merezcamos o no, ese sentimiento va a permanecer no importa que hagas... ¿No es así? —Whalker podía romper sus barreras tan fácilmente y eso le daba miedo, miedo a sentir, si, será todo lo que quiera, pero sigue tan solo, no merece salvación ni redención, no siente perdón ni arrepentimiento...
—...ojala la vida real fuera tan fácil... —Susurro Trevor, viendo a los ojos del otro.
—¿No sería maravilloso olvidar que eres un monstruo? ¿Enterrando el pasado con Sasha Petrova? ¿Olvidar a Greg, aquel hermano que solo te ha traído miseria? ¿No te gustaría vivir conmigo y ser feliz, al fin feliz de verdad y no aceptar esa felicidad monetaria? —Ese Whalker endulzaba su mundo con tantas y bastas mentiras, las paredes de su mente se vuelven color rosa pastel, amarillo dorado, suave púrpura, mancillándose con la negrura del verde, naranja... tantos colores en un mar de emociones peligrosas que amenazan con ahogarlo.
—Te estoy idealizando... —Reconoció Rafael, frunciendo el ceño, las paredes se volvieron bruscamente negras, al punto en que la oscuridad misma parecía palidecer a su lado. Dominara sus sueños todo lo que deba, jamás se dejará llevar, ÉL era el amo de su mente, nadie llegará a decirle como debe sentirse, que hacer y qué no hacer... nunca más nadie le dirá como debe vivir. Si él era un monstruo eso no le debía importar a nadie. —Me denunciarías, intentarías que mi esfuerzo se caiga en pedazos, destruirías todo en lo que he trabajado...
—¿Llamas trabajo a todo aquel mar negro de corrupción y vicio inhumano? —A veces tenía otro rostro, pero siempre había una muy diminuta voz de la razón en su mente, pero ya era demasiado tarde para todo, para vivir, para sentir, ese era su mundo, su vida. Nan era aquella duda en su mente.
—Si. Es mi trabajo... te guste o no... tú opinión me la paso por los cojones, que te quede claro...—Rafael tomó por los hombros al pelirrojo, mirándolo severamente. —Esta es mi mente, sácate esa maldita ropa... —Lo ordeno y por más que se esforzaba en relacionar el cuerpo desnudo para hacerlo idéntico, no podía desnudarlo, ni tampoco quitar sus ropas, era incapaz de hacerlo.
—Oh Trevor... tú no quieres eso, ¿es genuino interés? ¿Es verdad que te gusto tanto? ¿Fue un flechazo espontáneo de cupido tal vez? —Cuando Nan dijo aquello colocó una mano en el pecho de Rafael, y donde quedó la palma, había una flecha clavada firmemente donde yacía su corazón, sangra en un intenso mar de sangre negra, alquitrán de su podrido interior.
—No lo es, solo quiero cogerte y punto muerto... —Lágrimas saladas caían de sus mejillas, mientras se encogía, ahora Nan era más alto que él, Trevor ahora estaba vestido en harapos, como recordaba los uso cuando era un niño perdido en las calles, vendiendo tachas para vivir y rodeado de amargura y dolor, lloraba mientras la flecha sigue sangrando, la toma y se la saca de un tirón. Ahora Nan tenía un cabello diferente, más castaño tirando a mechones rubios, que se pierden con el pelirrojo. No recordaba cómo se veían los ojos, era muy pequeño para recordarlo, no tenía barba, pero tenía esas pecas hermosas que tanto recuerda grabarse en su mente, no sabía que rostro poseía cuando se despidió, pero si recuerda su sonrisa.
Ese era el verdadero él, un tonto mocoso asustado del mundo, pero se terminó, el mundo pasó mucho tiempo comiéndose su felicidad, ahora ya no da lástima, ahora da miedo, a la mierda con ese mundo que lo trató como basura. Todos podían irse a la mierda... Excepto se dedushka, sus gatos y Nathaniel...
Nathaniel... ha pasado tanto tiempo, pero aún recuerda su sonrisa, mira la silueta de Nan, tenía su misma felicidad, contagiosa, con su luz alumbrando el oscuro camino de la perdición.
—¿Sabes? —Dijo la aniñada voz de Trevor —Te pareces mucho a él... la misma luz, misma personalidad, misma voz... ¿Por qué es tan difícil encontrarte? Llevo muchos años buscándote... años vagando en el fondo de la podredumbre humana, quiero verte sonreír en primavera, como prometimos... quiero que veas todo lo que tengo ahora, quiero que estés orgulloso de mí. —Dijo Rafael mientras lloraba y se abrazaba a la imagen de Nan. —Y entonces, cuando te encuentre... ¿Estaremos juntos no? Seremos... más que amigos, ya soy un hombre, ya puedo tenerte... —Y la imagen de Trevor creció, hasta llegar a la altura actual que tenía. Abrazando a Nathaniel por debajo de sus hombros...
—¿Sientes que traicionas lo que más amaste de Nathaniel no? ¿Qué tiene de malo amar? Ahora tu corazón quiere sentir la dicha conmigo. ¿Porque no quieres intentar...? —Pregunto la pequeña figura que se pierde entre sus brazos musculosos, un cuerpo con calor y vida, lleno de alegría.
—No, no creo, conozco lo que siento mejor de lo que parece... Nathaniel es especial, es de las únicas y pocas cosas buenas que me ha dado este maldito mundo repleto de moscas en el culo de dios...—Para Trevor, la raza humana fue hecha a imagen y semejanza de las moscas, que se alimentan de la mierda de otros, escarbando en su odio y desperdicio, que otra felicidad había sino de alegrarse de la miseria ajena. ¿No te da felicidad saber que alguien está peor que tú? ¿Entonces por qué lo tomaban como algo bueno en decir "mira, podríamos estar peor"? Trevor fue ese peor en algún momento de su vida, era ese niño vagabundo al que le regalaban unos centavos no por genuina lástima, sino para que dejara de apestar alrededor de aquellos por los que mendigaba caridad.
La miseria, era aquello que te dejaba ver quien era genuinamente humano y quien era genuinamente un bastardo aprovechado.
Y de las moscas nacen más moscas, ahí estaba Trevor, otra mosca más que busca rapiñar esa falsa felicidad, intentando alcanzar lo que le mostraron era genuino interés, preocupación por otros que no fuera superficialmente.
—Entonces, búscame en una sonrisa genuina... —Le dijo la figura, abrazándolo de vuelta. ¿Cuánto duró ese abrazó? Solo sabe que no lo suficiente.
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Trevor se levantó del viaje, al fin terminó, carajo, esas sales de baño vaya que lo hacía volar pero a la vez lo mantenía tan cerca de todos, quedarse dormido en medio de ello le hacía soñar tonterías. A su lado su gatita Nena estaba recostada, alimentando a sus bebés, apretó los ojos y miró la habitación, totalmente vacía. Estaba en su cuarto... "especial" por así decirlo, donde a veces simplemente se sienta a drogarse un rato.
Lo crean o no, ahí entre esas cuatro paredes, ha logrado conseguir los contratos y planes que le han conseguido su fortuna, porque necesitaba hablar frente al espejo de la habitación, ensayar y ensayar hasta que él mismo pueda convencerse de aceptar la corrupción. Lo que más anhela es el dinero, fue en esa habitación donde pudo plantear e inducir a Adam para surcar ese mismo camino. Su garganta le hizo carraspear por alguna razón, tosió un poco.
—No lo sé...— Recuerda dijo Adam mientras veía el contrato, donde firmaría que, además de modelaje, aparecería en videos porno, Trevor le consiguió mejores prestaciones de las que podía tener una prostituta de Ámsterdam, y eso era decir mucho, porqué Brigadeiro le convencía por igual, era un muchacho cuyas decisiones eran impulsivas, pero... aparecer en pornografía...
