Cada gota de lluvia, recuerda el sonido más silencioso de mi dolor. Hasta el cielo llora conmigo, por la tardes más sombrías, pasan los recuerdos pero la tristeza representa una gota sobre el mar de mis ilusiones.

-Perfecto –Dafne admiro su vestido con una sonrisa –Es perfecto

-¿Entonces esta satisfecha señorita William? –La diseñadora sonrió

-Por supuesto –Dafne se acerco a tocar aquella tela blanca –Ha hecho un fantástico trabajo

Llevaba tres días sumergida en los preparativos de su boda, todo, absolutamente todo lo que ella deseara Claudio estaba dispuesto a dárselo.  La mejor iglesia, el mejor hotel para celebrarlo, el vestido que deseara, flores, orquesta.  Y ella, no escatimo en gastos

No porque fuera una boda, y como toda novia debía desear que fuera un día inolvidable, para ella lo seria.  Seria el día en que habría logrado su cometido, el día en la desgracia comenzaría a caer sobre Claudio Thomson.  Y por ello tenia que comenzar ya, ahora mismo a el no le importaba el dinero, tenia suficiente y por supuesto la expectativa de nuevos ingresos

Lo que Claudio Thomson no podía imaginar es que su vida cambiaria a partir de una sola palabra, si.  Una vez fueran marido y mujer, los proyectos de su empresa caerían poco a poco, dejaría de haber ingresos y por supuesto aparecerían grandes gastos inesperados. 

Entonces el mismo, se arrepentiría de haber desechado tanto dinero.  Pero ahí estaría ella, Dafne William Thomson, su querida mujer, que pediría ayuda a su padre y lograría salvar la empresa, al menos eso pensaría el.  Pero todo estaría perdido, Claudio ya habría perdido su lugar, su empresa y pronto, muy pronto, su vida

-¿Desea que se lo enviemos a su casa? –La voz de la diseñadora la trajo de vuelta a la realidad

-Si, gracias –Asintió –Mi prometido se hará cargo de los gastos

-Por supuesto –Ella le sonrió –Ha sido un placer ayudarla con su vestido

-Adiós –Dafne la miro con una sonrisa y camino hacia el exterior de la tienda.  Al pararse en la entrada se dio cuenta de que llovía  -¿Y esto? –Frunció el ceño, cuando había salido de la empresa hacia un día estupendo y ella había decidido ir a la tienda dando un paseo. 

Miro su reloj y supo que tenia que darse prisa si no quería llegar tarde

Al entrar en la cafetería, en la que siempre se encontraba con el, busco por las mesas y le vio al fondo, con una gorra ocultando su rostro.  Camino tranquilamente por el lugar hasta el y se sentó

-Señorita William –El asintió en señal de saludo

-Hola agente –Dafne sonrió fríamente -¿Qué tal van las cosas por la comisaría?

-Agitadas –el suspiro –El detective Brown sigue estudiando las adquisiciones de la empresa, pero se esta dando prisa en encontrar algo que pueda llevar a los Thomson a la cárcel

-¿Y ha encontrado algo que pueda servir? –ella entorno los ojos

-Hay unos nuevos informes, de unas tierras que Claudio Thomson necesita para el proyecto que tiene en mente, pero no estan en venta. Estamos esperando a que actué

-Bien –Dafne se quedo pensativa -¿Algo sobre mi?

-No –El negó con la cabeza –Después de la intervención de su abogado no han vuelto a intentar tocarla

-Y mejor que sigan así –Dafne metió la mano en su bolso y saco un sobre con dinero, después se lo dejo sobre la mesa –Avisa cuando ocurra algo importante

Sin esperar respuesta se levanto de su asiento y salio de la cafetería, levanto la vista al cielo dejando que la lluvia mojara su rostro.  Cada gota, cada nube gris, le recordaba la tormenta que había en su interior

-Dafne –Camilo se paro ante ella -¿llego muy tarde?

-No –Ella sonrió –¿Dónde aparcaste?

