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Seis

Era otra mañana como todas e hice lo mismo que de costumbre, levantarme, desayunar y manejar a la escuela. No estaba prestando especial atención a nada en particular, solo seguía el camino de siempre. Pare en una luz roja y por aburrimiento mire a ambos lados de la calle, nada interesante. Entonces me fijé en el auto de a lado, una cabeza recargada en la ventanilla, cabellos negros y piel blanca. Sonreí y por mero instinto agite la mano, saludándolo. No tardé en darme cuenta y me sentí estúpido, muy estúpido. Se me ocurrió que podría hacer sonar el claxon y llamar su atención pero aunque lo hiciera, el no sabría que era yo así que me aparté de esa idea. La luz cambió y ambos autos nos movimos, seguimos el mismo camino por un rato y recordé entonces que YoonGi iba a la misma universidad. La facultad de lenguas y literatura estaba al otro extremo del campus así que como era de esperarse hubo un punto en el que tomamos direcciones distintas. Intente no descepcionarme recordando me que más tarde podría platicar con YoonGi y decirle que le había visto en el auto junto a su madre.

Aparque el auto y fui directo a clase. La mañana transcurrió no tan rápido pero tampoco tan lento. Tome el almuerzo junto a JiMin, charlamos y curiosamente mencionó a un chico que había conocido (o más bien visto) en la librería. Me dio la descripción, un chico de cabellos castaños, alto y bastante mono, un chico con un aparato auditivo.

— Lo conozco. — Dije al instante. — Es JungKook.

— ¿JungKook? — Repitió JiMin lentamente, como saboreando el nombre. — Creo que le va. ¿De donde le conoces tú? ¿Toma clases en el taller?

— No toma clases. — Respondí tirando el envase de mi bebida a la basura. — Es un voluntario nuevo, se unió la semana pasada pero también estudia artes.

— Mira, que curioso. — Rió. — ¿Aquí en esta universidad?

— Mmh. — Dude mientras intentaba recordar pero lo cierto es que ese era un dato que no sabía. — Ahora que lo pienso no le he preguntado, pero supongo que lo hace, eso explicaría porque le has visto en la librería.

— Pero cualquiera puede entrar a la librería, no piden pase como la biblioteca, además nunca me lo he topado por los pasillos.

Analice un poco lo que había dicho JiMin y lo cierto es que yo tampoco le había visto jamás por la facultad. Probablemente JungKook estudiaba en otra universidad.

— Tal vez, no lo sé. — Dije al fin y ambos concordamos.

De todas formas JiMin no dejo de decirme que el chico era guapísimo y yo no pude estar en desacuerdo, porque aunque no me gustara ni fuera mi tipo el chico tenía lo suyo.

Después del almuerzo volví al resto de mis clases y hasta allí iba todo bien con mi día. Sin embargo apenas salir al estacionamiento para subir al auto NamJoon se cruzó en mi camino, bloqueando el paso a modo de obligarme a hacerle caso. Me habría gustado que no le funcionara lamentablemente cedí sin más opción.

— Tenemos algo pendiente. — Me dijo acercándose peligrosamente hacia mi.

— Para nada. — Respondí buscando librarme de él, fue inútil.

Me tomó del brazo y tiró de él hasta pegarme a su pecho. Volteé a todos lados, fijandome en cualquier persona que pudiese vernos. Ya suficiente molestia era tener que enfrentarme a NamJoon como para preocuparme de que unos mirones homofóbicos se nos echarán encima o algo por el estilo.

— No hay nadie. — Me dijo buscando mi boca. — ¿No es perfecto? Solo nosotros dos.

— ¿Que demonios pretendes? — Gruñi, finalmente safandome de su agarre.

— Te dije, terminar con lo de la otra noche.

— No seas imbécil, aquello no fue nada, sólo un impulso de mera estupidez. Tu y yo ya no tenemos que ver. Está terminado lo que hubo entre nosotros.

— Vamos HoSeok. — Sonrió dando un paso hacia mí, retrocedí y mi cuerpo topó con otro auto que no era el mió. — Siempre la pasábamos bien, tu mismo lo decías.

— Sí, eso decía. Tiempo pasado, las cosas cambian. Las personas cambiamos.

