...

"¿Me amas?"

"Claro que te amo Kookie, eres mi alfa"

...

" Quiero proponerle matrimonio"

" Amigo sabes que debido a tu posición tu futura esposa debe ser aprobada por tu familia, ellos deben decidir con quién compartirás tu herencia"

" Lo sé amigo, por eso antes de proponerle matrimonio la llevaré con ellos, deséame suerte".

"Suerte amigo".

...

" Lo siento hijo, no creo que la señorita Lisa sea adecuada para ti, no lo tomes a mal, solo es mi instinto lobuno quien me asegura que ella no es".

" Pero mamá..."

"Lo sentimos hijo, si la Omega de tu madre no está de acuerdo me temo que yo tampoco"

" papá...."

...

" ¡No me quieren Kookie! No podemos seguir juntos."

" No llores mi amor, no importa lo que digan, seguiré aquí para ti".

...

"¡¿Por qué lo hiciste Lisa?! ¿Que no te eh dado todo de mi? ¡Maldita seas!

" ¡Lo hice por ti! Por mi, por nosotros amor, tu abuelo dijo que si lo hacía no se interpondria en nuestro camino, podemos ser felices Look"

" ¡Estás demente! Ni siquiera puedo imaginar tocar tu cuerpo, tu... ¡Lárgate de mi vista! ¡No quiero volver a verte me das asco!"

" ¡Dijiste que estarías para mí!"

" Yo pensé lo mismo de ti... Que equivocado estuve..."

...

El alfa miraba aquel cuadro guindado en la pared de su sala, aquel que había sido pintado casi de manera perfecta por la Omega, en una de esas escapadas que se daban.

La primera vez que estuvieron juntos.

Si el alfa pudiera borrar cada recuerdo, cada palabra, cada toque, cada momento que vivió a su lado lo haría sin remordimientos.

Esa mujer no merecía ni un poco de su empatía.

Lo había traicionado de la manera más asquerosa y banal que pudiera existir.

Sabía que su "Abuelo" buscaba la manera de dañarlo, sin embargo no había pensado en lo sucio y vil que fuera aquel hombre, hasta ese día.

Desde ahí Jungkook había formado un vida bastante alejada de la de su familia.

Dispuesto a llevar una vida tranquila y sin involucrarse demasiado con ellos.

Pero ahora venía Jimin con sus grandes ojos llenos de una galaxia desconocida y las posibilidades de que fuera su Omega descontrolando absolutamente todo.

El rechazo podía causar enfermedades en el Omega hasta incluso la muerte, dependiendo del estado en el que se encuentre su lobo.

Así que tal cosa ni siquiera era una opción, por lo menos no directamente.

Tenía claro que debía mantener una distancia con el Omega, aún que su trabajo no le iba a permitir tanta distancia.

Aun así, aquello sería como un método de defensa ante las sensaciones que el Omega le causaba.

"¿Ya habrá cenado?"

"¿Que tal quedaría su nido?"

El alfa sacudió su cabeza ante aquellos pensamientos, realmente ya estaba enloqueciendo y no llevaba ni una semana de haber conocido al Omega...

🌖🌕🌔

Jimin se preguntaba una y otra vez ¿Que le había sucedido? Porque de pronto su actitud cambio tanto, a tal punto de abandonar la compañía en plena organización del evento de aniversario.

Había tenido tanto trabajo que estaba realmente cansado, se había tomado la molestia de pedirle al chófer que lo llevará a alguna tienda de convivencia y comprar algunos alimentos, no alcanzaría para una quincena, quizás doce días, podía aguantar mientras esperaba su pagó.

El mismo que al ver la cantidad se alegraba, pues podría pagar la mensualidad del lugar donde vivía, comida e ir al médico, si le sobraba algo compraría algo que le sirviera para reparar las ventanas del lugar

Así el frío no se colaría por las grietas, dejando un ambiente casi congelado dentro del lugar.

Aún que esa noche no era un problema, pues después de un tazón de Ramen calientito, armo su cómodo nido y se envolvió en las gruesas mantas rodando de un lado a otro sobre las mantas mientras abrazaba el peluche en forma de elefante.

Su lobo interior estaba contento, y por primera vez en algún tiempo, Jimin también lo estaba.

Sus manos soltaron el peluche y se fueron a su vientre aparentemente plano, aún que detallandolo bien Jimin podía sentir una pequeñita onda.

— Estaremos bien...- Le Susurró antes de caer rendido gracias al cansancio del día tan ajetreado que había tenido, y la calidez de aquellas mantas.

Los ojos rojos del alfa estaban tan encendidos en irá que le era imposible reaccionar bajo su mirada.

Los golpes no paraban, directamente en su rostro haciéndolo estremecer con cada impacto, mientras el Omega abrazaba con fuerza su gran vientre

No podía reconocer el rostro del alfa por lo hinchado que estaban sus ojos, pero si conocía esos ojos

Dónde fueran

Jimin sabía que ese era Yoongi.

El último impacto resonó y todo se volvió negro.

Con un salto el Omega despertó, su respiración estaba tan acelerada como si hubiera corrido un maratón, la alarma que Jin le había puesto no dejaba de sonar, haciéndolo reaccionar de inmediato y solo así notar los leves rayos solares que se asomaban.

Ya iban tres días desde aquel acontecimiento, no había soñado con Yoongi, ni siquiera sentía la ausencia del alfa, pero su lobo estaba tan inquieto por aquel sueño, que sentía temeroso de que en cualquier momento el alfa apareciera y quisiera golpearlo una vez más.

Sabía que nadie lo protegería como aquella vez, tenía miedo porque sabía que si Yoongi aparecía podría manejarlo a su antojo sin refutar, pues la dominación del alfa era tan fuerte y efectiva en el, que usar su voz de mando era absolutamente nada ante una simple orden ejercida por su voz normal.

Tocó su pecho y respiro con calma, debía tomar un café instantáneo, tomar un baño frío como sería desde ahora en adelante, poner alguna de las prendas que su jefe le había comprado y llegar a tiempo.

Sencillo ¿No?

Entonces con esa tranquilidad que trataba de imponerse hizo las cosas según lo planeado, llegando a la compañía algunos minutos antes.

Su escritorio de madera pulida ya estaba fuera de la oficina de su jefe, junto a un monitor con su teclado y mouse, como también un pequeño bold de caramelos de café masticables, seguramente por petición de Jin.

Aún así Jimin debía notificar su presencia y estar a la orden de su jefe.

Lo que no esperaba era conseguirlo caminando de un lado a otro dentro de su oficina.

— ¡Park! ¿Por qué no me diste tu nuevo número? No sabía cómo comunicarme contigo.- El desesperó en el alfa asustó completamente al Omega.

— Disculpe señor... Yo no sé cómo darle mi número, no me lo sé de memoria- Murmuró avergonzado.

— Tu... ¿Estás bien? Digo... Yo... Bueno no lo sé, solo necesito el reporte de ventas de este mes, encargarte.

El Omega asintió y se dió la vuelta dispuesto a irse

— Si estoy bien Señor, me alegra que se encuentre mejor- Le dijo antes de salir de la oficina.

Bien todo parecía bien.

¿Entonces por qué el lobo de Jungkook estaba tan inquieto y gruñendo de enojo?.

Sea lo que sea hacía sentír a Jungkook ansioso y desesperado...