Capitulo 3 ; ¿Quien eres?
Y ya sólo queda el alma,
Latiente, muy dentro...
Que denodada se alza sobre mi infierno,
pero el dolor y el odio la llevan a dentro,
la tiñen de negro,
que como alma en pena
pasa recorriendo mi infierno.
Hacia demasiado calor, sentía su garganta arder, no podía respirar, el humo llenaba todo el lugar . Se arrastro por el suelo entre las llamas
-¡Melisa! ¡Melisa! –vio a su padre gritando al otro lado de las llamas
-¡Papa! –las lagrimas caían por su rostro mientras trataba de llegar a el, pero no podía. Entonces vio como comenzaba a salir sangre de su pecho y se desplomaba ante ella, en el suelo -¡No! ¡Papa!
-Si la gatita tiene genio –Sintió como unas manos la agarraban de los brazos y la giraban, vio su cara, sus ojos endiablados
-¡Déjame! –pataleo pero el no la soltaba
-Lo siento cariño pero no puedo hacer eso, papa se enfadara -acerco su repugnante boca a la de ella y la beso con fuerza
-¡No! –Se incorporo en la cama sudando mientras las lagrimas caían de sus ojos, sus manos temblaban y no podía respirar
-¡Tranquila! –Camilo entro a la habitación preocupado, se sentó en la cama junto a ella y la abrazo –Estoy aquí, tranquila, todo esta bien
-Dios –Dafne llevo una mano a su pecho tratando de respirar tranquilamente No podía ponerse así, no podía dejar llevarse por sus pesadillas Sus recuerdos mas oscuros, su infierno
-Todo esta bien preciosa –Camilo la miro con tristeza -¿Te encuentra bien?
-Si –ella asintió, miro el reloj y suspiro, era la hora Se levanto de la cama y se dirigió al baño
Tras una buena ducha y arreglarse adecuadamente salio de la habitación como si nada hubiera ocurrido. Era ella de nuevo, la mujer fría que podía enfrentarse a todo. Salio del apartamento y fue en busca de su vehiculo. Estaba segura de que hoy Aníbal se presentaría en la oficina y si así sucedía demostraba que estaba jugando bien sus cartas.
Salio del garaje y espero a poder incorporarse a la carretera, giro al final de la calle a la derecha y entonces un vehiculo impacto en la parte delantera izquierda del suyo
-¡Mierda! –Dafne llevo la mano a su cabeza, se la había golpeado con el volante, bajo de su auto y miro al tipo que bajaba del suyo -¡¿Por qué no miras por donde vas?!
-Lo lamento –el la observo sorprendido -¿Señorita William?
-Tu –Genial, lo que le faltaba era llegar tarde a la oficina por encontrarse con ese tipo
-Disculpa fue mi culpa –John Arlinton se acerco a ella rápidamente -¿Se encuentra bien?
-Estupendamente gracias –Ella volvió a mirar su auto -¿Y ahora que?
-No creo que su coche pueda arrancar –El se sentó en el asiento del conductor y trato de arrancarlo –No, nada –Salio del coche –Le propongo una cosa –sonrió –llamare a una grúa y después la llevare a la oficina
-Puedo pedir un taxi gracias –Dafne frunció el ceño
-Nada de eso –John tomo su teléfono –En cuanto la grúa llegue nos iremos
Por suerte o por desgracia la grúa llego rápidamente a donde se encontraban y se llevo su auto. A Dafne no le quedo mas remedio que aceptar que el la llevara
-Y dígame Señorita William, es usted adoptada ¿no? –John la miro de reojo -¿Con que edad?
-Con dieciséis años –Dafne lo miro con el ceño fruncido -¿Me esta investigando señor Arlinton?
-Claro que no Señorita William –El sonrió –Lo leí en una revista
-Ya veo –¿Y quien se cree eso estupido?
-¿Y no recuerda nada de su pasado? –El la miro con interés –Antes de ser adoptada
-No –su respuesta fue seca Ahora le quedaba algo claro, ese hombre quería averiguar mas de ella. Y eso solo debía ser por dos razones, una Thomson se lo pidió y dos, no era quien decía ser
John aparco el auto frente a la empresa, le sonrió antes de bajarse y dio la vuelta al coche para abrir la de ella
-Gracias –Dafne bajo del auto pero en lugar de caminar hacia las oficinas se giro hacia el y lo acorralo contra el coche –Voy a advertirle algo señor Arlinton, deje de meterse donde no le llaman porque le puede ir muy mal
Giro sobre sus talones y camino hacia el edificio dejándole allí plantado. Ahora sabia que tenia un obstáculo en su caminó John Arlinton. Y pobrecillo de el porque no sabia donde se estaba metiendo
Una vez en el ascensor cuando las puertas estaban a punto de cerrarse una mano se interpuso entre ambas. Y el rostro de John Arlinton con una sonrisa torcida apareció ante ella, entro se situó a su lado, sin dejar de mirarla de reojo
-Vamos a trabajar juntos Señorita William –La voz de el inundo el estrecho cubículo –Es mejor que nos llevemos bien
-Estoy de acuerdo –Dafne le miro de reojo, las puertas se abrieron y salio de alli dejándole a el observándola
-Dafne –Claudio se encontraba ante el despacho de ella con una gran sonrisa
-Claudio –Ella camino hacia el, abrió la puerta y le señalo que entrara. Una vez dentro cerro la puerta no sin antes echar una ultima mirada a John -Disculpe el retraso
-No tiene que excusarse –Claudio la miro de arriba abajo y se relamió los labios –Esta empresa es tan tuya como nuestra
-Aun así me gusta la puntualidad –Dafne se sentó tras su escritorio –Pero al parecer no es mi día de suerte. Tuve un accidente con mi coche y debí esperar a que llegara la grúa
-Dios Santo –El la miro preocupado -¿Te encuentras bien?
