A mi luz de luciérnaga por haber iluminado cada parte de mi vida desde pequeño. Por haberme mostrado los colores del mundo sujetándome de su mano y socorrerme cuando más lo he necesitado. Por aceptarme tal y como soy.

A mis mejores y más queridas amigas, los colores de mi mundo.

Al motor impulsor de mis fuerzas, mi familia.

Al amor de mi vida, mi hermana.

A mi mente, gracias por aguantar tantos malos momentos y aunque a veces no nos llevemos bien, me niegue a aceptarme a mí mismo y me cueste seguir adelante, nunca cambiaría mi vida por nada del mundo, porque sé que aun estando así soy el apoyo y la compañía de muchos para no sentirse solos.

A todos y cada uno de ustedes que le dieron una oportunidad a este libro, infinitas gracias. Acaban de tomar una parte de mi corazón, cuídenla y protéjanla como yo lo hice para hacerla llegar a vuestras vidas.

Y recuerden, no están solos, jamás lo estarán mientras cada noche salgan las estrellas a iluminar vuestras vidas y las luciérnagas resplandezcan sus caminos.

Hoy está bien no estar bien, mañana o al día siguiente estaremos mejor.