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Capítulo 13: La luna de miel se terminó.

Su rostro fue iluminado por los cálidos rayos del sol... o a eso estaba acostumbrado Nan, no, lo que le dio los buenos días no fueron "tenues rayitos" una mierda, lo que recibió fue el molesto ardor, picazón y quemaduras de los rayos, su pupila es atacada con mosquitos que sondean la carne vulnerable, su cara esta quemada a tal insano punto que le había salido sarpullido en su pecho. Una comezón indescriptible atacaba su torso y estómago, intento enderezarse, topándose con la garganta seca, la cabeza hecha un lío, y sin más, el asco lo hizo revivir, viéndose en un diminuto espacio trasero de un auto, abre la puerta derecha donde yacía su rostro para vomitar al vacio, jadea recuperando el aliento después de regresar lo que sea que consumió. Se corroboro así mismo algo.

Tenía resaca. Y una muy horrible para variar.

Nan alzo su vista, viendo sus ropas, las cuales decir que estaban hechas mierda sería decir poco, eso no se le podía llamar ropa siquiera, estaba hecha jirones, tenía cortadas, rasguños, sangre incluso si se ponía a verlo bien, bañado en el espantoso olor del alcohol. Pero lo primero que busco sin dilación, fue su bufanda, la cual sigue tercamente en su lugar de siempre, su cuello, todo en él estaba hecho un desastre, menos la bufanda, impecable, apenas tenía mal olor e inclusive podía decir que aspiraba la colonia que se puso hace dos días cuando fue al trabajo.

Lo que más le impacto no fue su traje con corbata destrozada, su camiseta blanca que jamás será utilizable de nuevo, o la pérdida de su saco. No, lo que más le espanto, fue la desnudes de su cuerpo para abajo, no tenía bóxer, o bueno... si lo tenía, pero estaba roto, su rosado miembro estaba descubierto y sus piernas blancas sostenían lo que alguna vez fue bóxer a duras penas, sus piernas estaban adornadas con la marca de besos de un labial carmín intenso, unos labios voluptuosos que le marcaron no solo las piernas, una que otra parte de su mejilla y brazos. Nan asustado se giró a los lados, encontrándose no solo con un lugar extraño, estaba en medio de la nada., Entre árboles frondosos, pero el auto había permitido que no solo se requemara, sino que después con el frío su nariz moqueara. Solo una larga carretera era visible, entre el verde camino.

Pero viéndose desnudo, cerró la puerta nuevamente, su pudor le hizo cubrirse buscando sus pantalones, para su sorpresa a solo unos milímetros de sus piernas, estaba Adam.

Su largo cabello trigo caía desordenado sobre el cuerpo del pelirrojo y sus labios pintados de rojo, el cual estaba tan corrido que su labial estaba dispersado en toda su cara, su saliva caía sobre la piel temblorosa de Whalker, quien lloraba al sentirse tan expuesto a su acompañante, lo hizo... esta vez no podía ignorar el hecho.

"¿Qué he hecho?" Se lamentó así mismo Nan. Pensando que quien había aprovechado esa situación fue él, más que el muchacho frente suyo, Adam nadaba en un mar de botellas caras de distintas marcas, tequilas desde Don Julio, hasta whiskeys o cervezas baratas, ese tipo de cervezas que solo comprarías en una tienda de autoservicio. Buchanan's, Johnny Walker, Jack Daniel's, Corona, y todo el alcohol etílico de una farmacia que pudieras comprar, dios santo, eso era el colmo de lo degenerado sobre los vicios. Nan se quita con cuidado al joven, quien abrazaba las caderas del pelirrojo, cuando logro quitárselo de encima, este se despertó, sus hermosos ojos verdes; reflejados en la pequeña grieta del cristal roto del vidrio al sol, serían una imagen que Nan no olvidaría en mucho tiempo.

—Agg... mi cabeza... ¿Nan? —Balbuceó el joven rubio, alguien que mira algo sin creérselo, a medida que su sueño desaparecía y era recibido por la mañana, su vista le permite ver el rostro de Whalker en mejor medida, topándose con esos ojos azules tan brillosos. Adam no se sentía incómodo con su desnudes, pero... era diferente en situaciones, no solo estaba casi desnudo, estaba vestido de colegiala, tacones altos o más bien decir uno, ya que uno de los pares del tacón estaba atorado en el vidrio de la ventana rota, su falda corta estaba no mojada, empapada de cerveza y el tenue olor del semen, su tanga y sostén estaban rotos de sus ligeros listones que dejaban ver sus glúteos aceitados en vaselina, de hecho Adam pudo ver el bote de vaselina en el piso del auto, al lado de unos condones, sin abrir y usados. Mathews se sentía vulnerable, con la mirada acusadora de un adulto que le estaba regañando por saber que hizo algo incorrecto, pero solo recibió la ayuda de Nan.

