✨9✨
— Max, tienes que devolverle el zapato.
— No.
— ¡Max no puedes quedarte su zapato por Dios!
— Claro que puedo y lo hare mirá.
— ¿En serio acabas de sacarme la lengua? — Jos me miro hastiado.
No respondí.
— Haber, pongamoslo así. La chica que te gusta te lanzo un zapa...
— Ella no me gusta. Solo pienso que es interesante. — Interrumpí.
— Claro y yo no soy tu hermano. — Se paso las manos por el rostro con cansancio. — Pongamoslo así. La chica que definitivamente no te gusta, pero llevas acosando por un més, escribiendole, papeles raros que irónicamente me lees a mí cuando llegas a casa y no a ella, te lanzo su zapato cierto.
— Si... Y no la estoy acosando. Solamente la observo detras de un arbusto en el parque. — Mire a otro punto de la habitación avergonzado.
— No era una pregunta Max. Bien; ¿No se te ocurrió, que tal vez, solo tal vez, esa chica te lanzo su zapato, y se fue a casa descalza con la unica esperanza de que luego se lo devolvieras, por qué quiere conocerte?
— No, seguramente quería hacer algun tipo de paso extraño, y termino arrojandome su zapato por error, y luego salio corriendo porque tenia miedo de que me quedara con su zapato.
Jos me miro como si acabara de decir la estupidez más grande de la historia.
— Sabes qué, eres imposible, me rindo, voy a lavar los trastes que dejo mamá.
— ¡Hey espera!, Se supone que ibas a ayudarme... — Cerro la puerta dejandome con las palabras en la boca.
Suspire. Por que me era tan difícil hablar con la loca lanza zapatos de la plaza, si tan solo no se hubiera equivocado con ese paso yo estaría muy tranquilo observandola y escribiendo mis cartas desde mi banco de madera en el parque.
Adiós a mi paz.
"Llamada entrante de Pearce"
— Dime zopenco estoy ocupado pensando que hacer con mi vida, más te vale sea importante. — Exclamé sin dejar que hablara primero.
— Hola Pearce, ¿Como estás Pearce?, Bien Pierce, Gracias por preguntar Pierce. — Exclamó con sarcasmo desde la otra linea. — ¿Lograste llegar a alguna conclusión con Jos?
— No solo llegamos a la conclusión de que soy imposible y de qué el no me tiene paciencia. — Pearce se ríe.
— ¿Ya podemos pasar al plan B?
Tome una respiración profunda antes de aceptar.
— Espero no arrepentirme de esto.
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