Trevor lo recordaba muy bien, había algo en ese Adam que magnetizaba a Rafael, era más inocente, en contraste del muchacho seguro que conocería tiempo después. Era lindo, torpe pero atractivo, confiado de sí mismo... además su sonrisa... era muy linda también. Las pocas veces que lo vio sonreír genuinamente le bastaron para querer tener esa sonrisa cerca suyo. ¿No a día de hoy Adam sigue a su lado?
Cada que sonríe, recuerda la falsa inversión que realizó con tal de que estuviera amarrado a su lado. Nadie entendería si les explica que amarro a una persona a su lado por su sonrisa, eso se lo llevará Mac Bulterry a la tumba.
Adam titubeo muchos minutos, mientras su oreja era endulzada por Brigadeiro, su ídolo favorito, permitiéndole embrujarlo con el dinero, y próximamente, hacerse socio suyo, necesitaba una cara famosa, el epítome masculino para vicepresidente, Brigadeiro hizo que Adam entrara como "competidor" de Rafael, aunque ambos se benefician del mismo dinero.
—¡Eres un maldito corrupto! —Le reclamó Mathews un día en su oficina, cuando leyó el fraude y se lo hizo reconocer Devon. Rafael fumaba un habano, sonriéndole.
—¿En serio te molesta? ¿Acaso es malo cuando conduces tu Ferrari? ¿Es malo cuando vas de vacaciones a Los cabos? ¡¿Esa corrupción es mala cuando follas con todos los hombres que te gustan?! —Nuevamente le lavó la cabeza, reclamándole los lujos que se da en su nombre. —Gracias a mí, no te prostituyes en las calles por centavos, chupa vergas malagradecido... gracias a mí es que te has presentado en tantas pasarelas, gracias a mí eres alguien y no un don nadie... —Recordó Trevor todos y cada uno de esos puntos.
Y Adam lo entendió, conocerse en aquel bar fue la peor decisión en su vida, por él está amarrado a esa enorme red de corrupción y prostitución, Trevor era un proxeneta, una escoria de lo peor. Y entendía que lo engaño, lo burló para quedarse en ese mundo, a su lado sin desearlo.
—Me cagas... —Confesó Adam, nunca había llorado en frente de Rafael hasta ese día, Trevor pudo reírse en su cara, pero... era la segunda vez que traicionaba tan directamente a alguien que mínimamente le agradaba. Adam lo odiaba, por culpa de Trevor es que seguía en la industria, por parte de Rafael... que lo odie, a hoy día, Adam no volvió a llorar en frente suyo, era un chico que aprendió muy tarde de esos errores y cada que quería salir del camino en el que Trevor lo indujo. A base de excesos y drogas lo obligaba a volver a su lado.
Era un ciclo infinito e inacabable de malas decisiones, Trevor no necesitaba que alguien se lo dijera, era terriblemente malo para la vida de los demás, mira el espejo frente suyo, analizando sus ojos, no pudo evitar pensar en su némesis...
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Nan salía del juzgado a un pequeño descanso de la mañana para ir a desayunar, con ojeras en sus ojos y cansancio, la "visita" del juzgado de Washington les estaba consumiendo la vida, ya llevaba tres turnos matadores, sin contar que se desveló platicando con Rómulo y antes con Jordan, Samuel aprovecho el día libre, le comento que su hermana venía a visitarlo desde Atlanta junto con sus sobrinos, pero que de todas maneras trabajaría desde casa. Whalker, siendo el secretario de juzgado y en vías de esperar los resultados del examen que presentó para juez, debe ir a trabajar incluso en días libres, por menos aprovecha el feriado para trabajar hasta la hora que desee. Fue a los estacionamientos a por su Mazda, hasta notar que un joven le esperaba cerca de su auto, un muchacho de apariencia gringa latina de piel tostada, ojos avellana y cabello al ras. A juzgar por la pistola en su bolsillo y la placa que traía a la mano, era un poco obvio que era.
—Buenas tardes Sr. Whalker soy el detective Liam Harper y...— El muchacho tartamudeaba nervioso mientras hablaba y enseñaba su placa, no actuaría de esa manera de no ser porqué hablaba con el hermano del hombre que admiraba.
—¡Oh, Liam! ¡Jordan me platico de ti! —Le interrumpió Nan, salvando los nervios del joven detective. —Me comentó que posiblemente me citaran. ¿Pasó algo? —
—Te lo puedo explicar todo cuando lleguemos. ¿Te parece? —Seguidamente Liam señalo su propio auto y Whalker le siguió para ir a la estación.
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—Muy bien Nan, necesitamos que nos digas todo, todo lo que sepas y recuerdes de Richard, tu relación con él, como te ha intentado sobornar, rememóralo y dinos si recuerdas algo de él estos últimos días o si sabías que una persona estaba en malos términos con él. —Emma se sentó frente al hermano de Jordan, quien lo interrogaría sería ella, por obvias razones, los Whalker no pueden cruzar ni siquiera una mirada en presencia del departamento o podrían sospechar de qué Jordan está involucrado. El detective Whalker permanecía viendo desde el cristal de una sola vista, mientras Liam acompañaba a Emma interrogando a su hermano. —¿Por qué era tan preciso para Richard que lo ayudaras?
—De acuerdo...—Nan simplemente suspiro y acomodo sus manos sobre la mesa. —Richard Park tenía un expediente en nuestro juzgado que lo señalaba como el responsable de lavado de dinero, archivo que solo tenemos a la mano para algo: Archivarlo por supuesto, tenerlo presente, en el mismo estaba TODO de Park, sus socios, sus delitos y transacciones, cada juicio, jurisprudencia, su Amparo y más. A Park se le juzgaría con fundamento y motivación. Criminal Court of the city of New York maneja esto con cuidado. Si se llega a perder este expediente se pierde toda la evidencia que se tenía recopilada contra Park, al no estar archivada y volver a recopilarla llevaría el tiempo que ya se le había invertido en años, hablando de la parte legal, claro. ¿Comprenden? —Intento explicar Nan, intentaba instruirles parte de su rama a los detectives, para que pudieran entender porque era tan valioso.
—¿Richard lo soborno por este expediente? —Preguntó Liam anotando todo en una pequeña libretita, haciendo a Emma sonreír con picardía, no se notaba, pero era algo que solo los novatos hacen, tener "notitas".
—En efecto, a cambio de una generosa cantidad de dinero, deseaba que yo mismo destruyera este expediente, para quedar bien librado de todos sus delitos y tuviera ventaja de no ser juzgado sin la evidencia bien recopilada, naturalmente lo negué. Mi compañero Samuel estuvo presente cuando llegó a darme una amenaza a mi oficina, diciéndome blasfemias. Cuando puse una orden de restricción en su contra, todo termino y no volví a saber de él. Asignaron su expediente a otro juzgado de mi propio edificio quedándome desligado de Park... eso es todo...—Terminó de explicarse.
—Bien, Sr. Whalker. Tenemos entendido que tiene una relación con el magnate Trevor Rafael, ¿cree que él tenga algo que ver en este asesinato ya que Park es su mano derecha? —Cuando Liam hizo tal pregunta indiscreta recibió de Emma un pellizco en el brazo.
—¿Eres imbécil? —Señaló Emma, habían acordado no hablar sobre los chismes de la prensa, conociendo el historial de las malas vivencias de Nan, Jordan les había explicado ya que su hermano no tiene ninguna relación con aquel magnate. Dejando a Liam en apuros y a Nan primero asombrado y luego nervioso.