—Adam... oh dios que te hice... ¿Cómo pude hacer esto con un chico tan menor? —Nan había estado alejándose de esa posibilidad, pero aun así se sentía como un maldito degenerado, entre las prendas esparcidas encontró su saco negro, lo tomo entre sus manos y cubrió a Adam, tembloroso y lloroso, sintiéndose arrepentido, no recuerda nada de anoche, pero está seguro que cometió un grave error. —No me alcanzara la vida para pedirte perdón...—El pelirrojo lloraba mientras que era testigo de las cejas alzadas en duda de Adam. Quien momentos después le soltó unas risitas.

—¡Tranquilo hombre! —Le bromeo el rubio, enderezándose sobre el asiento, o más bien sobre el poco espacio disponible. Tomo por las mejillas a Whalker para que le viera directo a los ojos. —¿Cuántos años te crees que tengo? Soy legal, veinticinco para ser exactos Nan, tonto... —Las suaves palmas acariciaron los labios de Nan, quien le veía atontado.

—¿Eh? ¿Eras mayor...? —La duda en su mirada no hacía más que crecer. Nan se rascaba la nuca confundido a otro nivel. Sin descaro Adam le pega unas palmaditas en el cachete, un tanto brusco.

—¡Jajaja! ¡Que cruda tan fuerte tienes! Te falta más resistencia... aunque, tampoco recuerdo mucho de anoche... ¿Cogimos? —Se pregunta el joven rubio, mientras que su mirada se dirige a los bajos descubiertos de Nan.

El abogado se cubre así mismo, se sentía estúpido por creer haber hecho algo ilegal y se sentía aún más imbécil con la vista de Adam, quien le lanzaba una mirada con unas inmensas ganas de comerse lo que tuviera entre las piernas.

—Tengo... tu labial... pero tal vez no hicimos lo demás por así decirlo... —Buscando escape a la estupidez que dijo Nan intenta concentrarse en otra cosa, ver al jovencito Adam desnudo frente suyo le daba no solo repelús y pudor, la piel comenzaba a irritarle la vista. En cambio, nuestro rubio sonreía maliciosamente.

—¿Y no quieres coger? Aprovecha que esta levantado... —Adam intento acercarse, con su traviesa mano acariciando los blancos muslos del otro, y sorpresivamente, una mano ajena le metió un empujón a su muñeca.

Trevor estaba en el asiento del piloto, se veía que apenas se había levantado, posible producto del ruido que hicieron los dos al despertar. Rafael estaba más matador que de costumbre, incluso Adam debía admitir que se veía bien, su mirada no solo los dejo atónitos, sino que Mac Bulterry estaba por igual casi desnudo, su cuerpo entero estaba cubierto en la blancura de su piel y sus fuertes músculos decorados por un traje de playboy, una corbata roja acompañadas por las piernas en frente del volante con un bóxer coqueto mal acomodado, y las muñequeras de sus manos adornadas con los gemelos de un traje, su cuerpo entero estaba parcialmente cubierto de billetes, de veinte hasta cien dólares, una que otra tarjeta de crédito por ahí también, su cabello oscuro estaba hecho un desastre, su torso, cuello, labios y mejillas adornadas por los besos de más de un color de labios, rojos, morados, verdes y más. Parcialmente con su cuerpo expidiendo un brillar de cierto bote de vaselina.

—No le tires los perros frente a mí o te rompo el hocico de nuevo... —Trevor se veía cabreado, quien cuida su territorio, su posesión. Adam frente suyo se burla con dejada coquetería.

—¿Si quiero qué imbécil? ¿Qué me vas a hacer? —Le reta el rubio, debe decir que Rafael se ve dejadamente sexy y amenazante, muy bien se lo pasa, tal vez podrían coger.

—Oh... que no te voy hacer pendejo, inútil pedazo de puto come mierd—Trevor no acabo su insulto cuando Nan le detuvo.

—¡Paren! Quiero entender... ¿Se conocen ustedes dos? —Pregunta inocentemente el pelirrojo, su confusión crecía. Parece que se conocían muy bien por el modo en que se hablan.

—Si —Contestaron los dos al unísono, enfadándose por ese gesto de confianza con el otro.

—Emm perdón que pregunte. Trevor. ¿Qué nos pasó? Y de paso... si tienes ropa que me prestes... —Pregunta el pelirrojo avergonzado, cubriéndose su desnudes con su bufanda.

Rafael se enderezo sobre su asiento, viendo que estaban en medio de la nada, ya que el auto estaba completamente jodido y no solo eso, que tenía las luces intermitentes encendidas, mira a su lado que había papeles sobre dicho auto, en efecto no sabe de quién era. Tomo los papeles para observar que diablos hacía ahí. Ya que para desgracia de Mac Bulterry y Mac Pitbull ambos desconocían que paso la noche anterior.

—Este... —Trevor le da un vistazo general al auto, se veía... muy nuevo, el aroma que por lo general tiene cuando recién lo sacas de la agencia, entre tantos cachivaches.

Nan buscaba su maletín y pertenencias, para poder saber qué hora era, al igual que el día. Su resaca le hacía sentir un poco fastidiado, al igual que a sus acompañantes.

