Después de 9 años, yo tenía 12 años y mi hermana 10. Mi hermana se llama Tiara. Como podréis imaginar, ella es una Tiara. Tiene los ojos rosas como mi madre. No lleva pelo porque su tiara ocupa toda su cabecita. Su cuerpo es de color rosa. La quiero mucho.

Un día, que era fin de semana, mi familia (incluido yo) habíamos ido a la bolera a pasarlo genial porque, ¡hoy era el cumpleaños de Tiara! Yo no sé cuántas veces le habré dicho ya cumpleaños feliz, pero es que me encanta felicitar a la gente.

Cuando llegamos a la bolera, ¡vimos que estaba destruida! ¿Por qué? Fuimos a preguntarle a un sombrero con forma de bolo que había allí, que supongo que sería el propietario porque estaba derrumbado en los escombros de aquella catástrofe.

- Disculpe, pero, ¿por qué la bolera está destruida? -preguntó mi madre sorprendida por aquel derrumbamiento.

- Uy, perdone -el propietario de la bolera se secó las lagrimas y empezó a explicarnos-. Nosotros no hemos destruido la bolera a propósito. Lo ha hecho un monstruo.

- ¿Quién? -yo cada vez estaba más intrigado por lo que estaba contando aquel sombrero.

- No lo sé -confesó el sombrero con forma de bolo-. Yo solo sé que era muy grande. Tenía unas garras muy afiladas en las manos y el los pies. Era de color amarillo y tenía una concha verde con pinchos. Su cabeza daba miedo y su pelo era de color naranja.

- Creo que me suena -dije yo con intuición. Lo pensé un poco hasta que di con la solución-. ¡Bowser! ¡Es Bowser quien está haciendo todo esto!

- ¿Cómo lo sabes, chaval? -preguntó el propietario del local.

-Sencillo -empecé a explicar-. Todo el mundo le teme a Bowser. Es despiadado, fuerte y cruel. Tendría la suficiente fuerza como para acabar con un local como este. La descripción física encaja a la perfección. Sin ninguna duda, es Bowser.

- ¿Cómo sabes todo eso, hermano? -me preguntó Tiara.

- Lo sé todo sobre Bowser porque -aquí venía mi segunda explicación, hasta que mi madre me paró los pies.

-Luego nos lo explicas todo, hijo -me frenó mi madre. He de admitir que yo soy muy intenso-. Tenemos que prepararnos para la guerra contra Bowser, así que es mejor que dejes los detalles para otro momento.

- De acuerdo, mamá -dije resignado.

Nos fuimos de la bolera en ruinas. Yo pensé que si la bolera estaba en ruinas, el resto de casas y edificios también estarían destruidos. ¡Y no me equivocaba! Todo estaba destrozado. Las familias estaban llorando, desconsoladas. Ahora que lo pensaba, ¡nuestra casa también estaría en ruinas! Y no me equivoqué. Estaba destrozada. Toda mi familia se puso a llorar, pero yo no tenía ganas de llorar. Quería encontrar a ese monstruo del tres al cuarto y darle su merecido.

- Ahora vuelvo. -exclamé dirigiéndome hasta donde yo creía que estaba Bowser, pero mi familia me paró.

- ¡No lo hagas, hijo! -me dijo mi madre lloriqueando-. No queremos perderte.

- Pues no podemos permitir esto -gruñí agobiado-. Tenemos que darle su merecido a ese Bowser. Y nadie va a impedírmelo.

Yo me fui con paso decidido, con mi familia siguiéndome resignados. Yo sabía que todos tenían miedo, sobre todo mi hermana Tiara, pero yo no me iba a detener. Cuando me encontré con Bowser, saque todo el coraje del mundo para gritarle de la manera que le grité:

- ¡Eh, tú! -le grité con todas mis fuerzas. Era muy grande y más tenebroso de lo que me imaginaba-. ¿Por qué estás destrozando nuestra villa? ¿Qué tienes contra nosotros? ¡No te hemos hecho nada!

- Primero, ¡no me grites! -me gritó Bowser. Su voz era más grave de lo que me imaginaba-. Y segundo, estoy destruyendo tu hogar para fabricar mi propio reino que se llamará: Reino de Bowser.

- ¡Pues constrúyelo en otra parte! -le seguí gritando. No tenía que haber dicho eso por lo que va a decir después.

- ¿Ah, sí? -y Bowser, ¡atrapó a mi familia con sus afiladas garras!

- ¡Suelta a mi familia, sucio bribón! -dije ya llorando.

- ¡Suelta al menos a Tiara! -contestaron mis padres.

-¡Papá, mamá! -dijo Tiara lloriqueando-. ¡No quiero que estés en las garras de un tipo como este!

- No te preocupes, cariño. Nos las apañaremos -mi madre le dio un último beso a mi hermana-. ¿Hay trato?

- Trato hecho -respondió Bowser, pero luego-. ¡No hay trato! ¡Me he llevado a vuestros padres y destruiré vuestro hermoso hogar, tal y como decís!

- ¡No! -lloriqueamos los dos a la vez Tiara y yo.

- ¡Sí! -respondió triunfante Bowser.-. ¡Jua, ja, ja, ja, ja, ja, jaaa!

Se llevó a mis padres y acabó con Villa Sombrero. Tiara, yo y el resto de sombreros nos habíamos quedado sin nada. Nosotros sin padres y el resto incluyéndonos a nosotros sin hogar. ¿Qué íbamos a hacer ahora?