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❶❹

Antes de comenzar el capítulo quiero saber si quieren que la historia termine rápido o que demore en terminar, tengo ese tipo de dudas. No sé si les está gustando. Así que por favor díganme lo antes posible.
















Taehyung dejó de escribir en su libreta y repasó los párrafos, satisfecho. Había días como ése en el que lograba redactar con más pulcritud.

Levantó la vista. Su grupo estaba afuera del laboratorio de química esperando que en el Segundo A terminara sus prácticas.

-¿Qué escribes? -le preguntó Mi Suk aproximándose a él.

-Conflictos, creencias y sueños...

-A ti te han embrujado. ¿Cómo puedes estar tan enamorado de un muchacho que ni siquiera te pela?

-No sé.

-Él va a salir en cualquier momento por esa puerta -aclaró Mi Suk acurrucándose junto a él y tomándolo de la mano- ¡Vamos a ponerlo celoso!

-No hagas eso.

-Te conviene. Así se dará cuenta de que te sobran.

Taehyung sonrió.

-Gracias, Mi Suk, pero no es necesario.

-¿Por qué lo quieres tanto? -él se encogió de hombros-. Estás enamorado de un ideal. Eso es muy peligroso...

Se quedó callado. Unos días atrás había charlado con su madre al respecto.

¿Añorar a su príncipe era señal de que necesitaba crecer más?, ¿sufrir sintiéndose incomprendido debía ser motivo de dicha?, ¿al desear ser adulto para tener control total de su vida debía recordar que la etapa más bella era ésa en la que tanto padecía? No había duda de que la adolescencia era una época de contradicciones y paradojas.

-¿Taehyung? ¿Me escuchas? -Mi Suk le pasaba la mano frente a los ojos para tratar de hacerlo volver a la realidad-. ¿Estás bien?

-Disculpa. Mira, Mi Suk, cada vez que le pregunto a alguien qué debo hacer me contesta que lo olvide, y yo necesito amigos que no me den esos consejos...

-¡Vaya! A ti te picó una mosca muy extraña, pero ¿sabes? -se acurrucó junto a él-, quisiera tener la suerte de ese declamador arrogante.

-¿Qué hago para que me quiera?

-Bueno -se separó-. Mi hermano, Gabino, estudia en el mismo salón. Me platicó que no le agradas a la jefa de su grupo, y ella influye mucho en todos. Especialmente en el niño que te gusta.

-¿No le agrado a la jefa del grupo, de Hope? ¡Yo ni la conozco!

-Pero ella a ti, sí. Se llama Hyuna.

-¿Hyuna? ¿La pecosa? ¡No puede ser! Esa niña es súper boba.

-Te equivocas. Gabino me ha platicado que es una líder muy inteligente. Deberías hablar con ella y ganarte su confianza. Eso te ayudará con Hope.

-Oh.

Se abrió la puerta del laboratorio y comenzaron a salir todos los alumnos del Segundo A.

Al final de todos aparecieron Hope y Hyuna, pero pasaron de largo sin voltear a ver a la pareja. Tenían un problema. Hyuna caminaba con la cabeza agachada, apretando los dientes, y Hope trataba de consolarla.

Taehyun miró con ojos nuevos hacia su dirección. ¿De modo que la pecosa era una dirigente madura y perspicaz?

Los estudiantes del Segundo A salieron y los de tercero E comenzaron a entrar al salón.

Percibieron las intensas vibraciones de un conflicto reciente.

Taehyung caminó hacia el ayudante del laboratorio que acomodaba el material en las repisas.

-¿Qué pasó? ¿Por qué tardaron tanto en salir? ¿Por qué la pecosa parecía tan enojada?

