—Piensan que este lugar solo son ruinas, escombro que ya no da para mas...Pero, se ve que no usan los ojos de forma correcta ¿verdad? Y miren que se los dice una criatura cuya vista es nula por no decir que no tiene. Bueno seamos directos, no veo una mierda pero no juzgo por la portada, déjenme contarles, una pequeña historia a cerca de este lugar en ruinas, antes este lugar era un bello lugar para vivir, lleno de paz, prosperidad, y solidaridad. La gente de esta ciudad...Fue la que me creo, para ser la protección de hombres, mujeres, niños, y animales. Todo era paz.— menciono la criatura de voz ronca para voltear hacia atrás —Hasta que llego ese maldito día—

—Cuando ese maldito portal se abrió...Criaturas horribles y desconocidas vinieron de no se donde, arrasando con todo...Y cuando digo todo es TODO, no quedo nada, la gente que jure proteger había muerto, rompí el juramento, mi palabra de protector. Y ahora estoy condenado a vagar por esta ciudad muerta, y destruir a cualquiera que intente invadir lo poco que queda de esta ciudad. Para intentar restaurar el honor que jamás podre recuperar, vengar a la gente que no pude proteger.— El corazón o corazones de la criatura comenzó a latir de forma rápida agregando un ruido extraño que emano golpeo el suelo para rugir 

—Sera mejor que te vayas, y jamás vuelvas a esta ciudad ancestral, si lo haces será mejor que vigiles tus pasos, podre estar ciego pero puedo oír hasta tu respiración llena de miedo al saber que existo, y saber que serás parte de las pobres almas mineras que viven el mismo tormento y condena eternos de vagar una y otra vez en esta ciudad por todos los siglos de los siglos, por toda la eternidad...Vete...Vete...¡Vete!...¡¡VETE!!—