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EXTRA: Los celos del Omega

Mirándose en el espejo, Jimin sentía un nudo en su garganta, los años habían pasado factura, también sus cuatro hijos y ahora pequeñas estrías adornaban sus caderas, además de los poquitos kilos que había subido después de Andrew, los cuáles habían sido casi imposibles de eliminar. Jimin no solía pensar a menudo en esas cosas, pero la pequeña inseguridad llamada "La asistente de mi marido" lo había hecho preocuparse por su físico, aunque claramente ante los ojos de su alfa no había un Omega más hermoso que él, era complicado borrar la angustia que lo invadía.

— ¡Papá Sese no me deja en paz!- Y de nuevo en su mundo, el Omega bajo la camisa cubriendo su cuerpo, respiró profundo y salió de la habitación.

En el pasillo podía oír claramente la voz de Jungkook discutir al teléfono, en la planta baja sus hijos gritando y así empezaba un día normal en su cálida familia.

Bajando las escaleras, encontró a Jessie discutiendo con Sese, Minmin jugando con su desayuno y Andrew dibujando mientras comía su cereal.

— ¿Ahora qué es lo que sucede?

La Omega calla y se dirige a su padre completamente enojada.

— ¡Sese ha tocado mis cosas!

Jimin mira a su hijo seriamente.

— Explícate Sese.

— ¡Claro que lo haré papá! Está chiquilla ha estado usando ropa poco apropiada para su edad, he visto sus fotos en Instagram, muestra su ombligo y usa shorts muy cortos ¡Totalmente inapropiado!

El estrés se apodera de inmediato del Omega, pasando de largo, ignora las quejas de su hija y los regaños de su hijo; se dirige a la cocina y prepara el desayuno de su esposo y el suyo. Sabe que la actitud dominante de sus hijos chocan entre ellos, tanto sese como Jessie eran Omegas dominantes y eso muchas veces era un gran problema.

— ¡No puedes decirme como vestir!

— Soy tu hermano princesa.

— Para tus apodos de una vez por todas.

— Eres mi princesa hasta que me muera.

— ¡Papá!

— ¡Suficiente ustedes dos! - La voz del alfa se escucha en el comedor y luego todo queda en un completo silencio, Jimin lo agradece internamente y toma ambos platos llevándolos a la mesa.

Jungkook mira a sus hijos y luego a su Omega, está serio, aparentemente estresado. Dejando el plato frente al alfa, luego se dirige a su asiento, justo al lado de su hijo menor quien parece absorto de todo lo que sucede a su alrededor.

— Deben dejar de discutir por todo, son hermanos no enemigos.

— Pero papá...

— He dicho que basta Jessie.- La Omega baja su cara avergonzada.- Olvídate de esa ropa inapropiada, tienes trece años ¿Has entendido? Hay tiempo para cada cosa, sigues siendo una niña y las niñas no se visten de esa manera.

— Si papá.

— En cuanto a tí.- Está vez el alfa se dirigió a su hijo mayor.- Deja de molestarla, que seas mayor no te da el derecho de tocar sus cosas ¿Lo entiendes?

— Si, pa.

Es así como todo se vuelve una calma inminente, Jimin siente que puede respirar, aunque no sea así del todo.

— Papi.- La voz aguda y casi susurrante de su hijo menor llama su atención, Andrew es un alfa idéntico a su padre, Pero tan dulce como él.

— ¿Si amor?

— Mi cumpleaños número nueve ya casi se acerca, he subido mis calificaciones y me he portado bien.- El pequeño alfa estira su dibujo hacia su padre Omega y este lo mira con una sonrisa.

— ¿Una computadora gamer?

— Si.

Pero si su pequeñín era toda una ternurita, tan precioso e inteligente.

— Cuenta con ello mi vida.- Sus ojos se iluminan mirando a su padre y el Omega besa su cabellera negra amasando sus mejillas.

Cuando la hora llega, todos se retiran despidiendose de sus padres, Jimin no pasa desapercibido la actitud apagada de Minmin, ni menos que no haya tocado su comida, definitivamente tendría una charla con él.

El teléfono del alfa suena y este gruñe antes de tomarlo.

— ¡Se que tengo una junta ahora! Ya iré ¿De acuerdo?

Entonces la incomodidad vuelve, su lobo se alarma ante sus emociones y él respira tratando de calmar esas ansias.

— Debo irme ahora.- El alfa se levanta, besa los labios de su esposo y luego toma su café de un sorbo, alejándose en busca de su saco. A su alrededor los platos vacíos. Y otros dos con restos del desayuno, son su única compañía, Jimin no odiaba su familia ni su vida hogareña, él los amaba con todo su corazón.

Pero estaba tan vulnerable que no podía controlar esas ganas de llorar que luego lo invadieron, es que en todas las familias hay altos y bajos, habían pasado por ellos un montón de veces, entonces, ¿Quería pasaba ahora?

Y mientras buscaba la respuesta, decidió recoger su casa, empezó sus quehaceres intentando distraer su mente caótica, incluso después de que el teléfono sonara tres veces él no lo escuchó hasta el quinto timbre.

— ¿Si?

— Cariño, he olvidado unos contratos en la oficina, tengo una reunión en breve ¿Podrias traermelos?

Su corazón empezó  a latir.

— Claro.

— Gracias amor.

Es como si una incinerante llama se apoderara de él, corrió al baño y se dió el baño mas profundo y rápido que pudo, está vez ignoro los prejuicios y cambio sus pantalones de algodón, por Jeans de tiro alto blancos, acompañados de una camisa holgada rosa por dentro de sus jeans y una chaqueta a juego con su pantalón, botines con tacón y un cinturón; Hace mucho no se veía tan juvenil, tan jodidamente precioso.