— ¿Cambiar? ¿En qué demonios has cambiado según tu? Si me pareces el mismo de siempre.

— Sigo siendo yo, sí, pero no el mismo HoSeok que aguantaba las peleas estúpidas que teníamos solo porque te creías con derecho sobre mí. Tampoco soy el mismo que estaba dispuesto a aceptar que mientras tu te acostabas con otros no permitías que yo viera a otras personas.

— Te lo expliqué mil veces...

— Sí, ya sé. — Lo interrumpí empezando a caminar de nuevo hacia mi auto. — Solo eran juegos tontos y jamás hubo nada más. Me se muy bien esa historia NamJoon y ¿Sabes? Ya no importa. No quiero hacer esto, no voy a hacerlo así que desiste.

NamJoon apartó la mirada, visiblemente molesto, alzó los hombros y se frotó el labio con su dedo pulgar. Volvió a mirarme y sonrió dándome un escalofrío. Paso a mi lado y me empujo con su hombro contra el mío, haciéndome chocar con la puerta de mi auto. Fue un golpe duro y aunque me dolió disimule bien el gesto, no iba a demostrarle nada a ese imbécil.

— Como quieras. — Fue lo único que dijo alejándose por fin.

Me quedé un rato allí, dentro del auto. Frote mi hombro y brazo, girandolo lentamente. Tenía que ir al taller así que no me tomé demasiados minutos. Suspire y me fuí, irritado y molesto.




















Procure mantenerme sereno durante todo el trayecto de camino al taller pero mi mal humor llegó conmigo y se quedó incluso después de poner un pie en el salón de clases. Hice todo lo que me correspondía y espere a que los alumnos llegaran, a que YoonGi llegará específicamente. Él llegó junto a su madre y a SeokJin. Eso hizo que me olvidara de todo. Lo vi acercarse y sonreí, la verdad me hacía feliz verlo y más después de haber arreglado aquel pequeño problema entre nosotros. YoonGi soltó el brazo de su madre cuando esta le llevó a sentarse en la mesa del centro, entonces apreté los labios. Hacia poco me había dado cuenta que YoonGi no usaba el bastón cuando su madre le llevaba, solo lo usaba cuando la madre de SeokJin o TaeHyung era quien los dejaba en la clase y eso me parecía algo curioso, tal vez hasta extraño. Me sentía curioso pero intentaba no darle mucha importancia.

Me acerqué y saludé a la mujer, ella me sonrió, justo con el mismo gesto de su hijo.

— Lo dejo a tu cuidado. — Me señaló antes de darle un beso a YoonGi sobre su cabeza. — ¿Sí?

— Por supuesto. — Respondí como cada vez.

La mujer despidió a SeokJin y se fue, entonces me quedé con YoonGi y le llevé conmigo hasta su lugar. Los voluntarios recibimos a los demás alumnos y empezamos la clase. Yo seguí a cargo de YoonGi y Sarang aunque también tenía asignado a SeokJin, sin embargo él se mostraba mucho más cómodo con JungKook así que él era quien lo asistía. Era algo curioso porque SeokJin no podía mirar de frente a JungKook y este no podía entender lo suficiente cuando hablaban así que usaban el lenguaje de señas para complementar lo que se decían entre sí. Me era entretenido verlos de vez en cuando más porque no sabía que SeokJin conocía tan bien el lenguaje.

— ¿Me enseñaras a pintar una flor? — Me pregunto YoonGi llamando mi atención.

— Claro, lo prometí. — Respondí acercando las pinturas y los pinceles.

Días atrás YoonGi me había dicho que deseaba pintar flores pero que aún no sabía cómo, además la maestra Shim no se daba a basto y no había podido enseñarle. Así que yo me ofrecí en ése momento a ayudarle.

— ¿Que tienes en mente? — Le pregunté.

— Un lirio. — Soltó rápidamente.

— ¿Te gustan los lirios?

YoonGi cerró sus ojos y asintió suavemente. Mentalmente guarde esa información.

— Son bonitos. — Respondí mientras pensaba en los dibujos que alguna vez había hecho y analizaba qué tan complicado podría ser. — Pero creo que podríamos empezar con algo más sencillo para que tomes práctica.

— Me parece bien. — Respondió atento a mí. — ¿Que podría ser?

— Una lavanda.

— Pero tienen más flores.

