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Veinte

— Quiero hacerlo contigo.

Debo decir que mis piernas flaquearon por un segundo. Yo mirando a todas partes y sintiendo que la habitación se hacía más pequeña. ¿Era acaso un ataque de pánico? Nunca en mi vida estuve tan nervioso por tener sexo. Lo pensé y me di cuenta que no era la idea de tener sexo solamente, era la idea de tener sexo con YoonGi.

YoonGi me ponía nervioso.

— No se que decir… — Dije con voz baja, controlándome para evitar que temblara.

Él mojó sus labios y apretó su boca. Un acto que me dijo que de algún modo estaba igual de nervioso que yo. Tragamos saliva al mismo tiempo pero él siguió hablando.

— Dí que también quieres.

Bendito el universo por haberme dado esta vida. Camine entre el par de camas, directo a la suya.

— Oh YoonGi… — Suspire. — me vuelves loco. — Me senté a su lado y tomando su rostro lo bese. — Definitivamente quiero hacerlo.

— Bien. — Respondió mientras me devolvía el beso.

Los dos sonriendo entre pequeños besos, YoonGi se agarró a mis manos y yo me mantuve acariciando sus mejillas.

— Así que seré tu primera vez. — Dije cuando me separé.

Los ojos de YoonGi se hicieron dos medias lunas.

— Por fin se cumple tu sueño. — Sonrió. — ¿No?

— Mentiría si no dijera que me complace mucho ser la primera vez de alguien. — Acepte sin problema, yo frotando mi nariz contra la suya y él riéndose. — Y mentiría aún más si no te dijera que me fascina ser la tuya.

Otra serie de besos pequeños con risillas, yo aprentándome contra él y YoonGi suspirando mientras se abrazaba a mi cuello.

— ¿Tienes lo necesario? — Murmuró sobre mis labios.

Entonces me detuve, golpeándome a mí mismo mentalmente. Sabía que algo me faltaba aquella mañana. Suspire, mordiéndome el labio después.

— Sinceramente YoonGi, si planeaba comprarlo pero he olvidado pasarme a la farmacia.

YoonGi se rió echando la cabeza hacia atrás.

— Así que de verdad querías hacerlo.

— ¿Bromeas? — Respondí, atrayéndolo de nuevo para devorar su boca. — Hace meses que quiero tocarte.

Un poco de asombro en su rostro.

— ¿Desde hace cuanto?

— Desde que me quedé a dormir en tu casa.

Otra risilla por parte de ambos.

— Eso es mucho tiempo.

— Muchísimo, he sufrido bastante desde entonces. — Los dos nos separamos, yo mirándolo a los ojos. — Como sea, no necesitamos esas cosas ahora, hay muchas maneras de tener sexo sin ponerlo dentro.

YoonGi se ruborizó y tragó saliva. Parpadeando nerviosamente mientras se mordía en el interior de su labio inferior.

— Tendrás que enseñarme. — Dijo después de un rato.

Escuché y me estremecí de emoción. Por primera vez fui consciente de lo que significaba hacerlo con YoonGi. Él no tenía ni idea al respecto del asunto más allá de lo que pudo haber leído en libros y yo jamás había estado en la cama con alguien menos experimentado que yo. Entendí que en mi recaía una gran responsabilidad, la de guiar a YoonGi en el proceso y procurar que su primera experiencia sexual compartida con otra persona fuera inolvidable y especial.

Entonces involuntariamente recordé las primeras veces que lo hice con alguien, siempre me sentía nervioso y hasta inseguro, no sólo por no saber cómo moverme ni que hacer más allá de besar, mi aspecto también me hacía ponerme tímido pues mis parejas solían ser chicos con más camino recorrido e increíbles cuerpos atléticos.

Pero entre más pensaba en eso más notaba que YoonGi era diferente a mí, él no estaba cohibido, al menos no lo suficiente para ser notorio, tal vez un poco tímido pero cohibido en lo absoluto. El solo era tan lindo. Y eso me dio confianza. Íbamos a hacerlo sin ningún impedimento aunque tomándolo con mucha calma.

Entre nuestros besos fui empujando a YoonGi hasta acostarnos, yo a su lado con una pierna entre las suyas. Bese sus cachetes y barbilla, para luego ir bajando por su cuello y clavícula. Acaricie su abdomen y deteniéndome sobre su pecho note el pequeño pezón oculto bajo la tela de su ropa, deje un pequeño beso y después mordí. YoonGi jadeando y yo sonriendo de pura satisfacción.