Buscando los contratos, sonrió cuando los tuvo en sus manos y se apresuró a su destino. La oficina de su esposo.

Jimin era reconocido en la instalación y en los medios como el esposo de Jeon Jungkook. Siendo así reverenciando por los empleados que le veían mientras camina por la empresa hasta el ascensor, incluso por esa mujer que lo encendía en celos.

— Señor Jeon, Jungkook está en una reí justo ahora,mis gusta puede dejarme los contratos y yo se los entregaré al salir.- Jimin no lo entendía, pero había algo en ella que lo mantenía en alerta.

— Lo esperare en la oficina.

La mujer abre su boca para opinar, pero antes de eso Jimin ya se dirige a la oficina de su esposa, el lugar es cálido, hay fotos de sus hijos e incluso suyas por doquier, por un momento se cuestiono sus pensamientos irracionales, su alfa jamás lo había engañado, el tenia la certeza de que así era, entonces¿Qué sucedía con él?

— No quiero peros, quiero el trato listo en media hora.- La voz del alfa ordenandole a su secretaria lo hizo ver en su dirección, sin embargo, Jungkook quedó paralizado cuando diviso la figura de su esposo.- Mierda.

— He traído tus contratos.- Moviendo los papeles, el,Omega le mostró una sonrisa. Mientras Jungkook detallaba su cuerpo con la mirada.- Bueno, iré al centro comercial, compraré la computadora de Andrew.

— Cariño espera.- Deteniéndose cuando el alfa todo sus caderas, Jimin sonrió al sentir la nariz curiosa del contrario sobre su marca.- Hueles muy bien cariño, estás tan precioso, me siento celoso.

— ¿Tú estás celoso?

— Mucho.

— No seas tonto.- Dándose vuelta, el alfa lo tomó de la cintura sentandolo en su escritorio.- Debo irme.

— ¿Sin mi olor? No quiero que se acerquen a tí.

— ¿Y que harás? Ya tengo tu olor,

— No es tan fuerte.- Besando su cuello, el alfa empezó a quitar la chaqueta de su omega.- Quiero que huelas completamente a mí de pies a cabeza, mi amor.

El omega jadeo cuando los dientes del alfa mordieron su pezón por encima de su camisa, sus manos estaban por todo su torso, sus labios besaban la piel de su cuello, dónde yace su marca muy notoria.

— Kook...

El alfa quito el cinturón del Omega, casi recostandole el escritorio, el Omega jadeaba como loco, totalmente excitado a tal punto de que sus feromonas empezaban a ser muy fuertes. Jungkook parecía una bestia hambrienta, devorando todo a su paso y quitando la ropa de su omega, cuando ambos se miraron fue inevitable no querer devorarse los labios y así lo hicieron.

Las ganas entre ellos eran palpables, estar rodeados constantemente de sus hijos, les hacía temer menos intimidad, sin embargo, en esos momentos donde no podían controlar esos lados lo unos, agradecían que sus cachorros no estuvieran cerca.

Con su mejilla pegada de la madera del escritorio, el o,ega gemía mientras su esposo lamía y chupaba su entrada como un loco hambriento, a este punto esa secretaria debió haberlos escuchado y a Jimin le alegraba aquello. Una nalgada lo hizo saltar soltando un chillido y al ver a su esposo vuelto un desastre, toda la cordura abandonó su cuerpo.

Quería ser tomado justo en ese momento, y así el alfa parecía haber leído su mente, pues con una sonrió empezó a desabotonar su pantalón, acariciando las nalgas de su amado y metiendo su pulgar,adentro  y fuera, ocasionando que los nudillos se volvieran blancos por la presión, eso no se comparo al ser llenado por fin, la boca de Jimin se abrió buscando aire, mientras el alfa empezaba a estrellar sus caderas.

Los gemidos se convirtieron en una exótica y excitante melodía que llenaba todo el ambiente.

— Mírate cielo, están tan putamente rico.- Abriendo sus nalgas morp como salía y entraba de su esposo, mientras Jimin intentaba controlar su cuerpo, pero al entrar meciendo contra el escritorio ayudaba a la estimulado que estaba sintiendo.- Quiero romperte mi amor.

Si bien ahora tenían más edad, eso significaba que se habían vuelto unos aburridos. Llevandp ambas manos a la cintura de su Omega, la tomó con ambas manos estrellándose con muchas más fuerzas, los gemidos llegaban a ser casi chillidos y ellos estaban al borde el placer.

— No tome la pastilla, si me anudas yo... Oh dios mío que rico.

El alfa empezó a hincharse y palpitar en su interior, haciendo que los pequeños colmillos del Omega salieran junto a un chorro de semen caliente que quedó regado en el escritorio.

Un momento de calentura y poca cordura, los dejo jadeantes y candados, unidos por un nudo mientras el alfa se descargaba en su interior.

— Faltan algunas horas para que los chicos lleguen a casa.- Comentó el alfa.- sigamos en casa cariño.

El omega asintió con una sonrisa cansada.

No había nada como la atención de su alfa para borrar sus inseguridades, incluso después de acomodar sus ropas, salieron tomados de las manos y sonriendo entre coqueteos, la mujer bajo la mirada avergonzada y Jimin sintió un poco de pena por ella, una que desapareció cuando su alfa apretó su trasero en el ascensor.

Después de eso llegó la pequeña Annie.





Me llegó la inspiración de repente con esta historia, espero les guste, si hay un error lo corregiré mañana, besitosss


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