
Comienza el rescate
Oscuridad era todo lo que le rodeaba, sin posibilidad de escapar, aunque lo peor era el intenso dolor y esa falta de oxigeno. Además, el recuerdo que le atormentaba, el haber fallado a su misión, haberle fallado al Kazekage, como podría mirar a sus padres a la cara, como podría si quiera considerarse ninja.
Escuchaba voces, notaba presencias, sin embargo le era imposible levantarse o abrir si quiera los ojos. De vez en cuando sentía como si alguien le acariciaba la mano o la cara. En esos casos un nombre le venía a la mente, aunque se culpaba por solo pensarlo, ella era una niña.
«Shishio, tienes que despertar» «Prometiste que entrenarías conmigo» «No puedes dejarme sola» Esas palabras resonaban en su cabeza, y aunque quería responder, sus músculos no se movían, deseaba tanto poder hablar con ella y verla enojada. Daría lo que fuera por salir de esa oscuridad.
También había reconocido otra voz, la del Kage de Suna, había ido solo una vez, mas se preocupo por su estado. Eso le hizo feliz, aunque él sentía que le había traicionado.
Por otra parte, Aoi iba todo los días a visitarlo. Le iba relatando todos los sucesos que ocurrían. La ninja médico de Konoha, Sakura, dijo que tardaría más recuperarse, debido a la pérdida de sangre sufrida. Ella no pudo evitar abrazarla en el momento que consiguió curarla.
Chiyo-sama lo agradeció, aunque ella estaba preocupada por su alumna, ya que había desaparecido. Le sorprendió el descubrir que Shandi era su pupila. Según la anciana todo habría sido más fácil si ella hubiera estado allí. Mucha personas de la villa empezaron a desconfiar de ella, no obstante Aoi no sabía que opinar. La joven de ojos pardos estaba más preocupada por el bienestar de Shishio que incluso por el del Kazekage, pero eso no lo debía decir en voz alta.
Se alegró cuando Gaara volvió a la aldea, sobre todo porque ya no tenía al demonio dentro, que para muchos de los habitantes fue una grata sorpresa descubrir eso. Sin embargo el conocer que el Kage había sido revivido por la anciana y que por ende esta había fallecido, si que fue un duro golpe para la aldea.
Ese día, Aoi había ido a visitar a Shishio como cada mañana, no sin antes haber vuelvo a agradecer a la ninja medico de Konoha el haber tratado a su amigo, y despedirse de ella. Estaría eternamente agradecida, aunque él todavía no hubiera despertado, claro que no llevaba ni una semana en ese estado.
Entró a la habitación del hospital y ahí estaba, más pálido de lo habitual, la kunoichi comenzó a hablar como cada mañana, mientras abría las ventanas. No sabía si podía oírla o no, pero le gustaba pensar que sí.
—Sabes, hoy se han marchado los ninjas de Konoha que rescataron al Kazekage. Al parecer uno de ellos estaba muy malherido y...
—Aoi-chan ¿eres tú? —preguntó con esfuerzo, su voz sonaba ronca y cansada. La joven le miró anonadada unos instantes, entonces se le dibujó una pequeña sonrisa en los labios y saltó sobre él de alegría.
—¡Shishio-san!, ¡al fin despertaste! —exclamó con efusividad mientras lo abrazaba.
—Me... haces... daño. —Le comentó el ANBU con dificultad. Aoi se apartó rápidamente y se disculpó repetidas veces—. ¿Cómo se encuentra el Kazekage? —preguntó con preocupación, a la vez que se incorporaba en la camilla.
—Está bien, le extrajeron el Shukaku por lo que perdió la vida el proceso. —La cara de Shishio en ese momento se descuadro, ¿cómo podía estar bien y a ver muerto? ¿habrían elegido un nuevo Kage?—. Pero Chiyo-sama lo resucitó, perdiendo ella su vida en el proceso. —Abrió los ojos con sorpresa, para luego bajar la mirada y apretar los puños con impotencia.
«No pude ayudar en nada. Debería dejar de ser ANBU... Ni siquiera pude cumplir la misión de impedir que Shandi se... ¡Shandi!» Pensó, alzando la cabeza de golpe y levantándose de la cama, provocándose un dolor intenso en el abdomen.
—¡Shishio-san!, ¡¿Qué haces?!, no puedes levantarte todavía. —Le riño, sujetándolo para que no se cayera. Pero Shishio no la escuchaba, tenía que contarle al Kazekage lo ocurrido.
—Tengo que ir a ver a Gaara-sama, es muy importante Aoi-chan. —Le comentó, la chica seguía sin confiar en esa idea—. Es urgente, sino me ayudas iré por mi cuenta—. La kunoichi suspiró, al final le ayudaría, Shishio no se pondría así por ninguna tontería.
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El Kazekage acababa de despedirse de los shinobis de Konoha y, en especial, de su amigo Naruto. Nunca habría esperado que tanta gente se preocupara por él, y menos todavía que una persona hubiera dado su vida para devolverle la suya, sin duda alguna estaba muy agradecido, sobre todo a la anciana Chiyo.
Cuando regresó a la aldea y vio a todos sus habitantes recibiéndole y alegrándose por su regreso sintió la felicidad más absoluta. Al final lo apreciaban y aceptaban como Kazekage. No pudo sentirse más afortunado que en ese momento. Sin embargo, esperaba encontrar la cara de su amiga junto a lo multitud, todavía podía recordar ese momento.
El pequeño grupo de Shinobis que llevaban el cadáver de la honorable anciana ya se había adentrado en las murallas de la ciudad. Gaara avanzaba detrás de este, siendo ayudado por Kankurō y Naruto, miraba todos y cada uno de los rostros buscando el de la chica de ojos purpuras. El marionetista se percató de su búsqueda, y se le hizo un nudo en la garganta.
—Gaara... —Llamó su atención, este fijo su vista en él, pudo ver algo de dolor en su mirada. Acaso...
—¿Dónde está Aisha? —preguntó con preocupación. El mayor tragó saliva, sabía que ese momento llegaría, mas no estaba que fuera tan pronto.
—Ella ha desaparecido —El pelirrojo agachó la cabeza, todavía le quedaba la esperanza de que no se hubiera marchado de la aldea, sin embargo esa ilusión se desvaneció justo en ese momento.
Estaban ya atravesando el desfiladero que separa Suna del desierto. Algunas lágrimas recorrieron la mejilla del Kazekage, no comprendía porque se sentía así. Es verdad que le hubiera gustado poder disculparse con ella, o que hubiera permanecido en Suna para siempre, no tendía porque le dolía tanto.
—Gaara, ¿te encuentras bien-dattebayo? — preguntó Naruto al percatarse de lo afectado que estaba. Este simplemente asintió con la cabeza. Entonces el ninja de rubio miró a Kankurō para entender que sucedía, el marionetista no sabía qué hacer en ese momento.
—Ahora hay que llevar a Gaara a que descanse. — Aceleró un poco el paso, no quería tener que contarlo allí delante de todos. Naruto asintió y le siguió el ritmo.
Llegaron a la torre del Kazekage, y el hermano menor fue a descansar un rato y a que le hicieran una revisión médica al igual que Gay fue a llevar a Kakashi al hospital, mientras que los demás se quedaban en una de los salones de estar del edificio. Temari se había percatado de la conversación de sus hermanos y de sus gestos sabía que le ocultaban algo. Ella sabía que la ninja del clan Kaimatachi había desaparecido, no obstante no conocía la razón, además la había llamado con otro nombre.
—Kankurō, ¿Qué ha ocurrido? —preguntó de forma directa. El castaño agachó la cabeza, no sabía por dónde empezar.
—Bueno, la amiga de Gaara, Shandi, pues. —Hizo una pausa larga, sabía que su hermana se iba a enfadar—. Su verdadero nombre es Aisha, y al parecer, fue la primera amiga de Gaara —Todos los asistentes se sorprendieron—. Te acuerdas que Gaara nos habló que él asesinó a algunos miembros del clan Kaimatachi. —La chica de ojos verdes asintió—. Bueno, pues al parecer Aisha era una de ellos. Es muy probable que la revivieran tal y como han hecho con él.