—Tranquila, comprendo la pregunta. —Intento Nan defender al joven oficial, Jordan le dijo que solo era un novato, pero no se salvaría del regaño, ni del malestar de Nan. —No tengo problema en decirles la verdad. No, el Sr. Rafael y yo no tenemos ninguna relación más que de conocidos, la prensa solo desea esparcir calumnias sobre mí, al igual que Jordan...—Junta sus manos, acariciándose el pulgar. —Sobre lo otro... no tenía idea de que ellos se conocían... lamento no ser de utilidad en esto. —
—Gracias por darnos tu ayuda y tú...—Dijo Emma señalando al novato. —Pídele perdón por ese comentario tan estúpido. —Era obvio que la detective estaba muy disgustada con semejante trato a Nan.
—Perdóneme Sr. Whalker —Se apresuró a disculparse el joven oficial. Genuinamente no busco ofender a Nan, parecería no muy grande lo que comentó Liam fundado por los chismes de la prensa, pero ellos le han dejado consecuencias a los dos Whalker durante años, ligados al intento de suicidio del senador Smith.
—Está bien oficial. Solo hacen su trabajo. —Con una cálida sonrisa no reprocha al detective primerizo, ¿tal vez era algún instinto paternal que comenzó a desarrollar Nan en disculpar a los demás? Optó por ignorarlo, esperando lo mejor para cuando terminara aquel interrogatorio —¿Algo más en lo que les pueda ayudar? —
—Sí Nan, mencionaste que fuiste a una fiesta con em... Trevor, el día sábado y domingo. ¿Había mucha gente en esta fiesta? ¿Personas importantes en ella? —Intento saber la detective, Nan negó con la cabeza. —Entonces. ¿Había poca gente en esta fiesta? —
—Si, como unas diez personas a lo mucho, puede que menos, perdone, andaba un poco pasado de tres copas... —Reiteró Nan con una sonrisa apenada. —Llegue temprano y Adam ya estaba ahí. —Acaricia sus dedos con un hormigueo en su muñeca que pasa indiscreto. —Pase toda la velada con Trevor Rafael y Adam Mathews, tomando y platicando, al día siguiente me llevaron a casa y eso fue todo, en ningún momento ellos mencionaron a Richard ni por encima o similar, ni tampoco lo vi. —
—Bueno, entonces tampoco sabes si esta nota ¿Pueda significar algo? —Le entregó el pequeño papel que estaba envuelto en plástico como prueba, Nan detenidamente lo leía y terminando, volvió a corroborarle lo mismo.
—No, perdona... —Dio una sonrisa apenada por no poder ayudarlos más en el caso, pero con eso les bastaba.
—Bien Nan, eso sería todo de nuestra parte, por favor, ten cuidado —Emma se puso de pie y le dio la mano al pelirrojo.
—Está bien, pero, mi teléfono siempre esta encendido. ¿De acuerdo? —Nan nuevamente les recalcó que si querían consultarlo podían hacerlo en cualquier momento, Emma lucía preocupada. —Tranquila, te veo luego, adiós Emma, despídeme a Jordi. —Se despidió Whalker mientras Liam lo conducía hacía la salida, debía llevarlo de regreso a su trabajo. Emma salió de la habitación y Jordan la abordo, entrando momentos después, despidiéndose a lo lejos de su hermano menor. —Bien, nos quedamos sin pistas —Emma se tallaba las cienes. —Richard lleva muerto desde el martes pasado y se encontró el viernes de la misma semana es muy poca gente la que menciono Nan, las fechas no concuerdan con la fiesta que menciona y no hay rastro de Park en aquel lugar, no tenemos el lugar del asesinato, solo la nada que dejo del cadáver... de regreso le pedí a Liam que fuera al local donde hicieron la réplica, espero se apure. —La detective estaba frustrada. —Como si lidiar con un asesinato fuera ya malo, esta mañana encontraron a un colgado en el décimo piso del Empire State y ¡Oh sorpresa! Me tocó ese caso también —Platicaba la detective sirviéndose otro café.
Jordan en cambio, no dudaba mucho de la palabra de su hermano menor, pero... ese tema de la fiesta, no lo deja tranquilo. —Emma, no creo ser paranoico, tal vez haya algo vinculado. ¿Días antes de que Richard se jodiera Trevor organiza una fiesta pequeñita sin putas? No lo niego, conozco a los hombres como Rafael, tipos extravagantes que gustan de presumir su vida de lujos. ¿Por qué pararía en una fiesta cualquiera con mi hermano? —Jordan no se tragaba eso de que Nan por casualidades de la vida se desmayó dos veces seguidas, no. Sabe el estrés que vive su hermano, pero... Nan no era tan débil.
—Deberemos volver a la escena ocasionalmente, las pistas que encontramos son solo cachos disparemos de Richard quemados —Emma ya había hecho unas llamadas para pedir las cámaras de seguridad de los lugares cercanos a donde dejaron el cadáver, pero para su infortunio, ninguna cámara del lugar estaría disponible para ellos. Eso corre por la cuenta de O'Neil.
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Zacarías sonreía con las manos en los bolsillos, observando a Rafael contar los ochenta mil que pagará para librarse de Richard para siempre.
—Muy bien, ochenta mil, en efectivo... —Trevor dejó ir el último billete de mil sobre el escritorio. Otra vez una pequeña tos salió de sus labios, que raro... van dos veces seguidas ese día.
—Con eso me sirvo. —Zacarías era uno de los mejores y más corruptos abogados de Nueva York, magnates de todos lados del país iban a consultarlo, desde Miami hasta Washington, era quien le ayudaba a maquinar la parte legal de este asunto, Rafael se lo dejo claro a Camila y a Adam con sus calculadoras palabras. "Yo me haré cargo de lo demás" —Muy bien, te pongo al corriente, tengo un infiltrado en el departamento de la policía de Nueva York. Siguen el caso de Richard de cerca. —Zacarías tomo asiento en su escritorio, mirando a los ojos del perro. —Me informo que hasta ahora, no tienen sospechosos, y el único encontrado por el supuesto "ADN" está más muerto que mi vida sexual. —Luego cruzo sus manos frente a sus narices un poco nervioso, como si dijera algo entre dientes. —Por tanto... solo debemos soltarles una pequeña pista, la que sea que vincule a cualquier culpable con la escena. —El abogado sabía que Trevor era bueno borrando evidencia, porque era notorio que no era la primera vez que mataba a alguien y se encargaba de la parte legal. —Me tienes impresionado, debo decirte, claro, ayudaron a que no se encontraran huellas, pero me dijeron que al revisar a Park en la autopsia estaba tan limpio que no pudieron encontrar huellas, ni pelo, nada además del ADN de "Sasha"... eres brillante, has mejorado considerablemente tu técnica de limpiado. —Si bien se sentía fascinado por lo que hizo Rafael; no era ni de lejos la primera vez que ha matado a alguien, solo logró hacerlo temblar al entender que tan cruel y despiadado llegaba a ser su cliente, era totalmente culpable, no se le niega. Pero... eso solo hacía que Zacarías le tuviera un ojo encima, tenía miedo de seguir tratando los casos de Mac Bulterry por mucho dinero que le dejara, algún día cabe la posibilidad de que lo "extermine". —Esta vez no basta con la falta de vinculación de huellas en la escena, esta vez necesito que aparezca otro culpable, que quedes totalmente descartado del crimen, que no puedan vincular ni a Adam, ni a Camila, ni a ti... si atrapan a alguno de ustedes me tendré que mudar a Suiza... —Rafael permanecía con las largas y musculosas piernas cruzadas, vaya... es más flexible de lo que parece, es como si la musculatura de Trevor no fuera por los esteroides, sino porque debe estar en forma... en caso de hacer un trabajo "manual" como linchar a puñetazos a alguien, ¿qué empeño no? Zacarías tragó saliva, le ardía la cara por la falta de respuesta de Trevor, no se ríe, ni reacciona a sus chistes, casi nada además de parpadear. Estuvo tentado a decirle "Por favor di algo, pareces muerto".