El asistente volteó para cerciorarse de que no era visto por un superior, e informó con rapidez:

-Un muchacho, jugando, le quitó la lente principal al microscopio que Hyuna era responsable. El nuevo profesor de química se enfureció. Exigió que devolvieran el lente pero nadie lo hizo. Amenazó con suspender a Hyuna y cobrarle la reparación del microscopio si el gracioso que había quitado la pieza no la regresaba. Yo vi que estuvieron jugando con el cristal y lo dejaron ir por el desagüe. Es imposible recuperarlo. La única perjudicada será ella. Estaba muy molesta porque nadie la apoyó. Es una compañera muy noble que siempre ayuda a todos y, se puede decir que la traicionaron.

-¿La van a suspender?

-Si no devuelven el lente a más tardar hoy, antes de la hora de salida, sí.

El nuevo profesor de química salió de su privado con cara de enfado y se para al frente. Todos guardaron silencio y se acomodaran en sus lugares.

-De modo que ustedes son el grupo favorito de la maestra Hyeon -comenzó con sarcasmo-. Gusto en conocerlos. Me alegra tenerlos en mi clase -sonrió-, veremos si son tan buenos como asegura nuestra coordinadora.

La sesión empezó en una atmósfera de rigidez. Primero por el desagradable antecedente de cuánto ocurrió en el otro grupo y segundo, por el agresivo recibimiento del maestro.

-Copien esto -ordenó señalando un prolijo diagrama.

Los estudiantes comenzaron a sacar cuadernos y lápices para obedecer sin hablar. Después de unos minutos el laboratorio se hallaba en silencio total. Cada joven se esmeraba por bosquejar de la mejor manera el complicado dibujo. Taehyung recordó de pronto a su buen amigo Fred, el microscopio profesional que su padre le había regalado... Dejó de dibujar y se quedó estático. Apreciaba mucho ese aparato. No puedo evitar que le embargara la tristeza al comprender lo que debía hacer. Era quizá una oportunidad para demostrarle sus buenas intenciones a Hyuna y a Hope. Como bien sugirió Mi Suk, si se ganaba el cariño de la pecosa abriría el camino para acercarse también a su príncipe.

Comenzó a copiar de nuevo, pero los últimos trazos resultaron descuidados y grotescos.

Levantó la cara al frente para mirar, más no para escuchar, al profesor que hablaba, hablaba y hablaba... Se estiró los dedos con nerviosismo, ideaba un plan. En cuanto la clase terminara, escaparía de la escuela por la parte trasera, correría sin parar hasta su casa y en menos de una hora estaría de regreso con la lente principal del microscopio para dársela a Hyuna. Debía tener mucho cuidado de no ser visto saltando la reja pues si algún prefecto lo sorprendía, se exponía a una suspensión. Empezó a sentir el hormigueo del temor subiendo por sus extremidades. Tendría que recurrir a toda su astucia y habilidad para burlar la vigilancia.

-¿He? ¿Mande?

-Te he llamado tres veces... -el profesor le gritaba furioso-, y no has tenido la tensión de responderme. ¿Se puede saber en qué piensas?

Los pocos murmullo cesan y las miradas temerosas se clavaron en alumno y profesor; el aire se sintió denso.

-¿Y ahora qué esperas? ¿Estás sordo o pretendes burlarte de mí? ¡Te he dicho que pases al frente y expongas lo que acabo de explicar! ¿O acaso no piensas obedecer hoy?

Taehyung se puso de pie, sintiendo un calor ardiente en el rostro, Como si las miradas nuevas de sus compañeros les dijesen que pasara y demostrara a profesor a quién le estaba pidiendo que expusiera la clase.

-¡Al frente!

Algunos se percataron de su expresión atemorizada y bajaron la vista concientes de que estaba apunto de ocurrir algo malo. Taehyung razonó, demasiado tarde, que debió defenderse desde su trinchera, decir cualquier excusa, reconocer su distracción y pedir perdón incluso, pero nunca pasar al frente.

-Bien -dijo el profesor apartándose-, te escuchamos.

Tomó la tiza con un evidente temblor en la mano y ésta cayó al suelo rompiéndose en tres partes.

