Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXX


Las emociones y sentimientos que se van desencadenando por la pérdida de un ser tan querido y allegado pueden ser tan fuerte para unos, y menos para otros. Eso era algo que no podía comprender del todo, me tocó ver el rostro de personas que decían amar a Romina derramar dos lágrimas y luego reírse como si nada fuera de la casa, mientras veía a los que ella llegó a odiar por tantos problemas que le causaban... estar llorando como si les hubiesen quitado a sus madres; la misma familia, compañeros de la Universidad, del trabajo, vecinos y gente extra. ¿Hipocresia? ¿Qué es todo esto? Me dejaban en shock, solo podía observarlos en mi propio silencio sin entender cómo es que las personas pueden llegar a ser tan... Tan despiadadas.

Lisandro y yo nos quedamos en casa de la señora Luz por cuatro días. Cuatro días llenos de silencio; un vacío existencial y la habitación de mi querida Romina vacía... De la cual aún quedaba impregnada de su aroma como si ella estuviese aquí. Sus productos de cosmética, su peine con algunos cabellos, sus joyas, algunas de sus ropas, sus libros, sus libretas y toda esa pila de huellas que dejá sin poderse llevar.

Otra cosa que después caí en cuenta fue Lisandro. Me sentí algo mal por él, quien me acompañó desde su comodidad a quedarse en casa de desconocidos que ahora andan con el espíritu afligido al igual que yo. Todos estábamos callados y casi nadie quería comer, Lisandro era el que estaba al pendiente de mi y de la señora Luz, era quien encargaba comida aunque no tenía nada de apetito, y se me hacía difícil tragar cuando el nudo en la garganta no se quería quitar.

—Vamo' Hedel, que tienes que comer aunque sea un poquito, nena.

El estába sentado a mi lado con una bandeja con comida. Mi mirada estaba perdida en el vacío, hasta que despacio gire a verlo, una lágrima término por deslizarse en mi piel cuando le vi sosteniendo el tenedor en el aire ofreciendome un bocado, incluso sin poder ver, nada le impedía mostrar lo bondadoso que es... Mi corazón se conmovió.

—Gracias —agradecí, intenté tomar el tenedor para comerlo por mi misma, pero él no me dejó.

—No, no —lo impidió—. Que necesito saber que estás comiendo, así que me comes de aquí.

Su mano insistía en que yo comiera directamente de él, sin ánimos de nada (ni siquiera de oponerme) tomé la mano que sujetaba el tenedor y la atraje un poco hacia mi, abrí ligeramente la boca y comí.

—Que me ha pasa'o un lío bastante cómico al pedir la comida, Hedel. La muchacha encarga'a no me entendía cuando le estaba...

—Lisandro.

Le interrumpí cambiando el tema.

—¿Ah? Si, dime.

—¿Qué haces aquí? —pregunté sin entender— ¿Por qué has dejado todo para venirte conmigo? Dejando tus trabajos, a tu madre y hermano preocupados, y a... —recordé a esa mujer, y lo que me había dicho su hermano sobre todo ello— a todos los que te estiman.

Lisandro sonrió levemente.

—Estoy aquí porque quería conocer el acento caraqueño de los ancianos.

—¿Qué?

—Es broma, que estoy aquí por ti, Hedel. —Hizo una breve pausa y siguió— estoy aquí por ti.

De pronto el silencio nos inundó, yo que estaba tan sensible hasta más no poder y Lisandro que sale con estas cosas que dice que me hacen imaginarme cosas que me preocupan. Paso los dedos de mi mano debajo de los ojos para limpiarme y le pregunto:

—Lisandro, perdóname por hacerte venir hasta acá así como si nada, siendote de carga...

—Hey, Hedel, Heldel, —me hizo parar de hablar, cuando realmente me sentía apenada— para nada que me es una carga. He sido yo quien decidió acompañarte en este momento tan infortunio. Y escucha, no es tu culpa, cariño, ni de nadie. Es parte del existir, y es terrible, pero ten en cuenta una cosa... —el colocó la bandeja en sus piernas y acercó su mano a mi hombro— no seré como Romina, pero una cosa es segura, que puedes contar conmigo para lo que sea y estaré a tu lado siempre que me necesites y si no tampoco, que igual me quedaré a tu lado.

Al final él mismo se rió para darle ese toque de dulzura a las palabras que me dijo, haciéndome quebrar en sentimientos y desbordarme otra vez por completo.

Y cuando me sentí mas calmada me percaté, y me decidí en que ya era momento de irnos nuevamente. Mejor sería volver a trabajar y ocuparme para no darle vueltas y cabida a esos recuerdos dolorosos que me hieren. No podía ser más egoísta con Lisandro, el debía volver a sus rutinas y yo a las mías, además que seguro su mamá debe estar tan preocupada, así como mis padres. No quiero pensar en cómo estará el desagradable del hermano de él, hecho una furia, seguro.