—¿Alguien tiene sus teléfonos? —Pregunta Adam, quien se siente morir al ver que no encuentra su teléfono por ningún lugar, hasta que, se toca el sostén roto, y ve que entre una de las copas de su pecho descansan los teléfonos de los tres. —¡JA! ¡Aquí están! Aquí tienes Nan...—Toma su teléfono y le da amablemente a Nan el suyo, Trevor le mira por el retrovisor, esperando que le entregue el suyo.

—¿Me vas a dar el mío? —Pregunta Rafael en el volante.

De mala gana Adam le arroja el teléfono por delante, golpeando el parabrisas pero sin romperlo, rebotando en las manos de Trevor quien intento atraparlo.

—Ten tu cagada —Señala cabreado el rubio, sigue resentido por darle un manotazo al intentar follar con Nan.

—¡Gracias puta! —Le insulta devuelta, estaba que hierve sangre, Trevor se sentía apenado por mostrarle ese lado suyo a Nan, ese lado de los residuos de sus excesos, e insultar a Adam no le estaba ayudando, genuinamente quería provocarle una buena impresión a Nan... después de conectar de una manera tan agradable.

"Mierda... yo pensaba que podíamos ser no se... incluso amigos. ¡BAH! Al carajo, ya que importa..., no me importa, no me importa" Se repite apenado, ruborizado en vergüenza, era la primera vez que se sentía expuesto, culpable...

Y Adam estaba en las mismas, a pesar de ello, se sentía decepcionado de sí mismo. ¿Cómo pudo hacer tremenda cagada delante de Nan? Los perros se conocían para saber que lo que sea que hicieron, no fue nada bueno.

—¡Jajaja! Se ve que nos excedimos con la bebida... —Bromea con alegría Nan, aunque apenado, viendo a Adam semidesnudo, no piensa que deba satanizarlos. —Por cierto, discúlpenme si les hice algún comentario grosero, ebrio nadie razona... no recuerdo nada... ni cómo diablos terminamos aquí —Su sonrisa nerviosa calmo de manera abismal a Trevor y Adam, quienes le observaban temiendo su juicio.

—...¿No tienes miedo? —Le soltó de manera repentina Trevor. Esa pregunta también la resintió Adam. Ambos temían haberla cagado a lo grande con Nan.

—Bueno... no recuerdo muy bien lo que paso, ¡Pero vamos! Tampoco es la primera resaca que tengo en mi vida... salvo por unas cuantas multas de tránsito, (y el hecho de que posiblemente estamos en México). Es sábado, me hubiera matado si llegaba tarde al trabajo... Estoy casi seguro que me divertí con ustedes... —Su sonrisa era tan sincera, para Nan era como un refrescante recuerdo de cuando fue universitario.

Su temple les pareció de lo más maduro a los perros de negocios, quienes se esperaban, justamente la opinión de un "adulto" juzgándolos. Pero ver como Nan se tomó tan bien su tiempo juntos...

—Aunque, no sé si esto pase desapercibido para la prensa, espero no nos tomaran fotos borrachos o algo...—Bueno, Nan se había tardado en meter su reputación en medio. Aunque se veía divertido más que otra cosa. No pensaba que hubiesen hecho algo malo, ni asomo en su mente, porque considera que solo se trataba de los restos de una fiesta.

Trevor exhaló, como quien contiene el aliento con temor, se salvó esa vez, Adam por igual, quien al instante, aprovechándose de la situación se sienta entre las piernas de Nan.

—¡Entonces! ¿No quieres divertirte más? —Bromea Mathews mientras que el pelirrojo entra en pánico. Y el rubio subía sus piernas hasta terminar en los hombros del pelirrojo... por visto era muy flexible.

—¡Adam esta Trevor en frente! ¡Para! —Nan se ruboriza, y sentir la mirada del moreno le estaba abrumando, demasiados hombres guapos deseando algo más. De hecho puso una distancia entre ambos, Nan lo apartaba tomándolo por los hombros.

—¡Que le quites las manos de encima a Nan, no le gusta! ¡Controla el culo Adam! —Rafael se puso de pie en su lugar, yendo a los asientos traseros, intentando apartar al rubio.

Ambos perros se daban jalones mutuamente, insultándose claro, como no. Adam se quitó de las piernas desnudas de Nan, haciendo que, sin el apoyo de los hombros donde se mantenía Trevor, su cara cayó de lleno y sin esquivar entre las piernas de Whalker, literalmente, con el miembro rosado rozándole la barba en crecimiento y sus labios delgados.

Nan pegó un grito al instante.

—¡AH! ¡Quita por favor! —Pedía avergonzando el pelirrojo, su erección no le estaba ayudando a llevar mejor la situación. Con sus manos Whalker empujaba lo mejor que podía al otro lejos de sí.

Trevor aunque quisiera, no podría quitarse, ya que su cuerpo entero estaba haciendo soporte en su cabeza y hombros, la cual colgaba del asiento del copiloto, su cadera hacia arriba y sus brazos atrapados entre los muslos de Whalker. Bueno... Trevor era fuerte podía flexionar sus bíceps fácilmente para levantarse. Debía admitirlo, la situación le gustaba. Adam le jalaba del pelo negro para apartarlo del pene de su presa.

