029
Los ojos del alfa se abrieron ante semejante petición, la voz melosa y el fuerte olor estaban abrumandolo.
Quizás el lobo de Jimin estaba tomando posesión de el o influia en sus pensamientos, pues el olor detonaba excitación de parte del Omega.
Su miembro se endureció como una roca y su corazón se agito con fuerza cuando miro el desastre jadeante que era el Omega.
Sus mejillas estaban enrojecidas al igual que su nariz, sus ojos brillantes y sus labios pomposos estaban abiertos jadeando y expectantes.
— Jimin pero... Los cachorros...
— ¿Que hay con ellos?
— Los podemos lastimar, no hay apuro podemos espe...
— ¿Me estás rechazando?- El Omega habló de manera tosca alzando una ceja.
La verdad era que el libido de Jimin había aumentado desde que lo vio leyendo en la cama, ese alfa estaba tan bien proporcionado que imaginarselo en el acto era una completa locura.
— No lo hago, pienso en tu bienestar y el de los bebés.
— No lo haces, si lo hicieras sabrías que quiero esto y que ellos no saldrán afectados.
— Pues no lo sé, jamás he lidiado con un Omega embarazo no puedes culparme.- Aquello hizo sentir como un idiota al Omega, el mismo que sintió sus ojos aguarse.
¿Por qué tenía que ser tan sensible?.
— Lo siento, olvídalo - Salió de los brazos del alfa dándose la vuelta para dormir de espalda hacia el.
Mientras Jungkook odiaba ese instinto protector que lo hacía pensar en cualquier detalle antes de avanzar con el Omega, jamás se había sentido de esa manera con nadie, como si proteger a Jimin fuera lo más importante en su vida.
Se acostó del otro lado pensando en abrazarlo, en hacerle mimos en su vientre, pero era más que claro que el Omega no lo permitiría, pues su olor a vainilla se había tornado un poco ácido y podía sentir su enojo en las feromonas que soltaba de manera inconsciente.
Entonces cuando pensó que podría lidiar con eso y que se trataba de un simple berrinche, escuchó al lobo contrario aullar con tristeza.
Es todo, no podía negarle al Omega algo que realmente quería.
Rápidamente se dió la vuelta y se poso encima del Omega, tomo su cara y empezó a besar sus labios de manera intensa, saboreando los labios grueso y pasando la lengua por los mismos como si fueran el manjar más delicioso existente.
Los brazos del contrario rodearon su cuello y sus piernas se abrieron dándole paso entre ellas a su mayor perdición.
Las manos grandes del Omega bajaron de sus mejillas a sus muslos y los acarició por encima del pantalón de pijama, dando palmadas en la cara interna de los mismos.
Jimin tenía una piel tan blanca que marcarlo con sus dedos y labios era ahora una necesidad para el.
Dió un último beso robándole un gemido involuntario al Omega, para bajar a su cuello y la fuente de su olor, entonces aspirar ese olor a vainilla y citricos fue un detonante para el, su alfa gruño con fuerza y su agarre en la piel de los muslos del Omega se volvió más fuerte.
En ese momento quería enterrarse en lo más profundo de su ser y llenarlo con su nudo hasta que quedará completamente seco.
— Hueles tan malditamente bien que juro que enloquecere solo con estar aquí - Murmuró en su cuello lamiendo el mismo de manera lasciva como si buscará hartarse del sabor de su piel.- Tu, los cachorros, tus feromonas ¿Es que acaso quieres matarme cariño?
El Omega negó embelesado por las sensaciones tan abrumadoras que sentía, ambos estaban desesperados por sentirse, necesitaban con urgencia sentirse. Las manos del alfa subieron a la elástica del pantalón contrario para deslizarlo y así quitarlo por completo.
Para su sorpresa Jimin no tenía más que unos pantalones de pijama y estaba completamente desnudo sin el, la tela delgada se deslizó por sus piernas hermosas dejando relucir el miembro erecto del Omega y el lubricante que había empezado a salir de su entrada creando una mancha en las sábanas de la cama, Jungkook enloqueció cuando el olor del lubricante lleno el lugar, bajando su cara empezó a besar las piernas del Omega, mordisqueando su piel y chupando pequeñas proporciones.
El omega arqueó su espalda mientras su boca se abría soltando un fuerte jadeó, sentía que la boca del alfa quemaba su piel de manera incandescente y erótica, cada vez que sus labios chupaban un trozo de su piel su vientre se contraria llevando corrientes a su erecto pene y haciendo que el lubricante saliera cada vez más.
Las sábanas a esas alturas era lo que menos importaba.
La lengua del peli negro subió desde sus muslos hasta su vientre, donde un bultito estaba, internamente le pidió disculpas a los cachorros, pues esa noche iba a invadir su espacio.