—Entonces... necesitamos un culpable y ¿eso es todo? —Cuando Rafael finalmente habló Zacarías casi titubea de miedo, la voz del magnate le erizo la piel de miedo.
—¡Ejem! Bueno, tengo un sujeto que podemos mandar a la cárcel, puede ir a la escena del crimen cuando los policías estén haciendo patrullaje, se quedará unos años en el hoyo y luego lo sacaré, mi contacto con la policía puede plantear pistas falsas y luego serás libre de esto—Explicó el abogado, existían hombres en el bajo mundo que aceptaban condenas de cárcel en lugar de otro, claro a cambio de una generosa cantidad de dinero, Zacarías ya había hecho esta clase de arreglos, además lo representará en su juicio, su sujeto saldrá campante de la cárcel. Zacarías era un bastardo astuto que había aprendido a leer las letras pequeñas de su constitución; su deber; encontrar vacíos en la ley. —¿Ya has tenido consulta con la policía en algo? —Extrañamente Trevor negó con la cabeza a su pregunta.
—Nadie ha hablado... la policía está en ceros absolutos, hasta yo estoy sorprendido... por visto nadie de mi fiesta ha soltado una palabra, nadie sabe que hizo Park las últimas horas de su vida, Devon me dijo que la policía tomo la declaración de Nan, pero siguen sin sospechosos, Devon puede acceder a la base de datos que posee el departamento... borró muy a tiempo las grabaciones de mi Penthouse y de las calles aledañas donde pudo ser visto Park... mmm le subiré el sueldo...—Se sinceró Trevor, estaba sorprendido por la precisión que tuvo O'Neil en librarlo de rastro o pista alguna sobre un posible asesino tanto en videos de la calle o de la fiesta, esa, era una de las razones por las que Devon hizo negocios con él. Debe sobornar a Camila, ahora que recuerda, para que no piense en un futuro chantaje, uff esto de apuntar sobornos es difícil.
—Wow... ¿sabes? Si tuvieran alguna pista ya te habrían interrogado, bueno, la verdad es que tienes un buen acuerdo con la prensa. ¿A Owen le pediste ayuda? —Zacarías y Owen eran sus contactos para asuntos que requerían máxima discreción, si bien filtro la foto del beso que se dieron, la verdad es que era una foto vieja, no hay rastros de que se haya cometido en su penthouse, ni similares, sus empleados tienen los labios sellados.
—Diez mil porque cerrara el culo, más le vale no hablar...—¿Quién dice que el dinero no te hace la vida más sencilla? Pero la realidad es que, Trevor se hizo con los aliados adecuados, si hubiera intentado sobornar a un policía por su cuenta, estaría mamándosela a un negro entre rejas.
—¡JAJA! Esto será pan comido, en cuanto le pague al tipo que va a ir a prisión por ti, todo terminó. —Luego sacó de su chaqueta una cajetilla de cigarros. —¿Gustas uno? —Trevor miro el cigarro y sin poderlo controlar tosió. Dejando a su abogado sorprendido. —Uy, eso se oye mal.
—He estado fumando más de lo usual... —Reconoció Rafael, mierda... ahora encontró la fuente de sus malestares. —Mira, preocúpate de conseguirme a mí doble. ¿Entendido? —Sin más tomó otro cigarro de la cajetilla, dejando a Zacarías con un rostro de desaprobación, chasqueando los dientes en ver tan mala decisión.
—Creo que no deberías de fumar... —Señalo tímidamente Zacarías. Ni siquiera le quería pasar el mechero para que se diera lumbre.
—Es MI cáncer, son mis pulmones... —Balbuceó Rafael, mientras quería conseguir el maldito mechero. —Además, ¿de cuándo acá te importo tanto? —Reclamó Trevor mirándolo, sus ojos azules eran eléctricos hasta cierto punto, una mirada penetrante que le quitaba el aliento a cualquiera con su frialdad.
—Solo decía... —Zacarías le dejo matarse lentamente. Después de unos momentos, suspiro con nervios. —Oye, siempre he querido saber... si los rumores son ciertos...—Platicó, intentando abordar el tema.
—¿Rumores? —Pregunto de vuelta, encendió el cigarro y tosió un poco, mierda... tal vez si tenga que dejarlo un tiempo.
—Mira, he atendido a muchos "perros" de esta ciudad... y todos hablan cosas...—Zacarías se mordía los labios inferiores de nervios, sudando al comprender la encrucijada que pasaba en preguntar o no. —No tienes que responderme si no quieres...
—Escúpelo ya, me estás estresando... —Le gustaba que le dijeran las cosas sin pelos en la lengua y sin darle vueltas al asunto.
—Muy bien lo digo...—Inhalo y soltó todo. —¿Eres un psicópata? —Cuando dejo ir la duda el rostro de Trevor solo cambio para alzar una ceja en confusión.
—¿Qué? ¿Otra vez con eso? —Preguntó de vuelta Rafael, no era la primera vez que se lo preguntaban directamente, era muy estúpido preguntarlo, a pesar de jamás, literalmente jamás haber revelado nada de su vida personal con sus socios, era como si buscaran una razón para el éxito arrollador de Mac Bulterry y su asquerosa fortuna, por alguna razón llegaron a la conclusión de que era un psicópata cuando nunca nadie le ha dado un diagnóstico médico para que tengan esa duda. Pero el rumor se propago igual entre los perros. —Que pregunta tan estúpida, ¿Por qué todos piensan eso? —
—Cierto... ¿Qué psicópata diría que es un psicópata? —Zacarías intento salvarse el pellejo con sarcasmo, aligerar el ambiente que creo en su estupidez, era un chisme, es claro que ninguno de ellos en ese bajo mundo tiene una mierda de idea sobre patrones de conducta, porque Trevor no lo era. Pero... ¿No era mejor que le tengan miedo y decidan mantenerlo en un lejano pedestal para nunca ser perturbado? Tal vez ahí está la respuesta al silencio de todos sus conocidos en los excesos, miedo. Y por miedo, todos dejan salir a los cobardes que somos todos los humanos en el fondo, porque la muerte, es lo único que el dinero no puede frenar.
Mac Bulterry no confirma ni desmiente nada, que vivan con la duda, lo que quiere es que teman. Desde tiempos inmemorables el ser humano ha dejado ver su yo en el estado más puro ante el terror a lo desconocido, lo mejor de todo radicaba cuando tienes control de ese pavor que repudian los demás, te hace poderoso. Y quien tenga la cabeza fría en ese mundo, ganará todas las contiendas que se le presenten. La duda está ahí y nadie la desea contestar.
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Nan tuvo que correr ese día, llegando al trabajo ir disparado a terminar lo que tiene pendiente, ir a la tienda de artículos para fiestas infantiles mientras traía su maletín en mano y checando en su teléfono los documentos que le mandaba Sam para que estuvieran bien redactados, dentro de poco es el cumpleaños de su hijo y tiene que conseguir los preparativos para la sorpresa, tenía que pasar por su auto y de ahí recoger a Lázaro a su escuela. Bajaba las escaleras del estacionamiento cuando vio una cabellera rubia cerca de ahí, Adam le bloqueo el camino en la esquina de su lugar de trabajo, alzó su vista para toparse a Whalker.
—Nan, tenemos que hablar. —Señalo el rubio quitándose los lentes y dejando caer presumidamente su cabello dorado, "Rapunzel se queda atrás comparada contigo, Adam" pensaba Nan al verlo tan descarado y matador frente suyo, como si se le hubiera olvidado lo que pasó, intentando darle alcance en las escaleras.