-Si, no hay de que preocuparse –Ella sonrió –Mi coche se llevo la peor parte
-Estoy seguro de que pronto estará arreglado –El saco su teléfono del bolsillo –Mientras tanto usa uno de la empresa, avisare a la recepcionista para que lo tengan listo para ti
-Gracias Claudio –Dafne lo miro fijamente
-Es para mi todo un placer ayudarte –el asintió satisfecho –Bueno, viene a informarte de que seguí tu consejo e invite al señor Orjuela a la fiesta
-Yo me encargare del resto –Dafne se mordió el labio –No tienes de que preocuparte, el proyecto será nuestro
-En ese caso, te dejo trabajar –se levanto de su asiento y se dirigió hacia la salida del despacho
Durante las siguientes dos horas Dafne estuvo revisando toda la documentación referente a la constructora e informándose de todo lo que necesitaba para llevar a cabo su plan . Dos golpes firmes en la puerta llamaron su atención y esta se abrió para ver la perversa sonrisa del diablo que la acechaba en sus sueños
-¿Me permite? –el la miro con los ojos brillosos
-Por supuesto –Dafne se levanto de su asiento y camino hacia el –Que placer que me honre con su visita
-El placer es mío al poder disfrutar de su belleza señorita William –tomo su mano y la beso con delicadeza
-Por favor llámame Dafne –ella sonrió –No nos llevamos tantos años, podríamos ser hermanos
-Gracias a Dios no lo somos –le guiño un ojo –Y llámame Aníbal
-Disculpen –John se encontraba en la puerta mirándoles fijamente
-John tu siempre tan oportuno –Aníbal suspiro y lo miro con desprecio
-Solo quería informar a la Señorita William que su auto esta en el taller –Camino hacia ella y le dio una tarjeta –Esa es la dirección y el teléfono Yo me haré cargo del arreglo
-¿Acaso se le estropeo? –Aníbal fijo la vista en ella
-No, tuve un pequeño accidente –Dafne le miro divertida –Pero su padre ya me ha puesto a disposición un coche de la empresa
-En ese caso permíteme acompañarte al taller Dafne –El se acerco y coloco la mano en la espalda de ella suavemente –Seria bueno saber que es exactamente lo que tienen que arreglar
-Te lo agradezco –Ella asintió, se giro y tomo su bolso de la mesa después camino hacia la puerta guiada por Aníbal, miro por ultima vez a John –Gracias señor Arlinton
El se quedo en el despacho observando el lugar por el que acababan de salir ¿Qué era lo que estaba planeando esa mujer? Tanto padre como hijo parecían hipnotizados por ella
-¿Qué tal tu día? –Camilo se sentó en el sofá del salón y la observo
-Aníbal se presento en la oficina y se ofreció a llevarme al taller –Ella se quedo pensativa –Puede que después de todo no fuera tan malo tener ese accidente
-¿Cuál accidente? –El la miro sobresaltado
-Un idiota que se me tiro encima en el cruce –Dafne frunció el ceño –John Arlinton
-¿No es ese del que no te fías? –Camilo la miro con una ceja levantada
-Y ahora menos –llevo una mano a su pelo para revolver un mechón entre sus dedos –El accidente y después las preguntas sobre mi vida
-¿Te pregunto? –El frunció el ceño
-Demasiado interés –siguió inmersa en sus pensamientos, de repente miro a Camilo a los ojos –Averigua todo lo que sepas de John Arlinton, todo –entonces sonrió –El taller, pregunta allí sobre el auto
-¿Qué tiene que ver eso? –no entendía nada
-Algo me dice que no es quien dice ser –Dafne lo miro victoriosa –A veces son nuestros amigos los que meten la pata
PRONTO DAFNE DESCUBRIRA QUE PELIGRO REPRESENTA PARA ELLA JOHN ARLINTON IENTRAS PARECE QUE ESTA LOGRANDO MANTENER LA SITUACION BAJO CONTROL ¿SIEMPRE SERA ASI? OS DEJO LA FOTO DE DAFNE CON SU ODELITO
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