Levantó la camisa del Omega sacándola por completo de su vista, apreciando los pezones levemente hinchados y erguidos del castaño.
Toda la escena era demasiado erótica para el. Empezó a besar cada parte del dorso del Omega mientras que con sus dedos trataba de recoger el lubricante que salía y llevarlo a la entrada contraria cada vez que un dígito entraba en ella.
Jimin estaba apretado, pero cada vez que un dedo entraba en su culo este lo recibía de manera agradecida, como si fuera lo que más quisiera en ese momento.
Un dígito se convirtió en dos y finalmente en tres haciendo que el Omega gimiera con fuerza enterrando sus uñas en los hombros contrarios, ni siquiera intentar meter el lubricante que escurría funcionaba, porque el parecía una fuente.
El alfa volvió a apoyarse en un brazo a la altura del rostro sonrojado y jadeante del Omega, mientras veía como su cuerpo se sacudía por las embestidas que le daba con sus dedos, sintió cuando miro esos grandes ojos fijarse en los suyo, y los murmuros intendibles salieron de sus labios.
Curveó sus dedos y el fuerte grito del Omega lo paralizó en un fuerte escalofrío que recorrió su espina dorsal.
~ Alfa ahí
Movió nuevamente sus dedos viendo como el Omega mordía su labio y enterraba sus uñas en sus hombros.
Entonces supo que había tocado el punto dulce del Omega.
Saco sus dedos llevandose un quejido de parte del Omega.
— No me mires así lobito, te haré sentir mejor.- Los ojos del Omega brillaron ante aquello, vió como el alfa bajaba su mirada hacia su miembro y luego la volvió a poner en sus ojos - Tu alfa te dará lo que quieres.
La punta del miembro contrario presiono su entrada haciendo que su boca se abriera en forma de "o", poco a poco sintió cada centímetro de aquel miembro duro y palpitante y los siseos del alfa al introducirse profundo en su entrada.
La intromisión fue dolorosa pero definitivamente quería aquello.
El alfa poso ambas manos a cada lado de la cabeza del Omega, esperando pacientemente que el contrario le pidiera moverse, el cabello negro caia en ondas sudorosas por su rostro su lengua salía de sus labios lamiendo los mismos, y las gotas de sudor estaban albergadas en su frente con varios cabellos pegados a la misma.
Ambos eran un desastre.
El castaño subió su cadera y luego la bajo penetrandose a si mismo, entonces esa fue la señal que el alfa necesitaba para empezar moverse.
Tomo una posición diferente dejando de apoyarse en sus manos para hacerlo en sus rodillas, con ambas manos tomo la estrecha cintura del Omega dejando los pulgares en su abdomen sin hacer demasiada presión.
Sus caderas empezaron a estrecharse con fuerza en el trasero pomposo del Omega, el ruido chicloso que hacía su miembro al estrellarse en esa entrada embarrada de lubricante, era obsceno y tan excitante que solo servía para darle impulsos al alfa de moverse mucho más rápido.
Cuando rozó ese punto dulce nuevamente el Omega se arqueó y apretó las sábanas bajo sus manos.
~ ¿Que sucede lobito? ¿Te gusta?
El Omega abrió sus ojos grandes e intento decir palabra alguna pero nada coherente salía de sus labios.
Hasta que el alfa se estrello con una fuerza abismal, haciendolo enloquecer.
~ ¡Ay! Si... Si alfa ahí...
~ ¿Aquí cariño?- Volvio a estrellarse con la misma fuerza haciendo que el Omega pusiera sus ojos en blanco.
~ ¡Si mi amor ahí! ¡Oh diablos que rico!...
Solo basto unos embistes más para que el Omega se corrieras en gruesos chorros de semen caliente en su abdomen.
Mientras que la presión que las paredes anales del Omega hicieron en el falo del contrario hicieron aproximar su orgasmo.
~ Anudame, correte dentro, dentro de mi alfa.
Aquello fue suficiente para que el alfa convulsionara dentro del Omega llenandolo de su semen e hinchando su nudo dentro de el, cayendo hacia el castaño apoyándose en sus manos nuevamente.
Jadeante y con sus ojos cerrados junto su frente con la del Omega, tratando de respirar con normalidad.
— ¿Estás bien cariño?
El Omega sonrió con ternura besando la punta de la nariz del alfa.
— Estoy muy muy bien.
Cómo si aquello hubiera sido un paso importante para ambos.
Pues el alfa sabía que desde ahora el Omega sería su perdición y su cuerpo su mayor adicción.
Y el Omega que no podría vivir sin el alfa, porque ahora había probado su entera compañia y le había gustado en demasía.
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