— Si pero pequeñas, es perfecto como principio.

— De acuerdo. — Dijo y estiró el brazo hacia los pinceles, estirando sus labios y mostrando sus bonitos dientes. — ¿Con cual empiezo?

Una sonrisa hermosa que hizo que me ruborizara. Sacudí la cabeza y tragué saliva. Tome un pincel delgado y se lo extendí, le indique que tomara un verde claro e hiciera una línea vertical de aproximadamente treinta centímetros lo más cercano posible al centro del lienzo, YoonGi la trazo casi sin ningún problema, solo un poco desviado a la izquierda. Después le ayude a mezclar las pinturas para obtener diferentes tonos de azul y púrpura, fue una parte difícil porque generalmente yo me guió por la vista para obtener el color deseado pero YoonGi solo podía hacerlo a través de medidas estrictamente establecidas así que por un rato experimente con los colores hasta dar con las proporciones adecuadas, entonces YoonGi pudo hacer sus propios colores en la paleta.

— Ahora haremos pinceladas pequeñas desde la línea verde, desde la parte media del tallo hacia arriba.

YoonGi asintió en silencio y a tientas buscó la línea verde. Un suave toque morado que deslizó apenas un poco. Lo felicite y él se mostró alegre. Le indique otro trazo hacia arriba pero su mano se movió muy lejos y pintó otra parte del lienzo. Hice un ruido de susto con mi garganta.

— ¿Lo arruine? — Me pregunto deteniéndose inmediato y alarmado.

— No. Te saliste del trazo principal pero podemos arreglarlo agregando un segundo tallo.

— ¿Estás seguro?

— Por supuesto, pero primero terminemos este, te guiaré. — Me acerque a él y dude acercando mi mano a la suya. — ¿Puedo?

Él pareció sorprenderse pues abrió mucho los ojos, después de eso asintió y mantuvo su mano al aire, cerca del lienzo. La tome sin poner mucha presión y antes de correr la pintura por el cuadro blanco pude notar muchas cosas. Una piel suave pero que sorprendentemente estaba fría y un casi imperceptible temblor en sus dedos. Juro que por poco yo también temblaba de los nervios. Y cuando me pregunte porque estaba haciendo yo eso me di cuenta que YoonGi me gustaba. Me gustaba y mucho. Entonces fue más fácil para mi controlarlo una vez que lo supe.

Juntos hicimos varios toques de pintura con los diferentes colores preparados previamente. Azul, violeta y púrpura. De a pocos la imagen tomó forma. Cuando terminamos la primer flor YoonGi me pidió seguir con la segunda por su cuenta y yo le deje sin problemas después de todo debía vigilar también a Sarang. Fui con la niña y le ayude por un rato mientras platicabamos de cosas de su escuela, de sus amigos y del próximo lugar al que deseaba ir de vacaciones en invierno. Pasado un rato volví con YoonGi que ya estaba con los detalles finales. Estaba observandolo con atención hasta que escuché un mensaje entrante. Lo leí.

— Que molesto. — Vocifere guardando el móvil, justo después de leer el mensaje de NamJoon y bloquearlo.

YoonGi me escuchó y dejó de pintar.

— ¿Todo bien? — Preguntó y se giró hacia mí.

De nuevo sus ojos grises estaban sobre mi, se que no podía verme pero se sentía extraño.

— Nada. — Negué quitándole importancia. — Es solo una de esas personas odiosas con las que tienes que lidiar sin más opción.

— Oh. — Suspiro dejando el pincel. — ¿Alguien que te molesta?

— Sí, un tonto de mi carrera. Ojalá pudiera deshacerme de él y me dejara en paz, es cansado ¿Sabes?

— Te entiendo. — YoonGi hizo media mueca y después medio sonrió. — Ignoralo, es mejor así, eso hago yo.

Eso hago yo. Asentí en silencio dándole la razón.

— Eso haré. — Dije e inconscientemente lleve una mano hasta su codo, di un apretón y sonreí. — Gracias.

YoonGi terminó el par de lavandas y debo decir que se veían bastante bien, muy bonitas y sobre todo limpias. No dejaba de sorprenderme la habilidad que YoonGi tenía. Y creo que por eso empezó a gustarme mucho más.

— Te quedó excelente. — Dije y él sonrió.