—¡Es mío, quítate imbécil! —Reclamaba el rubio, pero Trevor con una sonrisita daba señal de que no.

—Venga Nan... ¿No quieres una mano con esto? —Sin vergüenza Rafael pasa sus labios sobre la polla erecta, que su aliento cálido excitase su tierna piel. —Debo decir que de ti no esperaba una pose del kamasutra...— Y su picante sentido del humor le estaba comiendo la mente al pelirrojo.

Extrañamente, Nan no se veía tan asqueado. Pero si avergonzado.

—Por favor, los dos me están viendo... —Nan pedía piedad, al ser pudoroso, que ambos tuvieran esa maliciosa miradita de depredador, le estaba rompiendo toda su moral. —No podría...—

—Está bien, hazme lugar idiota...—Le pega Adam un golpe a Trevor en su cachete izquierdo, mientras este es obligado a darle lugar al rubio. Terminando ambos hombres con sus labios acariciando su miembro. —Nadie le dice que no a una doble mamada...—

La mirada de ambos hombres sonriendo, comenzando a juguetear con su polla no solo le dio un quiebre mental a Nan, lo hizo salir disparado del auto.

Abrió la puerta, casi llorando de la vergüenza, y cubriéndose su desnudes. Al salir no solo miro mejor el panorama donde estaban, sino que se topó con la nada misma, estaban muy perdidos en un extraño camino. Debían concentrarse en cosas más importantes que en descubrir quien la chupaba mejor.

—Oigan, creo que es más necesario concentrarse en dónde diablos estamos... —Nan solo veía como ambos le miraban con una ceja levantada. Esa mirada de "te haces del rogar..." —¡Y por favor vístanse ya y pásenme pantalones! —Pobre Nan. Tal vez fue cosa suya... pero olía un poco mal alrededor suyo. Un aroma podrido...

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Calor, no cálido, nauseabundo y que te pega la ropa a la piel, Samuel roncaba ávidamente, y despertó cuando el ronquido que él mismo emitió lo hizo brincar de sorpresa. Se limpió la baba que resbalaba de sus labios, se encontró en un lugar extraño. "¿Qué diablos...?"

Observo la majestuosidad en donde yacía dormido, mientras se disipaba su sueño, se fijaba mejor en todo lo que le rodeaba y donde estaba, era un maldito penthouse. ¡Joder si hasta vista directa a Central Park tenía! Recuerda que acompaño a Nan a una fiesta... y nada más...

Todos los eventos de la fiesta nocturna se habían esfumado, cuando hizo a ponerse de pie, un abrazo le apresaba de la cintura, impidiéndole lo que quería hacer, un hombre desnudo le tenía rodeado, mientras que Evans se daba cuenta que también estaba desnudo. "¡¿Pero qué diablos?!" Se soltó del agarre y se precipito contra el piso. Se acariciaba el golpe que se dio en su brazo al caer, cuando oyó un...—Miau... —

Sam agacho su vista, para ver a una pequeña minina, la cual estaba comiendo de un plato repleto de comida, literalmente un costal de alimento para gato estaba desparramado, la gatita, cuyo vientre estaba rechoncho, observaba curiosa al otro, alzando su cola. Samuel viendo la cola esponjosa de la gata, se acerca para acariciarlo, sin pensarlo mucho el joven azabache se encuentra demasiado confundido por todo a su alrededor, en un estado de pavor, vergüenza a todo, toma a la minina. Para luego cargarla entre sus brazos.

—¿Dónde... mierda estoy? — Se pregunta el muchacho, buscando a Nan con la mirada. Y la gatita lamiendo la mano de Samuel, ya que esta estaba cubierta en algún tipo de dulce. "¡Nan! ¡Es cierto, él debe estar por aquí! ¡Oh dios, espero que..." cuando hizo a caminar, reparo en el dolor que abrumaba su trasero, viéndose obligado a casi soltar a la gatita, y doblarse de dolor. Muy bien, es obvio que tuvo un poco de acción anoche con un hombre... —¡Aggg! Hijo de puta... ni un gargajo me escupió seguro... —Puso a la gatita en el suelo, buscando su ropa y pertenencias, a su lado donde encontró su pantalón tirado, una mujer se abotonaba una blusa blanca, y colocándose un saco negro.

Camila miro unos momentos al joven frente suyo, ella a diferencia de los demás. Recordaba muy bien todo de anoche.

—Te sugiero te revises con un doctor, coger con Owen es sinónimo de contraer una enfermedad venérea. —Explica Camila, esperaba que el muchacho frente suyo simplemente la ignorara, nadie le habla cuando cuidaba al rubio durante sus orgias. Pero la mirada de terror que le dedico Sam la confundió. —Oye... tranquilo, era broma... ¿Con quién venías niño? ¿Trevor o Adam? —Camila se acercó pasándole un maletín que deseaba alcanzar a unos centímetros de ella.

