Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Emperatriz

Un día tranquilo transcurría en la U.A. Los estudiantes de la Clase 1-A estaban en el patio principal disfrutando de su descanso antes de las clases de entrenamiento. Izuku Midoriya se encontraba hablando con Uraraka e Iida sobre las últimas tácticas que habían practicado cuando una repentina conmoción captó su atención.

Kirishima: ¡Miren allá!, señalando hacia la entrada de la academia.

Todos voltearon a ver y, caminando con paso firme y majestuoso, una mujer avanzaba hacia la puerta principal. Su belleza era tan impresionante que todos quedaron boquiabiertos al instante. Era alta, de figura esbelta, y llevaba un vestido rojo con detalles dorados que realzaban su elegancia. Su largo cabello negro caía en cascada por su espalda, y sus ojos brillaban con una intensidad deslumbrante. Era Boa Hancock, una mujer que tenía todo y que había sido temida por medio mundo, ni siquiera All Might la habría enfrentado sin convertirse en piedra.

Pero lo más alarmante no era solo su presencia, sino lo que estaba sucediendo a su alrededor. Cada hombre que la miraba se quedaba petrificado, convirtiéndose en piedra inmediatamente, incapaz de resistir el encanto de Hancock y su más que conocido poder de convertir a personas en piedra.

En cuestión de minutos, muchos estudiantes varones de la U.A. habían sido convertidos en estatuas vivientes. A pesar de la confusión, Hancock avanzaba con una sola cosa en mente: encontrar a Izuku Midoriya.

Cuando finalmente llegó frente a él, todos los ojos, los pocos que no habían sido convertidos en piedra, estaban puestos en la escena. Hancock, normalmente altiva y llena de confianza, de repente cambió su actitud. Sus mejillas se tornaron de un suave color rosado, y sus ojos, que antes parecían fríos y distantes, ahora reflejaban una mezcla de timidez y emoción.

Hancock: I-Izuku Midoriya... dijo Hancock, mirando al suelo por un momento antes de levantar la vista tímidamente. He... he venido hasta aquí para verte, Izuku parpadeó, completamente desconcertado.

Izuku: ¿Para verme...? ¿Por qué...?, Hancock, con las mejillas aún más enrojecidas, jugueteó nerviosamente con un mechón de su cabello, como una colegiala que estaba a punto de confesar sus sentimientos.

Hancock: Es... es que... tú... tú me salvaste hace muchos años... y... y desde entonces, n-no he podido sacarte de mi corazón... Su voz era suave y temblorosa, muy distinta a la actitud poderosa que había mostrado al llegar.

Izuku, sorprendido por el giro de los acontecimientos, frunció el ceño intentando recordar.

Izuku: ¿Te salvé? ¿Cuándo fue eso? No recuerdo haber conocido a alguien como tú...

Las palabras de Izuku hicieron que Hancock se sonrojara aún más.

Hancock: ¡Es natural que no lo recuerdes! Era una niña en ese entonces... estaba tan... tan desamparada. Tú... tú fuiste el único que me ofreció ayuda cuando escapé de mis secuestradores... Eras tan amable... tan valiente... me diste comida, me dijiste que todo estaría bien, que me protegerías...

Izuku, aún intentando procesar lo que ella estaba diciendo, trató de recordar aquel encuentro. Sin embargo, no lograba rememorar nada.

Izuku: Yo... lo siento, Hancock, pero no puedo recordar nada de eso. Si te ayudé, lo hice porque es lo que cualquier héroe haría.

Al escuchar esto, Hancock apretó los puños y miró hacia abajo, ruborizándose aún más.

Hancock: ¡Eres tan modesto! Eso es... eso es lo que te hace tan especial, Izuku... dijo en voz baja, su corazón latiendo con fuerza. No hay ningún hombre como tú en el mundo. Desde ese día, mi corazón te pertenece... y por eso... por eso... Sus palabras se interrumpieron mientras sus mejillas se encendían de nuevo.

Izuku miraba a Hancock, incapaz de creer lo que estaba sucediendo. Era como si estuviera viendo a una persona completamente distinta a la poderosa emperatriz pirata de la que había oído hablar.

Hancock: Por eso... quiero que... ¡quiero que te cases conmigo, Izuku! exclamó finalmente, con una mezcla de timidez y resolución en su voz.

El rostro de Izuku enrojeció al instante, pasando de el pálido a él rosado, y del rosado a un rojo escarlata

Izuku: ¡¿Qué?! ¡¿Casarme contigo?! ¡Eso es demasiado repentino! Apenas nos conocemos y... y además... no puedo. ¡Es de-demasiado y-y me-rece algo mejor que yo, n-no es posible que a-alguien tan hermosa como usted e-este conmigo!

Hancock, aunque claramente avergonzada, lo miró con adoración en sus ojos.

Hancock: No me importa... siempre he sabido que eres alguien destinado a la grandeza. Seré la mujer que te apoye, la que esté a tu lado mientras alcanzas tus sueños... solo quiero estar contigo, Izuku.

Izuku intentaba encontrar las palabras adecuadas para responder, pero estaba completamente abrumado por la situación.

Izuku: ¡Hancock, no es que no te aprecie, pero esto es demasiado! Yo... No puedo pensar en otra cosa.

Hancock, que normalmente habría mostrado una actitud imponente, se encogió un poco ante la respuesta de Izuku, sus mejillas aún ruborizadas.

Hancock: I-Izuku... yo sé que es repentino, pero... te amo, y siempre te he amado. Estoy dispuesta a esperar... aunque sea difícil, esperaré hasta que te des cuenta de lo que siento por ti.

Izuku: Hancock, eres increíblemente fuerte, y estoy seguro de que puedes tener a quien quieras, pero... ahora mismo no puedo aceptar lo que me estás pidiendo.

Hancock, aunque claramente decepcionada, no dejó de mirarlo con adoración.

Hancock: Entiendo... pero no me rendiré. Seguiré luchando por tu amor, Izuku.

Con Hancock dispuesta a esperar, el ambiente se volvió un poco más tenso. Mientras tanto, los hombres que habían sido convertidos en piedra comenzaban a volver a la normalidad. Bakugou, Kirishima, y otros estudiantes masculinos miraban desconcertados, sin entender del todo lo que acababa de ocurrir.

Bakugou: ¡Maldita sea, ¿qué fue eso?!, exclamó Bakugou al recuperar el movimiento, mirando a Hancock con frustración. Pero al ver su actitud hacia Izuku, optó por no hacer más preguntas.

Uraraka, que había estado observando en silencio, se acercó a Izuku con una expresión de confusión.

Uraraka: Deku-kun... ¿qué acaba de pasar?.

Izuku: No lo sé, Uraraka. Parece que Hancock me conocía de antes... pero no recuerdo haberla conocido.

Iida: Bueno,  ajustándose las gafas, cualquiera que sea la situación, lo manejaste admirablemente, Midoriya. Fue una situación difícil.

Izuku asintió, aunque en su interior seguía sintiendo una enorme confusión. Sabía que esta no sería la última vez que vería a Boa Hancock, y aunque había rechazado su propuesta, no podía evitar sentir una extraña sensación de responsabilidad hacia ella.

El futuro seguía siendo incierto, pero ahora, además de sus propios sueños y desafíos, Izuku debía enfrentarse a la inesperada aparición de la mujer más poderosa y enamorada de los mares.

Cmara banda aquí mi segundo one chot

Les gustó?

Quién quieren que sea la siguiente?

Eh pensado y sigo pensando en si hacer la historia osea desarrollarla en serio pero como ven?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro