035
Frente aquella hoja de papel que establecería finalmente el titulo de "casados", se encontraban alfa y Omega.
Pues no había nada más que decidir si estaban completamente seguros de lo que querían, ya no hacía falta nada más que los latidos de sus corazones para darse cuenta que en realidad se atraían con locura.
Además de que eran destinados, así no se casarán, una vez sus lobos se hayan conocido y establecido un lazo, separarse podía ser fatal para la salud de ambos.
Estaban destinados a una vida juntos de todos modos.
— ¿Por qué me estás concediendo más de la mitad de lo que me corresponde? ¿No es eso algo injusto?- Preguntó el Omega mirando las cláusulas del acta matrimonial.
— ¿Injusto?
— Esto es tuyo, te has esforzado por mantener tu herencia y la compañía tu solo ¿Por qué me das tanto?.
— ¿Que sentido tiene haberse esforzado tanto cuando no lo compartiré con nadie? Lo hice para que el día que encontrará a mi Omega pudiera darle todo y no dependiera de mi si quisiera irse de mi lado.
El Omega bufo.
— No seas payaso lobo tonto.
— ¿Que tiene de malo querer complacer a mi amor? Después de todo la fortuna que me fue asignada sigue creciendo conforme a como lo hace la compañía, no me quedaré pobre lobo dramático.
El Omega rodó sus ojos ante aquella tonta discusión, sin importar que el abogado y un juez estuvieran frente a ellos mirándolos con una sonrisa. Esa parejita era un caso serio.
— Como sea Jimin, solo firma.- El Omega suspiro y tomo el bolígrafo que le habían dado, el anillo en su mano brillaba lo suficiente mientras está se movía conforme el Omega firmaba aquel acta.
Jungkook sonrió cando finalmente la firma de Jimin estuvo plasmada en aquel papel y firmo el también sin dudar.
Oficialmente se habían casado, silenciosa y discretamente.
— Muy bien, está acta ira a un registro civil, de igual manera felicidades, los declaro esposos señores Jeon.
El Omega sonrió mirando al alfa, definitivamente aquello sonaba bastante bien.
Jeon Jimin.
Y es que Jimin jamás pensó que después de Yoongi habría alguien más, ni siquiera pensaba en una vida diferente que no fuera la que tenía con el alfa, era bastante pesimista, no podían culparlo cuando nunca tuvo la seguridad suficiente para ver por el mismo y establecer límites en su vida.
Su padre le había enseñado que como Omega no tenía voz ni voto y que sus añoranzas eran nulas.
No valía la pena.
Pero Jungkook era todo lo contrario a lo que habia conocido como alfa, no lo juzgaba ni lo maltrataba, no lo dejaba pasar hambre ni frío y mucho menos lo engañaba.
Le daba su lugar y lo trataba con respeto respetando sus decisiones y haciéndolo sentir después de tanto tiempo, querido nuevamente.
Entonces si alguien le preguntaba al Omega si cambiaría algo de su presente, definitivamente diría que no.
Porque se sentía bien al lado de su alfa y no por su dinero y todo lo que tenía que ofrecer, si no porque como alfa Jungkook era todo lo que estaba bien para el.
— Que tengan buenas tardes señores Jeon.- Los alfas se despidieron del ahora matrimonio Jeon con una sonrisa.
Mientras que cuando la oficina quedó absoluto silencio, con solo los dos en ella, Jimin volteó a mirar al alfa con una sonrisa.
— No me mires así.- El Omega se levantó del escritorio y camino con lentitud pasando el seguro de la puerta.
— ¿Cómo así?.- Se dió la vuelta mirando al alfa de manera inocente y con una sonrisa lasciva.
— Dios ¿Que intentas hacer eh?
El castaño empezó a reír de manera coqueta caminando hacia el alfa.
La verdad era que las sensaciones que le causaba Jungkook iban mucho más allá que solo sentimientos de seguridad y profundo cariño, porqué también estaba la jodida atracción física del hombre que lo volvía completamente loco.
Quería estar encima de ese alfa todo el día siendo llenado por el y su gran nudo. Jamás había sido tan cachondo Pero eso también lo provocaba el alfa.