—No recibí el memorándum de que hoy era el día de fastidiarme. —Señalo el abogado, para sorpresa de Adam, Nan se veía disgustado.
—¿De que estas...?
—Adam, por favor, se lo de la apuesta, no me trates de imbécil. Así que si me disculpas. —Intento evadirlo pero Mathews no parecía desistir.
—Escucha, lamento que te enteraras así, no quería que dejaras de hablarme y evitarme como lo estás haciendo ahora. Quería hablar contigo para aclarar esto—Intentaba explicarse Adam, Whalker no había estado tan ocupado en toda su vida como en ese momento, estaba furioso por la cantidad de cosas que tenía que hacer. Y Adam no ayudaba, tenía esa actitud de niño mimado que no acepta un no por respuesta. —Y... quería que siguieras a mi lado...
—¿Por qué querrías tenerme a tu lado? — Se giraba para retarlo con la mirada. —¡Dímelo! —Adam, como sabemos, es un idiota impulsivo, estalló en verdades vergonzosas.
—¡Oh! ¡¿Quieres saber la verdad Nan Whalker?! —A Mathews no le gusta que le griten y por igual contesta. —¡Veras, es que un texto sobre la belleza que escribiste me hizo dudar tanto de mí mismo y de mi vida que he dejado durante un largo rato las drogas! ¡Me has hecho ver inconscientemente la mierda donde trabajo, mamándosela a pendejos que me pagan por mi culo! —La cara de horror que le dedico Nan no tiene nombre, Adam no sabe si fue por decirle sobre el porno, las drogas o que leyó algo suyo. —¡Y obviamente sé que eso era un texto personal y del cual claro que tú en tu vida hubieras querido que alguien leyera! —Momentos después la mirada de estupefacción de Nan pasó a shock, una lágrima se deslizo en su rostro, sintiéndose expuesto al entender que leyó su escrito privado, se rompió con eso.
—¡¿Cómo?! ¡¿Tú hiciste que?! ¡Eso...! ¡No puedes...! ¡Sinvergüenza...! —Ni siquiera le salían los insultos completos de la boca era incapaz de procesar tantas cosas juntas, comprendiendo que tan poco descaro tenía alguien como Mathews en su vida. —¡Dios, incluso cuando Sam me dijo que le hablaste para decirle que te acostaste conmigo! ¡Diablos Adam! —No hay un manual para que le dijeran como procesar la cantidad de estupideces con las que debía lidiar.
—¡Si Nan! ¡Le marque a tu pendejo! ¡¿Querías la verdad no?! ¡Así que deja de tratarme como si tuviera la culpa de esto! ¡Yo no pedí que esto pasará! —Ahora que Mathews analizaba lo que le salía de los labios, sí que le jodió un poco la vida a Nan en el poco tiempo que se conocen. ¡Un nuevo record de arruinar sus relaciones personales! Whalker paró de caminar, hiperventilándose a tal punto que dejo a Adam preocupado. Sin más, vio como el otro arrojaba sus pertenencias al suelo, y su voz se oía un poco más obstruida, como si el aire no pasara de su garganta.
—Mi... inha... —De su bolsillo trasero tenía un inhalador, el cual tomó he intentaba ponérselo en los labios, mientras tosía, Adam reacciono rápido y tomo el inhalador, lo coloco en su boca y lo presiono, Whalker aspiro profundamente, dejando a Adam sorprendido. Dos minutos pasaron hasta que alguno de los dos habló.
—...¿Estas... bien? —Se acercó para ponerle una mano en el hombro, pero Whalker se apartó.
—Si claro, solo me hiciste tener el primer ataque de asma que no había tenido en años... ¿Crees que me la vivo despreocupado Adam? —Por primera vez, vio enojo en Nan, furia que lentamente lo hacía temblar. —¿Crees que actúo calmado solo porque soy tranquilo? ¡No puedo estresarme o me desmayo o dejo de respirar! ¡A mí me afecta que niños como tú vengan a mí vida solo por joder!— Y era claro que no era el final de su regaño. —¡Dime Mathews! ¿Qué tan solo te tienes que sentir para apostar algo tan estúpido como ver quién tiene mejor verga? —Tomó sus pertenencias del piso y se dispuso a retirarse quitándole el inhalador al otro. Adam le seguía el paso algo avergonzado e impresionado por el lenguaje duro con el que le trataba Nan, lo hizo enfadar de una manera terrible. —¡Madura, por favor, ya estás grande para humillarte así! —Y Nan cruzó con su ticket el lugar para llegar a su estacionamiento, pagando su tiempo ahí, Adam estaba furioso, no quería seguir haciéndole el juego fácil; pero lo comprendió, para Nan esto no era un juego de conquista. Esto, era un insulto a su persona, y pueden nunca más cruzar palabras, Whalker no se veía dudoso con sus decisiones. Se veía demasiado seguro, contra su propio pronóstico, Adam se impulsó y saltó la barra privada del estacionamiento para seguirlo.
—¡Espera Nan! —Intentó darle seguimiento a sus pasos, que le dirigiera la palabra. —¡Por favor, dame un minuto! — Gritó Adam frustrado, era el primer hombre con quien creía la cago monumentalmente con sus arrebatos infantiles.
—Tengo que recoger a mi hijo de la escuela Adam, créeme que tengo cosas mejores que hacer que sufrir alguna clase de raro romance dramático como el que estas montando. — Le comentaba llegando por fin a donde estaba aparcado su Mazda, ya que este tenía un lugar reservado en el juzgado.
—Espera... ¿Hijo? — Preguntó Adam con sorpresa, cada instante algo diferente en Nan despertaba y no podía negar que le fascinaba.
—Así que si me disculpas... —
—Espera, por favor —Sujeto su brazo con delicadeza y Nan le observa dudoso, ya estaba abriendo su auto. —¿Qué tengo que hacer para qué me perdones? —Soltó su agarre, esperando la respuesta sincera del otro, ¿podría darle una contestación siquiera? Whalker, por muy duro que deseara ser, tomar sus cosas e irse, no podía dejar a alguien esperando su respuesta, activo la cajuela de su auto y la abrió, para meter los adornos ahí, guardando las cosas ocasionalmente Adam se las pasaba, eran muchos artículos pesados y otros no.
—Pídeme perdón— Le comento Nan, tan tranquilamente como respirar, Whalker deseaba confiar, deseaba creer que alguien puede arrepentirse de sus actos, su vida entera era un caos con la llegada de Trevor y Adam a su vida, y prediciendo su futuro, era solo el principio de sucesos igual de impactantes. —Porque me has dicho de todo menos eso...— Para Adam tal vez no lucía como la gran cosa lo que le comentó, pero Whalker sí que saldrá afectado de las estupideces que hace, prácticamente se estaba ahogando por su culpa. —Yo tengo que arreglar rápidamente lo que me lastima...
Adam no lucia muy comprometido a realizar algo tan difícil como disculparse, no hace eso, sus mejillas se le sonrojan en frustración.