—Pero, ¿no era Chiyo-sama la única que conocía esta técnica? —preguntó Sakura, interrumpiendo la conversación.
—Sí, lo era. Sin embargo, los ninjas de su clan pueden hacerlo sin llegar a perder la vida —respondió Kankurō. Sakura asintió—. Aunque ella casi muere al intentar revivir a su compañero de equipo.
—Y ¡¿Por qué no revivió ella a Gaara?! ¡¿Podría haber evitado la muerte de Chiyo-dattebayo?! —preguntó Naruto con rabia. El marionetista suspiró.
—Naruto, está intentando explicar eso. —Intervino Sakura golpeando sus puños como amenaza, a lo que los demás suspiraron ante la poca paciencia del ninja de ojos azules.
—Bueno, continuó. Justo el día del ataque, Gaara le confesó que sabía quién era, y al parecer ella intento envenenarlo...
—¡¿Cómo?! —gritó Temari—. ¡¿Cómo se atreve?! Después de que la salvamos. —En ese momento, las puertas se abrieron entrando Gaara por ellas.
—Ella impidió que me tomará el veneno, se arrepintió de hacerlo Temari —respondió, aun débil.
—Pero Gaara...
—Yo la asesiné cuando teníamos siete años, a ella y dos personas más delante de ella. Es normal que ese fue su objetivo. —La hermana mayor se mordió el labio, y los demás asistentes se quedaron en silencio—. Ya da igual, ella se ha marchado de la villa.
Todavía le dolía recordar la noticia de su marcha. La verdad, es que sus hermanos sigilos no eran, y casi pudo enterarse del final de la conversación. Por otra parte, también fue a visitar a Shishio, pero él seguía inconsciente.
Además, estaba el tema de la persistencia de Naruto, él insistía en ir a buscarla, tal y como él hizo con Sasuke y así traerla de vuelta. No obstante Gaara no quería eso, su objetivo no era traer a una persona de vuelta a la fuerza. Le agradeció al ninja rubio su preocupación, sin embargo rechazó su oferta.
E, incluso, los miembros de su equipo, Satoru e Irei, le habían pedido permiso para una misión de búsqueda, Sansa también había apoyado esa iniciativa, pero tuvo que desestimarla. Pudo comprobar la decepción en sus miradas, pero no iba a permitir perder más ninjas en una misión que seguramente fracasaría.
Acababa de despedirse de los ninjas que volvían a Konoha, y de nuevo volvía a estar en deuda con ellos. Ahora, tendría que regresar a su trabajo como Kage, aunque la opresión en el pecho continuaba. Gaara necesitaba estar solo un rato, así que se separó de sus hermanos y comenzó a caminar de vuelta al edificio del Kazekage las calles de Suna estaban a rebosar de gente, y para él le era agradable que no se apartaran al pasar, sino que además le saludaran.
—¡Kazekage-sama! —Una voz gritó su nombre a lo lejos. El pelirrojo se giro para ver quién había emitido el llamado, comprobando para su sorpresa que había sido el ANBU, que iba acompañado de la misma chica que la otra vez.
—Shishio-san, deberías estar descansando. —Le recomendó Gaara, el ninja de ojos verdes negó.
—No, es urgente. Es sobre Shandi. —Obtuvo toda la atención de Kazekage—. Se... se la llevaron. Lo siento Kazekage-sama, no pude hacer nada para evitarlo —Se disculpó el ANBU. Gaara abrió los ojos de la conmoción ante esa noticia.
—¿Cómo que se la llevaron? —Shishio comenzó a narrar toda la situación, desde la preocupación de la kunoichi hacia el Kage hasta el secuestro mientras intentaba curar al marionetista. Todos se quedaron en silencio. Aoi comenzó a sospechar que el día que fueron al hospital fue una treta para conocer a la ninja de cabello blanco.
