Y lo que somos después de tragedias

Vivo
respiro,
a veces, incluso
me siento

se olvidan las muertes de los días
se pierden los nacimientos de las noches
ya no poseo nombre
y no sé si poseía

Vivo, entre los pedazos que las hormigas se han llevado
respiro, solo a mediados del veinticuatro de febrero
a veces incluso
me recuerdo

Hay un reloj de cuerda floja
(en la pieza donde mi madre se acabó las gotas)
que marcaba: en cada una de las aves colgadas: el tiempo
en reversa

Vivo, entre los dientes de las ratas que hurgaron los huecos de mi cuerpo
respiro, entre bolsas de plástico llenas de agua
a veces incluso
me miento

Algo resbala dentro y lija hacia afuera,
epidermis quemada, huesos rotos y extasiados
quedando pulcro, quitando venas y penas
quedando hasta la nada

Vivo, sobre plegarias a santos que no reconozco
respiro, a cada mordisco que roban del vientre
a veces incluso
me muero

Entre los huesos, ahí me detengo
girando los cuellos se ve en reversa
cada cuervo sentado entre las orillas de las paredes
cada graznido iluminando de grises los cuadros de mis entrañas

No vivo
no respiro
a veces incluso
yo no entiendo
como es que no muero