—Emm ¿Nan...? —Dice confundido, ya que no conocía a nadie más. Camila en complicidad ayudo a levantarlo del suelo, estaba acostumbrada a brindar un poco de consideración a las presas de aquellos perros.

—Supongo que tendremos que buscarlos... —Explica ella, a la par que sacaba su teléfono, debía marcarle a su jefe. Es probable que Adam este con Nan... y es probable que no hayan terminado lo que debieron hacer anoche con aquella pala tras la cajuela.

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El teléfono de Adam sonó unas veces antes de que pudiera contestar. Al ver el número de contacto de Camila, nunca se alegró más de ello.

—¡Camila preciosa! ¿Sabes de casualidad dónde estoy? Y... porque termine aquí —Desea saber el joven, mientras que Trevor se había puesto una ropa medio decente que encontró en el auto, para poder bajar a un cajero que encontraron de milagro en el camino y pagar en una gasolinera.

"—Me dijiste que no podían regresar hasta terminar el trabajo... Adam. No puedo creer que permití que cayeras tan bajo... pero esto es necesario, te doy la razón en esta situación... Nan sigue con ustedes ¿No? Su... emm creo que asistente está aquí en casa de Trevor conmigo." Camila, al otro lado de la línea, mantenía un tono un tanto sombrío, silencioso, cuidadoso, tratando de no ser bien oída por alguien más. "—Solo, apresúrense lo más que puedan, ya sé que Ohio no queda muy cerca, pero vamos, ustedes pueden costearlo... yo cuidare a este chico y limpiare el desastre que dejaron, también dile a Trevor que me llevare a su gatita hasta que regresen, ya le dije a su criada y guardaespaldas—" Y ella sin más, corto la llamada

Dejando a Mathews lleno de dudas... solo con ese tono habitual de "hicieron algo malo, algo muy malo..." Adam no sabe que paso, ¿Robaron algo? ¿Están huyendo? ¿Qué diablos está pasando y porque Camila le hablo como si fuera una mierda?

Tenía esa sensación, de que no solo la típica fiesta llena de excesos que tiene, esa sensación que había algo más grande detrás de tanto cuchicheo, más allá del hecho de que Nan estuviera con ellos, es cierto. ¿Por qué ellos arrastrarían a Nan en su juerga?

Trevor seguía poniendo gasolina y cobrando un tanto de dinero del cajero automático, su traje improvisado de playboy ya estaba por ahí cerca de la guantera, Rafael estaba incómodo con la vaselina de su cuerpo, se sentía pegajoso, necesitaba urgentemente una ducha. Mientras el pobre Whalker estaba lidiando con el hecho de sentirse tan expuesto sin ropa interior ni pantalones y sufriendo la picazón del sarpullido. Adam seguía descaradamente vestido de colegiala. Ahora se había puesto los dos tacones, aunque le resultaba extraño el hecho de que el tacón de su pie apestara tanto... no era el característico olor que tendría él. ¿Piso heces?

Rafael termino de cargar y noto algo... las personas se alejaban del auto camaro, como si se alejaran de una peste, Trevor descubrió que el cierre de la compra de ese auto fue anoche. Eso quiere decir que literalmente se compró un auto hasta el culo de ebrio. Es probable que fuera a la agencia desnudo... "Jeje... ugg que idiota..." Trevor no se sentía muy bien que digamos, su hambre comenzaba a hacerle malas pasadas, y cerca de ese lugar solo estaban disponibles las frituras del autoservicio.

Y tampoco veía muy cerca algún restaurante, así que asumía que tendría un poco de tramo que recorrer. Trevor nuevamente vio a una pareja alejarse del auto, que reparaban en algo particular. Que el auto olía mal, con eso en mente, Rafael piensa que es probable que ese aroma putrefacto se deba a que aplasto a un animal en la carretera. Sin más abordo el asiento al volante, arranco el motor y se fueron de ahí. Tras un lapso de tiempo, Adam comenzaba a tener ganas de ir al baño.

—Trevor para a un lado del camino, debo orinar— Adam lo dijo más demandante que como favor, necesitaba ir.

—Jódete, no— Trevor sigue conduciendo como si nada. Ignorando la petición del otro, Nan ve que ambos no se llevan muy bien que digamos, parecen tener un repelente de un odio mutuo bastante complicado de explicar. Aunque se conocen y parecen cercano al otro. Era un tipo de furia latente.

—Adam necesita ir al baño, déjalo... además Trevor, deberías ponerte el cinturón de seguridad...— Nan intenta calmar la pelea de los dos y responsablemente era el único que llevaba su cinturón de seguridad. Antes de que Trevor le dijera alguna cagada al pelirrojo, Adam intervino de nuevo.

—Trevor, o me bajas o me orino en tu cabeza— Adam no bromea, va en serio. Se pone de cuclillas en su asiento. Dios sabrá como puede mantenerse estable con esos tacones.

—Inténtalo y te corto el pito —Amenaza de vuelta el pelinegro, Mathews no le intimida y si desea pelear ni por estar Nan presente se detendrá.