—Si te pido perdón... ¿De verdad me disculparas? ¿Podré volver a ser tu amigo? —
—Adam, no puedo vivir estresado, esto se soluciona ahora, o me da un patatús. Solo te diré que... no es sencillo estar a mi lado, no soporto la presión por aceptarte de lleno en mi vida, emm después de lo que has hecho, vaya que eres escandaloso, si te disculpas te perdono, pero te limitare a no ser tan directo en aspectos sexuales, nada de mentiras, yo carezco de lo que quieres que te dé, ya te lo comente, tengo un hijo, no puedo tener aventuras. Aunque ni las necesito... si te parece bien... entonces por mi perfecto— Si Adam era directo Nan era otro nivel, de lleno él quiere que los problemas los resuelvan rápido, y sin esperarlo, ya le aclaro directamente todo. —Solo quiero que admitas que lo que hiciste estuvo mal y fue muy estúpido, pero si no lo deseas, no habrá problema, disfrute el haberte conocido...—
Eso era todo, Adam simplemente se quedó de pie, nunca habían sido tan claros en alguna cosa con él como una amistad, nada de juegos, solo la dura y sincera verdad. Mathews, apenado con obvias razones habló.
—Bien, yo... lamento haberte ocasionado todos esos problemas... —Un silencio abrumador se hizo, Nan alzaba una ceja en alto con duda, la disculpa de Adam no se oía muy sincera. —Estuvo mal y fue estúpido, no volverá a pasar... —Y sin más quería llorar de vergüenza. —¿Me perdonarías, por favor...? —
Whalker momentos después sonrió, rememorando la madrugada del domingo. Y pensando en las luces de la ciudad, y los azulejos que resplandecen en un rojo nítido, recuerdo de un sueño lúcido, y que tal vez, no estaría de pie peleándose con Adam.
—Bien, te perdono, pero sigo enojado —Bueno, eso era algo, el rostro de Nan volviendo a estar tranquilo le dio una paz mental a Adam que no se esperaba necesitar, tal vez ya se estaba acostumbrando a ese rostro amable que le regala. —Y tu discúlpame a mí por hablarte así, gracias por el inhalador. Pero no era mentira lo de mi hijo, tengo que ir a recogerlo, te invitaría a venir pero no creo que una cita comiendo hamburguesas sea muy propio de mi parte, a menos que quieras. —Diablos, la voz apacible y tranquila de Nan siempre lo hacía temblar, Mathews no acostumbraba arreglar sus discusiones así, de hecho... nunca arreglaba discusiones. Solo gritaba hasta que alguien se cansara primero. Quizá era un paso al cambio.
—Invítame un helado y cuenta conmigo—Sin más tomó una de las enormes bolsas que llevaba Whalker. —Son juguetes. ¿Es su cumpleaños...? —
—No todavía, pero su fiesta está a la vuelta de la esquina y tengo que apurarme —Le explica el pelirrojo, a la par que ambos querían apilar todas las comprar en un asiento de la parte trasera del auto. Adam iba a retirarse, iba, en pasado, hasta que notó como Whalker tenía dificultades para acomodar platos y envolturas para dulces, por visto tendría que irlos sosteniendo. —Rayos... no tengo cuerdas...
—Puedes acomodarlos en los asientos. ¿No? —Adam se regresó a darle una mano. De lleno, empujando las cajas, una le cayó en la cabeza a Adam y reboto en el piso, oyéndose el cristal rompiéndose. —Ay, mierda...perdón.
—Diablos... debí pedir las ecológicas, incluyen cuerdas, pero no me puedo tardar más en llegar con Lázaro. ¿Adam podrías llevarlas cargando? Solo te pediría escoger un lado de los asientos, me harías un enorme favor... pero entenderé si no puedes...—Whalker se nota que tenía prisa, mira su reloj y debe apurarse, Adam suspira y asiente, es lo mínimo que siente que puede hacer.
—Va, yo las cargo.
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Una pequeña cabecita llena de rizos cobre salía bajando por las escaleras del preescolar, un niño pequeñito de pecas salpicadas en su cara, en su espalda traía una pequeña mochila, cuando ve a su padre pitando para que suba al Mazda va corriendo hacía los estacionamientos, sus maestros lo miran desde lejos saludando y despidiendo a los niños.
—¡Ya nos vamos! —Le grito Nan, bajando de su auto y yendo al encuentro con su "mini clon", Nan cargo al pequeño para luego darle un beso en la frente y llevarlo hasta los asientos traseros, ya que por seguridad no lo pone en el delantero. —Disculpa Lázaro, nos viene acompañando un amigo mío, va sosteniendo cosas para tu cumpleaños porque sino se rompen. No lo molestes, ¿okey? —Luego sentó al niño en los asientos, este se puso su cinturón de seguridad y contemplo una hermosa y larga cabellera rubia tapada por cajas. Adam veía al pequeño "clon" de Nan, y diablos, eran idénticos, solo es una versión pequeñita de Whalker, exceptuando los ojos grises, o tal vez... ¿azules?, el pequeño lo vio de vuelta y le sonrió.
—Buenas tardes señora. —Saludo Lázaro, haciendo al instante reír a Nan a carcajadas desde el volante, Adam sonrió con una vergüenza en su rostro y con cierta furia, ese niño era azúcar pura, simplemente estaba siendo educado con él, así que se lo pasó.
—Soy "señorita", por favor. —Comentó con tono presumido y alzando su cabello al aire. En vez de decidir enojarse con un niño. ¿Por qué no actuar como uno? Adam solo vio la mirada de confusión del menor cuando contemplo mejor su rostro y la barba rubia.
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Cuando llegaron al departamento de Whalker Lázaro tenía en una mano su cajita feliz y en la otra el helado de Adam. Mientras los observaba desde la sala cargando cajas y bolsas. Esperándolos pacientemente al entrar.
—Lázaro ya puedes comer tu hamburguesa, ve a lavarte las manos. —Le ordenó Nan. El pequeño niño asintió y fue por cuenta propia a la cocina, tomando un pequeño banquito y subiéndose para lavarse sus manos, Adam más curioso que por otra cosa, miro al pequeño pelirrojo, quien tomó plato y vaso de cristal de un lavavajillas, causando una mueca de parte del rubio.
—Emm, Nan... tu mini clon acaba de tomar un vaso de cristal...—Advirtió Mathews.
—Oh, si, tranquilo, él lo sabe cuidar, ya está grande. —Explicó mientras acomodaba las cajas en su sala y el pequeño Lázaro se sentaba en la mesa para comer.
—Señorita su helado se derrite. —Llamó Lázaro a Mathews, extendiéndole su postre, Adam se ríe en respuesta.
—Gracias pequeño. —Tenía las mejillas rojas a morir, después de decirle que lo llamara señorita Lázaro piensa que ese es su nombre, Nan le dijo que disculpara a su niño, después de todo tiene solo cinco años, luego intentaría explicarle que su nombre es Adam.
—Muy bien, gracias por ayudarme Adam. —Ver a Nan en su rol paterno le transmitía a Mathews una calma total y hermosa, pensando lo que pasó aquella noche, recordando ese rostro aterrado, cubierto en sangre a punto de ser castrado, pudieron morir... ver que no fue así, contemplar a un niño feliz de tener a su padre, le hacen ver y creer a Mathews que tomó la decisión correcta, Nan no se merecía aquel horrible destino a manos de Richard. ¿Y si hubiera muerto? ¿Qué hubiera sido de ese niño saber que cerca de su cumpleaños su padre está herido o cómo explicarle que jamás volvería a casa?
Sacude la cabeza, no, el pasado es eso, espera no tener que volver a recurrir a tal cosa para salvar a nadie, prefiere mil veces unas simples peleas. Adam deseaba decirle algo relacionado a la noche cuando Richard los atacó, tal vez si le dijera toda la situación, lo entendería. Nan es un hombre sensato... tal vez...
—Mira papá, un ratón.
Señaló el pequeño Lázaro, dándole pedacitos de su comida a la rata, no tomó ni un minuto cuando Whalker pegó un grito sonoro al ver al animal. Corriendo para sujetar a Lázaro entre sus brazos y alejarlo de la rata, la cual claro que no se alejara de su fuente de comida, Adam no puede evitar reírse al ver el pánico de Whalker ante la rata.
