007
El tiempo realmente pasa volando, es increíble recordar el inicio de la historia y como ahora llegamos aquí.
Minmin y Sese tienen cinco años y la pequeña Jessie tenía un año y varios meses.
Porqué si, Jimin había tenido una nena, una hermosa nena muy parecida a Jungkook, con cabellos negros largos y ojos grandes, su sonrisita también era como la de un conejito y su nariz redondeada tal y como su padre.
Era demasiado pronto para saberlo Pero Jungkook aseguraba que su hija también era una Omega.
Ese día los niños se habían puesto de acuerdo y pidieron salir a jugar al parque, pues habían hecho sus tareas y habían comido todos sus vegetales.
Así que Jimin quiso premiarlos decidiendo que si los llevaría al parque, el lugar estaba a algunos minutos de su casa por lo que debía llevarlos en auto.
Los tres niños subieron a la parte trasera, Minmin y Sese ya habían dejado de usar sus sillas pero ahora Jessie lo hacía.
— Papá ¿Me comprarás helado?.- Preguntó Minmin quien iba tomado de la mano de su pequeña hermana, el siempre la protegía demasiado.
— Si, lo haré.- El Omega conducía mirando el camino atentamente.
— ¿Y a mí?.- Está vez preguntó Sese con una sonrisa enorme, cada vez se parecía más a Yoongi.
— También a ti.
— ¡¿Mi?!.- El Omega rio cuando la voz chillona y emocionada de su hija llegó a sus canales auditivos.
— Si, también a ti.
— Wow ¡ Estoy taaaan emocionado!.- Exclamó Sese sonriendo.- Jugaré mucho en el tobogán...
— Muy bien mi amor, solo ten cuidado al caer o puedes lastimarte...
— ¡Que dices papi! Soy fuerte como papá ¡Mira mis músculos papi mira!.
Jimin dió una rápida mirada a su hijo el mismo que flexionaba sus bracitos como si estuviera exhibiendo sus inexistentes músculos.
— ¡Wow! Eso es increíble...
— No le mientas papá, no tienes músculos.- Murmuró Minmin quien aún tomaba la pequeña mano de su hermana.
— ¡Oye cállate! Si tengo músculos, hago ejercicios con papá.
— Pero aún no tienes músculos.
— ¡Que si tengo!.
— ¡Que no!.
— ¡Que si envidioso labios de pato!.
— ¡Que no horrible ojos de gato!.
— ¡Gato!
— ¡Ya basta!.- La exclamación del omega hizo a los tres niños callar inmediatamente.- ¿Que les he dicho acerca de sus discusiones? Son hermanos no pueden discutir de esa manera ¿Que les pasa?.
Sese se cruzo de brazos y negó.
— El empezó.
— Y tú seguiste.
Jimin rodó sus ojos y paró el auto frente al parque haciendo que ambos niños miraran por la ventana hacia el lugar.
— Si no dejan de pelear justo ahora voy a dar la vuelta y podrán seguir discutiendo en casa.
— ¡No!.- Gritaron ambos al mismo tiempo con sus ojos grandes.
— Muy bien entonces... ¿Que deben hacer?.
Ambos niños suspiraron rendidos y se miraron.
— Lo siento Sese.
— Lo siento Minmin.
— ¡Mimi!.- Gritó la pequeña emocionada.
Entonces el castaño sonrió con orgullo y asintió, puede que esos niños sean un poco desastrosos, Pero eran buenos niños, eran sus niños.
El teléfono del Omega empezó a sonar y este lo atendió por los altavoces del auto.
— ¿Si?
— ¡Hola amor! ¿Cómo estás? ¿Cómo están los niños?...
— Hmm, estamos bien, justo ahora estamos frente al parque.
— ¡¿Tu solo con los tres?! ¿Por qué no me avisaste?...
— Ey está bien... Puedo controlarlo son mis hijos ¿Lo olvidas?.
— Aún así, es demasiado para ti, iré para allá...
— Jungkook...
— ¡Papá! - Gritaron ambos niños emocionados ante la idea de que su padre alfa tambien los acompañaran.
— ¡Appa!
El Omega rodó los ojos y suspiro...
— Bien, te esperamos en el parque...
— Iré de inmediato, los amo.
— También te amamos.
La llamada se colgó y el Omega suspiró, para luego mirar por la ventana no habían demasiados niños pero habían unos cuantos, sus hijos eran niños obedientes que respondían a su llamado y hacían caso a las órdenes que el les daba, entonces no estaba preocupado por eso, sin embargo Jessie era mas pequeña y un poco inquieta, quizás el venir solo no fue una buena idea.
— ¿Podemos esperar a papá mientras comemos helados?.- Preguntó Sese.
— Si, haremos eso.
El Omega quitó el seguro del auto y bajo para abrir la puerta trasera para que sus hijos salieran mientras el quitaba los seguros de la silla de Jessie y la cargaba en sus brazos.