Con el tiempo le saqué la camisa y sentándome sobre él le pedí que me quitara la mía. Me siguió en ese juego, se abrazó a mi y me beso por todo el pecho y abdomen. También dejo besos pequeños sobre mis pezones y ombligo, tan tierno y dedicado.

Lo recosté una vez más, muchos más besos y de a pocos nos sacamos los pantaloncillos. Pude notar la erección de YoonGi y dios… era tan grande, más de lo que había imaginado. Me encantaba, tanto como para aventurarme a trasladar mis caricias un poco hacia abajo. Masajee su sexo sobre la última pieza de tela y YoonGi suspiro sobre mi boca.

— YoonGi. — Llame sacándole un ronco jadeo, respuesta que me dio a entender que me escuchaba. — ¿Te has masturbado pensando en mi?

Me separé y lo observe, sus mejillas rosadas y sus ojos puestos en los mios.

— Algunas veces. — Aceptó con cierta vergüenza

Sonreí maravillado.

— Yo también. — Susurré y luego me reí . — Es decir, pensando en ti.

YoonGi no respondió pero se veía igual de divertido que yo, aunque evidentemente abrumado por tantas nuevas sensaciones. Tirando del elástico hice que su erección saltara al aire. La mire por un segundo. Una verga dura y gruesa, con un suave vello oscuro adornando la base de su pelvis. Estaba húmedo, tanto como yo, con una gota blanca saliendo lentamente por el estrecho orificio. Lo acaricie con mi dedo pulgar y esparcí esa pequeña gota por toda la punta. Los labios de YoonGi se entreabrieron jalando aire, pidiéndome en silencio que lo besara. Me resistí y solo bajé mi mano a lo largo de él, tirando suavemente de la gruesa piel.

Hice eso por bastante tiempo y nuestros ojos siempre fijos, mirándonos de alguna manera inexplicable. YoonGi dejándose hacer mientras su mano acariciaba mis caderas y abdomen, nunca bajando más allá del vientre. La espera me estaba calentando, casi matándome y cuando no lo soporté más me baje los boxers, quedando igualmente desnudo. Sonreí, dejando un pico sobre su boca, luego tomé su mano y lo guíe de camino abajo.

— No seas tímido. — Dije en un susurro.

Bese el lóbulo de su oreja e hice que me tocara. Su mano suave me envolvió con gentileza y tiró lentamente de mi, con una dulzura extrema que me hizo suspirar. Sus besos bajaron a mi cuello, húmedos y largos, erizandome la piel.

Lo masturbé y me masturbo. Seguimos así un buen rato mientras nos besabamos. El jadeando muy bajo y yo sudando al ritmo del placer. Pronto mi deseo por más fue aumentando, ansioso por saborear cada parte de su ser. Me abrí paso por su cuerpo, besando en una línea recta por su abdomen y vientre. Un beso sobre el vello de su pubis y yo separando sus piernas lentamente.

— Vamos a jugar. — Le dije. — Tienes que decirme que parte de mi boca estoy usando.

Para ese punto YoonGi estaba escandalosamente rojo, no obstante nunca pareció querer echarse para atrás. Murmuró un "de acuerdo" y sus ojos brillaron. Deje otro beso en sus caderas y seguí con lo mio. Entrecrucé una de mis manos con una de las de YoonGi, y con la otra sostuve su pene a la altura de mi boca. Primero deje pequeños besos por toda su longitud y luego suaves chupetes.

— Labios. — Me dijo YoonGi y yo sonreí.

Me lo metí a la boca e hice círculos al lamer. YoonGi se tenso y empujó un poco sus caderas, un gemido gutural y su respiración entrecortada.

— Lengua. — Dijo después.

Y de ahí una pequeña mordida. YoonGi dejó ir una pequeña risilla nerviosa.

— Dientes.

Vaya que era bueno.

Continúe subiendo y bajando mi cabeza. El se soltó de mi. Sus manos tomaron mis mejillas y acarició la comisura de mis labios con la yema de los dedos. Disfrutando con gusto esa pequeña felación mientras yo empezaba a acariciar su abdomen y piernas.

Un largo rato de caricias previas y cuando sentí que habíamos jugado lo suficiente subí de vuelta a su boca, atrapando y tomándonos a ambos en una sola de mis manos, atacando su cuello y haciendo que me abrazara. Los dos recostados de lado, uno frente al otro.

Suaves mordidas, lamidas cortas y besos pequeños sobre nuestras bocas. Una bruma espesa de excitación, con nuestros corazones latiendo ruidosamente mientras nos llamábamos por nuestros nombres.

