Podrás destrozar mis otras pasiones; pero queda mi venganza, una venganza que a partir de ahora me será más querida que la luz o los alimentos.

-Estas preciosa –Claudio observo a su esposa desde la cama

-Quiero causar una buena impresión a nuestro nuevo cliente –Dafne se acerco a el y le dio un leve beso en los labios –Descansa, no hagas esfuerzo y tomate tus medicamentos

-Por supuesto enfermera –Claudio sonrió y la observo salir de la habitación

Nada mas entrar a su auto Dafne, marco una llamada en su teléfono y puso el manos libres, arranco y se dirigió a la empresa

-¿Tan temprano llamando? –Camilo hablo al otro lado del teléfono

-Necesito que investigues a Leonardo Montemar –Dafne hablaba con el rostro frió, impasible –Averigua todo sobre el, su familia, sus gustos, sus vicios  y todo lo relacionado con su nuevo proyecto el Hotel Atlanta

-De acuerdo –Camilo respondió sorprendido -¿Fecha limite?

-Ya –Dafne entorno los ojos –Necesito la información hoy mismo

Y no espero respuesta de Camilo, apago el teléfono y aparco el auto frente al edificio.  Respiro profundamente y como si nada enturbiara su felicidad se bajo del coche y camino hacia la entrada.  Como de costumbre todos la saludaron, salvo que ahora le decían Señora Thomson.  En lugar de dirigirse a su despacho Dafne entro al de Claudio y tras dejar su bolso sobre la mesa y miro su reflejo en la cristalera del fondo.   Había escogido un vestido corto, de tono morado, que dejaba a la vista sus cualidades.  Sus piernas brillaban gracias al aceite corporal y su escote llamaría la atención de cualquier hombre

Sabia que eso era lo único que tenia ahora, su físico, su belleza y la atracción que podía ejercer sobre  Leonardo Montemar, para lograr su objetivo.  Esperaba tener la información necesaria, pero si no lo lograba, solo le quedaba ella, su cuerpo

-Señora Thomson –la voz sonó con resentimiento -¿La molesto?

-Adelante señor Arlinton –Dafne observo como el pasaba y cerraba la puerta

-¿Cómo esta su esposo? –El avanzo despacio, sin dejar de mirarla

-Bien, pronto estará recuperado –Dafne lo observo de forma fría -¿Necesita algo?

-Leonardo Montemar viene de camino –se paro frente a la mesa

-Lo se –Dafne sonrió –Le estoy esperando

-El proyecto es de la empresa –Matt se mantuvo firme –Voy  a firmarlo

-Eso lo veremos –Dafne apretó las manos a ambos lados de su cuerpo

-No eres ni una mínima parte de la mujer que creí –El la miro de arriba abajo –Me das lastima Melisa

-¿Y crees que me importa? –Dafne trato de mantenerse fría

-Si –el sonrió y camino hacia ella –Se que te importa –se paro muy cerca, mirándola a los ojos

-Tu no me conoces –Dafne se mantuvo en su lugar, mirándole a los ojos –No sabes lo que siento, nunca lo has sabido

-Pero se lo que quieres –Y rápidamente la tomo por la cintura y la empujo contra la mesa, al mismo tiempo que se apodero de su boca y entrelazo las lenguas de ambos. Se aparto despacio mirándola a los ojos –Esto es lo que quieres –volvió a besar sus labios, en esta ocasión mas despacio –Y esto es lo que has perdido –y la soltó bruscamente dejándola caer sobre el borde de la mesa y se alejo caminando hacia la puerta –Yo tambien se jugar, señora Thomson

Y Dafne se giro bruscamente para mirar una puerta cerrada, apretó los puños furiosa y se trago un grito de orgullo herido.  “Esto es lo que has perdido” La pasión, la pasión que sentía cuando estaba en sus brazos, el deseo, la ternura, la felicidad.  Todo lo que había sentido con el ¿Había perdido todo eso?  Entonces ¿Qué le quedaba? Si Matt pensaba que destruyendo aquello, la haría mas débil, estaba equivocado.  Antes había tenido algo, algo que la impulsaba a dejarlo todo, aunque no fuera lo suficientemente fuerte.  Pero como el había dejado claro, lo que hubo entre ellos ya no existía, entonces a Dafne solo le quedaba una cosa.  Su venganza

Tomo su bolso y saco de el un espejo y la barra de labios, se retoco el maquillaje y arreglo el cabello y después sonrió 

-Puede que sepas jugar Matt –Guardo todo de nuevo en el bolso –Pero yo siempre gano

Dos golpes en la puerta llamaron su atención y esta se abrió dando paso a la secretaria de Claudio

-Señora Thomson –la muchacha la observo desde la puerta –El señor Montemar esta aquí

-Hazle pasar –Dafne sonrió y camino hasta parase en medio de la sala

-Buenas –Leonardo Montemar, un hombre alto de aspecto fuerte entro a la sala y cuando la miro sus ojos se abrieron con sorpresa -¿Señora Thomson?