Una vez listos junto a los tres niños, camino hacia el puesto de helados, para su fortuna la fila no estaba tan larga, pero para su mala suerte su lobo empezó a sentirse extraño, ansioso rasguñaba en su interior.
El ambiente se veía bien, no estaba soleado y los niños a su alrededor jugaban con total normalidad así que no entendía las intuciones de su lobo.
— ¡Quiero uno grande de chocolate!.- Exclamó Sese con emoción.
— ¡Yo quiero uno de menta!. Esta vez fue Minmin quien hablo.
— ¡Fesa!
El Omega asintió a sus hijos mientras la fila avanzaba y su turno se aproximaba.
Sin embargo esa sensación extraña no se iba de su pecho y empezaba a asustarse.
— Manténgase a mi lado, hasta que llegue papá ¿Bien?.
Ambos gemelos asintieron y el pudo respirar tranquilo, su turno llegó y pudo pedir los tres helados, pago por ellos y luego espero tranquilo que se les entregará los dichos helados.
De reojo miro a sus gemelos, los mismos que por un momento miraban a sus alrededor como si buscarán algo.
Definitivamente algo estaba pasando.
— Sus helados.- La voz del beta frente a ellos les llamo la atención, y tomaron sus helados con una sonrisa.
Ayudó a Jessie a sostener y comer el suyo mientras guiaba a los gemelos a una banca de madera para esperar por Jungkook.
Sese comía su helado rápidamente mientras Minmin lo hacía de manera lenta degustando el sabor de su helado de menta, Y Jessie quería devorarlo.
El Omega suspiro y miro a su alrededor, jamás pensó que su vida llegaría a ser lo que era en ese momento, que tendría paz y una familia hermosa.
— ¡Termine!.- Los ojos del Omega se posaron en su hijo, Sese era un caso.- ¡¿Puedo ir a jugar?! Mira el tobogán está solo papi.
— Amor dijimos que esperaríamos a papá...
— Te prometo que me pórtate bien, te lo juro.
¿Cómo podía negarse a las peticiones de su hijo cuando lo miraba con esos pequeños ojos y su labio hecho un puchero?.
— Está bien, ve...
El pequeño asintió y luego corrió hacia el tobogán, Jimin no despegaba su mirada de el hasta que escuchó el quejido de Jessie, pues el helado se estaba derritiendo, así que empezó a ayudarla a mantener la calma, Minmin miraba la escena preocupado, Jessie era alguien muy importante para el desde que la vio por primera vez.
— Está bien nena ¡Mira! Ya lo arregle, papá lo arreglo para ti mi amor, está bien...- La pequeña dejó de quejarse y tomo nuevamente el helado entre sus manitos comenzando a comerlo.
Jimin sonrió y luego miro a Minmin a su lado quien seguía comiendo tranquilamente, para luego buscar con su mirada a Sese y para su sorpresa...
Sese no estaba.
No sé desespero no podía hacerlo con Minmin y Jessie encima de el, así que siguió buscando a su hijo y a lo lejos lo vio, estaba ayudando a ¿Una niña?
El Omega se levanto con Jessie en brazos, tomando a Minmin de la mano caminando hacia Sese.
— Sese.
El niño abrió sus ojos y rápidamente miro a su padre.
— ¡Papi! Ella se cayó y yo...lo siento papá...- El niño bajo su rostro y cerró sus ojos, había desobedecido a su padre.
El odiaba defraudar a sus padres.
Sin embargo el quejido de la niña en el suelo hizo al Omega ver hacia ella, efectivamente tenía un raspón en su rodilla y estaba a punto de llorar.
— Oh pequeña ¿Estás bien?- El Omega se arrodilló en el suelo para revisar la herida de la pequeña, hasta que un Omega se acercó corriendo a ellos.
— ¡Nami! ¿Estás bien mi amor?.- El Omega se alejó un poco cuando identifico al hombre como el padre de la niña y se levantó con Jessie en brazos.
— Yo eh... Mi hijo la estaba ayudando, parece ser solo un raspón...- El Omega levantó su mirada y sus ojos se abrieron al ver a quien tenía frente a el.
— ¿Jimin?
El castaño frunció el ceño, sinceramente no conocía al hombre que lo veía de manera sorprendida, hasta que ese olor llegó a sus fosas nasales.
El mismo olor que traía Yoongi en su ropa cada vez que llegaba al lugar donde vivían.
Era el...
Jimin trago grueso y retrocedió.
— Vamos niños, papá debe estar por llegar.- Ambos niños asintieron dispuestos a seguirlo Pero otra voz los detuvo.
— ¿Amor? ¿Nami está bien?.
Fue entonces cuando las piernas del Omega empezaron a temblar al igual que sus manos, reconocería esa voz a dónde fuera.
Miro a sus hijos los mismo que habian volteado y no despegaban su mirada de aquel hombre, quizás lo sentian, quizás su olor o ese lazo que no debería existir...
— Jimin...
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