—¡Paren los dos! —Grita Nan, al instante ve al rubio emulando bajarse la tanga.

—¡Ya está me voy a mear en tu ventana! —Le comienza a gritar al oído Adam al mayor, por visto ser un fastidio para el otro era una muestra descarada de su cercanía, Trevor bufa en el volante, dando uno que otro volantazo.

—¡Quita tu pito de mi cara o te lo muerdo imbécil calenturiento! —Trevor pega un frenó al auto, y Adam cae de espaldas, recostado en el asiento y ayudado por Nan quien lo atrapo a tiempo, pero Rafael olvido que no traía el cinturón de seguridad, debió obedecer el consejo de Whalker, Rafael se dio un golpe en la cabeza y su cabeza comenzó a sangrar unos momentos después, goteando de su frente.

—¡Oh dios! Trevor, tranquilo no te muevas, nos vamos a detener un momento, supongo que mi yo borracho predijo esto— Nan saco de entre su lado del auto un botiquín de primeros auxilios que compro ebrio. A veces le sorprendía lo precavido que era.

Mientras Nan curaba la herida de Rafael, Adam se bajó a orinar la llanta del auto nuevo de Mac Bulterry.

—¡Más te vale no mear mi llanta Adam! —Grito el magnate con un paño de alcohol en su rostro, Nan le limpiaba calmadamente, no era una cortada muy grande, enseguida dejaría de sangrar si ponía presión.

Adam desde fuera solo se limitó a simular un soplido entre dientes, emulando un pedo, al carajo con Trevor.

Mientas lo curaba y ponía un mini curita que poseía una carita sonriente. Trevor soltó un suspiro y fue invadido nuevamente con la duda, la gente que usualmente los veía en el auto, miraban la cajuela.

—¿Ocurre algo Trevor? —Pregunto Nan, quien le curo la herida desde el asiento trasero.

Tal vez Rafael le estaba dando demasiadas vueltas al asunto, procrastinar era un fuerte suyo, pero... genuinamente siente, al igual que Adam, que algo malo paso. El único que no siente dicho problema es Whalker. Nuevamente vuelve ese aroma a su nariz, diablos, ¿Qué clase de animal atropellaron?

—Nada... tengo un poco de hambre, tal vez deberíamos buscar donde comer algo...—Menciona Trevor, Adam se sube al asiento trasero y cierra la puerta de portazo. —Venga Adam, busca un lugar donde vendan algo comestible. —Le dice Rafael, por lo general el rubio siempre consigue una buena dirección rápida, ventajas de que fuera tan adicto al teléfono. Arranco de nuevo y continúo por la carretera.

Adam al instante encontró un lugar.

—Hay una ¿Fonda? Es como un restaurante "verdaderamente" mexicano, mierda... no me van mucho las tortillas, Taco Bell me dejo traumado con sus frijoles...—Menciona el rubio. Sigue buscando un lugar donde comer. —Bueno, también hay un pequeño centro comercial no muy lejos, y permiten usar su horno... je, tienen ofertas raras... ¿Qué dicen vemos que pescamos de ahí? —Pregunta Adam, Nan sigue semidesnudo, así que solo asiente.

—Bueno, tal vez vendan algo para ti Nan... que yo sepa algunos de esos venden ropa, entre esos, pantalones y calzones. —El modo optimista en que Trevor le bromeo, simplemente hizo que se ganara la vergüenza en la mirada del abogado.

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Camila puso a la gatita embarazada en una pequeña jaula, debía cuidar de ella por menos un tiempo, Sam confundido buscaba su teléfono, el cual no encontraba y estaba preocupado por Nan.

—Disculpe las molestias... —Se sinceró el muchacho, era amable y gentil, estaba estresado de verse en tan comprometedora situación, quedando desnudo con un desconocido, Camila contesto con una sonrisa.

—Tranquilo, Nan me dijo que no te preocuparas, que te adelantaras a tu departamento, menciono que tuvo una emergencia y que cualquier cosa yo estaba para ayudarte, soy Camila por si no lo recuerdas. —Se presentó la mujer otra vez. Mentirle era muy fácil, más a muchachitos ingenuos y jóvenes como los que siempre traían Trevor y Adam para divertirse. En caso de que las cosas salgan mal con Nan... entonces deberá tomar medidas drásticas, no debió descuidar todo lo que hicieron... menos a Owen en ligarse a un chico tan menor que él. Otra noche, en la que Camila debe encargarse de todo. Si era necesario... va a tener que "silenciar" al pequeño Sam.

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Nan se ponía los pantalones de manera apresurada, que amablemente le compraron, deseaba dilucidar demasiadas cosas, la noche sigue tan borrosa, ahora solo esperaban que Rafael volviera de comprar el desayuno.

Cuando volvió, Nan y Adam se encontraron con una masa amorfa de comida, frente suyo, una serie de papas horneadas que hacían de cama en una suerte de carne picante bañada en tanto queso fundido y crema agria que sorprendía su tamaño. Dios, se sentía la grasa con verlo. Por visto cocinar y tener creatividad para ello no era por lejos el fuerte de Trevor.