-Si –Dafne camino hacia el con una sonrisa y le extendió una mano –Bienvenido

-Gracias –incomodo el estrecho su mano

-¿Le sorprendo? –Dafne lo miro divertida

-Disculpe, es que me dijeron que era la esposa de Claudio Thomson y esperaba

-Una mujer mas mayor –Dafne le interrumpió –No se preocupe, es normal

-No quise molestarla –El frunció el ceño –Solo es, extraño

-El corazón no entiende de la razón –Dafne señalo una silla –Por favor

-Gracias –Leonardo tomo asiento

-El señor Arlinton tubo a bien informarme de todo –Dafne se sentó frente a el –Quiere que nos encarguemos de su nuevo proyecto, el Hotel Atlanta

-Así es –El la miro a los ojos –Disculpe la pregunta pero ¿y su esposo?

-No se encuentra bien –Dafne suspiro –Yo me encargare de todo hasta que se recupere

-Espero sea pronto –El asintió

-Estoy segura de eso –Dafne le sonrió

Durante una hora estuvieron encerrados en el despacho, hablando sobre el proyecto,

rellenando informes y organizando todo.   Dafne se mostró muy interesada en el hotel y poco a poco la confianza fue fluyendo entre ambos, hasta el punto en que se permitieron bromear entre ellos

-Bueno creo que se nos hizo tarde –Dafne miro su reloj –Y yo no se usted, pero yo me muero de hambre

-La verdad es que ahora que lo dice –El frunció el ceño y ambos rieron

-Ha sido realmente un placer pasar la mañana con usted –Dafne se levanto y le tendió la mano

-Lo mismo digo –estrecho su mano mirándola a los ojos -¿Le parecería un atrevimiento si la invito a comer?

-Solo si me tutea –Dafne le sonrió delicadamente

-En ese caso, nos tuteamos –El asintió sonriente

-Pues acepto encantada la invitación –Dafne se giro y tomo su bolso –Si me esperas unos minutos

-Claro –Leonardo asintió y salio del despacho

Dafne se tomo unos minutos para retocarse y con una encantadora sonrisa salio del despacho cerrando la puerta tras ella.   En mitad del pasillo se encontraban John y Leonardo hablando.  Una sonrisa de maldad cruzo su rostro y no pudo resistir la tentación de mostrarle a Matt, que ella siempre gana

-Lamento interrumpir –Se paro ante ambos hombres y coloco delicadamente una mano en el brazo de Montemar –Pero creo que si no como en breve me desmayare –sonrió -¿nos vamos Leonardo?

-Claro –El le sonrió de forma encantadora y coloco una mano sobre la de ella, en su propio brazo –Hasta luego Arlinton

Matt se puso rígido observando como ambos caminaban hacia el ascensor, antes de entrar Dafne se giro hacia el y le sonrió  después las puertas se cerraron y el se quedo mirándolas fijamente.  Con paso apresurado se dirigió a su despacho y tras entrar aseguro la puerta para que nadie pudiera interrumpirle, saco su teléfono móvil y marco un numero

-¿Todo bien? –la voz grabe sonó al otro lado

-Montemar esta desviándose –Matt apretó el teléfono –Se fue a comer con la esposa de Thomson

-Eso no nos importa –sonó molesto –Mientras siga poniendo el proyecto en manos de Thomson, todo esta bien  ¿Qué mas da si tiene una aventura con la esposa de el?

-No me fío –Matt frunció el ceño  Estaba seguro de que Dafne tramaba algo, que quería manejarlo

-No puede traicionarnos –y su jefe tenia razón –Si esto sale mal dará con sus huesos en la cárcel 

Matt guardo el teléfono y se quedo pensativo.  Leonardo Montemar no estaría dispuesto a entrar en la cárcel, pero, ella, Dafne podía convencer a cualquier hombre para adentrarse al infierno.  Estaba jugando y maldita sea, podía ganar

 Y DAFNE ESTA DISPUESTA A QUITAR A LEONARDO MONTEMAR DE SU CAMINO; ES UN OBSTACULO EN SUS PLANES ¿O QUIZAS PUEDA CONVERTIRSE EN UNA AYUDA?  ,,,,, MATT ESTA MUY CONVENCIDO DE TENERLE DE SU LADO, PERO ELLA PUEDE LOGRAR LO QUE SE PROPONGA CON SUS ARMAS,,,,,,,,,  JUGAR Y GANAR  

   OS DEJO UNA FOTO DE DAFNE CON SU VESTIDO MORADO