Y más con eso trajes que se ajustaban a la perfección en su cuerpo, ese chaleco, junto con aquella camisa de vestir que se pegaba a sus músculos, era un completo deleite para un omega con las hormonas locas y embarazado.
Se sentó en el regazo del alfa con una pierna a cada lado llevando sus manos a aquellos lentes para quitarlos por completo.
— Amor dejame llevarte a una velada está noche para celebrar nuestra...- Ni siquiera pudo terminar cuando Jimin había empezado a comerle la boca de manera lenta y erótica.
Cuando el fuerte olor a vainilla y citricos salió a relucir en el lugar Jungkook supo que, estaba perdido.
Sus deditos se fueron a aquellos grandes botones que mantenían las extremidades del chaleco cerrado y los desabrochó sin dejar de besar los labios de su ahora esposo.
— Jimin...
— ¿Hmm?
El Omega se separó de los labios contrarios para mirar a su alfa.
— Estamos en la oficina cielo.
— No haré mucho ruido lo prometo.
— ¡No mientas! Gritas muy fuerte.
El Omega dejó el chaleco de su alfa para tomar sus mejillas con cariño acariciandolas.
— Eso debería hacerte sentir orgulloso, me llenas tan bien que siempre quiero más de ti ¿Soy un mal esposo por eso?.
Un descarado, eso era.
— Atrevido.
— Y jodidamente tuyo, soy tuyo mi amor, tu Omega.
Porque Jimin sabía que cederle el control completo de su cuerpo y su alma, era la clave para que Jungkook se entregará a el.
Las pupilas del alfa se dilataron y sus manos azotaron con fuerza las nalgas pomposas de su Omega.
— Voy cogerte duro Jimin.
— ¡Si quiero!- Exclamó en un grito entusiasta y lleno de felicidad.
Cómo si nunca fuera suficiente las veces que lo hicieran, siempre querían más del otro.
🌖🌕🌔
El viaje a Jeju estaba programado para la mañana siguiente después de que firmarán el acta.
Los ahora señores Jeon estaban preparados para abordar un avión que los llevaría directamente a la isla.
La prensa los había pillado, fotografiandolos en su entrada al aeropuerto, para Jungkook aquella era la oportunidad perfecta para finalmente anunciar su unión.
Pero Jimin le había dicho que quizás no fuera el momento indicado, no podía hacer una tormenta y luego huir de ella como si nada en un acto cobarde ¿No es así?
Por lo tanto el alfa concordó con que no era lo correcto y que sabía que tendría que enfrentar lo que fuera que se aproximara sin temor ni esconderse.
— ¿Hizo unas reservaciones? Ni siquiera me di cuenta...
— Porqué las hice por mi cuenta.
El Omega miro al alfa, este tenía algunos chupetones en su cuello pero lucia realmente relajado, además esa ropa informal le quedaba tan bien que podia sentir ese cosquilleo en su estómago.
— ¿Puedes dejar de verme así? Omega pervertido.
El castaño sonrió y negó divertido.
— Nunca tengo suficiente de ti, no me culpes.
— ¿Que? Me has dejado tan seco que no creo ser capaz de preñarte.
El Omega sonrió ante la idea de estar en cinta nuevamente está vez de su alfa y sintió un fuerte escalofrío.
— Si bueno no estamos desesperados por tener bebés ¿Verdad? Te recuperarás cuando sea el momento.
El alfa asintió y volteó a ver al castaño.
— Tienes razón, estos dos serán suficiente por ahora.- El alfa posó su mano en el abultadito vientre del Omega haciendo que este cerrara los ojos con satisfacción, amaba los mimos en su pancita. - ¿Tienes algo en mente para nuestra luna de miel?.
El Omega abrió sus ojos instintivamente y miro a su alfa.
— No realmente, solo una petición.
— Ajá, te escucho...- La mano del alfa se movía en círculos por el vientre del castaño, hasta que escuchó Aquello.
Y es que a pesar de haberlo pensado, el que su Omega se lo pidiera lo hacía más interesante.
— Quiero que me marques alfa.
Porque si iban a entregarse como un matrimonio y lobos destinados tenían que hacerlo de la manera correcta.
Las cosas a medias nunca funcionan correctamente.
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