-No uses el gis; solo habla.

Asintió y tragó saliva. Mi Suk lo miraba con tristeza.
¿Exponer lo que había explicado el maestro? ¿Y qué rayos era eso?

-No ponías atención ¿verdad?

-No.

-¿Por qué? -La voz del químico se lleva cargada de un asombroso tono de rabia.

-Estaba distraído.

-¿Por qué?

-Problemas. Cosas personales.

-¡Magnífico! -estalló alzando los brazos y dirigiéndose a la puerta- entonces ve a resolverlos afuera -la abrió-, aquí sólo quiero gente interesada en mi clase.

Se quedó petrificado. Imposibilitado para creer lo que estaba sucediendo.

-¿No piensa salir? ¿Es que mereces estar aquí?

Había visto en otras ocasiones escenas similares, pero nunca se le ocurrió que algún día él mismo sería la víctima. Trato de decir algo. Cualquier cosa para atender la vergüenza que pasaba, y no pudo.

-Estamos esperando que hagas el favor de abandonar el salón.

Intentó articular alguna palabra pero la fonación se le ahogó en el nudo de la garganta. El profesor se exasperó al no ver en Taehyung ninguna reacción.

-Yul-Ko, toma las cosas de este joven y sácalas.

Yul-Ko se quedó frío.

-¿Sacar las cosas de...? ¿Yo?

No lo haría.

Taehyung dirigió una mirada a sus compañeros, que no sabían cómo ayudarlo. Todos veían de reojo a Hye, la joven que había sido nombrada jefa de grupo por votación unánime.

Hay algunos profesores en desacuerdo con el proyecto del grupo experimental qué tratarán de demostrar que nada bueno pueda salir de aquí.

-Yo voy a abandonar el salón solo -logró decir con voz trémula.

-Maestro, dale otra oportunidad -protestó Hye.

-¡Fuera, he dicho!

-Profesor -intervino Dae Hyun-, le aseguro que él no era el único distraído; además es un compañero que...

-Tiene razón -afirmó con voz alta y segura-. No es justo lo que usted está haciendo.

-¡Un momento! -todos los jóvenes se habían puesto de pie, ¡Todos!, Como un grupo de leopardos listos para atacar-, ¡Un momento! Se hará lo que yo mande y al que no tome asiento de inmediato lo expulsaré también del laboratorio -nadie tomó asiento y nadie parecía dispuesto a hacerlo-. Además -continuó al borde de la histeria-, les eliminaré el resto de las prácticas del año y tendrán anulada la materia.

-Trate de comprender -dijo Seung.

-¡Silencio! Y tú, niño, sal sino quieres ocasionar a tus compañeros ese castigo.

"¿Y tú, niño?" No pudo soportar más la presión y la culpa de que a esos extraordinarios amigos se les castigara injustamente. Se dirigió hasta su sitio y tomó las cosas para salir del recinto, pero Hye lo detuvo cuando pasó junto a ella.

-No te salgas.

El penetrante silencio pareció intensificarse en el laboratorio cargado de emociones negativas. El profesor se acercó a Taehyung con los ojos inyectados de furia, como si estuviese dispuesto a abofetearlo.

-¿Quieres "ponerte con Sansón a las paradas"?

-Usted es el que está amarrando la soga al cuello -aseguró Hye-. No vivimos en la edad media.

-¡Esta es mi clase! -aulló-, y yo castigo la indisciplina.

-¡Está loco! -profirió Sun-mi.

-Salgámonos todos de aquí -increpó Dae Hyun.

-Usted no puede tratarnos así -gritó otro compañero.

Hye tomó sus cosas y salió del aula. Entonces todos la imitaron. A pesar del enojo colectivo, ninguno volcó su silla, nadie rompió un matraz o hizo ningún estropicio. Los estudiantes salieron en silencio y el área de trabajo quedó intacta, pero sin alumnos.



































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