-Ven –El señalo el coche que estaba al otro lado de la calle

Al montar al vehiculo Dafne le indico donde debía ir, ella sabia que Claudio necesitaba unas tierras para su proyecto.  Pero ahora era una mala opción que el hiciera algo ilegal, la policía se le echaría encima y eso destrozaría todos sus planes  así que en esta ocasión seria ella, Dafne William quien tendría que ocuparse de que esa gente vendiera sus tierras, por las buenas o por las malas.  Al llegar, Camilo paro frente a aquella casa de madera y ella se bajo del auto y le dijo que esperara.  Cuando llamo a la puerta de la casa el hombre la reconoció inmediatamente

-¿Qué quiere? –el la miro con desprecio –Ya le dije a su prometido que no vendo

-¿Puedo pasar? –Dafne le sonrió y el se hizo a un lado dejándole paso, dentro una mujer estaba sentada a la mesa, junto con dos niños –Buenas

-¿Qué es lo que quiere? –El hombre se coloco ante su familia

-Venderá sus tierras, a mi –Dafne sonrió fríamente

-Ya le dije que no –El frunció el ceño

-Pero cambiara de opinión –Dafne suspiro –Le doy el doble que mi prometido y prometo que en un plazo máximo de tres meses, estas tierras volverán a estar a su nombre

-¿Quiere comprármelas y después vendérmelas? –El la miro como si estuviera loca

-Yo no he dicho nada de vendérsela –Dafne sonrió –Se las comprare y después se las regalare  Todos salimos ganando

-No –el la miro con desconfianza -¿Por qué voy a confiar en usted?

-Porque no puede hacerlo en nadie mas –Camino por la casa con altivez –Voy a rebelarle un secreto –lo miro a los ojos –Por las buenas o por las malas usted perderá su casa –se encogió de hombros –Es solo cuestión de tiempo

-¿Qué quiere decir? –la miro asustado

-Yo soy su mejor opción, véndamelas y desaparezca –sonrió –O puedo asegurarle que antes de una semana todo lo que es su vida será destruido, perderá todo, puede que incluso a su propia familia

-¿Me esta amenazando? –el frunció el ceño

-Le estoy dando un consejo –Ella negó con la cabeza –No espere a que vengan por lo que quieren, porque perderá demasiado

-¿Puede usted asegurarnos que nos devolverá todo? –La mujer se acerco a Dafne -¿Qué no nos pasara nada?

-Se lo juro –Dafne la miro a la cara –Podrán regresar a su casa y pensar que todo fue un mal sueño

-¿Qué haces mujer? –El tomo a su esposa de los hombros

-Confió en ella –La esposa miro a Dafne –Hay algo bueno en su interior, lo veo en sus ojos, aunque estén teñidos de odio

Dafne salio de aquella casa con una gran sonrisa, al ver que seguía lloviendo guardo el papel en su bolso y justo cuando puso un pie en dirección al coche, otro auto paro ante ella  

-Debí suponerlo –Matt bajo de su auto y la agarro del brazo, tiro de ella de vuelta a su vehiculo

-¡Eh! –Camilo se bajo del coche y le apunto con un arma -¡Suéltala!

-Baja el arma Camilo –Dafne lo miro tranquila –Deja que el detective y yo hablemos en privado

-¿Estas segura? –Camilo lo miraba fijamente

-Haz lo que te digo –Dafne asintió y cuando el guardo el arma suspiro –Regresa al apartamento –miro de reojo a Matt –Estoy segura que el detective tendrá la amabilidad de llevarme

Y Camilo entro al coche y arranco saliendo de allí a toda velocidad, sin decir nada Matt la metió al vehiculo y después entro el   Ambos permanecieron en silencio, Dafne le miraba de reojo.  Después de aquel día en su despacho, el no había vuelto a acercarse a ella, no le había dirigido la palabra.  Era como si Dafne hubiera desaparecido  De repente

Matt piso el freno y el coche paro a un lado de la carretera

-¿Qué es lo que estas haciendo? –Apretaba el volante entre sus manos

-Es obvio ¿no? –Dafne sonrió –Conseguí las tierras, voy a regalárselas a Claudio por nuestra boda, claro que estarán a mi nombre

-¡Estoy arto de todo esto! –ella se sobresalto al escucharle -¡De tu maldita venganza!