Gaara apretó los puños al oír la noticia, la verdad es que el nombre Kanak le era conocido, ya que era un ninja renegado de Kumo. Al parecer intentó asesinar a los Jinchūrikis de su aldea para crear el caos. Claro que esto fue hace catorce años. Era especialista en el kenjutsu, por lo que seguirá siendo un espadachín experto; además de ser poseedor del elemento tormenta.
«¿Por qué la estarían buscando?» Meditó el Kage con preocupación. Era un tipo peligroso.
—Gracias Shishio por la información. —Al instante desapareció con su arena. Los ninjas se quedaron allí sin que les diera tiempo a responder si quiera.
—Shishio-san, ya escuchó al Kazekage, será mejor que vuelva al hospital —insistió Aoi. El joven de ojos verdes la observó, sabía que tenía que regresar ya, o se enfadaría mucho con él, pero seguía preocupado por Gaara.
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Por otra parte, el ninja de cabellos rojos estaba en su despacho meditando todas sus opciones. Sabía de sobra que toda la aldea había arriesgado mucho para traerlo a la aldea de nuevo, y, que incluso, Chiyo-sama había dado su vida por él. Sería decepcionar a mucha gente si ponía su vida en riesgo de nuevo.
Sin embargo, sería un horrible líder si abandonaba a un miembro de su villa de esa forma, además de que sería desleal. Se lo debía, le había arrebatado demasiado y aun así ella le había perdona, se había preocupado por él.
Tampoco podía inmiscuir a nadie más en el rescate, aunque sabía que su equipo estaría dispuesto a ir a por ella y Sasa exactamente igual; mas, su equipo estaba compuesto por gennin y serían más bien un estorbo, y la jefa del hospital era una ninja médico demasiado excepcional como para involucrarla en esto.
No obstante, no quería desaparecer sin más, preocupando a todos, eso también sería una insensatez. Pero a sus hermanos no podía decirles nada, o se empeñarían en acompañarle, y tampoco quería inmiscuirlos en sus asuntos. Suspiró cansado, todo era demasiado complejo, y no quería perder más tiempo, ya había pasado una semana desde que se la llevaron. Así que cogiendo su calabaza salió de este.
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Hacia unos instantes que Aoi se había marchado a casa bastante aliviada de que hubiera despertado. Mientras que Shishio se tuvo que quedar en la habitación, prefería irse, sin embargo no quería preocupar a su amiga; además de que todavía no se sentía bien del todo. Por otra parte, estaba intranquilo por el Kazekage, su reacción fue... fuera de lo común. Acaba de regresar a la aldea y solo esperaba que mandara a un equipo de rescate a por la joven.
—Shishio-san, ¿cómo se encuentra?
—Kazekage-sama, ¿qué hace aquí? —preguntó sorprendido al verlo en su habitación, «¿por qué lleva la calabaza?» Meditó el ANBU.
—Estás son las instrucciones de que hacer en caso de yo muriese. Quiero que se las entregues a Temari y a Kankurō si yo no regresara —explicó con seriedad mientras le daba el sobre. El joven palideció ante el aviso del líder de Suna.
—Kazekage-sama, no puede...
—No debo abandonar a ningún habitante de la aldea, y eso es lo que ha voy a rectificar. —Le interrumpió. El ninja sacudió su castaña cabellera, era una insensatez ir solo a una misión de rescate—. Eres al único que puedo confiarle esto. Cuídate. —El clon de arena se desvaneció. Shishio apretó los puños con fuerza, era una locura, iba a conseguir que lo mataran de nuevo. No podía permitirlo. Esta vez lo impediría.
Continuará...
Pues nada aquí dejo el siguiente capítulo... el rescate... Aunque no era el que esperabais, pero como ya dije en su día, quiero hacer los mínimos cambiaos a la historia original. Así que decidí dejarlo todo tal y como Kishimoto lo dejó, y no añadirlo, ya que... podéis verlo y leerlo. XD.
Y nada, estoy a la espera de vuestros tomatazos, críticas o lo que sea que queráis decirme.
Por cierto, me están pidiendo una novia para nuestro marionetista favorito.... ¿Que decís? Queréis una novia para él o lo dejamos solterito?
Estoy abierta a sugerencias para ese oc.
Besos grandes.
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