—Oh... se ve... interesante... —Menciono Nan con una sonrisa nerviosa, no deseaba ser grosero, Trevor le entrego un tenedor desechable para que coma.

—Sé que no es un buen desayuno. Pero está caliente, sabe rico y es comestible, lo aseguro... —Explica Rafael, mientras le tendía un tenedor por igual a Mathews, Adam tomo el tenedor de plástico, mirando con mala cara la comida.

Mac Pitbull piensa lo obvio, ha pasado tanto tiempo cuidando lo que come, desde que Nan le acompañaba. Comienza a gustarle comer, Nan no quería ser grosero fue el primero en enterrar el tenedor en la masa de comida, sacando papa, carne y dándole un gran bocado. Momentos después sonrió.

—¡Saben como los almuerzos en la cafetería de Nueva Jersey! —Whalker le siguió hincando el diente, Trevor igual, por visto ambos no tenían problema en comer del mismo plato, Adam siempre odio que Trevor le importara un comino lo que se metiera a la boca, Nan estaba gordo... pero... ¿Acaso importa? Comida es comida. ¿Qué diablos importa ya?

Adam tomo un poco de la comida, y debía decir, que estaba bien.

—Je... nada mal Rafael. —Menciono el rubio.

Nan miro que no tenían una bebida con que acompañar.

—Denme un momento, comprare algo para beber. ¿Qué quieren? —Pregunto Whalker mientras sacaba su billetera, al instante Rafael quiso sacar el dinero que traía para decirle que no tenía que pagar. —Descuiden yo invito —Explica el pelirrojo. —Ya sé, coca Light para que no caiga mal. —Bromea.

Cuando los dos se quedaron esperando al "sugar daddy". Simplemente siguieron comiendo, hasta que Adam hablo.

—Camile... dijo que ayer, quedamos en hacer algo. En "terminar el trabajo" ¿Tu recuerdas algo que paso anoche? A que se refiera ella con... terminar el trabajo... con Nan aquí. ¿Por qué lo trajimos a esto? No veo en el auto jeringas, polvo o... ya sabes la porquería que solemos usar... —Intenta razonar Adam, no le gusta como suena.

—Me siento... limpio, si te soy sincero. Solo la resaca —Se sincera Mac Bulterry. —Nada que un jugo y un poco de sueño no arregle, no siento vacío... ¿Tal vez Nan nos cuidó? —Sigue comiendo y se siente feliz. —Terminar el trabajo... Nan... el aroma atrás del auto... —Balbucea entre dientes en tono bajo. Adam titubea.

—¿No estarás insinuando que Nan...? —No pudo terminar de hablar cuando el pelirrojo llegó con las bebidas, inmediatamente dejaron la platica para seguir comiendo.

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Tras desayunar, siguieron un largo rato andando por la carretera, su destino estaba a unas 8 horas de vuelta, no tardarían en volver si metía el paso. No tienen idea de nada de lo ocurrido en la fiesta de anoche, cuando compro el auto, porque lo hizo y todo lo que pasaba, le daba mala espina. Trevor ahora que lo piensa, cuando se fijó en el auto... no checo la cajuela. Pero desde hace un tiempo mientras conduce oye un peso se anda moviendo atrás, como si hubiera algo de gran tamaño.

Rafael disminuyo su andar, estacionándose al lado de la carretera. Nan tenía a Adam recostado en su hombro, este seguía vestido como colegiala, le sorprende que Adam se sienta tan cómodo con su desnudes. Cuando desacelera, Nan le mira extrañado por el retrovisor, sus ojos azules acuosos son brillosos. Trevor lo nota.

—¿Vas a bajar? —Pregunta Whalker.

—Bajare, debo ver algo del auto, creo que no tiene placas... dame un momento. —Y Rafael bajo para aliviar su curiosidad de una buena vez.

Adam se despertó, estirando sus brazos y abrazando al pelirrojo.

—Hola... ¿Ya llegamos? —Alargo sus brazos y rodeo el cuello del pelirrojo. Mathews tenía tiempo dormido, por lo que despertó un poco levantado de ánimos, la resaca se calmaba.

Escucharon el sonido de la cajuela abriéndose y luego de unos momentos volviéndose a cerrar. Trevor abrió la puerta del lado de Whalker, con tres botellas en sus manos. Recién abiertas. Adam y Nan salieron del auto por petición de Trevor.

—¿A qué viene la botella? —Pregunta Adam, dudando de Trevor, se comportaba muy amigable.

—Nah, tranquilo, solo una última antes de pasar por el alcoholímetro jeje...—Mac Bulterry alzo su bebida y dijo —Salud —Dándole un trago largo a la botella. Nan sin más le siguió, se sentía seguro a su lado y estaban pasando un rato agrabable. Adam no se tragó ese cuento, no le daba buena espina esa pequeña muestra de afecto. Porque conocía a Trevor...