De vuelta a España, en vía, no dejaba de pensar en todo lo que me dijo la señora Luz, no quería que me viniera, estaba tan triste y desolada que mi presencia la hacia sentir más reconfortada, y se sintió más sensible cuando le entregué el dinero que había ahorrado para que Romina se fuese a España conmigo. Realmente fueron tantas las emociones, que ni pude presentarle a Lisandro, ahora que lo pienso Lisandro estuvo como un ángel para todos, nos consoló y estuvo al pendiente de los alimentos y cualquier cosa que hiciera falta, siempre a mi lado y ni siquiera se los presente. Seguramente después se preguntarán quién era el sujeto alto con barba media, lentes negros y bastón.

Cuando llegamos le pedí a Lisandro que me dejara en mi piso, no tenía fuerzas para estar con alguien, necesitaba mi espacio. Aunque mi espacio privado fue solo una ilusión que deseaba tener, si, porque no tardaron en aparecer mis padres y mi hermanita, estaban preocupadisimos, pero agradecí que me dejaran al menos sola en mi habitación, al verme acostada en la cama en posición fetal y arropada sin hablar... entendieron.

Mis padres se habían enterado gracias a Lisandro, bueno también gracias a la señora Ana quien se comunicaba con mi mamá. Al día siguiente mi madre me empezó a sacar de que cómo es eso que me fui sola con "ese hombre ciego" Cosa que me pareció una total falta de respeto, primero porque soy adulta, y segundo porque Lisandro no es ningún enfermo, solo no posee la vista y eso no tiene nada de malo, es alguien muy normal, pero es algo que las personas con pensamiento cerrado no pueden entender.

—Ya mamá, no sigas. Que estoy tan recién adolorida por la muerte de Romi ¿y tu me vas a hacer un reclamo por Lisandro? No te pases.

—¿Y si le hubiese pasado algo a ese hombre por allá? ¿No te das cuenta las imprudencias? Entiendo que haya sido el shock del momento pero Hedel, ¡por Dios!

Ella estaba molesta, pero yo no pensaba seguir aguantandome sus reclamos. Así que salí, me fuí sin saber a donde iba, solo iba caminando viendo todo y pensando en lo ocurrido.

En la empresa ya sabían lo que me había pasado y fueron amables dándome unos días de descanso, sin embargo les dije que mañana mismo empezaría. Debía volver mi concentración a mis responsabilidades, aunque ya ciertos planes se habían vuelto cenizas que habían volado con Romina...

Por otro lado, la señora Ana quería verme, aunque no quería ir, solo de pensar que podía encontrarme con su otro hijo se me eriza la piel, pero de manera desagradable como lo es el. No quería alborotar el avispero, crear un problema y que después me aleje de Lisandro, quien se ha portado de la manera más dulce que pueda haber, realmente le agradezco y estoy en deuda con él.

La vida podrá arrebatarte personas a quienes amas, pero es cierto que también te pondrá en el camino personas que te abrazaran el alma, supongo que eso es lo que me sucedió a mí, lo que me sucede. Que mientras voy caminando en medio de la calle, mis ojos dan con el, con ese ser que se ha vuelto ese pequeño refugio que me da paz.

Estaba el en medio de la acera hablando con una señora y un señor con sombrero negro. Su chofer Pablo lo acompaña, y parece que está recibiendo algo de la señora. Su ropa casual lo hace lucir tan reluciente y sus lentes negros como de sol siempre le asientan de maravilla.

—¡Oh, señorita Hedel!

Pablo me reconoce a la distancia y pega un grito mientras me saluda con la mano en el aire. Lisandro reacciona al escucharlo y voltea un poco a su lado derecho formando una sonrisa bonita. Aprovecho, y despacio me acerco a ellos, formándose una triste sonrisa en mi rostro.

**************
Me he tardado un montón en actualizar y pido perdón.

Me ocupé en otras novelas, caí en depresión por situaciones que me pasan, y bueno... La verdad es que escribí esto con mucho dolor, ya que perdí a la única abuela que me había regalado la vida, el ser que nos amaba a todos por igual, que me hacía sentir no excluida, y verla sufrir lentamente hasta morir por una enfermedad diabólica, me ha hecho sufrir mucho junto a mis hermanos y mi padre.

Se que dejó de sufrir, pero ahora su ausencia quema mucho.

Si te has sentido identificado, recuerda que no estás solo, alguien aquí te manda fuerzas.

No te rindas, continúa. (Es lo que me digo). No había experimentado jamás la pérdida de alguien, y aunque sabia que podría irse en cualquier momento jamás pensé que una mañana al despertar ella ya no estaría.

En fin. Hay que ser fuertes. Por los que se han ido y por los que están 💜🥀.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro