VII
EL túnel retorcido
Logan permaneció en silencio con los brazos cruzados y el semblante aún más serio que cuando se enteró de que la Tierra sería impactada por un meteorito.
Por su parte, Dean parecía meditar profundamente en lo que acababa de escuchar, tal vez trataba de encontrarle el lado positivo, pero él mismo sabe, que no todo tiene ese lado.
La mirada de Jason se paseaba entre ambos hombres y Jazmín se cubría la boca, con los ojos completamente abiertos en una expresión de incrédulo horror.
—No puede ser —comentó al fin Logan —. Es una locura.
—¿Se han dado cuenta de lo que pasa? —inquirió Jazmín — Hay... dos cadáveres en el habitáculo contiguo al nuestro.
—Lo entiendo Jazmín —intervino Jason —, pero por el momento, no podemos hacer nada al respecto hasta que no cese la tormenta. Además, hay otro problema.
—¿Otro? ¿Quién más ha muerto o enloquecido? —preguntó Logan con notable sarcasmo.
—Son los túneles de conexión — Jason hace una pausa, preparándose para las preguntas —. Están vibrando.
—¿Qué hay con eso? —preguntó la geóloga extrañada.
—Que no deberían hacerlo —respondió Jason. Se notó la preocupación en su voz —. Esto significa que los pernos enterrados a diez metros de profundidad, se están soltando. Con la fuerza de los vientos, podrían arrancar el túnel.
—Y arrancar la sección, la puerta —comentó Logan comprendiendo.
—Tranquilos. Instruí a Moira para que suelte los anclajes con los habitáculos, si las vibraciones alcanzan los siete mil hercios. Estimo que serán un punto de no retorno y el túnel se perderá. El habitáculo, quedará intacto y solo se perderá la comunicación entre estos.
—Entiendo. Si perdemos el túnel quedamos aislados —concordó Dean.
—Por eso debemos movernos rápido —declaró Jason con seriedad.
En circunstancias normales él podría encargarse del trabajo solo, sin embargo, tendrá que instruir a los otros para que añadan anclajes.
—¿Qué debemos hacer? —preguntó Dean con su característico entusiasmo.
Jason asiente. En su mente agradeció que el climatólogo británico, fuera como era.
La vara de anclaje penetraba en el suelo marciano abriéndose paso fundiendo la roca con un pequeño pulso láser. El control de profundidad en el medidor de Jason indicaba los siete metros. Él, Dean y Logan estaban dentro de sus respectivos túneles, añadiendo anclajes a estos esperando asegurarlos.
—Bien. Se supone que hemos llegado a los siete metros —anunció Jason a través del comunicador de su casco —. Confirmen.
—Acabo de llegar —informó Dean pasando su brazo por el visor.
Fue un movimiento involuntario. No puede secarse el supuesto sudor en su frente con el casco puesto.
—Parece que estoy sobre una roca —dijo Logan —. He alcanzado cinco. ¿Será suficiente?
—El láser debe penetrar, continúa.
—Bien. ¿No hay manera de intensificar?
—Ya está en el máximo posible Logan. Más intenso y la punta se fundiría.
—Jason. Mi vibrómetro marca los cinco mil setecientos noventa y tres.
El ingeniero y líder observa su medidor. 6,424 hercios.
—De acuerdo Dean, desconecta el perforador láser de la varilla y enrosca la llave hidráulica.
Dean realizó lo indicado, mientras Jason lo hizo por su lado y ambos, comenzaron a girar las llaves. Gracias al hidráulico, solo se requería de un tercio de la fuerza para moverla. Con cada vuelta las varillas expusieron una estrías que las anclaban al suelo.
Ambos hombres en sus respectivos túneles realizan la tarea, la cual es un tanto difícil en sus trajes espaciales. Logan presta atención a sus indicadores. El vibrómetro indica 6,732 hercios, la varilla ha alcanzado los 5.30 metros. La lentitud con que avanza, lo desespera.
—Jason. Las vibraciones en el túnel en el que se encuentra Logan, han alcanzado niveles inseguros — anunció Moira.
—Logan. Si todavía no has alcanzado la profundidad, deja todo y regresa.
—Negativo líder de colonia —respondió Logan — Nosotros más que nadie necesitamos la comunicación.
—Logan, es una orden —replicó Jason —. Es peligroso que te quedes.
Las vibraciones en el túnel ya le eran más perceptibles a Logan. La pantalla del medidor, comenzó a centellear intermitente; 6,867 hercios.
—Lina está embarazada —replicó Logan mirando los monitores —. No podemos quedarnos sin contacto.
6,932 hercios.
—Logan tienes que entrar ya — interviene la IA —. Debo protegerlos, pero mi prioridad es Lina y el bebé que lleva.
—Lo entiendo, Moira — respondió Logan resignado —. Has lo que debas. Ya llegué a los seis metros.
—Logan no voy a perder otro miembro de la colonia —insistió Jason —. Detén la perforación y abre las estrías.
Logan titubea un momento, entonces decide hacer lo que Jason le recomienda.
—¡Logan! ¡Logan!
—¿Lina?
—Logan regresa. No quiero que te pase nada.
—Ya casi lo tengo cariño —respondió el mecánico tratando de moverse lo más rápido que su traje le permite.
—Logan. ¿Ya estás abriendo las estrías? —preguntó Jason apurándolo.
—Liberando el túnel de conexión —anunció Moira —. Lo siento Jason.
Los bordes que conectan con la puerta de acceso temblaron y las estrías de la varilla comenzaron a extenderse.
—Logan. ¿Sigues ahí?
—Sigo aquí, Jason —respondió el aludido.
—Es por las presiones y los anclajes —intervino Dean. El climatólogo comprendió el porqué el túnel no ha salido disparado al viento.
—La tormenta debe estar presionando hacia abajo y hacia el lado la estructura — continuó Dean —. Termina de una vez y sal de ahí.
—Ya casi.
—¡Logan! — Jason se sentía impotente ante la inminencia de otra desgracia —. ¡Sal del túnel, ahora!
—¡Logan! — Ahora es la voz de Lina la que le insiste.
—¡Voy saliendo!
El silencio radial era desesperante. Logan tomó los equipos y corrió lo más rápido que pudo hacia la puerta del Gama. Por fin alcanza los controles y pulsa el botón. El túnel se sacude violentamente y la parte del suelo de este se levanta formando una especie de ola retorcida. Antes de poder entrar, Logan ve como el túnel comienza a levantarse. "No fue suficiente"; pensó.
En la pantalla del centro de comando, la comunicación se pierdió con el habitáculo Gama.
En su mente, Jason solo podía visualizar a Logan abriendo la puerta de acceso y de pronto el túnel se desconectaba por completo, dejando entrar todo el viento y el polvo marciano al habitáculo. Lina, sin traje moría casi al instante, mientras que Logan saldría disparado, yendo a pegar con otro habitáculo, contra los generadores o la nave que les había traído. Con su casco roto por el impacto, su cuerpo sería arrastrado por el viento, cubierto por el polvo y probablemente nunca podrían encontrarlo.
Alondra, permanece callada, pero sus lágrimas son más elocuentes.
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