-¡Nadie te pide que te metas en esto! –Dafne lo miro fijamente -¡Sigue con tu estupida investigación!

-¡Pero tu te empeñas en destruir mi trabajo de años! –Matt la agarro del brazo bruscamente

-¡Porque no serviría de nada! –Dafne respiraba agitada -¡¿Crees que acabara todo cuando este en la cárcel?!

-¡¿Y cuando acabara?! ¡¿Cuándo este muerto?! –El la miro furioso -¡¿Vas a matarlo?!

-¡Si! –Y ambos se miraron a los ojos –Claudio Thomson creo este infierno y yo soy el diablo que salio de el, vengo por el, por su vida, por su alma

-¡Estas loca! –Matt la soltó con desprecio -¡Todo por tu padre! ¡Mírate! ¡Cambiaste tu rostro para vengarte de ese hombre! ¡Perdiste la razón!

-¡Tu no sabes nada! –Dafne abrió la puerta del coche y salio sin importarle que la lluvia la empapara, el bajo del coche y la siguió -¡Tu no puedes entender nada!

-¡¿Qué es lo que no puedo entender?! –Matt la miraba fijamente, bajo la lluvia que caía sobre ellos -¡¿Por qué no puedes dejar todo esto?!

-¡Porque me persigue! ¡Porque me quema! –Camino hasta parase cerca de el -¡Porque cada vez que cierro los ojos veo aquellas llamas! –Matt la miro sorprendido -¡¿De verdad piensas que yo cambie mi rostro?! ¡Claro que lo hice! ¡Para poder mirarme a un espejo! –abrió los brazos -¡Yo sentí el fuego en mi cuerpo! ¡sentí como las llamas me abrasaban! ¡sentí como ardía en aquel maldito infierno! ¡Y fue Claudio Thomson quien lo creo! –Lo miro a los ojos –¡Fue Aníbal Thomson quien mato a mi padre –paso una mano por su rostro limpiando el agua de lluvia –Fue Aníbal Thomson quien quemo mi casa, conmigo dentro

-¿Qué? –Matt tenso los brazos a ambos lados de su cuerpo –No puede ser

-Pues si –Dafne sonrió con dolor –Yo estaba allí agente Brown, yo le vi y aun puedo recordar su asqueroso aliento cerca de mi cara, sus manos golpeándome –levanto el rostro hacia el cielo gris y una lagrima se deslizo por su mejilla, camuflada con las gotas de lluvia – Sus palabras –volvió a mirarle a los ojos –Papa no quiere que queden testigos

Ambos siguieron mirándose en silencio, la lluvia caía empapándoles, los truenos resonaban en la inmensidad del vació y los relámpagos iluminaban el cielo.  Una autentica tormenta se había desatado sobre sus cabezas, una tormenta como la que Dafne sentía en su interior, como la que Matt Brown, acababa de descubrir que ella guardaba 

Ahora el conocía la razón por la que Melisa Samaniego había desaparecido y por la que Dafne William estaba dispuesta a perderlo todo, solo por una venganza.

Y AHORA MATT CONOCE LA VERDAD; TODO EL PASADO DE MELISA SAMANIEGO; DE DAFNE WILLIAM   PORQUE SON LA MISMA; AUNQUE LA SEGUNDA SOLO SEA UN REFLEJO DEL ODIO DE LA PRIMERA
LA VENGANZA PUEDE CAMBIAR A LAS PERSONAS  PERO ¿EL AMOR PUEDE DEVOLVERLAS A SU CAMINO?  COMO SIEMPRE OS DEJO UNA FOTO DE DAFNE CON SU MODELITO