—¡Sigue viva! ¡El veneno no la mató! —Whalker cargaba al niño como si fuera una almohada, Adam simplemente intenta calmarlo. —¡Dios Adam, que vergüenza que tengas que ver mi casa llena de plagas!
—¡Ja! Tranquilo, si quieres la saco de aquí. —Adam buscó alguna escoba con la cual echar fuera a la rata. Mientras sacaba de su bolsillo una coleta y se levantaba el pelo.
—¡No! ¡Mátala! ¡Esa rata es inmortal, va a volver! —Valientemente Nan pone adelante suyo al pequeño Lázaro, el pequeño chasquea la lengua llamando a la plaga.
—La llamaré Wilfrido, ven. —Para la mala suerte de Nan, su hijo sabe llamar a la rata, arrojándole comida y yendo en su búsqueda.
Adam le pegó el primer escobazo a la rata, y todo terminó... para Adam me refiero, por visto "Wilfrido" tiene mal genio, comenzó a chillar estridentemente y a querer morderle los zapatos, persiguiendo al rubio por el piso. Aterrado Adam le empezó a dar escobazos a lo loco. Y para empeorar solo puede escuchar los gritos de miedo de Whalker llevándose en brazos al pequeño pelirrojo.
—¡Muy bien, hasta aquí fui paciente! —Con una determinación genuina, toma la escopa y comienza a dar tremendos golpes sin contenerse a la rata, la cual sí que comenzaba a parecer inmortal. —¡Ven aquí maldito Ratatuille! —Dicha rata chillaba no con miedo, sino en amenaza, a veces logrando morder el zapato de Adam, con la escoba la aleja de un golpe y la rata le persigue insistentemente.—¡Nan pásame algún spray! ¡Puedo matarlo! —Alcanza a escuchar un estruendo y contemplar a Nan en el piso.
—Papá está tomando una siesta —Comentó Lázaro señalando a Whalker inconsciente en la sala, se había desmayado de miedo. —Tiene sueño. —Y el niño acariciaba la nuca de su padre.
—Mi héroe—Comentó sarcásticamente Mathews, mientras se subía a una silla para alcanzar el librero donde se subió la rata. —¡Vamos Mickey Mouse! ¡Dale! —Y esta se le arrojo encima de la cara, cayendo de la silla, Lázaro oye el teléfono de su papá, era una video llamada de su mamá, como usualmente pasa, Nan permite que Lázaro conteste las llamadas.
—¡Hola mamá! —Comentó con una sonrisa, mientras los gritos de Adam insultando y atacando a la rata se escuchan de fondo.
—¡Hija de la verga! — Se oían los gritos de Adam y la rata chillando mientras le arañaba los brazos. —¡¿Eso es todo lo que tienes?!
—Lázaro, cariño. ¿Quién está gritando? —Pregunta una voz suave al otro lado de la línea.
—¡La señorita está intentando matar a Wilfrido!—Explica el pequeño a su manera, cuando la madre solo ve una rata volando que choca contra el techo y vuelve a caer al piso.
—¿Nan se desmayó verdad? ¿Está contigo el tío Jordan? ¡Voy para allá! —
Adam por mientras seguiría peleando como todo un valiente contra Wilfrido, aunque la desgraciada le cayó en la cara.
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Cuando llegó a su departamento, la tos le hizo carraspear, ya estaba comenzando a molestarse con ello, asumía que tal vez se estaba sugestionando por lo del cigarro, dejo su maletín en el sillón, su gatita maullaba alegremente a recibirlo, en el umbral de la puerta dos hombres escoltaban al magnate.
—Hola Nena, ¿Dónde están mis nenes? —Se dirigió a la camita donde estaban los pequeños gatitos, en una semana los mininos habían cambiado mucho. Ya algunos podían caminar en pasos pequeños, ya habían abierto los ojos, todos seguían el llamado de su madre para que les diera de comer, estaban sanos y gorditos. Tomó a uno pequeño de color blanco que se acercó a lamerle el zapato, sonrió y lo cargó, apenas y alcanzaba el tamaño de su mano abierta. —¿Cómo debería llamarte Blanquín? —Menudo nombre de mierda, claro, gato blanco. Más imaginación Trevor, no te matará. —A este pasó te terminaré poniendo algo tonto... mmm, bueno, mientras lo pienso te diré Astaroth. —Bravo, un premio al nombre del año. Luego vio a los otros cuatro. —A ti Lucifer, a ti Mefistófeles, tú eres niña así que te llamaré Lilith y tú... —El último gato era de un pelaje naranja con manchas blancas y cafés... era muy bonito. —Tú estás entre Nani y Vaquita, escoge. —Sin más se aproximó a darse un baño, estaba cansado. —Maléficamente hermosos...—Comentó Rafael al ver a los pequeños sondeándolo, oliéndolo como uno de los suyos.
—"Concuerdo, los gatos suelen ser criaturas muy maliciosas, nombres sabios en ese caso" — Mencionó una voz en las sombras.
Al oír eso, Trevor miro para todos lados, sujetando al gatito naranja entre sus manos, el lugar estaba con las luces encendidas tenuemente, Rafael llamó a sus guardaespaldas con un chiflido, los dos mastodontes que amenazaban con romper sus ropas con la cantidad de músculos que tenían entraron, poniendo atención y sigilo buscando al intruso por la sala, su voz no se oía lejos.
—Es de mala educación entrar sin permiso. — Trevor no le tenía miedo al posible intruso, si lo quisiera muerto ya lo estaría.
—"¡Oh señor! Pero no estoy presente..."— Señaló la voz, con una fingida lástima en sus palabras.
—¿Entonces de dónde hablas? —Al instante que terminó de hablar la pantalla plana dejo de ser negra, y dejo ver a un hombre frente suyo, el cual sonreía con calma.
—"Buenas noches, señor Rafael, disculpe las molestias por mi repentina aparición, no deja de sorprenderme la tecnología que me permite organizar audiencias exprés con la gente." —Se presentó dicha entidad, mientras Trevor buscaba su teléfono avisándole a Devon. —"¿O debería llamarlo Mac Bulterry? En el bajo mundo, es difícil diferenciar cuando debo saludar por su apodo a alguien o no..." —El hombre mantenía una serenidad casi envidiable y altanera, cruzando sus dedos sobre el escritorio donde se encontraba.
—Mac Alaska, un gusto volver a verlo. ¿Prefiere que lo llame Sr. Smith? —Rafael fue acompañado de sus guardianes que se posicionaron detrás suyo, mirando al senador, al mismo tiempo que se recostaba en su largo sillón de seda negra. Con el pequeño gatito en sus manos maullando tiernamente.
—"Como guste, igual no hacen falta las formalidades"—Continuó Rómulo mientras se servía un vaso con agua. —"No me deja de impresionar en cada artículo de periódico que usted sale, tal parece Owen hace un buen trabajo en vender para un público de cabezas vacías..." —
—Oh, cierto... usted y mi nueva pareja se conocían— Recordó con tono burlón, acariciando al pequeño gatito que se relajó entre sus brazos. —Espero no tenga resentimientos por arrebatarle a su antiguo amor...—Como si no supiera por que le habló.
—"¿Arrebatar? No, no, al contrario, Nan jamás se implicaría con un corrupto de la categoría como la tuya"— Rómulo no mostraba ni una pizca de piedad al magnate cuando hablaba, haciendo a Rafael enojarse en silencio. —"Simplemente venía a... darte una advertencia"— Señalaba Smith.
—¿Una amenaza dice? — Replicó.
