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-No peliarás ¿verdad?
-Yo quisiera no hacerlo, Hyuna.
-¡Pues no lo hagas! -Levantó la cabeza y lo vio-, si te niegas, nada en el mundo podrá hacerte pelear.
-Ojalá fuera así.
-¡Lo es! Él no puede golpearte si tú no te defiendes.
-¿De verdad crees eso?
Lo miró a la cara unos instantes.
-Prométeme que no harás nada para aumentar esto.
Se escucharon gritos afuera. El tropel de personas se estaba impacientando.
-¿Aumentarlo más, Hyuna? ¿Más?
-No será inteligente responder a los insultos. Esta vez es peligroso...
-Sí...
La pecosa parpadeó y una lágrima se le escapó de los ojos. Taehyung la abrazó. Ella correspondió el abrazo.
Después de un minuto se separaron.
-Hope sufrirá mucho si peleas...
-¡Hope! ¡Hope! ¡Él es el culpable de todo esto! Si hubiese sido más decente nada estaría pasando. Quizá me conmovería si me dijeras que tú sufrirás. Pero no ese loco.
-¿Ya no lo quieres?
-No. Y deseo tenerte a ti conmigo cuando pase todo hoy.
-Lo estaré, te lo prometí ¿recuerdas?
-Si. Me dijiste que si decidía organizar una contienda no olvidara de llamarte para unirte a mi ejército. Profetizaste una guerra mundial.
-Lo ves... todo está pasando, y yo cumpliré mi promesa, pero cumple tú con la tuya también. No pelearás -sonrió-, no sabes hacerlo ¿eh?
Lo llamaron desde el patio principal. Ya se había tardado mucho. Lo sabía. Ya iba. Pero primero al baño. Ella lo detuvo para decirle algo más.
-Esto que te están obligando a hacer no es de hombres y tú me has demostrado muchas veces que lo eres.
Asintió.
1:50 P.M.
Salió del baño y caminó. Había mucha gente esperándolo en la explanada principal. Ariadne lo tomó del brazo para acompañarlo. Las puertas de todas las aulas se abrían una a una. Los muchachos salían corriendo, pero al verlo de pie todavía dentro de la escuela, aminoraban la marcha y comenzaban a vigilar todos sus movimientos.
-¿Qué esperamos? -le preguntó Dong.
-Al Cubano. Me dijo que no hiciéramos nada sin él.
-¿Pero adonde fue? El patio va a reventar.
1:53 P.M.
Jungkook pasó junto a Taehyung.
Tenía la nariz parchada y el ojo izquierdo amoratado. Alrededor de él un grupo de compinches. Ninguno se molestó en mirar a su rival. Sólo pasaron a su lado. No había necesidad de hablar nada; la cita estaba hecha y él tenía que acudir.
1:54 P.M.
El Cubano llegó desde afuera. Le pidió permiso de entrar al prefecto, quien estaba exasperado porque los estudiantes del turno matutino no querían salir y los del vespertino no querían entrar.
Héctor informó:
-Ya han llegado.
-¿Quiénes?
-Nuestros amigos.
Yul, Dong, Chuy y otros compañeros hicieron un círculo alrededor de Gu Pei.
Hyuna seguía prendida del brazo de Taehyung.
El Cubano siguió hablando.
-Se trata de ellos; los lomeros. También nos han visto y creo que va a haber problemas en serio. Yo no sé lo que tú pienses, Taehyung; si estás dispuesto a pelear con Jungkook, nosotros te protegemos y apoyamos, pero si puedes eludirlo, hazlo. No es la primera vez que he estado en un pleito con éstos, y las consecuencias nunca han sido buenas. Así que piensa las cosas, porque lo que hagamos nosotros depende de lo que tú hagas.
Asintió.
-Bien, es hora de salir.
1:55 P.M.
Cruzó la reja, flemático, con todo un ejército detrás.
1:56 P.M.
Se detuvo. Su hermana llegó hasta él. No dijo nada. Sólo quiso acompañarlo y se unió al brazo de Hyuna.
1:57 P.M.
El Cubano se acercó a las mujeres para pedirles que se protegieran en la retaguardia. Gu Pei ocupó unos minutos en acomodar a las personas.
Los agresores esperaban en la parte alta de la calle. Había tiempo. Aún no habían dado las dos.
1:59 P.M.
Justo acababan de reanudar la marcha cuando salieron de la escuela Jung y Soobin corrieron hacia Taehyung, interponiéndose en su camino.
-Por favor, no vayas a pelear...-dijo Hope.
-Déjanos pasar.
-Te lo suplico -insistió deshilvanado-. No te rebajes a la altura de ese tipo. Perdóname... Ayúdame...
El ruido de las bocinas de los autos y los gritos del gentio empezaron a crecer.
El Cubano intervino.
-Vámonos ya. Luego hablas con él.
2:00 P.M.
La calle que conectaba el estacionamiento de maestros con la explanada exterior estaba despejada.
Era como un pasillo cuesta arriba al que se le hubiera puesto una alfombra roja que conducía a la cámara de la muerte. Entre el tumulto que esperaba, Taehyung distinguió tres camionetas descargando personas vestidas de civil.
-¿Y esos? -le preguntó al Cubano- ¿quiénes son?
-Más refuerzos. Ahora vamos.
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