La doctora Francis buscó la silla que tenía recostada a la puerta y la puso ahora al lado de Madiel. Valentina también volvió a su asiento, para poder continuar con lo que restaba de la entrevista.

    —Madiel ¿has hablado con alguien más sobre esto?

    —Además de Francis... Pues con el tiempo vinieron a visitarme agentes de la policía. Fue cuando comenzaron a aumentar los casos de suicidios en todo el mundo. No sabemos si se supo mi caso por el personal de aquí o de alguien de cuando estuve en el hospital, lo cierto es que llegó a oídos de la policía y estuvieron muy interesados también en saber si era cierto que yo había sobrevivido a la aplicación ABNF.

    —¿Pudiste contarles todo?

    —Sí, claro —Madiel hizo una pausa. —Me costó más trabajo en ese momento, había puntos donde solo me tumbaba a llorar y Francis debía detener todo. No sabían que la aplicación te envía un correo con tus resultados al finalizar la entrevista, estaba allí en mi bandeja de mensajes no deseados, provenían de algún correo extraño el cual era imposible radiar, además claro, de mis informes médicos y psicológicos de Francis. Ellos fueron los primeros en confirmar que yo era la primera sobreviviente en Venezuela de ABNF.

    —¿Y cómo se tomaron toda la información que les proporcionaste? —Preguntó Valentina.

    —A mí solo me escucharon —respondió Madiel. Tenían una grabadora y grabaron cada una de nuestras entrevistas. Pero también sé qué a Francis la tenían atosigada a cada momento, para saber si había algo malo en mi cabeza, o si estaba drogada la noche que descargué la aplicación.

    —Los exámenes de sangre que se le realizaron a Madiel estaban todos limpios —dijo la doctora Francis, interviniendo en el relato de Madiel.    —Madiel no había consumido ninguna sustancia, o ingerido ningún licor. Ni siquiera alguna pastilla o medicina, a la cual se le pudiera culpar de causar efectos psicológicos en ella esa noche.

    —¿Y desde el punto de vista científico? —Valentina pasó a dirigirse ahora a la doctora —¿a qué le atribuirías lo ocurrido esa noche?

    La doctora miró la cámara por un momento, luego giró su cabeza para observar a Madiel a los ojos, justo antes de responder aquella pregunta.

    —Desde mi posición como terapeuta de Madiel. El primer paso fue escuchar todo detalle de su historia y analizarlo, mientras se le hacían los distintos exámenes y análisis. En mi experiencia, cuando un paciente está empeñado en asegurar que los hechos vividos sucedieron, a pesar de que parezca imposible.

    Solo hay tres opciones; o está mintiendo, o está mal de la cabeza... o está diciendo la verdad. Y como le respondí a los oficiales en su momento, Madiel ni es una mentirosa, ni hay nada malo dentro de ella.

    Madiel sonrió al escuchar a la doctora decir esas palabras.

    —He analizado a detalle toda la historia de Madiel, tanto con expertos en el tema, como con ella misma, y siempre terminamos en el mismo callejón. Estamos ante algo que no podemos explicar ni comprender totalmente.

    Madiel pidió con su mano a la doctora que hiciera una pausa, y le permitiera a ella retomar la palabra.

    —Hace mucho que Francis dejó de tratar de convencerme, de que lo que vivió esa noche no fue real —habló Madiel mirando a Valentina. —Así que tratamos de entender lo que sea que contactó conmigo.

    No sé decirte si es alguna fuerza, o ente, o varios a la vez. Solo sé que eso no pertenece a este mundo, y fue a través de la tecnología, que encontró una ventana para poder comunicarse con nosotros.

    No tiene el poder para lastimarnos directamente, solo puede hacerlo a nivel inconsciente, debe buscar en lo más hondo de nosotros, en nuestros miedos y tribulaciones, y ponernos a prueba a través de un conflicto interno.

    Sea lo que eso sea, cuándo encuentra una persona que cumpla con las condiciones; que guarde algún problema de su pasado, lo suficientemente fuerte y traumante. Lo presionará a través de la culpa y el dolor psicológico, hasta lograr que la persona atente contra sí misma, solo para detener el sufrimiento al que hace que uno experimente.

    Durante mucho tiempo quise creer que en verdad nada ocurrió esa noche, pero cuando me entero que ocurre un nuevo suicidio, y no solo eso, sé que el número aumenta cada vez más. Me culpo a mí misma por no tratar de usar mi experiencia para que las personas tomen conciencia, del peligro tan grande que estamos enfrentando. Es algo que no podemos siquiera comprender, algo que está creciendo y tomando fuerza con cada día que se alimenta de nuevas víctimas.

   Sé que habrá gente que, sin importar lo que acaba de escuchar, tratara de probar por carne propia y descargarán ABNF. —Madiel miró directamente a la cámara, dirigiéndose ahora al frente mientras hablaba.

    —Te pido en verdad, no descargues la aplicación, no seas imbécil y no descargues ABNF. Pero si aun así lo haces, corres con la peor de las suertes, y te eligen como nueva víctima. Créeme, el suicidio no es la solución, no importa lo que te digan, recuerda eso.

    Lo que está al otro lado del teléfono, utilizará la verdad más dura y cruda que lleves oculta en tu corazón, y la disfrazará con mentiras, con tal de llevarte a la desesperación... No importa lo horrible que te muestren, el suicidio no es el escape de nada.

    Aférrate a la idea de que no puedes irte de este mundo, sin antes tratar de reparar cualquier daño que hayas hecho en el pasado. Sea lo que sea, todo tiene reparo de alguna manera.