Frote nuestros glandes lentamente entre susurros, risas y gemidos ahogados. YoonGi iba acariciando cada parte de mi cuerpo, delicado, cuidadoso y casi devoto. Nunca nadie me había tocado de esa manera y tuve que admitir que se sentía bien, mucho más que bien, increíble. Supuse que todas esas caricias y besos sobre mi cuerpo era su manera de verme mientras lo hacíamos. Una manera para disfrutar de mi tanto como yo lo estaba disfrutando a él.

Deje que hiciera todo lo que quisiera, incentivandolo cada que parecía contenerse. Sus dedos sobre mi piel bailando con gracia. Tan sensual y caliente. YoonGi tenía todo el potencial para ser el mejor amante del mundo.

Mi mano subiendo y bajando sobre nosotros. Una serie infinita de besos, devorándonos el uno al otro, mordiendo conforme el orgasmo anunciaba su llegada.

— HoSeok. — Llamó con desespero, jadeando con sus ojos apretados.

Su espalda se arqueo, estirando su cuello y hundiendo sus dedos en mi pelo, jalando cada vez con mayor fuerza. Mi mano tirando frenéticamente de nuestro sexo humedo. Ambos estábamos tan cerca.

— Sí, mi amor. — Dije al borde del éxtasis. — Correte conmigo.

Me hundí en su cuello y lo besé, mi abdomen cada vez más apretado y YoonGi quejándose entre gruñidos de mero deseo. Jadeos, gemidos y finalmente un explosión conjunta de hilos blancos entre nuestros pechos. Diez segundos de inmenso placer, yo con la frente recargada sobre su hombro y el acunando mi cabeza entre sus brazos.

Respire varias veces con la cabeza dándome vueltas. Me abrace a su cintura y acaricie su espalda. Después dejé un beso sobre su barbilla mientras los dos estábamos sudando y nos reíamos.
























La cadena del váter y el agua corriendo me sacaron de mis ensoñaciones. Estaba oscuro pero distinguí perfectamente la silueta de YoonGi moviéndose por la habitación, viniendo del baño a la cama con su playera y mis pantaloncillos puestos. Sonreí, pensando que YoonGi se había confundido entre la ropa que aún estaba en el suelo o que simplemente estaba tan preocupado de andar por ahí desnudo que se había puesto lo primero que encontró.

No hice ruido y esperé por él. Yo apenas envuelto de la cintura hacia abajo con las sábanas. YoonGi se recostó lentamente de vuelta y se quedó frente a mi. Me quedé bien quieto, fingiendo seguir dormido. Estiró su mano y acarició mi cabello. Cerré los ojos y disfruté tanto de ese pequeño gesto, contento y sonriendo como un niño pequeño. YoonGi se detuvo de inmediato y junto sus cejas, extrañado.

— Estás despierto. — Una afirmación.

No me sorprendí.

— Hola. — Dije muy bajito, abrazándome al pecho de YoonGi.

Él me envolvió en su regazo y dejó descansar su rostro sobre mi cabeza, peinando delicadamente mi cabello.

— ¿Cómo se siente ya no ser virgen? — Pregunte aún medio adormilado pero bastante despierto para escuchar la risilla ahogada de YoonGi.

— Fabuloso. — Me respondió. — Gracias.

— ¿Cual gracias? — Bromee. — Son cien mil wones por el trabajito.

Una carcajada y yo tan contento de escucharlo. Alce mi rostro y besé castamente su boca.

— No es cierto. — Le dije. — Gracias a ti por dejarme ser el primero.

Dos sonrisas.

— ¿Satisfecho por cumplir tu sueño?

— Mucho muy satisfecho. — ¿Que iba yo a decir sí realmente lo estaba?

Me abrace más fuerte a YoonGi, hundiendome en su olor mientras pensaba lo bueno que sería fundirme con esa suave piel. La noche callada y el acariciandome.

— ¿Yo de verdad te gusto? — Preguntó él, tan repentino otra vez.

Yo me levanté sobre uno de mis brazos y lo miré con gracia, extrañado y curioso por el cuestionamiento.

— Claro que me gustas, más que eso me encantas. — Frote mi nariz con la suya, como me gustaba hacer eso. — Eres divertido y muy listo, con un sentido del humor poco común y aunque aún cometo estupideces sigues siendo paciente conmigo.

— Jamás me habías dicho eso. — Una bonita sonrisa que no duró mucho. — Pero yo me refería en mi aspecto físico.

— Entonces me gustas diez veces más.

— ¿Por qué? — YoonGi con su semblante serio.

— Bueno tal vez esto va a sonar frío y superficial, pero eres realmente guapo, tu rostro me vuelve loco.

— ¿Guapo? — YoonGi sonrió.