Momentos después de que Nan terminara su bebida, noto que Rafael nunca tomo del todo el líquido. Apenas Adam quiso reñirle a Bulterry sobre ello cuando Nan se desplomo entre sus brazos.

—¿Qué...? ¿Nan? —Pregunta Adam, y el rostro dormilón del abogado, quien más que dormido, lucia noqueado. Mathews observa la botella que tenía Whalker, conocía ese mierdero truco. —Ese polvo...—

—Sí, traía un poco guardado en la cajuela, tuve suerte que había botellas en una hielera fría. Por menos será más fácil así... —La mirada que tenía Trevor daba miedo, era no solo seria, intimidante, pero no burlona como usualmente denotaba con sus cejas levantadas, su ceño fruncido daba pavor, Mathews conocía esa mirada, la vio recientemente en ese pasado cumpleaños, pero Mac Pitbull no era mejor, hizo la vista gorda aquella vez mientras cogía con cuando tipo se le atravesara.

Pero Nan era otra historia diferente...

El rubio ya escarbaba entre sus pertenencias, tomando por el mango aquella defensa.

—Trevor, ¿Hace cuánto nos conocemos? —Abiertamente, Mathews se prepara para defenderse.

—No sé, no importa ahora, tengo que darme prisa y... —Mac Bulterry ya estaba por ponerle las manos encima a Nan, indefenso, vulnerable con esa droga que estropeo sus sentidos. Hasta que sintió el cañón de la pistola en su cien. —¿Adam que mierda...? —Rafael se asustó de sobremanera, sudaba frío, un descuido, y sería el fin. Mathews cargó el arma, no había duda en su mirada.

—Los años que hemos estado juntos en este negocio me importan una reverenda mierda, idiota. Aquellos que has lastimado jamás me han importado... hasta este día. Nan es un caso diferente, tócalo como lo hiciste con esa chica de tu cumpleaños y te matare —El agarre firme de su arma parecía no titubear, ni temblar. Mathews no teme.

—Adam no... no yo no le haría... Nan no... ¡No entiendes! ¡Sal y mira la puta cajuela con un demonio! —Rafael se alejó, alzando sus brazos en gesto sumiso. Estaba intentando lidiar con la situación que acaba de vivir.

Mac Pitbull pasó sus piernas por el durmiente Whalker, al salir, cerró la puerta del auto, no iba a descuidar ningún movimiento. Vestido o no de puta, Adam era letal y se lo podía corroborar muchísimas veces.

—Abre la cajuela entonces...—Demanda el rubio.

Trevor, suelta un gruñido, odiaba que le viera como si fuera un maldito monstruo. Y lo que más odiaba es que no estaba equivocado en temerle, y más por lo que verá. Sin más, Rafael miro tras su espalda, corroborando que nadie más lo estuviese espiando. Y luego abrió la cajuela.

Otra vez el aroma nauseabundo, más abrumador, más potente, que hurga en lo profundo de tu nariz y que te quema la vista entre lágrimas. Dejando a Adam petrificado de miedo, exhalando su aliento contenido y cubriéndose la nariz en inercia. Trevor apartaba la mirada asqueado.

Dentro de la cajuela, yacía un cadáver, en un deplorable estado, donde sus intestinos estaban desparramados en su interior, el calor del sol había permitido a los insectos atrapados roer la sangre coagulada, donde estaba la cien del cadáver dejara la entrada abrumadora de una línea recta perfecta de entrada al cerebro. El cuerpo se bañaba en una cama caliente de alcohol, sal, moscas y condones. En el extremo carente de restos apestosos del cuerpo, descansaba la caja del medicamento que usaba Rafael para drogar a las chicas o chicos que le cabreaba se pusieran "difíciles" con él. En efecto, en el interior había una pequeña hielera, que contenía no solo otras dos cervezas restantes, sino un pene cercenado, que tenía extrañamente un recubierto de raras burbujas, como si le hubieran escupido con un asco inusual. Los ojos sin vida del hombre terminaron de marear a Mathews, porque reconocía su rostro. Era Mac Bulldog.

Adam no se contuvo y vomito en la parte árida de la carretera. Devolviendo el asqueroso desayuno que le había hecho Rafael. Mientras Trevor miraba a su compañero vomitar. Pregunto en voz alta.

—¿Qué mierda paso anoche? —Sin más, harto de ver la mirada muerta del que fue su camarada, cerro la cajuela, y todo quedo en silencio.

.

.

Continuara.

(Cerramos capítulo fuerte, ¿Qué pasó en la fiesta con nuestros perros? ¿Porque razón está muerto Mac Bulldog? ¿Ha que se refería Camila con "silenciar" a Sam? En efecto, la luna de miel se terminó, es probable que ya nada sea lo mismo con Trevor y Adam al tener que lidiar con ese cadáver, se ve que lo mataron con odio. Besos y perdón por la tardanza en actualizar, recuerden comentarme que les pareció el capítulo). Si desean leer adelantos de algunas de mis historias recuerdo que tengo un grupo de facebook en mi perfil ^_^.

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