—"Advertencia se oye menos agresivo"— Continuo el senador. —"No meta su nariz en donde no le corresponde, de la media vuelta, olvide a Whalker, él no podrá formar parte de tus pretendientes, ni jamás lo será" —
—Nunca digas jamás... puede que en menos tiempo del que esperas ya me chupo la verga... — el gato naranja se deja acariciar entre las yemas de los dedos de Rafael, Rómulo bebe unos sorbos de su vaso, nervioso.
—"No deseaba sonar tan apresurado a sacar conclusiones, pero Nan es intocable, Bulterry, debe entender la clase de persona con la que usted debe estar, juntarse con las lacras y gusanos de dónde vienes, en el fango del que nunca saldrás. ¿No por ello Bulldog fue mordido hasta la muerte?" — Cuando soltó esa sarta de bestialidades Trevor se dejó de sutilezas.
—¿Tan importante es el gordo para ti? ¿Acaso el culo le huele a flores o porque todo mundo actúa como si fuera la segunda llegada de cristo?—Rafael era un bastardo burlador de primera categoría si era sincero. Para él, ese pelirrojo era más que un imbécil que aparentaba una máscara de mentiras, tan roto como todos en el fondo, pero con una sonrisa, cualquiera se deja engañar.
—"No es sólo mi corazón lo que me mueve Bulterry, es un asunto más grande, más allá de lo que podría tu pequeña cabeza pervertida de semen y mierda comprender..." —Smith iba a beber, pero alejo sus dedos de la bebida, terminaría esa conversación. —"Whalker tiene peso en esta ciudad, como en el resto del país, mientras que tú, eres un proxeneta más que amenaza la integridad de quién realmente le importa a este estado. No metas a Nan en tus asuntos, tan sencillo como eso, medítalo, piénsalo. O te enterarás que has dejado de jugar con los perros y te pelearas con el cazador" —Sin poder darle una réplica, Rómulo se desconectó, y Devon apareció en la pantalla.
—"¡Logré terminar la llamada!" — Apunto el chico, con notables ojeras bajo sus ojos, mientras se veía su rostro en toda la pantalla. —"Tengo la conversación grabada, no tengo idea de cómo logró burlar mi red de protección, alguien le ayudo..."—
—Perfecto... —Luego, el pequeño gatito, sin más, se escapó de sus manos, saltando devuelta con su madre y sus hermanos, dejando a Rafael de lado. Oh, los gatos, su desprecio era tan bienvenido.
Aunque no lo pareciera, Whalker comenzaba a fastidiarle. ¿Un hombre bueno, caballeroso y considerado? ¿Un amable samaritano? ¡Métanse esa sarta de palabrería por el culo! No lo fastidien, ¿desean que se trague el cuento de un buen prójimo? ¿Qué escondes Nan? Todos ven tus virtudes, pero todos los humanos son imperfectos, todos estamos atrapados en este limbo que llamamos vida, los guardaespaldas se quedan cuidando la zona y lo dejan a solas. A cada instante que le muestran a este payaso hipócrita se siente irremediablemente tentado a destrozarlo, a humillarlo, destruirlo, escupirle a la cara de sus esperanzas e ilusiones. Todos anhelan conocer a un pendejo así en su vida. ¿Eso desean los demás? ¿Un hombre que aparente lo que no puedes ser? Esto, esto que sentía por ese condenado abogado al fin adquiría nombre, forma, color y deseo. Al fin, hacía años que alguien no despertaba en él ese instinto bestial, esa sensación de destino, ese deseo de corromper, destrozar, follar y todos los sinónimos de depravación humana y moral que pudiera sentir en cada musculo de su cuerpo. Era "amor".
No era ese falso amor romántico que consideren otros, no, no, que estupidez.
Era un amor más puro.
Amor a sus presas.
Si, creía que se había extinguido, lo creía muerto. ¡Pensaba que se desapareció en aquella noche de diciembre! Ha sido bendecido por el regalo de la vida, una presa tan fácil como difícil. Un hombre que es su antítesis en toda la palabra, ese era Nan, su ideal de vida, el siguiente trofeo en su espalda, junto a sus otras presas, que hoy descansan como un adorno en su memoria.
Nan, su nombre tiene sentido, no se había comportado así desde que estuvo en Moscú. Oh, ahora todo encajaba perfectamente, ese deseo era amor por la muerte, por perpetrar vigorosamente un maquiavélico crimen, una bajeza inhumana de placer, porque Trevor encontraba felicidad en la destrucción, en la miseria de otros. ¿Amar lo mundano? ¡No, váyanse a la mierda! ¿Acaso él podía llamarse humano?
Su viaje era tan largo y peligroso, cientos de guardianes a las espaldas de esa caperucita roja. Amado Nan, ¿tienes una idea de lo que se avecina a tus espaldas? Debiste, sino. ¿Por qué tienes a personas tan titánicas como tus amigos? Esos, eran obstáculos para llegar al premio gordo, literalmente...
Al fin, volvió a sonreír, la bestia que yacía dormida desde hace milenios se despertó, reconociendo como su igual al joven neoyorkino. Whalker... al fin, había encontrado a su próxima víctima, digna de llamarlo presa. Era esa pasión desmedida por castigar la bondad, su reflejo por llanamente su existencia. Nuevamente, tosió, carraspeo su garganta.
¿Así se habrá sentido el hombre que mató a John Lennon? Ese sentir empalagoso, era más fuerte, no tiene nombre, era ser guiado por sus instintos salvajes, más grande que el odio para realizar uno de los actos más crueles y apasionados, matar por placer, porque su pene palpita deseoso. Ese deseo de extinguir la castidad del bien, corromperla con la protuberancia escarchada del mal. Y que sus almas estén ligadas en vida y muerte...
"Tendría la vida de Nan, aunque fuera lo último que haga..."
Cuando llegó al lavamanos se enjuago la cara, tenía los ojos irritados, diablos... si se veía un poco desaliñado si se miraba de cerca. Volvió a toser, esta vez más fuerte que antes, saliva saliendo de su boca de una manera abundante, un asco como ninguno lo invadió y no pudo evitar expulsar su asco y esta vez manchando el lavamanos.
Miro estupefacto el blanco manchado de rojo, no eran pringas, era sangre... su sangre, miro su boca cubierta de carmesí y restos de desperdicio.
"Claro, sino es que lo matan primero"
—Puta madre... —Fue todo lo que pudo decir, sus guardaespaldas alarmados tuvieron que llevarlo a un hospital.
.
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Continuara.
(Hola mis amores, uff, lamento la tardanza, pero como pueden notar los capítulos comienzan a ser largos, me tardo lo suyo investigando cómo funcionan los casos en Nueva York, aunque claro, no son cien por ciento reales, tienen mucha de mi invención, nos deja dudas este capítulo. ¿Por qué Nan perdonó a Adam? ¿Será que Trevor tiene razón y Whalker nos oculta algo? ¿Rómulo que clase de político es? ¿Tendrá una doble intención en volver a encontrar a Nan, siendo confirmado que es Mac Alaska?
¿Quién es Sasha Petrova y porqué tiene relación con el asesinato de Richard?
¿Por qué tachan a Mac Bulterry de psicópata? ¿Trevor alguna vez estuvo en Rusia? ¿Jordan logrará atrapar a Rafael? ¿Alguien trato de envenenar a Trevor o será que está enfermo? ¿Adam habrá sobrevivido a Wilfrido? Mis amores, ya somos un montón aquí, muchas gracias por leerme, los amo con todo mi corazoncito. Además agrego algunos extras con las imágenes que empiezo a adjuntar en la historia, yo manejo la psicología del color, intento buscarles un estilo a los perros. Espero les haya gustado mucho. No olviden comentarme que les pareció el capítulo, nos leemos ^_^ ♡)
Extras: no pude evitar hacer un meme, sorry.
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