— ¿Lo dices en serio?

— Muy en serio.

— Entonces se lo mostraré a mi mamá. Ella ama las lavandas.

Escuche la palabra "mamá" y mi cabeza hizo clic, llevándome hasta el recuerdo de mi dentro del auto esa misma mañana.

— Hoy te vi de camino a la Uni.

YoonGi alzó sus cejas, divertido.

— ¿De verdad? — Preguntó empezando a reír por lo bajo. — Qué raro, no recuerdo haberte visto.

Y un par de segundos después empecé a reír junto a YoonGi. Dios, juro que casi me ahogo con mi propia saliva. Reí y me gusto, mucho, muchísimo más. Para ese momento ya estaba más que perdido aunque aún no lo supiera. Me limpie una lagrima del rabillo del ojo y me aclaré la garganta entre los últimos espasmos de mi diversión.

— Estabas en el auto con tu madre, yo en el auto justo de tu lado.

— ¿Manejas a la escuela? — Preguntó alzando sus cejas negras.

— Sí y también al taller.

— ¿Solo?

— Sí, solo. A veces con mi amigo JiMin cuando almorzamos juntos o vamos a la plaza pero no es siempre.

— Eso suena divertido. — Dijo YoonGi girándose más, quedando justo frente a mi. — Mi mamá me lleva a todas partes la mayor parte del tiempo. Otras veces cuando no tiene tiempo libre lo hace la madre de SeokJin o su hermano.

— ¿Ellos van por ti hasta la universidad?

— Sí, y me da algo de pena porque su casa y la escuela están en direcciones totalmente opuestas entre sí y el taller queda justo en medio, así que es mucho tiempo de su casa a la universidad y de ahí regresar para las clases. Por eso en compensación también se turna para traer a SeokJin con nosotros.

Escuche con el corazón latiendo cada vez más fuerte y mi cabeza sin desearlo encontró una pequeña excusa para pasar un poco más de tiempo con YoonGi.

— Hey, ya que yo estudio en la misma universidad tu y yo podríamos venir al taller juntos. — Hable rápido sin pensarlo. — ¿Te gustaría?

— Ah. — YoonGi parpadeo un par de veces y sus ojos grises temblaron un segundo. — ¿No te molestaría?

— Para nada, yo encantado.

Sonreí y él también lo hizo. Que cara mas bonita.

— Tendría que hablarlo con mi mamá, suele ser un poco sobreprotectora.

— Yo hablaré con ella. — Respondí poniendo una mano en el hombro de YoonGi, quite mi mano un segundo después. — Verás que no se podrá negar a mi encanto personal.

Al final de las clases hice la limpieza y espere con paciencia a la madre de YoonGi. La mujer me escuchó con atención pero no ocultó la preocupación por lo que le estaba pidiendo. Dudo bastante.

— No estoy segura. — Dijo, turnando la vista entre YoonGi y yo. — ¿Estarán bien?

— Claro que sí, juro que iré por él hasta su aula de clases y estará conmigo todo el trayecto hasta el taller. No me despegare de él un solo instante.

Ella se mordió el labio superior y note que Yoongi repetía el mismo gesto con su labio inferior. Me hizo mucha gracia, después de todo se parecía muchísimo a ella, entonces me pregunté cómo luciría su padre.

— Si los dejo tendrás que avisarme cuando hayas pasado por él y cuando hayan llegado al taller.

— Me parece bien. — Exclame con emoción y vi a YoonGi cuyos ojos brillaban. — ¿Eso es un sí?

— Pero tendrás que avisarme.

— Lo hará. — Respondió YoonGi antes que yo.

Su madre me miró y me pregunto en silencio. Yo asentí con la cabeza y sonriendo.

— Esta bien. — Dijo al fin mirando a su hijo. — Desde mañana puedes ir con HoSeok.

YoonGi se veía contento y yo resistí el impulso de chocar los cinco con el. Ellos se despidieron de mí, también SeokJin para irse después. Los vi bajar las escaleras y sentí la necesidad de gritar.

— Hasta mañana, YoonGi.

Una grave risa y el volteando por sobre su hombro.

— Te veo mañana, HoSeok.

Nunca antes me había gustado tanto mi nombre. Les agradecí en silencio a mis padres.



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