— Muy pero que muy guapo, bellísimo, no obstante y espero que no me tomes esto a mal, lo que más me gusta de ti son tus ojos grises, creo que tienen un toque especial.

Otra vez YoonGi se quedó callado.

— Son los ojos más hermosos que he visto en mi vida. — Agregué.

— ¿Como algo que no sirve puede ser hermoso?

Suspire.

— YoonGi, no hay nada de malo en ti. — Lo llame. — Y aunque tus ojos no cumplan la función que les corresponde no quiere decir que dejen de ser hermosos, lo bello es bello por el mero hecho de existir sin importar su supuesta mucha, poca o nula utilidad, todo en ti está bien y algún día haré que veas lo hermoso que eres.

— ¿En serio? — YoonGi tiró sus labios en una sutil curva mientras alzaba su ceja derecha.

— Sí. — Tuve que morderme la lengua para no arruinar la sorpresa. — Lo prometo.

Un beso pequeño seguido de otro rato de silencio. YoonGi puso su manos en mi cara y la acarició como aquella vez en su habitación, haciendo mucho énfasis en mi boca.

— Me gustaría ver tu rostro. — Murmuró con un poco de tristeza y a mi no me gustaba ver a YoonGi triste.

— No te pierdas de nada. — Dije. — Soy muy feo.

— ¿Ah sí? — Hola bonita sonrisa. — Recuerdo que habías dicho que eras guapo.

— Mentí. — Di un beso en su nariz. — Dicen que mi rostro parece al de un caballo.

— A mi me gustan los caballos.

— A mi también. — Respondí haciéndonos reír como unos estúpidos, tanto como para atragantarme con la saliva, unos segundos después nos calmamos y me quedé abrazado a YoonGi. — ¿Qué cosas te gustaría hacer y que no puedes?

YoonGi hizo un ruidito con su garganta, pensando en esas cosas. Mire a esa parte de su cuello.

— Patinar, andar en bici, manejar un auto… — Deje un beso húmedo sobre su piel expuesta. — como tú.

— Puedo enseñarte a hacer todo eso. — Dije pero él pareció no creerme, así que lo volví a besar. — ¿Qué más?

— Tener sexo otra vez.

Me reí contento con esa respuesta.

— Eso sí podemos hacerlo justo ahora.

























Despertar con YoonGi fue toda una nueva experiencia. Aunque había dormido ya una vez en su casa resultó que no pude notar ciertas cosas en aquella ocasión que en el hotel si. Por ejemplo, los pequeños vellos que empezaban a crecer en su barbilla y por encima de sus labios, y que me hicieron cosquillas cuando le di un beso de buenos días.

Lo segundo fue relacionado con eso del vello facial, pues YoonGi había empezado a afeitarse mientras yo también lo hacía, y aunque yo obtuve un pequeño corte en el mentón él en cambio quedó con su ya usual piel de bebé sin una sola irritación.

Luego estuvo el verlo peinarse, una cosa tan sencilla pero a su vez fascinante y por último el lavando sus dientes, inclinándose con cuidado sobre el lavamanos, siempre con una mano sosteniendo el grifo para evitar golpearse con él y con la otra cepillándose dedicadamente su blanca dentadura.

— Nunca había visto que alguien le dedicara tanto tiempo a su limpieza dental. — Dije en algún momento cuando YoonGi empezaba a guardar en la maleta el paquete de hilo para dientes.

Él sonrió con un poco de pena.

— Mi mamá siempre insistió que debía ser muy cuidadoso con mi higiene. — Dijo. — Dado que no puedo ver y las caries tempranas son indoloras debo evitar a toda costa tener alguna. Igual veo al dentista unas tres veces al año.

Eso tenía lógica pero de pronto no pude evitar la imagen de YoonGi en el dentista y de mi a su lado. Una sensación extraña en mi interior a la cual no quise hacerle mucho caso. Le dí un último beso antes de salir de la habitación y fuimos a tomar el desayuno con todos mis compañeros.

Como éramos muchos era obvio que debíamos estar dispuestos varias personas en una mesa. Así YoonGi y yo quedamos junto a otros tres chicos de mi salón. Y cuando llegó el momento de ordenar sentí de nuevo esa cosa rara en mi estómago, mientras yo leía el menú para YoonGi y varios ojos se ponían sobre nosotros.

Una vez más volví a ignorar ese horrible sentimiento.




🌺🌸 A veces y sólo a veces se forman nuevos sentimientos indeseados cuando empiezas a conocer un poco más a tu pareja.

No es malo, simplemente son cosas que suceden. 🌸🌺

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